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miércoles, 4 de septiembre de 2013

La vuelta al "cole" : Ansiedades y retos para el nuevo curso

Profesor@s, padres y madres  e hij@s se enfrentan a unas fechas muy especiales cada año: El comienzo del nuevo curso, la vuelta al cole, la "reentreé"(como dicen los franceses).
Y ante esta nueva etapa aparecen las ansiedades típicas del inicio de lo desconocido o de la vuelta a los problemas y/o desafíos que se quedaron el año pasado.
No resulta nunca facil volver. después de un verano de actividades, de cambio de rutina, de horarios mas desorganizados, llegamos a la nueva etapa con no pocos problemas para los padres/madres  y para l@s profesor@s. Estos últimos llevan trabajando unos meses en la programación y en los objetivos para el próximo año, y en el mejor de los casos incorporando nuevas tecnicas pedagógicas y metodología de trabajo en el aula. La mayoría de ellos se enfrentan a los cambiantes retos que el alumnado los somete en este nuevo curso. La tecnología y su uso por los más jóvenes es sin duda uno de ellos (pero ya le dedicaremos un espacio a este necesario y actual tema).
Hay muchos consejos sobre el tema y muchos lugares donde informan de ello: desde paginas especializadas que hablan de cuestiones concretas (Mapfre) hasta páginas de periódicos (ABC) que hablan de ello.
Los padres y madres se enfrentan a ser el soporte emocional de sus hij@s ante la ansiedad e inseguridad del nuevo curso. Y hay muchas formas de afrontar esta etapa, tantos como padres y madres existen.
Las causas que provocan este estado de ánimo de ansiedad ante la nueva etapa son:
1) El cambio de rutina tan importante, 
2) El inicio de nuevas relaciones sociales o la reactivación de las del curso anterior.   
3) El miedo a lo desconocido. 

Con respecto al cambio de rutina muchos expertos aseguran que es fundamental el papel de los padres para aliviar el estado de nerviosismo de los hijos, sobretodo realizando un cambio de rutina antes de la llegada del inicio escolar. Es decir, unos días antes del inicio de las clases, cambiarles a los niños su rutina para habituarles a los nuevos horarios que tendrán. Un ejemplo de ello es que, unos días antes del primer día de clase, los niños se vayan a dormir más temprano de lo habitual en vacaciones y levantarles por la mañana más temprano. De esta manera los niños no tendrán un cambio drástico y tendrán un mejor sueño.
Nuevas relaciones y nuevos retos: Asimismo los padres deben motivar a los hijos con nuevos retos y desafíos del curso escolar. Repasar con ellos los aspectos más positivos y las actividades que más les pueda ilusionar. Visualizar las relaciones sociales, reanudar el contacto con compañer@s del año pasado, quedar con sus padres en alguna actividad conjunta unos días antes también ayudará. El "gusanillo" en el estómago de esos dias o las "mariposas" volverán en cualquier caso y hay que sentirlas y darles la bienvenida. Es una sensación necesaria. 
El miedo a lo desconocido  también es normal y aconsejable su experimentación, aunque hasta un determinado umbral que no llegue a paralizar al alumn@.  
Te proponemos algunos consejos para aliviar el nerviosismo y ansiedad de los hijos causado por la vuelta al cole:
1. Realiza una primera visita al cole. En el caso de los niños más pequeños, es recomendable realizar una primera visita para una primera toma de contacto con el colegio: maestr@s, las aulas, el patio, etc. Así  el niño puede empezar a familiarizarse con el centro. 
2. Conversa positivamente con los niños. Muestra ilusión y habla activamente y de forma entusiasta con ellos. Ensalza las cosas positivas que les puedan generar ilusión, como el reencuentro con los amigos de clase o las actividades deportivas. Si hay lágrimas , no dramatices. Es normal que sientan miedo y ansiedad, hay que ayudarle a que recuerden las cosas positivas que recuerdan del cole durante el verano. Por ejemplo si cambian de clase hacerles sentirse mayores.   
3. Cambia de rutina con antelación. Para que tus hijos se puedan habituar lo más rápido posible a los nuevos horarios escolares, es importante que unos días antes del inicio escolar, los niños se vayan a dormir temprano y se levanten pronto. Es importante porque así conseguimos que los niños tengan una buena calidad de sueño y estén activos y descansados.
4. Juega con los niños a maestros/alumnos. En el caso de los niños más pequeños, se puede jugar con ellos a maestros y alumnos. Por ejemplo jugar a un día de clase normal donde tú eres el maestro y el niño es el alumno. De esta forma recuerdan la rutina de clases que tenían. 
5. Gestiona tu propia ansiedad. Los niños buscan en sus padres la calma y tranquilidad que no tienen ellos. Por tanto, aunque estés nervioso por el inicio de sus clases, transmite a los niños toda la tranquilidad, la calma y el apoyo que puedas. Las tareas que tienes que realizar, y el agobio por lo que significan, no deben generar en los padres/madres mayor ansiedad y mucho menos transmitirla.  
Tal y como confirman los expertos, es absolutamente normal que los niños y adolescentes sufran estrés y ansiedad por la vuelta al cole. Sin embargo, se debe tener un cuidado especial con los niños que muestran síntomas mayores como dificultad para conciliar el sueño, dolores de estómago o falta de apetito. Una ayuda de un psicólogo puede ser muy útil en estos casos. 

Este video de @Babyradio sirve para visualizar de forma divertida la vuelta al cole 
  La vuelta al cole debe convertirse en una actividad paulatina y divertida; por ello:
-Los padres deben evitar comentarios negativos de la vuelta a las actividades escolares y potenciar los aspectos positivos de incorporarse a un nuevo curso, tales como: el reencuentro con los amigos, conocer nuevos profesores y descubrir nuevos retos.
-Ver con los niños los textos escolares y los diferentes accesorios que utilizarán en el nuevo curso.
-Planificar con ellos la realización de los deberes escolares, establecer horarios para el estudio, así como organizar la programación de las actividades extraescolares con el objetivo de que vayan a su propio ritmo y lograr un aprendizaje efectivo.
-Antes de comenzar el colegio, es aconsejable que los niños dediquen algunos minutos a la lectura y ejercicios matemáticos, para estimular la concentración y la atención.
-Una vez  que se alcance cierta disciplina en las 
actividades escolares, no olvidar  que para mejorar la capacidad de concentración, es necesario dedicar diariamente una pequeña cantidad de tiempo al estudio, aumentándolo a medida que el alumno vaya incrementando su concentración.
Cuéntanos tu experiencia con la vuelta al cole, con las necesidades de tus hij@s, como has afrontado esta etapa para ayudar a otr@s. 

           

lunes, 25 de febrero de 2013

Los lazos familiares: Cómo desarrollar nuestro potencial emocional con los demás


Los primeros vínculos de apego que desarrollamos con nuestra familia son determinantes para nuestro óptimo desarrollo psicológico. La forma de relacionarnos con nuestro entorno está condicionado por cómo hemos construido desde la infancia nuestras relaciones familiares. Si los vínculos afectivos evolucionan con los años y mantienen sanos los lazos, permanecerán siempre como un punto de referencia y un apoyo necesario en los momentos difíciles. 
Los niños/as que sufren carencias afectivas y estimulativas, como por ejemplo aquellos que se hayan institucionalizados, tienen más probabilidad de un retraso en su desarrollo. Cuanto que son adoptados, por ejemplo, enseguidan recuperan su tono afectivo y su desarrollo emocional. 
Es fundamental para los/as niños/as que la calidad del vinculo afectivo familiar sea buena porque ello es una garantía para un desarrollo sano de la personalidad a lo largo de la vida. El niño/a que tiene lo que llaman los especialistas "un apego seguro" está más confiado, explora más su realidad circundante y su personalidad se desarrolla sin trabas. 
A lo largo de la vida el vínculo entre padre y madre es elegido y ese vínculo cambia. La aparición del divorcio y de la llegada de nuevas formas familiares y de nuevas parejas cambia también.   
En el momento que hay una interrupción de ese vínculo, por alguna circunstancia (pérdida de un miembro clave, divorcio de los padres y las luchas por la custodia, o la ausencia de afecto por alguna otra circunstancia..) el proceso de desarrollo psicológico sano tiene más probabilidad de estar en dificultades.   
Si bien es cierto que si hay un vínculo bueno esto facilita la asunción no traumática de la ruptura del vinculo por cualquier causa. Aunque entre una madre y un hijo haya un vinculo muy fuerte, al hijo le cuesta menos cambiar el vinculo que al adulto por regla general le cuesta más, por ejemplo cuando el joven ya se marcha de casa. (ver síndrome del nido vacío). Hay muchas ocasiones en las que este vinculo sirve para pasar mejor y protegerse ante determinados momentos difíciles como una enfermedad, o accidente, crisis de pareja, etc. . Y los padres/madres siempre van a ayudar a sus hijos. Si el vinculo es sano también funcionará al revés, los hijos ayudarán a los padres/madres.  
El entono familiar con expresividad emocional y afectividad es más competente 
Del mismo modo un niño que vive en un entorno familiar adecuado y equilibrado, en el que hay una expresividad emocional y afecto,  va a ser mucho más competente en sus relaciones sociales. Muchas personas en su vida adulta con dificultades en sus relaciones sociales revelan una infancia problemática. “Dime en qué ambiente familiar has nacido, y te diré quién eres”, defiende la teoría de Frank J. Sulloway, psicólogo y miembro del Instituto de Investigación Social y de la Personalidad de la Universidad de California, en Berkeley (EE.UU.).

Los vínculos están relacionados a veces con la ocupación en el cuidado de los hijos/as. A mayor implicación en el cuidado, mayor vínculo afectivo. Por eso es importante la implicación de los dos progenitores en los cuidados y protección de los hijos. Hay padres (¡sobre todo padres!) que dedican muy poco tiempo y tienen poca implicación en el cuidado de los hijos: esto es esencial cambiarlo. Afortunadamente mucho han cambiado las cosas en este sentido y el reparto de responsabilidades ha hecho que las generaciones más jóvenes hayan adoptado otro rol más participativo y por tanto más protector para los hijos/as. 
Hay muchas más probabilidades de que un niño que es un líder en su grupo tenga unas relaciones familiares buenas, en cambio, cuando un niño o una niña está practicando acoso a otros, debemos mirar a su familia para entender que es lo que está pasando. Está muy demostrado que la calidad de las relaciones familiares se transfiere al entorno social en lo que funciona mejor y en lo que funciona peor.           

Patologías familiares 
Las relaciones familiares forman parte de algunas patologías, por lo que algunos miembros de la American Psychiatric Association (APA) solicitan que se incluya un nuevo síndrome, denominado perturbaciones relacionales, en la descripción de ciertos problemas mentales. En este sentido es necesario recibir ayuda psicológica de un profesional, de un buen psicólogo. La terapia familiar es lo indicado en este caso.   
Las perturbaciones relacionales podrían ser descritas como un problema que afecta a una persona o grupo que goza de buena salud, pero que encuentra dificultades en sus relaciones humanas. 

El diagnóstico de las perturbaciones relacionales se aplicaría únicamente a las personas que hayan padecido, como consecuencia de una desafortunada interacción con los demás, depresión, ansiedad o problemas de salud, como un aumento de la presión sanguínea o un estado de estrés.  
Algunos episodios de las relaciones humanas son tan traumáticos que derivan en depresiones crónicas, debilitamiento del sistema inmunitario y fatiga cardiaca. La experiencia psiquiátrica constata que mejorando las relaciones de estos pacientes con sus respectivas familias, se puede actuar positivamente sobre su estado de salud física y mental.
La comunicación familiar 
Ya hemos hablado de la comunicación y su importancia para el bienestar psicológico de la pareja. También en la familia. La base para conocerse, entenderse y ayudarse dentro de una familia es la comunicación entre todos los miembros que la componen. Es necesario dedicarse tiempo, escucharse y transmitirse mutuamente cómo nos sentimos, qué hemos hecho, qué nos gustaría hacer… Pero esta comunicación no debe ser unidireccional, es decir, los padres preguntan y los hijos responden, sino que también los padres deben transmitir cómo se sienten. A los hijos les gusta saber de sus padres y tienen que conocerles. Además, los padres enseñan a los hijos a comunicarse al transmitir sus experiencias y sentimientos, puesto que la comunicación familiar también se trabaja y se educa.
Como mejorar la comunicación familiar 
Es importante tener en cuenta que hay que cultivar la comunicación familiar como un elemento clave de la salud mental de la misma. 
Desde ponerse en el lugar del otro, hasta favorecer espacios para compartir buenos ratos juntos, pasando por evitar el uso excesivo de "distractores sociales situacionales" (televisión, moviles, tabletas, etc...) qyue frecuentemente distorsionan la comunicación natural. Lo que es importante es dedicar tiempo a la comunicación familiar, y no aprovechar el tiempo que se tiene para sacar la lista de reproches o de problemas. Tampoco se trata de escapar de ellos o de pintar una realidad ficticia.  Se trata de hablar de las cosas positivas y de las menos positivas, pero abordándolas sin dramatismos y con honestidad, sin medias verdades y con transparencia. 
Consejos para mejorar la comunicación familiar
  1. No les niegues la palabra a los tuyos, aunque estés muy enfadado.
  2. Mantén un clima de alegría, a pesar de los disgustos o problemas personales. Separa las emociones negativas y maneja con inteligencia emocional el conflicto, sin dramas.  
  3. Espera, sin interrumpir, tu turno en la conversación. Que los demás vean que les escuchas activamente.
  4. Ten paciencia, hasta encontrar el momento oportuno y no terminar en discusión las conversaciones. Haz un esfuerzo porque acaben bien, con alguna anécdota de humor.  
  5. Piensa antes de hablar. Expresa bien lo que quieres decir. Que tu lengua no vaya más deprisa que tu cabeza.
  6. No te dejes aturdir por la falta de serenidad del otro. Conserva la calma. No entres en sus provocaciones. Sois distintos. Marca tu el ritmo de la serenidad. 
  7. Trata los temas conflictivos con compresión hacia el otro. Ponte siempre en su lugar. 
  8. Sé receptivo, escucha y no contradigas por sistema. Adopta un papel constructivo. 
  9. Valora a los miembros de tu familia por lo que son; no te dejes influir por tus impresiones del primer momento. Y si hay algo que cambiar no lo veas como un muro infranqueable. El tiempo ayudará. 
  10. Espera hasta comprender por completo lo que el otro quiera decirte. No hagas juicios previos sobre su actuación o conducta .
  11. Aprende a “bajar la guardia”, y deja la agresividad a un lado cuando surjan temas que, por ser opinables, pueden resultar conflictivos.
  12. Acepta los puntos de vista de los otros, sin imponer siempre los tuyos.Cada uno tiene su punto de vista y ninguno es verdadero o falso. 
  13. Acepta con buen humor las razones de los demás. El humor ayudará. Ríete de tí mismo si es necesario.  
  14. Reconoce los aciertos de los demás, y alégrate con ellos. Reconoceles los méritos.  
  15. Perdona, y pide perdón cuando haga falta. Rectificar es de sabios. 
  16. Olvida la “lista de agravios”. No te lleva a nada. Porque tú digas las cosas no significa que la otra persona vaya a cambiar.   
  17. No pases factura por lo mucho que haces y lo poco que se te devuelve. Hacer las cosas desinteresadamente en la familia es esencial. No buscar en las relaciones familiares recompensas materiales.     
Os dejo el fragmento de la película de "La Vida es Bella" de Roberto Benigni, un relato extraordinario donde se hace una metáfora de lo importante que es para la vida la comunicación en la familia. La escena es espectacular, os la recomiendo:

     
Déjanos tu punto de vista y tus comentarios. Nos ayudan. Les sirven a muchas gente para solucionar sus problemas. Si necesitas apoyo no dudes en ponerte en contacto con nosotros. te ayudaremos.  

                  

lunes, 2 de agosto de 2010

El síndrome del nido lleno: "Volver, con la frente marchita..."

   La crisis (que explica casi todo en España), y ello con los divorcios en aumento (unos 131,317 en 2008 y 123,450 en España en el 2009 según el CGPJ), han explosionado otro fenómeno del que ya hablamos muy por encima en el anterior post: El "síndrome del nido lleno" o los "jóvenes boomerang". A los hijos que no se terminan de marchar de casa se suman ahora aquéllos que, tras una situación economica complicada, en el paro, expulsados del mercado de trabajo y con dificultades para hacer frente a sus compromisos, o bien por su separación o divorcio, o por ambas cosas unidas regresan al hogar familiar. No hay datos concretos realizados por ningún estudio científico pero por las estimaciones y el cruce de datos de diversos estudios podemos estimar (hay que ser muy cautos en esta estimación realizada “a la baja”) que casi un 25% de las personas que se han divorciado han tenido que volver al domicilio familiar temporalmente para poder hacer frente a las dificultades de la nueva situación. Es decir que podíamos estar hablando que, en estos dos años, en España pueden haber vuelto al domicilio familiar unas 127,000 personas (entre hombres y mujeres), por lo que hay las mismas familias que pueden estar sumidas en este problema. Hay madres y padres que afirman haber superado ya los dos: el del nido vacio y el del nido lleno. En España de hecho es posible que haya una generación familiar que haya vivido las dos circustancias. Es el caso de Maria Elena “Yo superé los dos, es muy interesante el tema”, nos dice en el Facebook.
Si a los datos expuestos le sumamos el retraso en la edad de emancipación de los jóvenes, nos encontramos con muchos padres maduros, cuando no ancianos, que viven con sus hijos adultos. Este hecho se ha agravado con la crisis económica y con la imposibilidad de pagar las hipotecas o alquileres por parte de los hijos/as.

Al divorciarse, muchas personas rompen vínculos emocionales y sociales, y se refugian en la familia. También pueden necesitar a sus padres para que les apoyen, en el sentido amplio de la palabra, hasta que reestructuren su vida”.

¿Y cómo afecta todo esto a los padres?

o Frustración: La mayoría frustrados porque sus hijos, a los que creían ya asentados, vuelven. Eso sin contar el sentimiento de que se les ha ido el ansiado momento dorado que tanto han esperado de la jubilación. Toda su vida han estado trabajando para que sus hijos cumplieran el llamado “ciclo natural” y ahora, con su vuelta, ponen en evidencia el que no todo el esfuerzo ha tenido su recompensa.

o Cambios en el hogar: Y, en esta nueva situación se producen nuevos cambios: Hay que reajustar la economía (lo mismo para repartir entre más), los espacios (habitaciones, etc.) y los tiempos, que no suele ser sencillo. Los hábitos anteriores suelen cambiar de una forma colosal, aunque se crea que se vuelve a las épocas anteriores .
¿Cómo afecta a l@s hij@s?

o Todo ha cambiado: Aunque los padres suelen pensar que nada ha cambiado desde hace años, que todo es igual que hace tiempo. Y los hijos han cambiado enormemente. Yolanda que ha pasado por ahí nos cuenta que “Es un tema muy delicado que conozco bien, lo viví en primera persona. Para los padres el papel sigue siendo el mismo que años atrás, el hijo ha cambiado (en mi caso 10 años después) y no quiere el papel anterior y a veces como fué en mi caso estaba muy agradecida por poder contar con ese apoyo por tener a la vez un hijo muy pequeño al que no podía atender todo el tiempo que él requería por trabajo y sin posibilidad de ayuda por parte del otro progenitor. Solo tuve a ellos. Se lo agradeceré eternamente, pero los papeles a menudo se confunden y las vidas de todos se ven afectadas. “ ...

o Adaptación al medio: Pero no hemos de olvidar que uno de los grandes problemas que se ha de afrontar es la adaptación y los problemas que ello conlleva. Tanto el nuevo hogar de los padres (de lo que ya hemos hablado) como al dejar el hogar “conyugal” con todo lo que ello significa. . Y los padres y hermanos que continúen viviendo en la casa familiar deben asumir también una serie de cambios importantes con el regreso de una persona que, además, está en una situación de crisis personal tras un cambio traumático de su modo de vida. Se produce, en fin, un conflicto de relaciones que afecta a toda la familia. A su crisis personal (estrés por una relación sentimental fallida) hay que añadir el choque que se produce con el resto de miembros de la familia.

o Cambios a realizar: A la asunción de que su espacio propio en la casa paterna ha desaparecido (su habitación suele haberse reconvertido en salón, biblioteca o dormitorio para las visitas), hay que añadir la dificultad para adaptarse de nuevo a las normas de convivencia de la casa familiar (horarios de comidas, salidas, ayuda en las labores de casa…).

o A vivir que son dos días: Asimismo, aseguran desde la Unión de Padres y Madres Separados, muchos separados emprenden en esta etapa de la separación una búsqueda constante de "recuperación del tiempo perdido" y volver a llevar la vida de soltero sin asumir del todo su nueva situación y la responsabilidad que acarrea vivir en el hogar paterno, y abdican o delegan –como veremos más adelante- la responsabilidad en los abuelos.

Modelo familiar “Made in Spain”
Los hijos que regresan deben ser conscientes de que no pueden partir la vida de sus padres. No pueden perpetuarse roles infantiles o roles anteriores. El caso de Yolanda fue, como muchos, temporal. Cuando la situación vuelve a mejorar hay un punto de retorno. La situación no es igual a otros países. En los países mediterráneos el apoyo de la familia es trascendental, es básico en este y en otros casos. En España el número de personas mayores de 60 años que tiene un hijo en casa supera con creces el 40% según un estudio de La Caixa. Encontramos en el portal Gencat algunos datos y reflexiones sobre el tema muy interesantes.  En los países de cultura anglosajona y en los países nórdicos este caso no se da con tanta frecuencia, los hijos suelen tender a tener una independencia total y no tienen punto de retorno, salvo por enfermedad o dependencia grave. En países como Suecia se llega el 5,3% y en Dinamarca un 5,4%. Esto nos debe hacer pensar si el modelo educativo y de relación familiar en nuestro país es el más idóneo para el desarrollo de nuestros jóvenes. Muchas personas culpan a los propios jóvenes de esto, pero las circustancias indican que existe un sistema aceptado por todos, en el que todos tenemos que intentar cambiar: padres/madres, educadores, hijos…

También se ha podido ver como algunos hijos generan situaciones muy relacionadas con el modelo educativo que se ha generalizado en nuestra cultura de una sobreprotección hacia los hijos. La mejora de la situación social de las familias españolas y un modelo más relacionado con nuestra cultura latina. Al regresar a casa de los padres tras un divorcio se acomodan y comienzan a “disfrutar” de la nueva situación: Comienzan a desentenderse de las tareas del hogar (generalmente las hacen las madres) y comienzan también a delegar determinados cuidados de los hijos (en el caso de que los tengan) a favor de los abuelos. Este hecho se complica y genera un mayor estrés e indefensión en los padres/madres con una avanzada edad y algunos/as en situación de predependencia o dependencia/discapacidad agravada con el paso de los años ya que les resulta imposible poder llevar las tareas de la casa. Por ello es imp'rescindible la corresponsabilidad.    

Algunas soluciones

Hay tres ingredientes que hemos de tener en cuenta para ayudar a solucionar el problema: el tiempo, la paciencia y la libertad vs respeto.

Tiempo: Todo es pasajero, es una situación que tiene y debe tener retorno. La persona que acaba de separarse está atravesando una aguda crisis ya porque ha sufrido un revés sentimental muy importante. A ello hay que sumar, en muchas ocasiones, la pérdida de un estatus económico y/o social que tenía en la nueva vida que había desarrollado al margen de su núcleo familiar de origen. Superar el estrés económico y afectivo lleva un tiempo. Un período temporal que se encuentra dentro de un límite razonable si no supera los 6 meses/1 año. Tras este lapso, si la situación continúa estancada y no se supera de manera natural, lo mejor es recurrir a la ayuda de profesionales que ayuden a la persona a salir de su abatimiento. •

Libertad vs Respeto: Todos los protagonistas del conflicto son personas adultas, por lo que siempre hay que partir de esta premisa para solucionar cualquier roce que surja en la convivencia. Y consiguientemente hay que tener en cuenta que las personas en cuestión son libres para elegir los comportamientos que quieran, aunque teniendo en cuenta que conviven con los demás. La conciliación de intereses y el respeto a las normas es fundamental. redefinir un pacto de convivencia se torna fundamental. Para ello el dialogo es clave. Los padres no deben nunca hacer reproches a su hijo/a porque su situación personal haya desembocado en una relación fallida, ni recordarle que ya le advirtieron del peligro que corría si unía su destino afectivo a una persona que a ellos no les gustaba. Por su parte, los hijos deben adaptarse a la rutina del hogar familiar durante el tiempo que permanezcan en casa de sus progenitores y saber agradecer el apoyo que les brindan sus padres y hermanos. 

Paciencia: Entendida como un valor relacionado con no actuar impulsivamente sabiendo que la adpatación llegará, tarde o temprano. Aunque difícil en momentos de crisis, es la mejor arma para tratar de solventar los roces cotidianos y evitar que la convivencia se haga imposible. Hay que saber relativizar y dar la importancia real que tienen los problemas que van surgiendo a diario. Saber distinguir entre lo urgente y lo importante. Y, además, saber que el período de la vuelta del hijo a casa suele ser transitorio, mientras supera un bache afectivo y/o económico. La solución ideal es que la persona en cuestión rehaga su vida de una manera independiente de sus padres, ya que el divorciado es una persona adulta y siempre es menos traumático manejar su propio destino que tener que regresar a la casa paterna y abordar de nuevo una etapa ya superada.

Danos tu opinión del artículo, cuentanos tu caso...tu comentario ayudará a otras personas....

domingo, 29 de octubre de 2006

La Violencia Escolar


Programa de Radio, día 13 de Octubre 2006

En el mes de marzo de 1998 una matanza de escolares en Jonesboro (Arkansas ) perpretada por dos niños de 11 y 13 años conmocionó al mundo. Sin embargo no era éste un hecho aislado, sino el culmen de la violencia que la sociedad en general y los centros educativos en particular venían detectando como un fenómeno preocupante.El gran debate que surge en los meses siguientes se centra en lo que respecta a nuestro país en dos aspectos. En primer lugar, conocer si en nuestros centros existe realmente el problema y en segundo, saber qué alcance tienen los hechos violentos y si pueden compararse con los acaecidos en EEUU y en el resto de países de Europa. Hay quien niega que en nuestras escuelas exista violencia propiamente dicha, si bien se reconoce generalmente que se dan casos de victimismo entre alumnos y situaciones de indisciplina bastante generalizadas que por habituales forman parte de la convivencia diaria en el aula aunque son causantes de no pocos conflictos. También llama la atención que mientras unos nieguen que los casos de violencia escolar hayan aumentado en los últimos tiempos, sino que ésta ha existido siempre, otros denuncian el alarmante incremento de los casos aludidos en los últimos años. Cabe, por tanto, enfocar el apartado en los siguientes supuestos: ¿Existe realmente violencia escolar en nuestros centros educativos? ¿Qué clase de perturbaciones se han detectado? ¿Qué diferencia existe con los casos de otros países de nuestro entorno cultural o incluso de otras culturas más lejanas?Empecemos por lo foráneo para aproximarnos después a lo nuestro. Comenzaré tratando de reflejar la desazón que produjo en todo el mundo los terribles sucesos de Jonesboro mencionados al principio. Una revisión no demasiado detenida de lo publicado en servidores de EEUU nos aproxima a este sentimiento, incluso en un país donde el uso de las armas es generalizado y la violencia compulsiva se manifiesta a menudo en masacres que retransmiten-a veces en directo- las principales cadenas de radio y televisión. La voz, semanario publicado en Miami (Florida) dice en uno de sus artículos al que titula "La violencia escolar":"Los hechos terribles de Colorado, difíciles de olvidar, nos han cambiado la vida. Se perdió un poco la confianza entre padres, maestros y alumnos...", afirmó un funcionario de las escuelas públicas. Aparte de los "locos sueltos", que invaden algunos centros de enseñanza, muchos se preguntan: ¿Existe tanta violencia en los centros escolares?" Y expresa así los sentimientos que experimenta la comunidad escolar:" En Miami, con el comienzo de un nuevo año escolar, los estudiantes tienen miedo... Al menos veinte amenazas de bomba se registraron el año pasado en diferentes escuelas secundarias del área de Miami. Para estar preparados ante cualquier emergencia, la policía local realizó numerosos simulacros y entrenamientos (mientras las escuelas estaban cerradas en vacaciones). Mientras tanto, Henry Fraind, portavoz de las Escuelas Públicas de Miami, insiste en que los estudiantes que sean sorprendidos en este tipo de broma, por así llamarlas, serán expulsados de sus escuelas para ser asignados a otras, diseñadas para "jóvenes con problemas" ".¿Realmente está justificada tal alarma social o es fruto de un tratamiento exagerado en los medios? En primer lugar hagamos un rápido repaso a los titulares de prensa que recogí con el fin de documentar el debate ¿Hay violencia en nuestros colegios e institutos?. Transcribiré aquí los referidos a países de América y Europa, exceptuando España.EL PORQUE DE LA VIOLENCIA ESCOLARCuando coloquialmente hablamos del comportamiento de nuestros escolares respecto al que tuvimos nosotros, tendemos a crear una cierta añoranza respecto al respeto por el profesor y padres que parece ahora se haya esfumado.Sin embargo otros análisis más rigurosos no achacan a esta pérdida de respeto el pretendido aumento de la violencia. Parece que nadie pone en tela de juicio que la situación adversa de algunas sociedades marginales son caldo de cultivo de las actitudes antisociales en nuestros niños y adolescentes.Esta marginalidad provoca relación con el consumo y tráfico de drogas, con el sida y con situaciones de estrés que se traducen a veces en actos antisociales y violentos.Pero según algunos analistas esto con ser, no lo es todo ni mucho menos. En principio, se separa el conflicto (fenómeno natural en nuestra realidad social) de la violencia, fenómeno a analizar en profundidad y al que es preciso encontrar acciones coordinadas que intenten evitarlo. No faltan en los documentos analizados teorías sobre el fundamento psicosociológico de los actos de violencia escolar y que expondré en ésta parte del trabajo.Ya ha quedado patente la opinión de expertos en el sentido de que la violencia escolar no va en aumento a pesar de lo que se piense, sino que esta apreciación se debe a la existencia de una mayor sensibilidad ante los hechos violentos. Esto se opina desde el artículo "La violencia escolar" de La Voz, semanario de Miami. En el mismo artículo se pone en evidencia que la historia de la educación tiene antecedentes en este sentido muy rudos: "en Grecia y en Roma, muchos maestros, algunos de ellos grandes figuras intelectuales, tenían plena facultad para pegar a los alumnos. Los castigos corporales han sido una constante en la educación con esos viejos axiomas como la letra con sangre entra, etc. Basta con leer Juvenilia, para ver que el venerado Jack, de pronto tenía una sesión de boxeo con sus alumnos. Y hace tan sólo 10 años, el Parlamento inglés hizo por fin lugar a la petición de un alumno de una universidad muy importante de Inglaterra que reclamaba que no se aplicasen más castigos corporales.¡La petición se había iniciado en 1625! Un buen ejemplo de más vale tarde que nunca. Pero, los castigos corporales continúan: en Australia son frecuentes, en Japón son diarios... y también la situación inversa: hay un 10% de profesores que han sido golpeados por sus alumnos. De tal manera que dentro de todo en Estados Unidos (y también en América Latina) no estamos tan mal comparativamente, porque el castigo corporal, el golpear a un alumno o a un maestro, es ya cosa inaceptada socialmente. Y los casos que suceden son ventilados por la prensa... no así en otros países, donde quedan ocultos a la opinión pública. Las causas de la violencia en los niños y jóvenes escolares tiene su raíz en la situación familiar y en los medios de comunicación. En opinión de una sicóloga experta en valores y derechos humanos «la falta de respeto hacia los demás y la dificultad en las habilidades sociales» son factores determinantes en las actitudes violentas. Un problema añadido es el reflejo en los colegios de la violencia que se percibe en casa contra las mujeres. Una violencia que los niños interiorizan. "Parece que las causas están íntimamente ligadas a la realidad social en la que nuestros adolescentes se hallan insertos. La familia, la influencia de los medios. Es aceptado que así como el conflicto es consustancial al hombre, la violencia se aprende. El doctor Chester Quarles, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de de Mississippi y autor de varios libros sobre el tema (Staying Safe in School:the life you save may be your own) dice con toda claridad: "Somos el país más violento de la Tierra. Para el momento en que un niño cumple los 6 años, ya ha observado 6 mil asesinatos y eso tiene un efecto catastrófico y devastante". En este mismo sentido se expresa una interviniente en el debate de nuestro web: En nuestros Colegio si hay violencia, aqui las mismas ircunstancias del país, las cuales los niños las viven a diario en la televisión y en sus hogares, hacen de ellos personas agresivas, creo que se debe fortalecer la familia y en especial a la pareja como primeros educadores de los niños,pues una familia con valores podrá proyectarse en sus hijos, fomentando la autoestima ( autoconcepto, autonomía, autovaloración) de sus miembros y desde alli darse a la comunidad.SOLUCIONES: 1.- La familia está primero. La principal respuesta a la violencia escolar esta en los padres. Es evidente que los adultos no estamos enseñando a nuestros niños y jóvenes a resolver sus conflictos pacíficamente. La violencia que entra en las salas de clases generalmente tiene sus raíces en las casas. Es cosa de ver algunas reveladores aunque escalofriantes cifras:Uno de cada cuatro hogares sufre de la violencia intrafamiliar.Casi un 70% de los niños reconocen haber sido objeto de maltrato por parte de sus padres o familiares más cercanos.Por ello uno de los objetivos sería crear una nueva relación más cercana entre el entorno escolar con esas familias.Esta nueva relación entre padres y establecimiento es uno de los ejes del nuevo curriculum.2- Se trabaja en un nuevo curriculum que integra al alumno y se adapta al mundo en que vive. El qué aprenden y el cómo aprenden nuestros niños tiene efecto sobre el conocimiento y los valores, base de la convivencia. Al sentir los alumnos que lo que aprende les es útil en su vida diaria, al poder ellos mismos tomar las riendas de su aprendizaje y no ser sujetos pasivos de largas lecciones que consideran inútiles, mucho de los motivos de resistencia contra la autoridad escolar disminuirán. Una educación pertinente a los desafíos de hoy con profesores formados para estos desafíos le devuelve a la escuela su rol formador. En ese nuevo currículum son los propios alumnos los que adquieren conciencia de la importancia del aprendizaje.3. - Se promueve la apertura de más espacios de expresión de la cultura juvenil y ocupación del tiempo libre. Los colegios abiertos, en horario extraescolar a numerosas actividades culturales, deportivas, de servicio a la comunidad, se convierten en punto de encuentro entre adultos y jóvenes y en alternativas a las calles y sus tentaciones. La comunidad escolar toma conciencia de su rol y es capaz de dar soluciones a sus problemas.4.- Se privilegia la mediación escolar como forma de resolver los conflictos. Para ellos deben desarrollarse programas en especial orientados a la comunidad escolar que contribuyan a apoyar a los profesores,padres y alumnos a fortalecer la convivencia interna y la formación en resolución pacífica de los conflictos. "Las recomendaciones que hace el Defensor del Pueblo en su informe a la Comisión Mixta Congreso-Senado se basan en el papel del profesor:"Los profesores tienen, generalmente, una mayor percepción del maltrato entre sus alumnos de lo que suele pensarse, y afirman claramente que los conflictos en sus centros han aumentado durante los últimos tres años Sus respuestas ante todas estas agresiones se centran tanto en actuaciones sancionadoras y administrativas, como en acciones encaminadas a la prevención y la resolución de conflictos.Por todo ello, el Defensor del Pueblo recomienda "la creación de un Observatorio del maltrato entre iguales, o una institución similar de ámbito estatal, que sirva de lugar de encuentro para experiencias comunes, de intercambio de iniciativas y de difusión de estudios". Y propone la vinculación de las políticas educativas con las sociales para atender causas de violencia ajenas al centro, la formación permanente del profesorado a todos los niveles; la dotación a los centros de especialistas, orientadores y trabajadores sociales; el fomento de la colaboración de las familias en los colegios; y garantizar la vigilancia de sus espacios e instalaciones."Por su rigor , quiero cerrar el apartado y trabajo reproduciendo una opinión del profesor Moreno Olmedilla a pesar de ser extenso el texto. El epígrafe se titula "La respuesta educativa al comportamiento antisocial en los centros escolares""En el debate acerca de la violencia y el comportamiento antisocial en las escuelas subyacen cuestiones y retos de gran alcance y con profundas implicaciones para nuestra sociedad. En definitiva, lo que «nos estamos jugando» aquí es si la escuela puede continuar siendo un instrumento de cohesión social y de integración democrática de los ciudadanos. Después de décadas de fortísima expansión y democratización educativas, mantener y afianzar el carácter «inclusivo» de nuestros centros de enseñanza parece ser un gran desafío. Así, las medidas de atención a la diversidad, el aprendizaje de la convivencia, la educación en actitudes y valores, se muestran como prioridades irrenunciables para la educación institucionalizada. El carácter no estrictamente académico de dichas prioridades choca, a veces incluso con dureza, con ciertas culturas profesionales dentro de la actividad docente, y aún mucho más con ciertas posiciones ideológicas en política educativa y curricular; y esto es así sobre todo en el ámbito de la educación secundaria, el tramo del sistema educativo donde siempre se concentran los grandes debates de fondo sobre la educación. El riesgo de fragmentación social y cultural, y de deterioro de la escuela pública que tales posiciones sin duda implican, hacen aún más urgente la toma de conciencia de los docentes acerca del auténtico alcance de los temas y problemas que venimos tratando.Podríamos diferenciar entre dos grandes tipos de respuesta educativa ante el comportamiento antisocial en las escuelas. Tendríamos, por un lado, lo que llamamos respuesta global a los problemas de comportamiento antisocial (que técnicamente podría considerarse como prevención primaria) (Moreno y Torrego, 1996). Se trata de una respuesta global por cuanto toma como punto de partida la necesidad de que la convivencia (relaciones interpersonales, aprendizaje de la convivencia) se convierta y se aborde como una «cuestión de centro». Así, el centro escolar debe analizar las cuestiones relacionadas con la convivencia —y sus conflictos reales o potenciales— en el contexto del currículo escolar y de todas las decisiones directa o indirectamente relacionadas con él. Esta respuesta global asume, por tanto, que la cuestión de la convivencia va más allá de la resolución de problemas concretos o de conflictos esporádicos por parte de las personas directamente implicadas en ellos; al contrario, el aprendizaje de la convivencia, el desarrollo de relaciones interpersonales de colaboración, la práctica de los «hábitos democráticos» fundamentales, se colocan en el centro del currículo escolar y de la estructura organizativa del centro. A su vez, los conflictos de convivencia o, más en general, los retos cotidianos de la vida dentro de la institución, afectarían a todas las personas de la comunidad escolar —y no sólo a los directamente involucrados—, por lo que también se esperaría de todos una implicación activa en su prevención y tratamiento.Por otro lado, tendríamos una respuesta más «especializada», esto es, consistente en programas específicos destinados a hacer frente a aspectos determinados del problema de comportamiento antisocial o a manifestaciones más concretas del mismo, que técnicamente denominaríamos prevención secundaria y terciaria (Trianes y Muñoz, 1997; Díaz-Aguado, 1992; Díaz-Aguado y Royo, 1995; Gargallo y García, 1996; Pérez, 1996). Se trata de programas más o menos ambiciosos, desarrollados por expertos, y que se vienen aplicando en centros educativos españoles desde hace años".



Articulo sobre violencia escolar publicado en el Diario Ideal:

Violencia, educación y adolescencia

Por Juan Francisco Delgado Morales (adaptado)
Vemos cómo la sociedad se asombra y se escandaliza por el presunto suicidio del joven Jokin en Hondarribia. Desde entonces no han cesado las noticias sobre la violencia que ejercen los adolescentes alrededor de sus centros educativos y de los llamados lugares de socialización. No es problema aislado, sino que es más común de lo que puede parecer. Es ampliamente reconocido que la televisión y el cine ejercen una marcada influencia en el comportamiento de las personas, especialmente en aquellas que se encuentran en la adolescencia. La televisión y el cine a través de los modelos y de los valores que proyectan juegan un papel clave. Crean necesidades, generan una cultura y valores sociales determinantes, establecen gustos, imponen modas. Siendo así, ¿alguien se extraña de que después de que nuestros niños y jóvenes vean 3 horas y cuarenta minutos de TV, los adolescentes utilicen la violencia como recurso para solucionar conflictos? Cuántos muertos se ven en la pantalla mientras nos tomamos un cocido o un plato de espaguetis. Se calcula que ha habido más de 100.000 muertos en IRAK, que a diferencia de otras guerras han sido televisados en directo. Cuántas películas ven los niños y adolescentes españoles un fin de semana y en las que, para que gane nuestro héroe, han de morir al menos entre veinte y treinta personas, con derroche de efectos especiales y de ketchup por doquier. Dicen que la TV refleja la violencia que hay en la sociedad. Cierto. Pero también es cierto que mostrarla no ayuda a mejorar la convivencia, todo lo contrario: puede alimentar aún más los modelos violentos y retroalimentar el gusto por la violencia. Como dice Gustavo Bueno la ’telebasura’ arrastra un sistema de valores, «diferencian lo que hay que barrer de lo que hay que respetar». Sólo habría que hacer un esfuerzo para identificar los indicadores que puedan identificar este género. Prometen los códigos de autorregulación de las televisiones, pero me temo que chocarán con las audiencias. Ahora que tenemos la navidad a la vuelta de la esquina, es un buen momento para saber elegir: un buen libro, aunque sea para los padres y madres.

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