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lunes, 25 de febrero de 2013

Los lazos familiares: Cómo desarrollar nuestro potencial emocional con los demás


Los primeros vínculos de apego que desarrollamos con nuestra familia son determinantes para nuestro óptimo desarrollo psicológico. La forma de relacionarnos con nuestro entorno está condicionado por cómo hemos construido desde la infancia nuestras relaciones familiares. Si los vínculos afectivos evolucionan con los años y mantienen sanos los lazos, permanecerán siempre como un punto de referencia y un apoyo necesario en los momentos difíciles. 
Los niños/as que sufren carencias afectivas y estimulativas, como por ejemplo aquellos que se hayan institucionalizados, tienen más probabilidad de un retraso en su desarrollo. Cuanto que son adoptados, por ejemplo, enseguidan recuperan su tono afectivo y su desarrollo emocional. 
Es fundamental para los/as niños/as que la calidad del vinculo afectivo familiar sea buena porque ello es una garantía para un desarrollo sano de la personalidad a lo largo de la vida. El niño/a que tiene lo que llaman los especialistas "un apego seguro" está más confiado, explora más su realidad circundante y su personalidad se desarrolla sin trabas. 
A lo largo de la vida el vínculo entre padre y madre es elegido y ese vínculo cambia. La aparición del divorcio y de la llegada de nuevas formas familiares y de nuevas parejas cambia también.   
En el momento que hay una interrupción de ese vínculo, por alguna circunstancia (pérdida de un miembro clave, divorcio de los padres y las luchas por la custodia, o la ausencia de afecto por alguna otra circunstancia..) el proceso de desarrollo psicológico sano tiene más probabilidad de estar en dificultades.   
Si bien es cierto que si hay un vínculo bueno esto facilita la asunción no traumática de la ruptura del vinculo por cualquier causa. Aunque entre una madre y un hijo haya un vinculo muy fuerte, al hijo le cuesta menos cambiar el vinculo que al adulto por regla general le cuesta más, por ejemplo cuando el joven ya se marcha de casa. (ver síndrome del nido vacío). Hay muchas ocasiones en las que este vinculo sirve para pasar mejor y protegerse ante determinados momentos difíciles como una enfermedad, o accidente, crisis de pareja, etc. . Y los padres/madres siempre van a ayudar a sus hijos. Si el vinculo es sano también funcionará al revés, los hijos ayudarán a los padres/madres.  
El entono familiar con expresividad emocional y afectividad es más competente 
Del mismo modo un niño que vive en un entorno familiar adecuado y equilibrado, en el que hay una expresividad emocional y afecto,  va a ser mucho más competente en sus relaciones sociales. Muchas personas en su vida adulta con dificultades en sus relaciones sociales revelan una infancia problemática. “Dime en qué ambiente familiar has nacido, y te diré quién eres”, defiende la teoría de Frank J. Sulloway, psicólogo y miembro del Instituto de Investigación Social y de la Personalidad de la Universidad de California, en Berkeley (EE.UU.).

Los vínculos están relacionados a veces con la ocupación en el cuidado de los hijos/as. A mayor implicación en el cuidado, mayor vínculo afectivo. Por eso es importante la implicación de los dos progenitores en los cuidados y protección de los hijos. Hay padres (¡sobre todo padres!) que dedican muy poco tiempo y tienen poca implicación en el cuidado de los hijos: esto es esencial cambiarlo. Afortunadamente mucho han cambiado las cosas en este sentido y el reparto de responsabilidades ha hecho que las generaciones más jóvenes hayan adoptado otro rol más participativo y por tanto más protector para los hijos/as. 
Hay muchas más probabilidades de que un niño que es un líder en su grupo tenga unas relaciones familiares buenas, en cambio, cuando un niño o una niña está practicando acoso a otros, debemos mirar a su familia para entender que es lo que está pasando. Está muy demostrado que la calidad de las relaciones familiares se transfiere al entorno social en lo que funciona mejor y en lo que funciona peor.           

Patologías familiares 
Las relaciones familiares forman parte de algunas patologías, por lo que algunos miembros de la American Psychiatric Association (APA) solicitan que se incluya un nuevo síndrome, denominado perturbaciones relacionales, en la descripción de ciertos problemas mentales. En este sentido es necesario recibir ayuda psicológica de un profesional, de un buen psicólogo. La terapia familiar es lo indicado en este caso.   
Las perturbaciones relacionales podrían ser descritas como un problema que afecta a una persona o grupo que goza de buena salud, pero que encuentra dificultades en sus relaciones humanas. 

El diagnóstico de las perturbaciones relacionales se aplicaría únicamente a las personas que hayan padecido, como consecuencia de una desafortunada interacción con los demás, depresión, ansiedad o problemas de salud, como un aumento de la presión sanguínea o un estado de estrés.  
Algunos episodios de las relaciones humanas son tan traumáticos que derivan en depresiones crónicas, debilitamiento del sistema inmunitario y fatiga cardiaca. La experiencia psiquiátrica constata que mejorando las relaciones de estos pacientes con sus respectivas familias, se puede actuar positivamente sobre su estado de salud física y mental.
La comunicación familiar 
Ya hemos hablado de la comunicación y su importancia para el bienestar psicológico de la pareja. También en la familia. La base para conocerse, entenderse y ayudarse dentro de una familia es la comunicación entre todos los miembros que la componen. Es necesario dedicarse tiempo, escucharse y transmitirse mutuamente cómo nos sentimos, qué hemos hecho, qué nos gustaría hacer… Pero esta comunicación no debe ser unidireccional, es decir, los padres preguntan y los hijos responden, sino que también los padres deben transmitir cómo se sienten. A los hijos les gusta saber de sus padres y tienen que conocerles. Además, los padres enseñan a los hijos a comunicarse al transmitir sus experiencias y sentimientos, puesto que la comunicación familiar también se trabaja y se educa.
Como mejorar la comunicación familiar 
Es importante tener en cuenta que hay que cultivar la comunicación familiar como un elemento clave de la salud mental de la misma. 
Desde ponerse en el lugar del otro, hasta favorecer espacios para compartir buenos ratos juntos, pasando por evitar el uso excesivo de "distractores sociales situacionales" (televisión, moviles, tabletas, etc...) qyue frecuentemente distorsionan la comunicación natural. Lo que es importante es dedicar tiempo a la comunicación familiar, y no aprovechar el tiempo que se tiene para sacar la lista de reproches o de problemas. Tampoco se trata de escapar de ellos o de pintar una realidad ficticia.  Se trata de hablar de las cosas positivas y de las menos positivas, pero abordándolas sin dramatismos y con honestidad, sin medias verdades y con transparencia. 
Consejos para mejorar la comunicación familiar
  1. No les niegues la palabra a los tuyos, aunque estés muy enfadado.
  2. Mantén un clima de alegría, a pesar de los disgustos o problemas personales. Separa las emociones negativas y maneja con inteligencia emocional el conflicto, sin dramas.  
  3. Espera, sin interrumpir, tu turno en la conversación. Que los demás vean que les escuchas activamente.
  4. Ten paciencia, hasta encontrar el momento oportuno y no terminar en discusión las conversaciones. Haz un esfuerzo porque acaben bien, con alguna anécdota de humor.  
  5. Piensa antes de hablar. Expresa bien lo que quieres decir. Que tu lengua no vaya más deprisa que tu cabeza.
  6. No te dejes aturdir por la falta de serenidad del otro. Conserva la calma. No entres en sus provocaciones. Sois distintos. Marca tu el ritmo de la serenidad. 
  7. Trata los temas conflictivos con compresión hacia el otro. Ponte siempre en su lugar. 
  8. Sé receptivo, escucha y no contradigas por sistema. Adopta un papel constructivo. 
  9. Valora a los miembros de tu familia por lo que son; no te dejes influir por tus impresiones del primer momento. Y si hay algo que cambiar no lo veas como un muro infranqueable. El tiempo ayudará. 
  10. Espera hasta comprender por completo lo que el otro quiera decirte. No hagas juicios previos sobre su actuación o conducta .
  11. Aprende a “bajar la guardia”, y deja la agresividad a un lado cuando surjan temas que, por ser opinables, pueden resultar conflictivos.
  12. Acepta los puntos de vista de los otros, sin imponer siempre los tuyos.Cada uno tiene su punto de vista y ninguno es verdadero o falso. 
  13. Acepta con buen humor las razones de los demás. El humor ayudará. Ríete de tí mismo si es necesario.  
  14. Reconoce los aciertos de los demás, y alégrate con ellos. Reconoceles los méritos.  
  15. Perdona, y pide perdón cuando haga falta. Rectificar es de sabios. 
  16. Olvida la “lista de agravios”. No te lleva a nada. Porque tú digas las cosas no significa que la otra persona vaya a cambiar.   
  17. No pases factura por lo mucho que haces y lo poco que se te devuelve. Hacer las cosas desinteresadamente en la familia es esencial. No buscar en las relaciones familiares recompensas materiales.     
Os dejo el fragmento de la película de "La Vida es Bella" de Roberto Benigni, un relato extraordinario donde se hace una metáfora de lo importante que es para la vida la comunicación en la familia. La escena es espectacular, os la recomiendo:

     
Déjanos tu punto de vista y tus comentarios. Nos ayudan. Les sirven a muchas gente para solucionar sus problemas. Si necesitas apoyo no dudes en ponerte en contacto con nosotros. te ayudaremos.  

                  

domingo, 17 de junio de 2012

La custodia compartida en los divorcios y/o separaciones

Leía hace tiempo (18/9/2004) un artículo sobre la custodia compartida que me hizo mucho que pensar. Se hablaba de corresponsabilidad, de conciliacion de la vida laboral y personal... Pero no se hablaba aún de lo más importante: los derechos de las personas más pequeñas: L@s hij@s .  
Escribia tambien hace tiempo en este blog una serie de consejos para superar la ruptura en el matrimonio o la pareja y entre ellos hablaba de la conveniencia de pensar en la custodia compartida.
Parece ser que en España y en otros países se comienza a establecer un nuevo marco jurídico más favorable a esta nueva situación.  
Los niños tienen derecho a tener un equilibrio psicológico proporcionado por los padres/madres. Es verdad que la actitud ante l@s hij@s no puede no debe cambiar en ese momento (aunque hay padres/madres que reclaman ese derecho a partir de ese momento: cambiar de vida y de formas y tiempos a compartir con l@s más pequeñ@s) . La afectividad y seguridad han de estar siempre presentes, los vínculos afectivos también.

Algunos consejos para acordar la custodia compartida:
  1. Que exista una buena comunicación entre los padres y madres. Es dificil en algunos casos, pero es esencial. Los primeros momentos son muy dificiles, pero hay que pensar que los hijos no se han divorciado de ambos padres... ellos son independientes de la separación. Esto es dificil entenderlo porque a veces los contenciosos y las luchas por los bienes materiales dificultan esta comunicación y la tensan. Mi buena amiga  -la juez Raimunda de Peñafort- decia siempre que la ley debería contemplar la venta automatica del inmueble (divorcio hecho=casa vendida) ya que esta era a veces la verdadera causa de la lucha por la custodia de los hijos. Pero a pesar de eso se puede acudir a un servicio de mediación o a un psicologo que ayude a este importante nuevo marco de relaciones que se establece. Al fin y al cabo después se necesitará hablar mucho y durante mucho tiempo para acordar pautas educativas y acciones concretas. Aunque a veces se tengan disparidades de criterios en temas trascedentales, eso también debe tener un marco de desacuerdo establecido sin traumas o conflictos.    
  2. Que se acuda a mediación familiar para desbloquear situaciones de conflicto.Ya lo hemos dicho anteriormente.  Es esencial recurrir a especialistas en establecer una mediación y unas nuevas reglas de juego, que nos ayuden a salir de la espiral de conflicto y nios sitúe en las necesidades de l@s menores.   
  3. Una relación afectiva con l@s hij@s siempre mantenida. Es importante que ambos progenitores hayan cultivado un vinculo y relación afectiva con l@s menores. Expresar la afectividad, proporcionar seguridad, cuidados, etc. es algo esencial desde el principio, pero también puede desarrollarse de una manera más especial a partir de esa nueva etapa. Aunque el tiempo perdido ya es irrecuperable.    

  4. Es importante pensar en que la nueva situación no puede producir que los niñ@s tengan que hacer grandes desplazamientos. La distancia de los domicilios debe ser lo más cercana posible. Ell@s necesitan también tener unos espacios fisicos de referencia (mismo barrio, municipio...) con la suficiente independencia, pero sin grandes traslados. Clave que sea en la misma ciudad.

  5. El horario laboral de los progenitores debe permitir la conciliación laboral y familiar con la suficiente flexibilidad. Los movimientos y las necesidades de l@s menores deben priorizarse ante esta nueva situación. Los convenios laborales y las leyes de conciliación permiten ya algunas nuevas dinámicas.   

  6. Hablar y dialogar con l@s niñ@s de la nueva situación: Explicar el divorcio debe hacerse. Lo deben hacer ambos padres/madres. Hablar poco a poco de la nueva situación y reponder a las preguntas. Depende de la edad, daremos más o menos información. L@s menores iran marcado el camino. Es importante mantener el diálogo. El tiempo ayudará a mejorar esto, pero las cosas van a cambiar y el dialogo es esencial en esta nueva etapa.   Aqui os dejo este video que lo resume:

Conviene que tengamos en cuenta también en la comunicación las pautas a seguir con ellos:

 Algunas dificultades por las que se aconsejan la Custodia compartida
El profesor Richard A. Gardner acuñó en 1985 el término "Sindrome de alienación parental" para describir un conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor, generalmente la madre, mediante distintas estrategias, realiza una especie de «lavado de cerebro» para transformar la conciencia de sus hijos con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor, hasta hacerla contradictoria con lo que debería esperarse de su condición amorosa. Aunque es muy utilizado en los litigios por la custodia, aún la Asociación Americana de Psicología no lo ha aceptado como tal y no aparece ni en el CIE-10 (OMS) ni en el DSM-IV .
Por ello es recomendable que haya un equilibrio en el contacto con los padres/madres que puedan evitar estas situaciones. Ser un padre o una madre  visitador/a no parece ser lo mejor para el bienestar de l@s niñ@s.

Como consejo general: Pensar en el bienestar de l@s niñ@s antes que en las necesidades de l@s padres/madres por muy legítimas que sean.    

Dejanos aqui tus comentarios y tu experiencia acerca de la custodia compartida, como te ha ido y cómo le ha ido a tus hij@s ....



lunes, 2 de agosto de 2010

El síndrome del nido lleno: "Volver, con la frente marchita..."

   La crisis (que explica casi todo en España), y ello con los divorcios en aumento (unos 131,317 en 2008 y 123,450 en España en el 2009 según el CGPJ), han explosionado otro fenómeno del que ya hablamos muy por encima en el anterior post: El "síndrome del nido lleno" o los "jóvenes boomerang". A los hijos que no se terminan de marchar de casa se suman ahora aquéllos que, tras una situación economica complicada, en el paro, expulsados del mercado de trabajo y con dificultades para hacer frente a sus compromisos, o bien por su separación o divorcio, o por ambas cosas unidas regresan al hogar familiar. No hay datos concretos realizados por ningún estudio científico pero por las estimaciones y el cruce de datos de diversos estudios podemos estimar (hay que ser muy cautos en esta estimación realizada “a la baja”) que casi un 25% de las personas que se han divorciado han tenido que volver al domicilio familiar temporalmente para poder hacer frente a las dificultades de la nueva situación. Es decir que podíamos estar hablando que, en estos dos años, en España pueden haber vuelto al domicilio familiar unas 127,000 personas (entre hombres y mujeres), por lo que hay las mismas familias que pueden estar sumidas en este problema. Hay madres y padres que afirman haber superado ya los dos: el del nido vacio y el del nido lleno. En España de hecho es posible que haya una generación familiar que haya vivido las dos circustancias. Es el caso de Maria Elena “Yo superé los dos, es muy interesante el tema”, nos dice en el Facebook.
Si a los datos expuestos le sumamos el retraso en la edad de emancipación de los jóvenes, nos encontramos con muchos padres maduros, cuando no ancianos, que viven con sus hijos adultos. Este hecho se ha agravado con la crisis económica y con la imposibilidad de pagar las hipotecas o alquileres por parte de los hijos/as.

Al divorciarse, muchas personas rompen vínculos emocionales y sociales, y se refugian en la familia. También pueden necesitar a sus padres para que les apoyen, en el sentido amplio de la palabra, hasta que reestructuren su vida”.

¿Y cómo afecta todo esto a los padres?

o Frustración: La mayoría frustrados porque sus hijos, a los que creían ya asentados, vuelven. Eso sin contar el sentimiento de que se les ha ido el ansiado momento dorado que tanto han esperado de la jubilación. Toda su vida han estado trabajando para que sus hijos cumplieran el llamado “ciclo natural” y ahora, con su vuelta, ponen en evidencia el que no todo el esfuerzo ha tenido su recompensa.

o Cambios en el hogar: Y, en esta nueva situación se producen nuevos cambios: Hay que reajustar la economía (lo mismo para repartir entre más), los espacios (habitaciones, etc.) y los tiempos, que no suele ser sencillo. Los hábitos anteriores suelen cambiar de una forma colosal, aunque se crea que se vuelve a las épocas anteriores .
¿Cómo afecta a l@s hij@s?

o Todo ha cambiado: Aunque los padres suelen pensar que nada ha cambiado desde hace años, que todo es igual que hace tiempo. Y los hijos han cambiado enormemente. Yolanda que ha pasado por ahí nos cuenta que “Es un tema muy delicado que conozco bien, lo viví en primera persona. Para los padres el papel sigue siendo el mismo que años atrás, el hijo ha cambiado (en mi caso 10 años después) y no quiere el papel anterior y a veces como fué en mi caso estaba muy agradecida por poder contar con ese apoyo por tener a la vez un hijo muy pequeño al que no podía atender todo el tiempo que él requería por trabajo y sin posibilidad de ayuda por parte del otro progenitor. Solo tuve a ellos. Se lo agradeceré eternamente, pero los papeles a menudo se confunden y las vidas de todos se ven afectadas. “ ...

o Adaptación al medio: Pero no hemos de olvidar que uno de los grandes problemas que se ha de afrontar es la adaptación y los problemas que ello conlleva. Tanto el nuevo hogar de los padres (de lo que ya hemos hablado) como al dejar el hogar “conyugal” con todo lo que ello significa. . Y los padres y hermanos que continúen viviendo en la casa familiar deben asumir también una serie de cambios importantes con el regreso de una persona que, además, está en una situación de crisis personal tras un cambio traumático de su modo de vida. Se produce, en fin, un conflicto de relaciones que afecta a toda la familia. A su crisis personal (estrés por una relación sentimental fallida) hay que añadir el choque que se produce con el resto de miembros de la familia.

o Cambios a realizar: A la asunción de que su espacio propio en la casa paterna ha desaparecido (su habitación suele haberse reconvertido en salón, biblioteca o dormitorio para las visitas), hay que añadir la dificultad para adaptarse de nuevo a las normas de convivencia de la casa familiar (horarios de comidas, salidas, ayuda en las labores de casa…).

o A vivir que son dos días: Asimismo, aseguran desde la Unión de Padres y Madres Separados, muchos separados emprenden en esta etapa de la separación una búsqueda constante de "recuperación del tiempo perdido" y volver a llevar la vida de soltero sin asumir del todo su nueva situación y la responsabilidad que acarrea vivir en el hogar paterno, y abdican o delegan –como veremos más adelante- la responsabilidad en los abuelos.

Modelo familiar “Made in Spain”
Los hijos que regresan deben ser conscientes de que no pueden partir la vida de sus padres. No pueden perpetuarse roles infantiles o roles anteriores. El caso de Yolanda fue, como muchos, temporal. Cuando la situación vuelve a mejorar hay un punto de retorno. La situación no es igual a otros países. En los países mediterráneos el apoyo de la familia es trascendental, es básico en este y en otros casos. En España el número de personas mayores de 60 años que tiene un hijo en casa supera con creces el 40% según un estudio de La Caixa. Encontramos en el portal Gencat algunos datos y reflexiones sobre el tema muy interesantes.  En los países de cultura anglosajona y en los países nórdicos este caso no se da con tanta frecuencia, los hijos suelen tender a tener una independencia total y no tienen punto de retorno, salvo por enfermedad o dependencia grave. En países como Suecia se llega el 5,3% y en Dinamarca un 5,4%. Esto nos debe hacer pensar si el modelo educativo y de relación familiar en nuestro país es el más idóneo para el desarrollo de nuestros jóvenes. Muchas personas culpan a los propios jóvenes de esto, pero las circustancias indican que existe un sistema aceptado por todos, en el que todos tenemos que intentar cambiar: padres/madres, educadores, hijos…

También se ha podido ver como algunos hijos generan situaciones muy relacionadas con el modelo educativo que se ha generalizado en nuestra cultura de una sobreprotección hacia los hijos. La mejora de la situación social de las familias españolas y un modelo más relacionado con nuestra cultura latina. Al regresar a casa de los padres tras un divorcio se acomodan y comienzan a “disfrutar” de la nueva situación: Comienzan a desentenderse de las tareas del hogar (generalmente las hacen las madres) y comienzan también a delegar determinados cuidados de los hijos (en el caso de que los tengan) a favor de los abuelos. Este hecho se complica y genera un mayor estrés e indefensión en los padres/madres con una avanzada edad y algunos/as en situación de predependencia o dependencia/discapacidad agravada con el paso de los años ya que les resulta imposible poder llevar las tareas de la casa. Por ello es imp'rescindible la corresponsabilidad.    

Algunas soluciones

Hay tres ingredientes que hemos de tener en cuenta para ayudar a solucionar el problema: el tiempo, la paciencia y la libertad vs respeto.

Tiempo: Todo es pasajero, es una situación que tiene y debe tener retorno. La persona que acaba de separarse está atravesando una aguda crisis ya porque ha sufrido un revés sentimental muy importante. A ello hay que sumar, en muchas ocasiones, la pérdida de un estatus económico y/o social que tenía en la nueva vida que había desarrollado al margen de su núcleo familiar de origen. Superar el estrés económico y afectivo lleva un tiempo. Un período temporal que se encuentra dentro de un límite razonable si no supera los 6 meses/1 año. Tras este lapso, si la situación continúa estancada y no se supera de manera natural, lo mejor es recurrir a la ayuda de profesionales que ayuden a la persona a salir de su abatimiento. •

Libertad vs Respeto: Todos los protagonistas del conflicto son personas adultas, por lo que siempre hay que partir de esta premisa para solucionar cualquier roce que surja en la convivencia. Y consiguientemente hay que tener en cuenta que las personas en cuestión son libres para elegir los comportamientos que quieran, aunque teniendo en cuenta que conviven con los demás. La conciliación de intereses y el respeto a las normas es fundamental. redefinir un pacto de convivencia se torna fundamental. Para ello el dialogo es clave. Los padres no deben nunca hacer reproches a su hijo/a porque su situación personal haya desembocado en una relación fallida, ni recordarle que ya le advirtieron del peligro que corría si unía su destino afectivo a una persona que a ellos no les gustaba. Por su parte, los hijos deben adaptarse a la rutina del hogar familiar durante el tiempo que permanezcan en casa de sus progenitores y saber agradecer el apoyo que les brindan sus padres y hermanos. 

Paciencia: Entendida como un valor relacionado con no actuar impulsivamente sabiendo que la adpatación llegará, tarde o temprano. Aunque difícil en momentos de crisis, es la mejor arma para tratar de solventar los roces cotidianos y evitar que la convivencia se haga imposible. Hay que saber relativizar y dar la importancia real que tienen los problemas que van surgiendo a diario. Saber distinguir entre lo urgente y lo importante. Y, además, saber que el período de la vuelta del hijo a casa suele ser transitorio, mientras supera un bache afectivo y/o económico. La solución ideal es que la persona en cuestión rehaga su vida de una manera independiente de sus padres, ya que el divorciado es una persona adulta y siempre es menos traumático manejar su propio destino que tener que regresar a la casa paterna y abordar de nuevo una etapa ya superada.

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