domingo, 20 de julio de 2008

Silencios: Descubre tus esencias

El silencio forma parte de la comunicación. Empleados de forma consciente o inconsciente, siempre transmiten algún sentimiento o estado de ánimo. La dificultad estriba en saber identificarlos y reconocer su significado.
Decía Martin Luther King que "Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos." Ese silencio es uno de los que se refería también Hemingway cuando decía aquello de que "Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar." Saber manejar los silencios es también algo muy importante en la vida. Cuando en nuestras relaciones personales entra el silencio es también muy indicativo para evaluar nuestra comunicación. A veces un silencio vale mas que mil palabras.
El ejemplo lo tenemos en la música: Podemos comprobar que la mejor forma de apreciar la música es desde el silencio, sin otros sonidos que distraigan nuestra atención. Pero el silencio, a menudo también es una especie de sonido: si la música es cortada de repente por un silencio, ese silencio será escuchado con toda claridad.
Nadie enciende una lámpara y logra ocultar su luz. Lo mismo sucede con la vida, no podemos ignorar lo evidente, por eso los silencios, a veces, responden a temas que forman parte de la vida pero intentamos negar.
Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca. Sé breve y preciso ya que cada vez que dejas salir una palabra por la boca, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi. De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía. Nunca hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de negativismo.

Algunos consejos sobre los silencios.

Si no tienes nada bueno, verdadero y útil, es mejor quedarse callado y no decir nada. Aprende a ser como un espejo, escucha y refleja la comunicación de la persona que habla contigo. Si no tienes nada bueno, verdadero y útil, es mejor quedarse callado y no decir nada. Aprende a ser como un espejo, escucha y refleja la energía.

Hay quien piensa que hablar es en realidad pedir de forma encubierta. Así que las personas que hablan sin parar casi siempre están pidiendo cosas de cuya necesidad ni siquiera son conscientes o, quizá, ocultando lo que realmente les importa.

Si entraran por unos instantes en el silencio, si se escucharan a sí mismas, descubrirían lo que realmente desean. Pero entrar dentro de si exige la actitud de quien entra en una catedral, la sensación de contemplar una maravilla ante los misterios que encierra.

¡Silencio, se rueda!, se grita al iniciar el rodaje de una escena cinematográfica. Todo el mundo calla, contiene la respiración y se inicia la acción. ¡Silencio, se vive!, podríamos repetir cada día al levantarnos. Seguro que nos ayudaría a recordar que la vida es una gran obra de arte y que cada mañana recomenzamos el Gran Teatro del Mundo.

Aunque parezca una paradoja, el dialogo genuino exige más silencio que palabras, mucho tiempo para la comprensión, la reflexión y la empatía. De otro modo, las frases se cruzan y entrechocan como los floretes en la esgrima, ya que cuando se apagan las palabras se enciende el silencio como la hoguera que alimenta otros resplandores. ¿Quién no ha vivido esos momentos de comunicación mágica y callada ante una puesta de sol o las última brasas crepitantes de una chimenea?

Los silencios en la pareja

(Para ampliar la infiormación ver el capítulo de la comunicación en la pareja)

Los silencios que se producen en las conversaciones también tienen un sentido propio, pero son más difíciles de interpretar. La clave para entenderlos y evitar que perjudiquen la relación está en saber qué los ha provocado. Una vez descubierto su objetivo, será mucho más fácil saber cómo actuar.

Estrategia para llamar la atención
Los niños pequeños utilizan los lloros y las pataletas para lograr la atención de los padres. Los adultos, en cambio, emplean mecanismo más sutiles para conseguir lo que quieren y el silencio es uno de ellos.

Si sospecha que tu pareja se calla y emplea el silencio para que le hagas caso, planteate si existen razones que justifiquen su actitud. Si la respuesta es negativa, la estrategia a seguir es ignorar su comportamiento, mostrando indiferencia. De lo contrario, el silencio logrará el efecto que buscaba- molestar- y se habrá reforzado la idea de que es adecuado y eficaz.

Después de una pelea
Una persona que en una discusión se calla, lo hace como castigo hacia la persona que le ha causado la ofensa. Normalmente este tipo de reacciones han sido aprendidas en la infancia. Es habitual que los padres utilicen la estrategia del “ya no te hablo”, para castigar a los hijos. Sin embargo, se le debe hacer entender que en vez del silencio, hay otros modos más eficaces de afrontar los problemas.

Querer estar solo para reflexionar
Estos silencios pueden ser útiles si se utilizan para reflexionar, razonar o digerir una situación. Esta actitud debe ser respetada. No se debe atosigar con un interrogatorio. Se puede preguntar si el motivo del silencio es para pensar sobre algo y ver si ese algo le atañe, porque a veces, los pensamientos pueden jugar malas pasadas y, sin querer, se pueden sacar conclusiones erróneas imaginando lo que le puede suceder a la otra persona.

No es capaz de expresar sentimientos
Esta situación es más común en hombres que en mujeres. A las féminas se les enseña desde pequeñas a contar y expresar sus sentimientos a los demás; por el contrario, a los chicos se les anima a esconder sus emociones (de ahí, el tópico de que un hombre no debe llorar). Esta es una clave muy importante de la comunicación en la pareja.

Estas situaciones han de ser comprendidas, y aprender a entender los pensamientos callados; es difícil, no imposible. Además, es más eficaz intentar comprender la situación que exigir palabras.

Silencios como solución de conflictos
Si se emplean como medio para solucionar conflictos , donde la necesidad de hablar es imprescindible, estos sólo logran un distanciamiento entre las personas que los utilizan.

Los silencios así empleados han de evitarse si se desea mantener una buena relación. A veces ayudan a expulsar emociones, a llorar o pensar; pero usados frecuentemente en conflictos para evadirlos o ignorarlos, pueden enmudecer a la persona ante situaciones en las que debería hablar y afrontar.

Los silencios en la pareja como un síntoma de un problema han de abordarse escuchándose a uno/a mismo/a, reconociendo sus deseos y afrontando las cosas con nuestro corazón y con la inteligencia emocional suficiente como para que la situación no vaya esclerosándose con el paso del tiempo. Recuerda que el tiempo siempre es un aliado para que nos pasen cosas positivas y para cumplir nuestros deseos. Para ello tambien es importante la sinceridad, decir la verdad. (ver capítulo sobre sinceridad)

El silencio en la política
Es bastante infrecuente encontrar silencios en la política. Generalmente es en un ámbito de la vida donde el silencio tiende a olvidarse. Inlcuso cuando se maneja por parte de los líderes se interpreta como una ausencia o una uhida. En la democracia declarativa que nos hemos instalado los responsables políticos se han acostumbrado a esta dinámica y generalmente escuchan poco. Mejor dicho se escuchan mucho. Por eso es necesario recordar -y por eso lo incluimos en este blog- que tambien en la vida pública, y sus responsables han de aprender y ejercitar con mucha frecuencia el silencio y la escucha...

Querer imponer el silencio

Por otra parte hay quien quiere imponer los silencios desde la política, o desde la vida personal. Imponer el silencio, es impedir la libertad. es impedir, es obligar a las personas a dejar de ser el dueño de su comunicación. Estar sileciado es también una forma de morir. Por eso es tan importante que los silecios los elijas tú, no sean impuestos. Por eso es importante en ese caso poner palabras a los silencios. Tambien es necesario poner palabras a los que son silenciados, a los que ya no interesan...a los que los silencios acaban también matándolos. En la política, en estos casos, no dabe haber silencios.

Los mejores momentos con silencios
Las ideas más fructiferas, los grandes descubrimientos, las mejores obras literarias se han gestado desde un profundo silencio previo, desde esa cualidad del alma que hace avanzar lo más noble del corazón humano. La auténtica creatividad imita el avance silencioso de la naturaleza exenta de alborotos.

Claude Debussy definió la música como "el silencio de las notas", ya que desde el corazón del silencio todo es posible y verdadero. Quizá sea esta la cualidad de cualquier obra de arte: comunicar la esencia desde su mudez primigenia y universal, saltando por encima de los siglos y de las culturas. Pero el auténtico silencio requiere la paz de las emociones. Cuando el miedo o la cólera se apoderan del corazón, son como truenos que irrumpen en la calma del valle, o piedras arrojadas en la superficie tranquila de un lago. hemos de estar en paz con nosotros mismos para apreciar y gestionar el silencio.

Ese es el auténtico silencio que surge de dentro y que es un bien leve como los pasos del niño sobre la arena, sigilosos como el caer de la nieve, delicado como los gestos de la persona enamorada. Escucharlo de verdad es como escuchar el latido de nuestro corazón o nuestro propio aliento.

http://blufiles.storage.msn.com/y1pG1WYKgB_s-3pttpWrc5Z-5ecKpezoZzbEW5GjjW9bw1e4s83MD0GrsGhv2IECg6O

martes, 8 de julio de 2008

Secretos

"Para guardar un secreto se necesita de dos. Para que todos se enteren, de tres..."" Eres dueño de tus silencios y esclavo de tus palabras". Son frases que expresan el cómo las personas vivimos los llamados "secretos". Recientemente la pelicula Mataharis hablaba de si se puede tener algún secreto. El trabajo detectivesco descubría que no. ¿Nadie puede tener secretos? pero ¿hasta dónde tenemos que compartir el ámbito privado?. Podemos entrar en los e-mails de nuestras parejas igual que antes se abrían las cartas con el vapor de la olla, pero ¿tenemos derecho a hacerlo? Dice Iciar Bollain, la Directora de la pelicula, en una entrevista que esto del espionaje se está volviendo de lo más cotidiano. Esa vigilancia te despersonaliza, te hace objeto. Vas perdiendo el control de tus actos y de tu intimidad. Y sin embargo muchas veces vivimos con alguien sin saber lo que piensa, lo que desea, sin conocernos. La pérdida de confianza, la incomunicación, el desamor se muestran por las miradas, los gestos y los silencios de los protagonistas. Buscamos los secretos de los demás, mientras dexonocemos muchas veces la vida y los sentimientos de los que tenemos más cerca. A veces estas personas descubren que hay mentiras propias que no han sabido ver y verdades que es mejor no revelar.

¿Que es el secreto? ¿Que podemos considerar como s
ecreto?

La palabra secreto deriva del latín secretus: “apartado, escondido, oculto”.
Traicionar un secreto es “dejar escapar, descubrir, revelar o divulgar”. Podemos ocasionalmente revelar un secreto “dejando caer” (alguna cosa). El término traición deriva del latín tradere: “entregar, rendir, dar”. Comparte una dimensión moral que entra en juego cuando oímos algo acerca de la traición intencional de los secretos: “chismorrear, cotillear, delatar, denunciar”. Está rodeado de expresiones como: “¡A mi no me lo cuentes!” o “No me vengas con chismorreos”.

Como en todos nuestros comportamientos hay también un lenguaje no verbal que rodea al secreto. A veces la promesa que nos piden que hagamos para guardar un secreto se plantea de forma muy sutil. Incluso no hace falta una promesa explícita. Ciertas costumbres sociales tienen un efecto similar. La frase "sub rosa" (bajo la rosa) significa “en secreto”. La rosa era símbolo de secreto en el mundo antiguo. Por ejemplo, Cupido sobornó a Harpócrates, el dios del silencio, con una rosa, para que no descubriera los amores de Venus.

La traición de los secretos confiados es algo detestable que habla de una persona inmadura. En una amistad, lo más terrible que puede suceder es la traición de cosas que son verdaderamente personales, confidenciales y secretas. De forma similar, el cotilleo puede ser una forma de decir (traicionar) y construir (distorsionar) secretos.

Los enigmas, los rompecabezas, las adivinanzas, los misterios, están todos ellos asociados con el fenómeno del secreto. Los cuentos populares, leyendas y mitos abundan en historias de secretos.

Guardar y compartir secretos son experiencias humanas únicas
Son muchos los ejemplos que podemos poner de secretos. Las acciones clandestinas, buscar un escondrijo, taparse los ojos, enmascarar una intención, ocultar una decepción, disimular una emoción, guardar un tesoro; todas estas expresiones, de una u otra manera describen el secreto. Siempre que hay por medio un secreto, parece que existe una referencia a algo escondido, a ocultar algo. Y pueden acarrear emociones, sentimientos, significados y valores muy diferentes. Tener, guardar, descubrir o confesar un secreto no nos lleva a pensar que un secreto es simplemente cualquier “cosa”. En concreto, el secreto constituye una experiencia de relación entre las personas. Podemos distinguir tres formas de vivir el secreto: el secreto existencial, el secreto comunicativo y el secreto personal.
  • Secreto existencial: me siento junto a la cama de mi hijo/a y charlamos. Comparto esos momentos únicos con la persona que quiero. Son esos momentos en los que, con más o menos frecuencia, se establece una unión que es totalmente única. Es posible que no se sienta este grado de intensidad en la intimidad con ninguna otra persona. Soy consciente de mi complicidad con el/ella. Siento que los conozco. Es algo sublime, compartir algo con alguien que sabes que no comparte con nadie mas que contigo.

Pero a veces una experiencia perturbadora puede destruir este sentimiento de conocer. De repente me recorre un estremecimiento de asombro, una extraña sensación de misterio me domina; cómo este ser humano al que conozco tan bien y del que me siento más cerca que de nadie, está sin embargo tan radicalmente separado de mí. ¿Cómo es posible que este niño, mi propio hijo, suponga para mí un secreto mayor que cualquier otra persona con la que me he encontrado? ¿como es posible que mi parezca se comporte a veces como un/a extraño/a?

Por supuesto, toda persona es, en este sentido, un secreto para nosotros. Jamás dos personas pueden estar completamente abiertas la una a la otra. Tampoco es aconsejable. Forma parte de las relaciones humanas el que al otro se le perciba, en último extremo, como un misterio, como un secreto existencial que nunca se puede revelar o desvelar totalmente.

  • Secreto comunicativo: este secreto es característico no sólo de nuestra experiencia de los niños. Muchos adultos, también, en virtud de algunos rasgos, son incapaces de comunicar todos sus pensamientos o sentimientos, incluso aunque deseen hacerlo. Lo hemos visto antes en este blog y les hemos llamado analfabetos emocionales. Tanto si nos gusta como si no, hay un límite en lo que somos capaces de compartir con los demás. La persona que conversa con nosotros y nos expresa ciertas ideas, es posible que no intente tener secretos. Y aún así sentimos que hay límites “naturales” para la comprensión interpersonal, y estos límites se pueden sentir en cierto modo como si se guardaran secretos. Si no comprendo a alguien, puedo sentir que esa persona es un secreto para mí, un secreto que me gustaría desvelar pero que en cierto modo permanece cerrado a mis poderes de interpretación.
  • Secreto personal: Existe el hecho de que a veces decidimos no compartir ciertos pensamientos con los demás. Es el caso normal de guardar secretos personales y tienen consecuencias para las relaciones personales. Éstas tienden a ser menos abierta, menos íntima, menos espontánea. Pensar en un secreto es pensar en personas a las que estamos ocultando algo. Éstos se ocultan a personas que nos importan: padres, hermano, hermana, amigo etc… La imposibilidad de guardar un secreto puede tener que ver con la ansiedad de separación de esos seres queridos. Para un niño pequeño, ocultar un secreto a su padre puede suponer: por una parte, ser consciente de lo estrechamente que está ligado a esa persona y por otra parte flexibiliza y relaja la relación. Por ejemplo una niña siente las normas paternales como irracionales y fuertemente opresivas. Su escondite de los tebeos constituye, un gesto de desafío y de independencia. Al construir este mundo secreto, la niña hace varias cosas: está cuestionando la validez de las órdenes “absolutas” de su padre, aflojando así una relación fuertemente sentida hacia él, confirma un sentimiento de identidad personal y parece estar poniendo a prueba las consecuencias de violar la prohibición paterna; por supuesto que de niño una nunca sabe si, después de todo, puede haber o no un daño inesperado por hacer lo prohibido. Para un adulto está claro que se miden las consecuencias en las relaciones personales y se teme la pérdida o el conflicto en las relaciones personales ante los llamados secretos.
  • Secreto profesional: Es aquel que se obtiene en base a una confidencia profesional bajo el juramento implicito de respetar la intimidad y que está ligado al ejecicio de una profesión : Médico, Psicólogos, Abogados...
¿Sabemos guardar un secreto?
Hay secretos agradables, secretos profundos, secretos íntimos, secretos sociales; pero hay también secretos terribles, vergonzosos, tremendos, espantosos, repugnantes. Percibimos deseos secretos, placeres secretos, temores secretos, obsesiones secretas.

Pero lo que estos secretos oscuros y patológicos tienen en común con aquellos que son agradables o más benignos, es que los secretos del pasado pueden tener sus efectos en el presente. Las buenas obras y las malas de una generación viven frecuentemente en generaciones sucesivas. Es más, una actitud con tendencia al secretismo o a la interioridad por parte de los padres no es raro que pase a sus hijos como un rasgo de carácter. La pregunta clásica, ¿somos capaces de guardar un secreto?, tiene muchas posibilidades: nos hace conscientes del hecho evidente de que muchas personas lo pasan muy mal guardando secretos; nos invita a convertirnos en confidentes, en amigos de confianza. Compartir con alguien un secreto puede implicar muchas consecuencias sutiles para la relación que tenemos con esa persona.

Pero, qué pasaría si a la pregunta contestamos: no, lo siento, lo paso fatal si tengo que guardar secretos. ¿Qué significa, estamos admitiendo que no hemos crecido lo suficiente para ser capaces de guardar un secreto?. Quizás creemos que podemos vernos moralmente comprometidos.

Yo creo y comparto este pensamiento con muchos colegas que el guardar secretos, “con un significado positivo o negativo”, es uno de los logros más importantes de los seres humanos. El secreto produce un ensanchamiento de la propia vida, ofrece la realidad de una experiencia de la vida humana mucho más compleja. Una vez que las personas son capaces de guardar secretos, comienzan a vivir en dos mundos. Y este segundo mundo influye profundamente sobre la realidad primaria, dicha influencia tiene un peso moral en las relaciones íntimas y de amistad.

Hay muchos profesionales que opinan que no poder tener secretos significa perder el control acerca de cómo los demás nos miran.

Se guardan secretos por determinados motivos. Los modernos medios de comunicación y los valores democráticos han creado un espacio público cada vez más abierto y revelador. Algunos de los poderes: empresariales, médicos, financieros, militares y religiosos siguen la pista de todo lo que hacemos y dejamos de hacer en nuestra vida personal y pública. La posibilidad de que algún otro tenga acceso a nuestros secretos nos coloca en situación de inferioridad en nuestras relaciones personales.

Además de crear realidades ocultas, además de las dimensiones morales; el secreto juega un papel en la función educativa o pedagógica del crecimiento personal de los niños y adultos. Cuando el niño aprende que los pensamientos y las ideas se pueden guardar dentro y no son accesibles a los demás, entonces se da cuenta de que hay un cierto tipo de demarcación entre su mundo: lo que es “interior” y lo que es “externo”. Es lo que se ha dado en llamar “formación de los límites del yo”.

Incapaces de guardar secretos
Son las personas incapaces de callarse a tiempo, que , además, pueden ocasionar graves perjuicios a sus confidentes, aunque, a veces, no sean conscientes de ello. ¿Impulsividad, falta de ética o tendencia a sentirse poderoso con las confidencias ajenas? Esa dificultad para guardar secretos reside una sensación muy positiva, asociada a saber disponer de una información privilegiada. Tener una información que solo uno conoce nos transforma en un ser deseable en la esfera social, y nos hace creer que al contar algo que nadie sabe, se nos considerará más importantes. Es tambien estar dando las claves de que no puedes confiar nada en quien te hace la confidencia.
De hecho, sostenemos la atención de quienes nos escuchan mientras desvelamos el secreto. Pero esa atención es efímera y débil comparada con el gran daño que podemos causar y con el sentimiento de culpa que puede sobrevenir después por haber aireado una información secreta. Sin embargo, los efectos a corto plazo priman sobre los demás. Es igual a cuando nos dicen: "No pienses en un prisma blanco". Lo primero que se nos aparece es esa imagen. Cuando tenemos una información en nuestro poder que sabemos que es especial y que no se puede sacar a la luz, la archivamos en un lugar del cerebro al que se accede con facilidad. No podemos remediar la tentación de pensar en ello y se puede acabar corriendo el velo, justamente porque se nos ha remarcado que era elemental ocultarlo.
Revelar un secreto como venganza
Dice el refrán que "la venganza es un plato que se sirve frío", pero hay algunas personas que cegadas por el odio, el rencor o el dolor, buscarán a toda costa devolver ese daño. "¿Y cuál es la mejor forma de hacerlo? Desprestigiando a alguien, llegar a contar sus secretos como modo de reparar nuestra herida, aunque todo dependerá de la personalidad que se tenga. Luego, con el tiempo la culpabilidad inunda esa revelación y llega el arrepentimiento que ya llega tarde. No es extraño ver casos de mujeres y hombres, que ante la venganza de un engaño o una infidelidad de su pareja lo desprestigian ante sus amigos o personas allegadas contando un secreto íntimo que lo ridiculiza o que hace "caer" su imagen ante los demás. También los rasgos del carácter de cada uno influyen: Un introvertido es probable que guarde los secretos, aunque esté muy dolido y molesto, porque su forma de ser se lo impone. En cambio, si es extrovertido y confiado, debería diferenciar entre sus amigos íntimos, circunstanciales y compañeros de trabajo y frenar su locuacidad, según con quien se encuentre.






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