lunes, 30 de julio de 2007

Planificar las vacaciones, la mejor forma de ser más feliz en ellas

Todas las personas o se han ido o están a punto de irse unos días de vacaciones (los más afortunados desde luego) y por ello nos hemos atrevido a incluir algunos consejos al respecto.

Nos preparamos para disfrutar de nuestro descanso...

Lo primero que tenemos que tener conciencia es de algo fundamental y no siempre fácil de llevar a término, no hay que obligarse a disfrutar. El entorno, la compañía puede ayudar a que sea agradable el instante, pero de ahí a determinar nuestro bienestar sólo por ello… debemos de tener claro que nuestro bienestar no depende sólo de condiciones materiales (Hotel de lujo, pareja, descanso, depende tambien de otras cosas.
Es importante que no planifiquemos toda la actividad del día. Está muy bien tener un objetivo principal y algún otro secundario para cada jornada, pero hay que dejar lugar para la sorpresa, para los cambios de planes, y también para algo de aburrimiento. Si nos permitimos esto último notaremos que nuestra capacidad para disfrutar de las cosas aumenta. Nos será más sencillo estar relajados y finalmente desconectar mejor de las responsabilidades y preocupaciones cotidianas.
Si el objetivo fundamental de las vacaciones es descansar, no siempre estar tumbado al sol o en un sofá es la mejor manera de conseguirlo. Desde luego si nos sentimos físicamente cansados está bien que nos permitamos dormir más y que se disminuya en los primeros días la actividad puramente física. Pero pasados los tres primeros, es bueno que para ayudarnos a la desconexión psicológica realicemos tareas, deportes, quedemos con otras personas para realizar planes que durante el resto del año no nos da tiempo a realizar, etc. Cambiar nuestras metas nos ayudará a sentir desconexión. Realizar tareas que no requieran demasiada atención nos puede mantener la mente demasiado volcada en los conflictos y demás problemas que vivimos día a día.
Si las vacaciones son largas (un mes o más) es importante que favorezcamos poco a poco el retorno a la rutina. Puede hacerse intentando, la semana antes de la vuelta, ajustarse a los horarios que luego serán los habituales. También se puede ir retomando puntualmente algunas tareas no vacacionales, como preparar una reunión que está pendiente para la vuelta, releer unos apuntes sobre una asignatura que guste… Desconectar en exceso puede acabar generando un problema de adaptación posterior. Favoreciendo la aparición de síntomas depresivos y de ansiedad normalmente de carácter transitorio. El síndrome postvacacional puede estar relacionado con ello.
Ni que decir tiene, que además de los consejos para el mejor disfrute psicológico de las vacaciones no hay que olvidarse de los ya clásicos consejos relacionados con la prudencia en la carretera, con el uso de cremas protectoras del sol y el abuso de sustancias como el alcohol…

Vacaciones seguras, vacaciones felices

La receta para tener un feliz viaje de vacaciones es muy simple: basta con actuar en forma prudente y responsable.

Antes del viaje

Es bueno planificar todo con anticipación, compartiendo responsabilidades con los demás integrantes de la familia. De este modo nadie se sobrecargará de trabajo y se evitarán sorpresas desagradables.


· ANOTE las cosas que deberá llevar, en función del largo del trayecto y del tiempo de permanencia fuera del hogar. Agua (en la época de verano hace mucho calor y se necesita más líquido, aunque hay dispensarios de agua practicamente en todos los lugares. Si va a un país poco desarrollado prevea el agua mineral que van a beber)

· DEFINA el itinerario, tanto para la ida como para el regreso. Prevea los lugares de detención para descanso y alimentación. Para los niños es importante prever que deben estar no más de dos horas sin parar y descansar un poco.

· INFÓRMESE del estado de las carreteras y caminos y del clima en los lugares que va a visitar. En el caso de los aeropuertos asegurese del tiempo medio de espera y las medidas de seguridad. Confirme con la compañia aerea o con su agencia de viajes que el vuelo está en la hora y el día previsto antes de partir hacía el aeropuerto. No olvide las últimas medidas de seguridad de los aeropuertos que le obligan a desechar una serie de objetos.

· REVISE, en el caso de que vaya con su vehiculo, el nivel de agua y aceite, la presión de aire en los neumáticos, la rueda de repuesto y llene el estanque de bencina, el día antes de partir.

· CARGUE el coche la noche anterior, cuidando que elementos como bicicletas, coches u otros no tapen las luces traseras del vehículo ni quiten visibilidad al conductor. Dése tiempo para revisar su automóvil.

Controle especialmente: · frenos · dirección · luces · neumáticos · niveles

No olvide llevar: · botiquín · triángulos · caja de herramientas · bidón con agua · linterna · cuerda para remolque · agua destilada · líquido de frenos · correa de ventilador

¡Llegó la hora!¡Por fin está todo listo! Valió la pena organizarse con tiempo, ¿verdad? Pero, atención, que en este momento también es bueno tener en cuenta ciertos consejos.
· EVITE llegar del trabajo y partir de inmediato. Mejor descanse bien esa noche y salga a la mañana siguiente, cuando se encuentre en perfectas condiciones físicas y psíquicas.
· Nunca consuma bebidas alcohólicas ni medicamentos -sean estimulantes o tranquilizantes- si va a conducir. Tampoco coma demasiado antes ni durante el viaje.
· RESPETE las normas y señales del tránsito y esté siempre atento a las condiciones de éste, evitando distraerse con situaciones ajenas a la conducción. Tampoco se enfrasque en discusiones ni buscando la ruta con el mapa mientras conduce.

· MANTENGA una velocidad y distancia prudentes, de acuerdo a las características y condiciones de la vía. Recuerde que los imprevistos son precisamente eso: imprevistos.

· LLEVE juegos, revistas y/o golosinas para que los niños no se aburran (no olvide llevar una bolsa para la basura y tirar ésta en el lugar adecuado, no en la vía).

· MANTENGA una temperatura adecuada dentro del auto y la radio a un volumen moderado. · Los bebés y los niños pequeños deben ir en su silla de seguridad, siempre en asiento trasero. Nunca sueltos ni en brazos de algún pasajero.
· RECUERDE que en los caminos rurales, e incluso en las carreteras, pueden cruzarse animales, personas, carretas u otros vehículos.

· DETENGASE en un lugar seguro cada vez que se sienta cansado. No olvide que no se debe conducir durante más de tres horas seguidas.

· DISPONGASE a relajarse y pasarlo bien, manteniendo la calma y el control frente a la agresividad de otros conductores. Sea amable; los errores de otros pueden ser involuntarios. · USE siempre su cinturón de seguridad y pida a los pasajeros que también lo hagan. · En lo posible, evite circular en horas "punta" o en días en los cuales se sabe que habrá más tráfico que lo normal. Es preferible viajar un día antes o uno después, que correr riesgos en una carretera demasiado congestionada.

Y felices vacaciones.....
Cuentanos tu experiencia acerca de tus vacaciones....

miércoles, 13 de junio de 2007

Las pesadillas


Casi todos hemos experimentado un sueño que provoca ansiedad o miedo. Algunas personas sueñan con la misma pesadilla repetidas veces. Otros sufren pesadillas cuyo contenido cambia a pesar de contener el mismo mensaje. Son comunes sueños en los que la persona se cae, es perseguido, atacado, llega tarde para un examen, es incapaz de moverse o gritar, está desnudo en público.... Este tipo de sueño suele reflejar la incapacidad del soñador para reconocer y resolver los conflictos en la vida real.
Es importante destacar que casi todas las pesadillas recurrentes intentan dar un servicio importante al soñador. Si, al tener una pesadilla, nuestra reacción es intentar olvidarla cuánto antes, entonces perdemos una ocasión para aprender de ellas y no haremos caso al mensaje que nos intentan transmitir.


En este sentido, las pesadillas se pueden considerar como una forma de identificar y tratar problemas personales. A veces nos advierten sobre pautas de comportamiento actuales o desequilibrios psicológicos que debemos resolver. Según algunos expertos, si logramos hacer caso al aviso y buscar una solución en la vida real, dejaremos de tener la pesadilla, o volveremos a tener el sueño pero con otro final - la conclusión ideal - que representa la prueba definitiva que hemos resuelto el problema.

¿Que es la pesadilla?

La pesadilla es un ensueño angustioso y tenaz, frecuentemente con opresión del pecho y dificultad de respirar (ver parálisis del sueño). Las pesadillas generalmente tienen lugar durante períodos de sueño con movimiento ocular rápido (fase MOR, movimiento ocular rápido, en inglés fase REM por "Rapid Eye Movement").
Hasta cerca del siglo XVIII, las pesadillas eran a menudo consideradas obras de demonios, los cuales se creía se sentaban sobre los pechos de los durmientes, oprimiéndolos con su peso, lo que originó el nombre de pesadilla (nombre derivado de peso). Varias formas de magia y posesión espiritual fueron también consideradas causas. En la Europa del siglo XIX se creía que las pesadillas eran causadas por problemas digestivos.
Actualmente se sabe que las pesadillas son provocadas por causas fisiológicas, tales como fiebre elevada, o por causas psicológicas, tales como un trauma inusual o estrés en la vida del durmiente. Los movimientos corporales ocasionales en las pesadillas pueden servir para despertar al durmiente, ayudando a evitar la sensación de miedo que es uno de los componentes de las pesadillas.

¿Por qué se sufren pesadillas?
Según los expertos, las personas tienen pesadillas por uno de los siguientes motivos:
->un estado emocional débil,
->un recuerdo - consciente o subconsciente - de un acontecimiento traumático,
->un factor externo (por ejemplo, el ruido que hace la calefacción o aire acondicionado al apagarse todas las noches) del que las personas no son conscientes pero que detecta su cerebro, produciendo un cambio brusco en su sueño.
->una personalidad caracterizada por ansiedad, inseguridad o nerviosismo.

¿Cuándo se suelen tener pesadillas?

Normalmente, durante la noche, entramos en dos estados distintos de sueño. El primer estado es conocido como "SWS" (sueño con ondas lentas) y, después de unos 90 minutos, normalmente entramos en la segunda fase llamada REM (sueño con movimientos rápidos de los ojos). Durante el resto de la noche, alternamos entre estos dos estados. La mayoría de pesadillas ocurren durante la fase REM. Solo un 4% de pesadillas ocurren durante la fase SWS y son conocidas como "terrores nocturnos". No se recuerdan: Las personas no suelen recordar el contenido de estas pesadillas. Tal vez se despiertan sudando o gritando, y sin embargo son incapaces de saber qué es lo que han soñado.


¿Cómo se pueden controlar y curar las pesadillas recurrentes?
Hay varias medidas que uno puede adoptar para evitar tener pesadillas. Aquí detallamos las que aconsejan algunos expertos:
-> Evitar el consumo de alcohol antes de dormir. Aunque algunas personas creen que el consumo de alcohol les ayudará dormir mejor, no es así. Tal se duerman antes, pero a las pocas horas en cuanto su cuerpo ha conseguido eliminar el alcohol de su sangre, el efecto sedante del alcohol desaparece lo que puede provocar que se despierta o bien que sufra una alteración en el sueño y una pesadilla.
-> Evitar el consumo de estimulantes antes de dormir. El café, té, un refresco energético... pueden actuar sobre su metabolismo e incrementar su nerviosismo y ansiedad, haciendole más vulnerable ante la posibilidad de sufrir una pesadilla
-> Si duerme en una casa donde se escuchan ruidos, bien por el sistema eléctrico de la casa, bien por ruidos del exterior, póngase unos tapones en los oídos para comprobar si estos ruidos provocan un cambio brusco en el estado de sueño que le lleva a sufrir pesadillas
-> Intentar escribir todo su pesadilla sobre papel, luego leerlo en voz alta a otra persona y luego romper el papel en pedacitos y tíralo. Tal vez tenga un efecto terapéutico que llegue a su subconsciente
-> Probar la técnica"Lucid Dreaming" (sueños lucidos), promovido sobre todo por el experto en sueños Dr. Keath Hearne. Este experto dice que hay que enseñar a las víctimas de pesadillas cómo lograr convertir a su pesadilla en un sueño lucido, es decir un sueño en el que la persona se da cuenta de que su sueño es precisamente esto, algo irreal y por tanto no debe asustarse. El siguiente paso es controlar los acontecimientos desde el propio sueño, como si fuese el director de una película.

Los niños, las pesadillas y los terrores nocturnos


¿Qué son las pesadillas?
Las pesadillas son sueños alarmantes que despiertan a los niños y les hacen tener miedo de volverse a dormir. Las pesadillas pueden producirse sin ninguna razón conocida, pero algunas veces se producen cuando su hijo ha visto o escuchado algo que lo perturbó. Éstas pueden ser cosas que realmente suceden o que son simuladas. Las pesadillas ocasionales son normales en todas las edades después de los 6 meses de edad. Las pesadillas a menudo se relacionan con las etapas de desarrollo del niño: los niños que empiezan a caminar pueden soñar acerca de la separación de sus padres; los preescolares pueden soñar acerca de monstruos en la oscuridad; los niños de edad escolar pueden soñar acerca de la muerte o peligros reales. Las pesadillas normalmente se producen durante la última tercera parte del sueño, durante el sueño REM (sigla en inglés de "rapid eye movement" o "movimiento rápido del ojo"; tiempo del sueño).


Cómo ayudar a un niño que tiene pesadillas:
*Tranquilice, consuele y abrace a su hijo.
*Ayude a su hijo a hablar sobre las pesadillas durante el día.
*No permite que su hijo vea o escuche películas o programas de televisión de terror.
*Deje la puerta de la habitación abierta (nunca cierre la puerta de la habitación de un niño que tiene miedo).
*Proporcione una "manta de seguridad" o un juguete de consuelo.
*Deje que su hijo se acueste en su propia cama.
*No pase mucho tiempo buscando al "monstruo".
*Durante la rutina de irse a la cama, antes de que su hijo se vaya a dormir, háblele de cosas divertidas y felices.
*Léale algunas historias a su hijo acerca de cómo superar los terrores nocturnos.


Cuándo llamar al médico de su hijo:
Consulte con el médico de su hijo si usted nota cualquiera de las siguientes señales:
*Las pesadillas empeoran cada vez más o se producen más a menudo.
*El miedo interfiere con las actividades durante el día.
*Usted tiene otras preocupaciones o preguntas acerca de las pesadillas de su hijo.


¿Qué son los terrores nocturnos?
Un terror nocturno es un despertar parcial del sueño con comportamientos como gritar, patalear, pánico, sonambulismo, agitar el cuerpo o mascullar. Los terrores nocturnos normalmente se producen en el período de dos horas después de irse a dormir el niño. No son perjudiciales y cada episodio termina en un sueño profundo. Se consideran normales hasta la edad de 6 años.
A continuación se enumeran las características comunes de los terrores nocturnos:
->Su hijo está asustado pero no puede despertarse o tranquilizarse.
->Los ojos de su hijo están muy abiertos pero no sabe que usted está ahí.
->Su hijo puede creer que los objetos o las personas de la habitación dan miedo.
->El episodio dura de 10 a 30 minutos.
->Su hijo a menudo no recuerda el episodio en la mañana.


Cómo ayudar a un niño durante los terrores nocturnos:
->Trate de ayudar a su hijo a volver a un sueño normal. Usted no podrá despertar a su hijo, por lo tanto no lo intente.
->Encienda las luces de forma que su hijo esté menos confundido por las sombras.

->Haga comentarios que le tranquilicen. Abrace a su hijo si esto parece ayudarle a sentirse mejor. Zarandear o gritar a su hijo puede hacer que el niño se perturbe más.
->Proteja a su hijo de las lesiones. Durante un terror nocturno, el niño puede caerse de una escalera, correr hacia una pared o romper una ventana. Trate de dirigir suavemente a su hijo de regreso a la cama.
->Prepare a las niñeras para estos episodios. Explique a las personas que cuidan de su hijo qué es un terror nocturno y qué hacer si se produce uno.
->Trate de prevenir los terrores nocturnos. Un terror nocturno puede desencadenarse si su hijo está muy cansado. Asegúrese de que su hijo se vaya a la cama a su hora regular, y lo bastante temprano como para dormir suficiente. Es posible que los niños más pequeños necesiten dormir una siesta diariamente.
->Durante varias noches, observe cuántos minutos pasan desde la hora en que su hijo se duerme hasta el inicio del terror nocturno. Empiece a despertar a su hijo cada 15 minutos antes de la hora esperada del terror nocturno. Mantenga a su hijo completamente despierto y fuera de la cama por 5 minutos. Continúe despertando a su hijo de esta forma durante siete noches seguidas. Si los terrores nocturnos regresan cuando usted deja de despertar a su hijo, vuelva a repetir el proceso según sea necesario.
Cuándo llamar al médico de su hijo:
Aunque los terrores nocturnos no son peligrosos, pueden parecerse a otras condiciones o llegar a producir problemas para el niño. Consulte con el médico de su hijo si usted nota cualquiera de las siguientes señales:
El niño babea, tiene espasmos o rigidez.
Los terrores se vuelve a presentar después de despertarlo las siete noches.
Los terrores duran más de 30 minutos.
Su hijo hace algo peligroso durante un episodio.
Los terrores se producen durante la segunda mitad de la noche.
Su hijo tiene miedo durante el día.
Usted cree que el estrés familiar puede ser un factor.
Usted tiene otras preocupaciones o preguntas acerca de los terrores nocturnos de su hijo.

miércoles, 30 de mayo de 2007

La ansiedad ante los exámenes





Llegan los examenes de Junio para muchas personas jóvenes que afrontan el éxito o el fracaso del curso. Una época especialmente dificil para muchos de ellos que afrontan la razón de ser del último año. Abordamos dsede nuestra página la forma de abordar uno de los trastornos que dificulta en muchos casos el rendimiento normal ante los exámenes o que en los casos extremos produce un bloqueo en el desempeño y en la respuesta en los exámenes, a pesar de que se ha podido hacer un extraordinario esfuerzo.


Frases como:


-No me va ha dar tiempo…

-Esto es súper difícil…

-No lo aprenderé nunca…

-Es demasiado temario...

-Fracasaré en el intento...


Son las habituales para afrontar esta circunstancia....ante lo exámenes.


Sólo pensar que ya queda menos para que comiencen los exámenes temidos te revuelve el estómago, te provoca sudores fríos y la piel de gallina.
Es normal, eso es debido al miedo que nos dan los exámenes, nos sentimos inseguros, los nervios se desatan, también la angustia... En definitiva: te ataca LA ANSIEDAD.
¿Que es la ansiedad ante los exámenes?

- Todos/as necesitamos una cantidad determinada de energía para realizar cualquier actividad, desde hacer deporte o conducir... Hasta caminar o leer un libro. Esta actividad es normal, y además es necesaria. El problema comienza cuando esa cantidad de energía se dispara y se pasa de estar activado a estar sobreactivado. Y esto nos ocurre cuando anticipamos un peligro, ya sea real o imaginado. Por ejemplo: “voy a suspender el examen”, “Seguro que me quedo en blanco”, “No tengo tiempo para aprenderlo”...
- La ansiedad ante los exámenes consiste en una serie de reacciones emocionales negativas que algunos alumnos sienten ante los exámenes. Se da a niveles muy elevados cuando puede interferir seriamente en la vida de la persona. Esta ansiedad puede ser “anticipatoria” si el sentimiento de malestar se produce a la hora de estudiar o al pensar en qué pasará en el examen, o “situacional” si ésta acontece durante el propio examen.


A la activación adecuada ante éstas situaciones se le denomina “Motivación”. La Motivación es el impulso que nos induce a ponernos a estudiar, a esforzarnos y “aguantar” durante dos horas seguidas sentados delante del libro.
Pero si la activación excede sus límites... Nos bloqueamos y cambiamos nuestra atención de los libros a las uñas que comenzamos a mordernos insaciablemente, al nudo que se nos forma en el estómago, a la cantidad de cigarros que nos fumamos, a todos los pensamientos que hemos mencionado anteriormente de no me da tiempo, no puedo con todo esto... Nos vemos incapaces de concentrarnos en una sola tarea por más de diez minutos por que enseguida nos asaltan a la cabeza miles de preguntas, de sentimientos de fracaso, de poca valía...


¿POR QUÉ SE PRODUCE LA ANSIEDAD ANTE LOS EXÁMENES?
- Falta de preparación para el examen. En estos casos, errores en la distribución del tiempo, malos hábitos de estudio o un “atracón” de estudio la noche anterior puede incrementar considerablemente la ansiedad.
- Si la preparación del examen ha sido la correcta, la ansiedad durante la realización de un examen puede estar debida a pensamientos negativos o preocupaciones. Así, puede que estés pensando:
1. En exámenes anteriores (Ej.: una experiencia anterior de bloqueo, haber sido incapaz de recordar respuestas sabidas)


2. En como otros compañeros están haciendo el examen.


3. En las consecuencias negativas que prevés de hacer un mal examen.


¿CÓMO AFECTA LA ANSIEDAD ANTE LOS EXÁMENES?
La ansiedad se puede poner de manifiesto antes, durante y/o después del examen en tres áreas:
1.- A nivel físico se pueden dar alteraciones en el sueño, dolores en el estómago, en la cabeza, sensación de paralización o hiperactivación, náuseas, opresión en el pecho...etc.
2.- A nivel de comportamiento, el estudiante puede realizar conductas inadecuadas. Antes del examen al verse incapaz de centrarse debido al malestar que experimenta, el estudiante puede pasarse horas enteras viendo tv, durmiendo o simplemente dejando pasar el tiempo delante de los libros. El final de estas situaciones puede ser la evitación y/o el escape de esta vivencia que le produce tanto malestar, llegando en ocasiones a no presentarse.
3.- A nivel psicológico, todo lo que pasa por su cabeza antes del examen es de carácter negativo. Por un lado, el estudiante se infravalora ("soy incapaz de estudiarmelo todo", "soy peor que los demás", " no valgo para estudiar") y/o prevé que va a suspender e imagina unas consecuencias muy negativas del suspenso ("qué dirán mis padres", "no voy a poder acabar mis estudios", etc). Asimismo, durante el examen puede tener dificultad a la hora de leer y entender preguntas, organizar pensamientos o recordar palabras o conceptos. También es posible experimentar un bloqueo mental (o “quedarse en blanco”), lo que se manifiesta en la imposibilidad de recordar las respuestas pese a que éstas se conozcan.


EL GRÁFICO DEL RENDIMIENTO Y LA ANSIEDAD

Ya está bien de que el miedo se apodere de nuestros pensamientos. Luchemos contra la ansiedad.

Mira este gráfico: en él se ve claramente como afecta el exceso de ansiedad ante el rendimiento. Cuando se supera un determinado umbral ya se responde con bloqueo.





¿COMO EVALUAR MI COMPORTAMIENTO ANTE LOS EXAMENES?
Lee las siguientes formas de actuar y puntúalas según estén más o menos de acuerdo do con tu actuación. Puntúa lo que haces, no lo que piensas que deberías hacer. Puntua de 0 a 5
1. Estudio día a día, no sólo para los exámenes. (0 a 5)

2. Procuro responder en clase y hacer los trabajos que me mandan, para que los exámenes no sean la única calificación. (0-5)


3. Cuando llegan los exámenes sólo me tengo que limitar a repasar lo estudiado. (0-5)

4. Los exámenes no me producen ningún miedo ni ansiedad. (0-5)

5. La víspera de los exámenes me acuesto temprano y procuro ir descansado/a. (0-5)

6. Quiero aprobar los exámenes, pero más aún, aprender. (0-5)

7. Cuando me devuelven un examen corregido, analizo detenidamente dónde están los errores, para no volver a cometerlos. (0-5)

8. Me gusta que los profesores/as pregunten los temas en clase y analicen los trabajos, calificándolos con frecuencia. (0-5)

9. Cuando estudio, procuro aprender todas las cuestiones, no las selecciono pensando si van a caer o no en el examen. (0-5)

10. Normalmente, después del examen me libero; sé que he hecho todo lo que podía hacer. (0-5)

Suma las puntuaciones que te has otorgado: _____
- Si tienes de 40 a 50 puntos, enhorabuena, trabajas correctamente y no debes tener ninguna dificultad para aprobar tus exámenes ni para superar el curso.


-Si tienes de 30 a 40, bien, pero puedes mejorar tu forma de actuar y con ello tu rendimiento.

- De 20 a 30, tendrás dificultades para superar las diversas materias; aprobarás algunos exá¬menes, pero no la mayoría.

- Menos de 20, difícilmente aprobarás alguna materia. Piensa seriamente si sigues el camino adecuado.
PERO... ¿CÓMO PODEMOS SUPERARLA?
¿QUÉ PUEDES HACER PARA REDUCIR LA ANSIEDAD ANTE LOS EXAMENES?
ANTES DEL EXAMEN:
1. Prepara adecuadamente las asignaturas antes del examen mediante las técnicas de estudio. Cuando un tema queda bien aprendido, no se olvida fácilmente. Cuando se aproxima el examen, lo único que nos resta es repasar, para afianzarlos más en la memoria. Cuando se ha trabajado convenientemente, se sabe, y el examen no debe pro¬ducir ningún temor. En síntesis se trata de lo siguiente:
- Trabajar diariamente y planificar el estudio de una manera personal y realista.

- Estudiar cada tema utilizando las técnicas de estudio: lectura general, lectura detenida, subrayar, hacer esquemas, memorizar y repasar.
2. Si te sientes nervioso, practica alguna técnica de respiración abdominal, prestando especial atención a tu respiración, intentando que ésta sea cada vez más profunda y pausada. Veamos las pautas para aprender a practicarla:
Cuadro 1. Respiración abdominal
Aprender la respiración abdominal
- Pon una mano en el pecho y otra sobre el estomago, para asegurarte de que llevas el aire a la parte de abajo de los pulmones, sin mover el pecho.

- Al tomar el aire, lentamente, lo llevas a la parte de abajo de tus pulmones, hinchando un poco estomago y barriga, sin mover el pecho

- Retienes un momento el aire en esa posición

- Sueltas el aire, lentamente, hundiendo un poco estomago y barriga; sin mover el pecho

- Procura mantenerte relajado y relajarte un poco más al soltar el aire
Aprender a hacerla mas lenta
- Tomar aire, tal como se indica en el párrafo anterior, lentamente y contando de uno a 5.

- Retenerlo, contando de uno a 3

- Soltarlo lentamente, mientras cuentas de uno a 5


Consejos sobre su uso:
- Al empezar, practica cuando estés mas tranquilo. Te resultara mas fácil si estas acostado o recostado en un lugar cómodo, silencioso y con temperatura agradable.

- No tomes mucha cantidad de aire.

- Es mejor que respires por la nariz, pero si tienes algún problema que te lo impida, respira por la boca sin abrirla demasiado.

- Practica varias veces al día (al menos 2 sesiones, de 10 minutos cada una), durante un par de semanas.

- Cuando ya domines la técnica en posición de tumbado o recostado, practícala en diferentes posiciones (sentado, de pie, andando, ...) y en diferentes lugares, empezando por los que te resulten mas fáciles.

- Una vez aprendida, no será necesario que cuentes mentalmente. Bastara con hacer respiración diafragmática lenta.

3.Piensa positivamente. Intenta cambiar los pensamientos negativos en pensamientos racionales. Ejemplos: en vez de decir “Voy a suspender” di “Tengo la habilidad para aprobar, sólo necesito trabajar más”, “Un poco de activación me puede ayudar. Así lo haré lo mejor que pueda”. Para realizar esta técnica deberás seguir estos pasos:
Como pensar positivamente
- Detecta cuales son tus propios pensamientos negativos que te producen ansiedad. Escríbelos en una lista. Observa que este tipo de pensamientos no son operativos: no son reales, no facilitan metas de conducta (estudiar, aprobar), no facilitan metas de emoción: sentirse bien, con tranquilidad y seguridad, te restan energía para estudiar y rendir en el examen.
- Contrasta estos pensamientos con lo real y cuestiónalos. Analiza si lo que piensas refleja la realidad o es algo exagerado, negativo y generaliza demasiado como ¡todo me sale mal!, !no aprobaré nunca!. ¿Realmente es cierto ?, ¿en qué te basas para afirmar que lo que piensas es cierto?.
- Crea otros pensamientos más concretos, positivos y reales, como: me voy a dar una oportunidad, no puedo adivinar el futuro, voy a hacerlo lo mejor que sepa, voy a estudiar lo que me dé tiempo, si suspendo podré soportarlo aunque no me guste, puedo aprender de mis equivocaciones. Por ejemplo:


Pensamientos negativos---------------------------------> Pensamientos positivos


*No me va a dar tiempo----------------------->Si aprovecho el tiempo, lo conseguiré. Es mucho, pero yo puedo, ya lo he hecho más veces.


*Es una asignatura muy complicada----------> si estudio aprobaré.


*Esto es super dificil--------------------->He estudiado lo suficiente, he repasado la materia, seguro que lo consigo.


*No lo aprenderé nunca.------------------> Es mucho, pero yo puedo, ya lo he hecho más veces.


*No acabaré aprobando----------------->He estudiado lo suficiente, he repasado la materia, seguro que lo consigo


Practica estos pasos de forma activa tantas veces como sea necesario. Para ayudarle puedes coger un folio y dividirlo en dos partes. En una escribe los pensamientos automáticos, irracionales, y en el lado contrario, cambia éstos pensamientos por otros más racionales y lógicos, más positivos.

4. Dormir suficientemente la noche antes del examen, es aconsejable dormir con normalidad y dejar preparado todo lo necesario para el día siguiente antes de irse a la cama. No hagas un esfuerzo desmedido el día anterior al examen, menos aún la noche anterior a costa de horas de sueño.

5. No ir con el estómago vacío al examen, aconsejable tomar un pequeño aperitivo a base de fruta o vegetales (zumos...). No tomar alimentos con alto contenido en azúcar.

6. Intenta pensar en el examen como una recompensa al esfuerzo y una liberación del esfuerzo que has concluido.

DURANTE EL EXAMEN:
1. Piensa en cosas positivas que te ayuden a mantener la concentración durante el examen, como “Esto es sólo un examen”, “Estoy familiarizado con el material”... (ver cuadro 2).
2. Practicar las técnicas de respiración. Tómate un par de minutos de descanso si crees necesario (ver cuadro 1).
3. Leer detenidamente cada pregunta del examen y ten claro lo que se te pide antes de responder.
4. Distribuye el tiempo del examen por pregunta
.
5. Contesta primero las preguntas que estás seguro puedes hacer bien (caso de que podáis elegir entre varias preguntas) y decide el orden en el que vas a contestarlas. Empieza con las preguntas más sencillas, lo que te reforzará y hará que afrontes con mayor seguridad las preguntas más difíciles. Puedes hacer un breve esquema con la información que quieres escribir.
6. Si tienes un lapsus o te quedas en blanco, pasa a otra pregunta. No te angusties y si es necesario práctica la respiración abdominal. Recuerda que esta situación dura unos minutos. Si consigues controlar la ansiedad no tardaras en recuperarte
7. Pregunta al profesor aquellas dudas que te surjan durante el examen.
8. Escribe rápido con buena letra, con orden y limpieza.
9. No te apresures si ves que tus compañeros acaban antes, trabaja tranquilamente a tu ritmo.
10. Lee con atención el examen antes de entregarlo. Presta atención a la puntuación y a la ortografía.

11. Piensa en que tras el examen te podrás dar algún capricho.


PLAN PERSONAL DE MEJORA
Has visto cómo puedes mejorar tu preparación y tu forma de actuar ante los exámenes. Como también conoces cuáles son tus defectos, haz un plan personal de mejora. Es sólo para ti, pero el hecho de escribirlo te facilitará su cumplimiento. ¿Cuántos propósitos de enmienda hacemos que luego nunca recordamos? Así, cada vez que lo veas, recordarás que una vez prometiste hacer algo.
1. Mi mayor dificultad a la hora de preparar los exámenes :.................................................................................................................................................................................................................................................................................. 2. Para corregirla me propongo: .................................................................................................................................................................................................................................................................................. 3. A la hora de hacer el examen tengo dificultades en: .................................................................................................................................................................................................................................................................................. 4. Para corregirlo, me propongo:..............................................................................................................................



Ya sabes: La mejor defensa es un buen ataque.
Ya es hora de que organices tu trabajo, te entrenes y te pongas a trabajar, Y verás como tus próximos exámenes te resultan más fáciles.



miércoles, 16 de mayo de 2007

Cómo afrontar la pérdida de un ser querido

Todo el mundo ha experimentado alguna vez, directa o indirectamente, la pérdida de un ser querido y su consiguiente dolor. Es quizás la situación que provoca un mayor estrés y ansiedad. Es una situación que nos desborda, que nos hace perder las referencias, que nos desequilibra, que nos hace perder el sentido de algunas cosas y que, entre otras muchas cosas, nos sume en una profunda tristeza, en una ausencia de motivación para seguir viviendo la misma forma, y en una sensación de impotencia e indefensión ante este "golpe" que nos dá la vida.

Hemos visto levantarse a mucha gente después de un traumático acontecimiento como éste: Un suicidio, un cáncer, un accidente, una larga enfermedad..., provoca en primer lugar un hundimiento psicologico, pero también hemos de saber afrontar estos acontecimientos para aprender a retomar nuestra vida de forma diferente y sacar lo mejor de ella para vivir.

Hay varias etapas en este proceso psicologico una vez que se produce la pérdida: la primera es la del duelo.

El duelo: el impacto de la pérdida de un ser querido

El duelo es la reacción normal después de la muerte de un ser querido.
Supone un proceso más o menos largo y doloroso de adaptación a la nueva situación.
Elaborar el duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta.
La intensidad y duración del duelo depende de muchos factores: tipo de muerte (esperada o repentina, apacible o violenta..), de la intensidad de la unión con el fallecido, de las características de la relación con la persona perdida (dependencia, conflictos, ambivalencia...), de la edad...
La duración del duelo por la muerte de una persona muy querida puede durar entre 1 y 3 años.
¿Cuando esta resuelto el Duelo? Podemos decir que hemos completado un duelo cuando somos capaces de recordar al fallecido sin sentir dolor, cuando hemos aprendido a vivir sin él o ella, cuando hemos dejado de vivir en el pasado y podemos invertir de nuevo toda nuestra energía en la vida y en los vivos.

Síntomas y sentimientos que se provocan cuando afrontamos la pérdida

No son todos iguales. No quiere decir que siempre tengamos que sentir estos síntomas, ni con la misma intensidad. Cada persona lo vive de una forma diferente, pero vamos a describir cuales son los más importantes, en cuanto a los sentimientos, los síntomas físicos y los comportamientos, unos siguen a otros y se dan tambien de forma simultánea:


Pensamientos y Sentimientos:
Negación / incredulidad ¡No puede ser verdad! ¡No es más que una horrible pesadilla!Piensas y actúas como si tu ser querido continuara vivo. Suena el teléfono y, por un instante, piensas que es él. No has perdido la esperanza de que vuelva. Necesitas tiempo.
Insensibilidad. Es como si le estuviese pasando a otro mundo. Nada parece real, te sientes embotada, como un autómata, incapaz de reaccionar… Este aturdimiento te ayuda a ir asimilando la dura realidad.
Enojo /rabia /resentimiento ¿Por qué has permitido esto Dios mío? ¡Esos malditos médicos la dejaron morir! ¿Cómo me dejas ahora con todo lo que te necesito? ¡Todos siguen viviendo como si nada hubiera pasado! Estás rabioso contra todos y contra todo. El resentimiento forma parte de tu dolor y es algo normal. No luches contra él. A medida que tu dolor se vaya calmando ira disminuyendo. El tiempo será de forma natural un importante aliado.
Tristeza. Siento una pena muy grande y todo me hace llorar. La tristeza es el sentimiento más común. Puede tener muchas expresiones: llanto, pena, melancolía, nostalgia… Date permiso para estar triste, para llorar. No te preocupes si lloras mucho o poco; el llanto no es la medida de tu amor, sino parte de tu propia expresividad.
Miedo / angustia. Estoy asustado/a ¿qué va a ser de mí? Te sientes inquieto/a, confuso/a, desamparado/a, desesperado/a. Tienes miedo de volverte loco/a. Estos sentimientos tan intensos y tan desagradables son algo natural.
Culpa / autorreproches. Si al menos hubiera sido más cariñoso/a, llamado antes al médico tenido más paciencia, le hubiera dicho más a menudo lo que le quiero.La lista puede ser interminable. El pasado no puede cambiarse y ya tienes bastante sufrimiento como para castigarte de esta manera. No olvides de hacer también una lista con todo lo que hiciste por tu ser querido.
Soledad. Me siento tan sola/o ahora. Es como si el mundo se hubiera acabado.Son tantas cosas vividas y compartidas juntos que vas a necesitar tiempo para aprender y acostumbrarte a estar sin él o ella.
Alivio. Gracias a Dios que todo ha terminado. El final de una larga y dolorosa enfermedad o relación se pueden vivir con una sensación de alivio y descanso.
Sensación de oír o ver al fallecido. Me parece que me sigue llamando por la noche. El otro día me pareció verlo entre la gente.Son sensaciones pasajeras absolutamente normales después del fallecimiento de una persona querida.
Ambivalencia / cambios de humor. Hace un momento me sentía agradecido a mis amigos por su ayuda y ahora los mandaría a todos a la mierda. Puedes estar tranquilo/a en un momento dado y alborotado/a en el instante siguiente. Los sentimientos pueden ser cambiantes y contradictorios. Acéptate así, imprevisible.

Síntomas físicos
  • Estas son algunas de las sensaciones corporales que puedes sentir. Es el llamado duelo del cuerpo.
    NAÚSEAS, ANGUSTIA.


  • PALPITACIONES


  • OPRESIÓN EN LA GARGANTA, EN EL PECHO


  • NUDO EL ESTÓMAGO


  • DOLOR DE CABEZA


  • PÉRDIDA DE APETITO


  • INSOMNIO


  • FATIGA


  • SENSACIÓN DE FALTA DE AIRE


  • PUNZADAS EN EL PECHO


  • PÉRDIDA DE FUERZA


  • DOLOR DE ESPALDA


  • TEMBLORES


  • HIPERSENSIBILIDAD AL RUIDO


  • DIFICULTAD PARA TRAGAR


  • OLEADAS DE CALOR


  • VISIÓN BORROSA


  • DIFICULTAD PARA TRAGA


Comportamientos más habituales después de la pérdida



Estas son algunos de los comportamientos o conductas habituales después de la muerte de un ser querido:
LLORAR



  • SUSPIRAR


  • BUSCAR Y LLAMAR AL FALLECIDO


  • HABLAR CON EL FALLECIDO


  • QUERER ESTAR SOLO, EVITAR A LA GENTE


  • DORMIR POCO O EN EXCESO


  • DISTRACCIONES, OLVIDOS, FALTA DE CONCENTRACIÓN


  • SOÑAR O TENER PESADILLAS


  • FALTA DE INTERÉS POR EL SEXO


  • NO PARAR DE HACER COSAS O APATÍA


  • COMER EN EXCESO O PÉRDER EL APETITO.


  • EVITAR ACUDIR A ACTOS SOCIALES.


  • ESCAPAR DE SITUACIONES DONDE HAY GENTE O DONDE COMENZAMOS A RELACIONARNOS.


  • EVITAR EXPONERNOS A NUEVAS SITUACIONES (sobre todo ante la pérdida de pareja o cónyuge).
  • ¿Que podemos hacer para sobrellevar y/o superar la pérdida de un ser querido? Algunos consejos...

1.- Date permiso para estar en duelo
Date permiso para estar mal, necesitado, vulnerable… Puedes pensar que es mejor no sentir el dolor, o evitarlo con distracciones y ocupaciones pero, al final, el dolor saldrá a la superficie. El momento de dolerte es ahora. Acepta el hecho de que estarás menos atento e interesado por tus ocupaciones habituales o por tus amistades durante un tiempo, que tu vida va a ser diferente, que tendrás que cambiar algunas costumbres...

2.-Deja sentir dentro de ti el dolor
Permanece abierto al dolor de tu corazón. Siente y expresa las emociones que surjan, no las pares. No te hagas el fuerte, no te guardes todo para ti, y con el tiempo, el dolor irá disminuyendo. Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia, el miedo... por la muerte de tu ser amado, es parte del camino que tienes que recorrer.

3.-Date tiempo para sanar
El duelo por la pérdida de una persona muy importante suele durar entre 1 y 3 años. No te hagas pues expectativas mágicas. Estate preparado para las RECAÍDAS. Hoy puedes estar bien y un suceso inesperado, una visita, el aniversario, las Navidades te hacen sentir que estás como al principio, que vas para atrás, y no es así. El momento más difícil puede presentarse alrededor de los 6 meses del fallecimiento, cuando los demás comienzan a pensar que ya tienes que haberte recuperado. Los demás lo superarán antes, y en cierta medida esperarán que tu también te vayas recuperando, esto es normal...pero tu necesitarás más tiempo.

4.-Sé paciente contigo mismo/a
Aunque las emociones que estas viviendo pueden ser muy intensas y necesitar mucha energía, son PASAJERAS. Procura vivir el momento presente, por duro que sea. Se amable contigo mismo/a. Recuerda que el peor enemigo en el duelo es no quererse.

5.-No temas volverte loco/a
Puedes vivir sentimientos intensos de tristeza, rabia, culpa, confusión o abatimiento, deseos de morir... Son reacciones habituales y normales después de la muerte de un ser querido..



6.-Aplaza las decisiones importantes
Decisiones como vender la casa, dejar el trabajo, marcharte a otro lugar…, es preferible dejarlas para más adelante. Seguramente, ahora no puedes pensar con suficiente claridad, y podrías más tarde lamentarlo. No suele ser tampoco conveniente iniciar una nueva relación afectiva (nueva pareja, otro embarazo…) mientras no hayas resuelto adecuadamente la pérdida.

7.-No descuides tu salud
Pasados los primeros días puede resultarte muy útil que te hagas un horario (hora de levantarte, comidas, hora de acostarte…) y lo sigas. Aliméntate bien y cuida tu cuerpo. No abuses del tabaco, alcohol, tranquilizantes... Durante el proceso de duelo somos más suceptibles de sufrir enfermedades. Si padeces alguna enfermedad crónica no abandones los cuidados habituales ni los tratamientos con la escusa de que te da igual lo que te pase...

8.-No te automediques
Si para ayudarte en estos momentos tienes que tomar algún medicamento, que sea siempre a criterio de un médico y nunca por los consejos de familiares, amigos y vecinos bien intencionados. Recuerda que tomar medicamentos para "no sentir" pueden contribuir a cronificar el duelo.

9.-Busca y acepta el apoyo de los otros
Sigue conectado con los otros. Necesitas su presencia, su apoyo, su preocupación, su atención... Dale la oportunidad a tus amigos y seres queridos de estar a tu lado. Piensa que pueden querer ayudarte, pero no saben la manera de hacerlo. Pueden temer ser entrometidos o hacerte daño si te recuerdan tu pérdida. No te quedes esperando su ayuda y pídeles lo que necesitas.

10.-Procura ser paciente con los demás
Ignora los intentos de algunas personas de decirte cómo debes sentirte y por cuanto tiempo. Sentirás que algunas personas no comprenden lo que estas viviendo. Intentarán hacer que te olvides de tu dolor, comprende que lo hacen para no verte triste. Piensa que quieren ayudarte, pero que no saben como hacerlo. Busca personas de confianza que te permitan "estar mal" y desahogarte sin miedo cuando lo necesites.

11.-Date permiso para descansar, disfrutar y divertirte
Date permiso para sentirte bien, reír con los amigos, hacer bromas... Tienes perfecto derecho y además puede ser de gran ayuda que busques, sin forzar tu propio ritmo, momentos para disfrutar. Recuerda que tu ser querido querría solo lo mejor para ti y que los "malos momentos", vendrán por si solos.

12.-Confía en tus propios recursos para salir adelante
Recuerda como pudiste resolver otras situaciones difíciles de tu vida. Repítete a menudo: "algún día encontraré mi serenidad".



SI VES QUE PASADO UN TIEMPO...TE SIGUES SINTIENDO ATRAPADO EN TU SUFRIMIENTO, EL ABATIMIENTO SE HACE MÁS PROFUNDO, DEPENDES MÁS DE LOS MEDICAMENTOS O EL ALCOHOL, EL DESEO DE MORIR SE HACE MÁS INTENSO…BUSCA UN PROFESIONAL QUE TE AYUDE A ELABORAR EL DUELO ADECUADAMENTE.



LAS CUATRO ETAPAS DEL DUELO: APRENDER A SUPERAR LA PÉRDIDA



Dicen que el tiempo lo cura todo. Pero el tiempo, por si solo, no hace nada. Lo que ayuda realmente es lo que tú haces con el tiempo.
Respondeté a las siguientes preguntas:



¿Estás utilizando el tiempo para ACEPTAR LA PÉRDIDA, para reconocer que tu ser querido ha muerto y no lo vas a recuperar?
¿Estas utilizando el tiempo para expresar las emociones y SENTIR EL DOLOR que supone para ti esa pérdida?
¿Estás utilizando el tiempo para APRENDER A VIVIR sin esa persona querida?
¿Estas utilizando el tiempo para, llegado el momento, ir recuperando tu INTERES POR LA VIDA ?
Si quieres vivir de una manera sana tu duelo, si no quieres arrastrar indefinidamente el dolor, no basta pues con esperar a que todo se pase, o seguir viviendo como si nada hubiera pasado. Necesitas dar algunos difíciles pasos y aprender las duras lecciones de la pérdida. No existen atajos para el dolor.
Acepta también que tendrás que vivir momentos duros y emociones intensas, que estarás más vulnerable...No te exijas pues tampoco demasiado, sé amable contigo mismo y respeta tu propio ritmo.
Las cuatro etapas...
1.-Aceptar la pérdida
Aunque sea la cosa más difícil que has hecho en toda tu vida, debes llegar a aceptar esta dura realidad: tu ser querido ha muerto y no va a regresar. Aceptar con la cabeza es fácil, sabes que ha muerto. Lo difícil es aceptar con el corazón. Es pues muy normal un tiempo (pueden ser meses) en el que te niegues o te rebeles contra la dura realidad. Date tiempo.
Hablar de tu pérdida, contar las circunstancias de la muerte, visitar el cementerio o el lugar donde se esparcieron los restos…Todo esto te puede ayudar poco a poco, y con mucho dolor, a ir aceptando el hecho de la muerte. Sabrás que has podido dar este paso, cuando pierdas toda esperanza de recuperar a tu familiar o amigo, será el momento de la verdadera despedida.
Aceptar la pérdida puede resultar especialmente difícil si la muerte fue inesperada o violenta, si estabas lejos cuando ocurrió y no pudiste participar en los ritos funerarios, si no se recuperó el cadáver, si se trata de la muerte de un niño...
2.-Sentir el dolor
Necesitas también sentir el dolor y todas las emociones que le acompañan: tristeza, rabia, miedo, impotencia, desesperación, culpa…
Habrá personas que te dirán: “Tienes que ser fuerte”. No les hagas caso. No escondas tu dolor. Comparte lo que te está pasando con tu familia, amigos de confianza…No te guardes todo para ti mismo por miedo a cansar o molestar. Busca aquellas personas con las cuales puedes expresarte tal y como estás.
Si no quieres compartir o mostrar tus emociones a otros, no tienes porque hacerlo, pero debes buscar otras manera de dar salida y vivir tus emociones en privado.
3.-Aprender a vivir sin esa persona
Recuerda que hay tiempo para todo, para sentir y vivir el duelo, pero también para hacer, para ocuparte de las muchas actividades de la vida cotidiana. Aunque sientas que el mundo se ha parado para ti, también es cierto que la vida sigue con sus muchas y quizás nuevas exigencias. Una actitud adecuada sería aquella que busca un cierto equilibrio entre el sentir y el hacer.
Así, hacer el duelo significa también aprender a vivir sólo/a, aprender a tomar decisiones por ti mismo/a, aprender a desempeñar tareas que antes hacía el fallecido, aprender nuevas formas de relación con la familia y amigos, aprender un nuevo sentido del mundo y de uno mismo...

4.-Recuperar el interés por la vida y por los vivos
Llega un momento en que sabes que es necesario soltar el dolor y el pasado. La vida te espera llena de nuevas posibilidades.
No hay nada malo en querer disfrutar, en querer ser feliz, en querer establecer nuevas relaciones… En el caso de la muerte de la pareja, no hay motivo para avergonzarse si aparece de nuevo el deseo sexual. En realidad, el corazón herido cicatriza abriéndose a los demás.
Esto es lo que escribía una adolescente a su madre 2 años después de perder a su padre: “Existen otras personas a las que amar, y eso, no significa que quiero menos a papá”.
Finalizar el duelo no es olvidar... Para cada persona puede significar cosas distintas:
*Puede significar llegar a perdonarle y perdonarte por todo lo que quizás no fue la relación, por todo lo negativo, por el daño causado...
*Pensar en él o ella sin sentir ya ese latigazo de dolor y recordarle con ternura y agradecimiento por lo vivido juntos.
*Es poder dar un sentido a todo lo que has vivido en estos meses o años.
*Es entender con el corazón en la mano que el AMOR no se acaba con la muerte
En cierto modo, nunca te recuperas de una pérdida significativa, porque ésta inevitablemente te cambia. Tu puedes escoger si ese cambio será a mejor.


Afrontar la pérdida tras un suicidio: el duelo más difícil


La muerte por suicidio deja tras de sí muchas preguntas: ¿por qué lo hizo? ¿Podíamos haberlo evitado? ... Por más que lo intentas, no consigues entender las razones que le llevaron a quitarse la vida. Procura no atormentarte demasiado buscando el porqué, y con el tiempo algunas respuestas irán saliendo a la luz.
Es frecuente también un sentimiento de vergüenza, que lleva a no querer hablar de las circunstancias de la muerte. Algunas personas necesitan mucho tiempo solamente para pronunciar la palabra suicidio.
Seguramente te invade también un sentimiento de culpabilidad. Te puedes sentir mal por algo que dijiste o hiciste. La sensación de culpa es algo perfectamente normal después de una muerte de estas características. Uno se reprocha el no haberse dado cuenta de lo mal que estaba... y suele quedar una fuerte sensación de no haber sabido cuidarle. Piensa que con el tiempo, pasarás simplemente a lamentar algunas cosas del pasado, y que llegará el día, en que sólo quede un sentimiento de impotencia ante la muerte.
Después del suicidio de un ser querido, puede ser natural sentir mucha rabia y enfado hacia la persona que te abandonó (¡Cómo has podido hacerme esto!), hacia Dios que no hizo nada por impedirlo, y hacia todos los que han podido contribuir directa o indirectamente en la realización de esta acción desesperada. La rabia es un sentimiento pasajero, y como tal, irá disminuyendo. Mientras tanto, busca formas positivas de canalizar tu cólera, sin autocastigarte y sin herir inútilmente a otras personas.
Si tu ser querido era una persona depresiva o había realizado varios intentos de suicidio es muy natural que se den a un mismo tiempo sentimientos aparentemente contradictorios: por un lado una gran tristeza por su pérdida, pero también un gran alivio porque todo ha terminado; ya no habrá que preocuparse más porque lo peor, lo más temido ya ha pasado. Convivir durante años con una persona que sufre así es muy doloroso para todos.
Recuerda que no pudiste elegir por él o por ella, y que la decisión del suicidio fue enteramente suya. Acepta también que a pesar de lo que hayas podido decirle, tus palabras no han tenido nada que ver con su decisión.
A medida que la tormenta de emociones vaya calmándose, surgirá poco a poco la aceptación. Date tiempo para llegar allí, un duelo por suicidio necesita más tiempo para sanar. Se paciente contigo mismo y verás el día que aceptes su elección.
Si sientes deseos de quitarte la vida, no esperes, y antes de que puedas hacer algo irreversible, acude a un profesional que te ayude a buscar alternativas y a utilizar todos tus recursos personales para salir adelante.
El sufrimiento puede enseñar a dar un nuevo sentido a la vida, a cambiar tus valores y tus prioridades. Quizás ahora te parezca imposible, pero irás encontrándote mejor, serás capaz de perdonar, y llegara un día en que podrás decir que la vida continua y que te sientes feliz por estar vivo.

Ponemos como ejemplo la carta a un ser querido después de un suicidio:
"Te escribimos para decirte cuánto te echamos en falta y cómo ha cambiado la vida desde que nos has dejado. Aún no nos hemos repuesto de lo sucedido, y nos duele que no nos dijeras adiós. A veces nos sentimos resentidos contigo por el inmenso dolor que nos has causado. A veces nos sentimos enojados con nosotros mismos por no haber sabido prevenir la tragedia. Lamentablemente no hemos podido escoger en tu lugar, porque, si esto hubiera sido posible, tú estarías aún entre nosotros. Pensamos siempre en ti, aun cuando los recuerdos nos entristecen. Sin embargo no hemos renunciado a vivir y a tener esperanza, a pesar de la amargura.Tal vez nos habrás visto un poco más sonrientes: nuestro deseo es que tu hayas encontrado la paz que buscabas. En nuestra plegaria pedimos poder abrazarte de nuevo al final de nuestros días.Con todo nuestro cariño: Tu familia".
(Tomado de Arnaldo Pangrazzi)


Para más información y ayuda a estas personas les recomendamos la visita a esta página para personas que tienen que afrontar la pérdida de un ser querido tras un suicidio: http://www.befrienders.org/int/spanish/index.asp?PageURL=bereaved.php


¿Como ayudar a una persona que ha perdido un ser querido...?

A continuación veremnos un video titulado "NO DEJES QUE ME HUNDA" donde podemos ver algunos de los síntomas dfel sufrimiento de la pérdida:

Si quieres acompañar a un familiar o amigo que ha perdido un ser querido, y no sabes cómo hacerlo, te propongo una serie de indicaciones sobre la mejor manera de ayudarle.
Evitar las frases hechas
La incomodidad nos mueve a recurrir a expresiones que no ayudan para nada: “Tienes que olvidar”, "Mejor así, dejó de sufrir”, "El tiempo todo lo cura", “Manténte fuerte por los niños”, "Es la voluntad de Dios", "Es ley de vida"…
Lo que más suelen necesitan al principio es hablar y llorar. No decirle que tiene que sobreponerse, ya lo hará a su tiempo.
Si no sabes que decir, no digas nada. Escucha, estate presente, sin pensar que tienes que dar consejos constantemente o estar levantando el ánimo.
Si no sabes que hacer, colaborar en algunas tareas cotidianas (hacer la compra, ir a buscar a los niños...) o encargarte del papeleo, puede ser una buena manera de ayudarlo/a.
Tener en cuenta las actitudes que no ayudan
No le digas que le comprendes si no has pasado por una situación similar.
No intentes buscar una justificación a lo que ha ocurrido.
No te empeñes en animarle/a o tranquilizarle/a. Posiblemente lo que necesita sólo es que le escuches.
No le quites importancia a lo que ha sucedido hablándole de lo que todavía le queda.
No intentes hacerle ver las ventajas de una nueva etapa en su vida. No es el momento.

Dejar que se desahogue
Sentir y expresar el dolor, la tristeza, la rabia, el miedo…por la muerte de un ser querido, suele ayudar a elaborar el duelo.
Estás equivocado/a si piensas que verle o dejarle llorar y emocionarse no sirve más que para añadir más dolor al dolor.
Estas equivocado/a si crees que ayudar a alguien que sufre es distraerle de su dolor. Mediante la vivencia y expresión de los sentimientos, la persona en duelo suele sentirse aliviada y liberada.
No temas nombrar y hablar de la persona fallecida por miedo a que se emocione. Si llora, no tienes que decir o hacer nada especial, lo que más necesita en esos momentos es tu presencia, tu cercanía, tu compañía y tu afecto.
No temas tu mismo llorar o emocionarte. No hay nada malo en mostrar tu pena, en mostrar que a ti también te afecta lo que ha pasado, en mostrar que te duele ver a tu amigo/a o familiar en esa situación.
Permitir que hable del ser querido que ha muerto
Permitir que hable todo el tiempo y todas las veces que lo necesite.
Una pareja de padres expresaba su pesar con estas palabras:“Los parientes y los amigos rehuyen hablar o pronunciar el nombre de nuestra hija, desviando la conversación hacia cualquier otro tema. Tal vez tengan miedo de alterarnos o hacernos llorar. Pero, ¿qué pretenden? ¿qué la olvidemos o que no lloremos más?
Comparte con tu familiar o amigo/a recuerdos de la persona fallecida (ver fotos, contar anécdotas...)
Recordar a la persona amada es un consuelo para los supervivientes. Repetir y evocar los recuerdos es parte del camino que tienen que recorrer.
Hay personas que viven un duelo privado y no les gusta exteriorizar sus emociones. Respetaremos también su necesidad de no hablar.
Mantener el contacto
Una viuda se lamentaba: "había más de 400 personas en el funeral de mi marido. Entonces se ofrecieron muchos para ayudarme. ¿Dónde están ahora, después de tres meses?"
El contacto puede mantenerse de muchas maneras. Puedes hacerle una visita, quedar para tomar un café o dar un paseo, enviar una carta o un email. Con una llamada telefónica, por ejemplo, puedes romper su soledad y recordarle que no está solo/a, que alguien está pensando en él o ella.
Las fiestas y aniversarios son momentos particularmente dolorosos en los que podemos hacer un esfuerzo especial para estar cerca de la persona en duelo.



La pérdida de un hijo y su impacto en la pareja

La muerte de un hijo o una hija es una de las experiencias más duras, difíciles y dolorosas que puede sufrir un ser humano.
Los padres se sienten responsables de la protección de sus hijos y, su pérdida, suele ser vivida como un fracaso y con una gran culpabilidad.
Es frecuente que la muerte de un hijo produzca tensiones y conflictos en la vida de pareja: Dificultades para aceptar que la pareja viva la pérdida a su manera. Un miembro de la pareja puede sentir, por ejemplo, que al otro no le importa la muerte lo suficiente (quizás porque no llora o porque no quiere hablar del fallecido). A veces, la necesidad de parecer fuerte, puede interpretarse por el otro como falta de interés.

Culpar a la pareja. Es frecuente que uno de los miembros de la pareja piense que el otro es de alguna manera responsable de la muerte. Esto se puede traducir en reproches continuos o en sentimientos de impaciencia e irritabilidad hacia el otro.
Falta de sincronicidad. Puede ocurrir que la pareja no viva al mismo tiempo los momentos de mayor dolor o las recaídas. Esto puede crear la sensación de que uno siempre está inmerso en el dolor, y puede contribuir a que se eviten el uno al otro en los momentos difíciles, para no recaer en el sufrimiento.
Las relaciones sexuales. En las relaciones sexuales, puede ocurrir que las necesidades de uno incluso aumenten, mientras que las del otro disminuyan o desaparezcan. Esto puede ser fuente importante de conflictos. El hombre, en general, tiene una sexualidad más genital, y es capaz de separar el deseo sexual de su situación emotiva. La mujer puede sentirse incapaz de desear si está triste o enfadada. Es perfectamente natural querer disfrutar de vez en cuando del sexo y otros placeres, los momentos de dolor ya vendrán por si sólos.
Algunas sugerencias: Convéncete que te resultará muy difícil sobrellevar esta situación solo. No pretendas tampoco que tu pareja se convierta en tu principal soporte afectivo, bastante tendrá muchas veces con lo suyo... Busca pues una, dos o más personas de confianza con quien compartir tu dolor. Procura mantenerte lo más unido posible a tu pareja, apoyaros mutuamente, respetar el ritmo y la manera de llevar el duelo del otro. Puede ser que estés pasando, por ejemplo, por una etapa en la que prefieres estar solo o con los mas cercanos, y que evites a la gente para no tener que hablar de tu hijo, y en cambio, a tu pareja, le esté ayudando exactamente todo lo contrario. ¿Cómo conciliar las necesidades de ambos si la pareja está acostumbrada a hacerlo todo juntos, por ejemplo? Es necesario paciencia, comprensión y creatividad para introducir cambios en nuestra forma de vivir que nos permita seguir adelante sin añadir más dolor al dolor.
Los otros hermanos. La pareja puede estar tan afectada por su propio dolor, que descuide a los otros hermanos. Ellos también sufren intensamente la pérdida, se sienten culpables y pueden tener necesidad de desahogarse. Hablar del fallecido y compartir, cada uno a su estilo, el dolor por la pérdida, puede ser la mejor manera de ayudarse unos a otros y afrontar sanamente la experiencia de duelo.

ES IMPORTANTE TENER EN CUENTA LO SIGUIENTE:

SI VEIS QUE OS ESTÁIS ALEJANDO EL UNO DEL OTRO Y QUE VUESTRA RELACIÓN SE DETERIORA DÍA A DÍA, NO DUDÉIS EN PEDIR AYUDA A UN PROFESIONAL QUE OS ASESORE Y OS AYUDE A ENFRENTAR LAS DIFICULTADES...PEDIR AYUDA.

¿Como ayudar a un niño/a a afrontar la pérdida de un ser querido/a?
Ser completamente honestos con el niño/a
Acompañar a un niño en duelo significa ante todo NO APARTARLE de la realidad que se está viviendo, con el pretexto de ahorrarle sufrimiento. Incluso los niños más pequeños, son sensibles a la reacción y el llanto de los adultos, a los cambios en la rutina de la casa, a la ausencia de contacto físico con la persona fallecida…, es decir, se dan cuenta que algo pasa y les afecta.
Solamente en el caso de muertes repentinas e inesperadas, sería aconsejable (aunque no siempre posible) apartar al niño durante las primeras horas. El niño puede y debe percibir que los adultos estan tristes, o que lloran, que lo sienten tanto como él, pero evitaremos pueda presenciar escenas desgarradoras de dolor y pérdida de control de los adultos. No es aconsejable decir delante del niño cosas como "yo también me quiero morir" o "¿Qué va ser de nosotros?"
Cuándo y cómo dar la noticia. Aunque resulte muy doloroso y difícil hablar de la muerte con el niño, es mejor hacerlo lo antes posible. Pasadas las primeras horas de mayor dramatismo y confusión, buscaremos un momento y un lugar adecuado y le explicaremos lo ocurrido con palabras sencillas y sinceras. Por ejemplo, podemos decirles: "Ha ocurrido algo muy triste. Papá ha muerto. Ya no estará más con nosotros porque ha dejado de vivir".
Explicar cómo ocurrió la muerte.
Procuraremos hacerlo con pocas palabras. Por ejemplo: "Ya sabes que ha estado muy muy muy enfermo durante mucho tiempo. La enfermedad que tenía le ha causado la muerte" El niño puede tener miedo de morir ante cualquier enfermedad banal, por lo que es importante recalcarles que las personas sólo se mueren cuando están muy muy muy enfermas, y tienen una enfermedad que muy poca gente coge. Es caso de accidente, podemos decir que quedó muy muy muy malherido, que los médicos y las enfermeras hicieron lo posible para "arreglar" el cuerpo, pero que, a veces, está tan herido o enfermo que las medicinas no le pueden curar.Si la muerte fue por suicidio, de nada sirve ocultarlo porque tarde o temprano, se acaban enterando por alguien ajeno a la familia. Es mejor pues explicar al niño qué es el suicidio, y responder a sus preguntas.
¿Qué podemos decirles si nos preguntan por qué? ¿Por qué ha muerto? ¿Por qué a mi? Son preguntas difíciles de responder. No pasa nada por decirles que nosotros también nos hacemos las mismas preguntas, o que sencillamente no sabemos la respuesta. Es bueno se sepan que todos los seres tienen que morir algún día y que le ocurre a todo el mundo. Los niños en su fantasía pueden creer que algo que pensaron, dijeron o hicieron causó la muerte. Si un niño dice: "me hubiera gustado ser más bueno con mamá, así ella no habría muerto", debemos decirle con calma pero con firmeza que no ha sido culpa suya.
Para los niños menores de 5 años, la muerte es algo provisional y reversible. Será pues necesario ser pacientes para explicarle una y otra vez lo ocurrido y lo que significa la muerte. Es su mente, la persona que ha muerto sigue comiendo, respirando y existiendo, y se despertará en algún momento para volver a llevar una vida completa.Los niños de estas edades se toman todo al pie de la letra. Es mejor pues decir que ha muerto, que usar expresiones como "se ha ido", "lo hemos perdido" (pueden pensar: ¿y si me pierdo yo y no se volver a casa?), "ha desaparecido", "se ha quedado dormido para siempre" (pueden temer no poder despertarse), "Se ha marchado de viaje", "Dios se lo ha llevado" ... Estas expresiones pueden alimentar su miedo a morir o ser abandonados, y crear más ansiedad y confusión.
Para que el niño entienda qué es la muerte, suele ser útil hacer referencia a los muchos momentos de la vida cotidiana donde la muerte está presente: en la naturaleza, muerte de animales de compañía...
Permitir que participe en los ritos funerarios
Animar al niño a asistir y participar en el velatorio, funeral, entierro… Tomar parte en estos actos puede ayudarle a comprender qué es la muerte y a iniciar mejor el proceso de duelo.Si es posible, es aconsejable explicarle con antelación qué verá, qué escuchará y el porqué de estos ritos.
Animar también al niño a ver el cadáver. Muchos niños tienen ideas falsas con el cuerpo. Comentarle que el cuerpo deja de moverse del todo y para siempre, deja de respirar, de comer, de hablar, de ir al baño, y no siente dolor. Dejarle bien claro que ya no siente nada; ni lo malo, ni el frío, ni el hambre… Insistir en que la muerte no es un especie de sueño y que el cuerpo no volverá ya ha despertarse. Antes de que vea el cadáver, explicarle dónde estará, qué aspecto tendrá… Lo ideal es que el niño pueda pasar un rato de tranquilidad e intimidad con el cadáver. Puede pedirse que nos dejen a solas con el niño y que no se interrumpa durante unos minutos. Si el niño no quiere ver el cadáver o participar en algún acto, no obligarle ni hacer que se sienta culpable por no haber ido.
Si los padres o padre superviviente están demasiado afectados para ocuparse de las necesidades del niño, puede ser conveniente que otra persona (un familiar o amigo de la familia) se ocupe de atenderle y se responsabilice de acompañarle durante estos actos. Es preferible que sea alguien cercano al niño, que le permita expresar sus emociones y se sienta cómodo contestando sus preguntas.
Animarle a expresar lo que siente
Aunque no siempre las expresen, los niños viven emociones intensas tras la pérdida de una persona amada. Si perciben que estos sentimientos (rabia, miedo, tristeza…) son aceptados por su familia, los expresarán más fácilmente, y esto les ayudará a vivir de manera más adecuada la separación. Frases como: "no llores", "no estés triste", "tienes que ser valiente", "no está bien enfadarse así", "tienes que ser razonable y portarte como un grande" …, pueden cortar la libre expresión de emociones e impiden que el niño se desahogue.
Tener en cuenta que su manera de expresar el sufrimiento por la pérdida, no suele ser un estado de tristeza y abatimiento como el de los adultos. Es más frecuente apreciar cambios en el carácter, cambios frecuentes de humor, disminución del rendimiento escolar, alteraciones en la alimentación y el sueño…
Algunas respuestas habituales en los niños de 2 a 5 años:
Perplejidad:Parecen totalmente confusos sobre lo que ha ocurrido o se niegan a creerlo. Es posible que pregunten reiterativamente: "Dónde está papá?". Desean saber cuándo va a volver la persona fallecida, o la buscan activamente.
Regresión:Se pegan al padre superviviente, se quejan, se hacen pipí en la cama, piden un biberón, se chupan el dedo...
Ambivalencia: A algunos niños parece no afectarles en absoluto la muerte. Responden ante la noticia con preguntas o afirmaciones inadecuadas. Aunque sea una reacción desconcertante, es bastante común. Significa que no ha aceptado o afrontado la muerte, pero comprende lo que ha sucedido. Lo más habitual, es que el niño elabore el duelo alternando fases de preguntas y expresión emocional, con intervalos en que no menciona para nada el asunto. Suele sentir rabia y enfado por haber sido abandonado, y puede expresarla de muchas maneras: irritabilidad, pesadillas, juegos ruidosos, travesuras…Es frecuente que dirijan el enfado hacia un familiar cercano. Permitirle que saque la rabia gritando, corriendo, saltando, golpeando con cojines, por ejemplo…Expresan su dolor a través de los juegos. Con sus compañeros y amigos pueden jugar a morirse, al entierro…Todos estos comportamientos son absolutamente normales y tienen que ser respetados como necesarios para que el niño realice de forma adecuada el duelo.Toman a sus padres como modelo.
No es malo que los niños vean el dolor y la tristeza. No tengamos miedo de mostrar los propios sentimientos delante del niño (excepto manifestaciones violentas de rabia y dolor). Cuando le mostramos lo que sentimos, el niño nos percibe más cercanos, y es más fácil que nos diga el también, lo que le está pasando.Un padre o una madre que no se inmute después de una muerte para no entristecer a sus hijos, puede hacer que éstos "congelen" sus emociones. O si muestra cólera, un dolor extremo o una conducta histérica, su hijo puede imitar este comportamiento.
Miedo a morir u a otra pérdida: Los niños más pequeños creen que la muerte es contagiosa y pueden pensar que pronto le llegará su turno. Explicarles que no tienen nada que temer. Les preocupa que el padre o la madre superviviente también les abandone. Se preguntan qué les ocurriría y cómo sobrevivirían. Establecen vínculos afectivosAunque el niño sepa que su ser querido ha muerto, siente necesidad de seguir manteniendo una relación afectiva, y así, la persona fallecida puede por un tiempo convertirse en un padre o madre imaginario. En algunos casos, podemos ayudar al niño dándole algún objeto personal del fallecido, que este conserve como un recuerdo precioso y una forma de unión íntima con él. El niño puede establecer vínculos afectivos con otros adultos que se parezcan al difunto o tengan unas cualidades similares (un familiar, la maestra, el psicólogo...) y pedirles que sean su padre o su madre. Esta conducta es bastante común y no significa que el padre superviviente no satisfaga las necesidades del niño.
Comprueban la realidad: Al principio es posible que parezca y saben y aceptan lo que ha ocurrido, pero después, al cabo de varias semanas o meses, preguntan cuando volverá o lo buscan por la casa
Algunas respuestas habituales en los niños de 6 a 9 años:
Los niños de estas edades saben que la muerte es permanente y real. La negación. Una respuesta muy común es negar que la muerte haya ocurrido. Es su negación pueden mostrarse muy agresivos. Algunos pueden mostrarse más contentos y juguetones que de costumbre, como si la pérdida nos les hubiera afectado. Los adultos pueden malinterpretar esta conducta y reaccionar con cólera o simplemente ignorar a los niños. Pero en realidad esta negación indica que los niños sienten un dolor tan profundo que intenta levantar un muro para que la muerte no les afecte.estos niños necesitan oportunidades para llorar la pérdida y es posible que también necesiten permiso para hacerlo. Se puede decir algo como: "No tienes que mostrar tu tristeza a todo el mundo, pero si quieres puedes compartirla conmigo. Si tienes ganas de llorar y estar triste a solas, me parece muy bien, pero después de estar así durante un rato, sería bueno que hablaras con alguien de como te sientes.La idealizaciónInsistir en que "mamá era la persona más lista o perfecta del mundo", por ejemplo, les permite mantener una relación imaginaria con la persona fallecida.La culpabilidadEs una respuesta normal, sobretodo si no pueden expresar la tristeza que sienten. Comentarios en vida como "vas a matarme", pueden hacer creer al niño que su mala conducta ha contribuido a la muerte.Si además la niegan y fingen ser valientes como parte de la negación, los adultos pueden aumentar el sentimiento de culpa al corregirlo o enojarse con él al parecer que la muerte no le importe.A los niños que se obstinan en negar la muerte y no dejan de sentirse culpables, es difícil que superen la situación sin ayuda.
El miedo y la vulnerabilidad: Es normal que los niños de estas edades se sientan asustados y vulnerables. Intentan ocultar sus sentimientos, sobretodo a los niños de su edad, porque no quieren que sus amigos o compañeros de la escuela los consideren "diferentes". Los niños sobre todo pueden actuar con bravuconería o agresividad.Se ocupan de los demásPueden asumir el papel del fallecido y cuidar de sus hermanos más pequeños o asumir tareas que antes realizaba el padre o la madre que ha muerto.Buscan a la persona que ha muertoPueden ir de una habitación a otra, o buscarla en el desván o en el sótano. la mejor respuesta es dejar que sigan buscando. Les puede consolar saber que nosotros también a veces sentimos el deseo de hacerlo.
Los tres temores más frecuentes del niño son ¿Causé yo la muerte?¿Me pasará esto a mi?¿Quién me va a cuidar?
Mantenerse física y emocionalmente cerca del niño
Permitirle estar cerca, sentarse a su lado, sostenerlo en brazos, abrazarlo, escucharle, llorar con él…Podemos también dejar que duerma cerca, aunque mejor en distinta cama.
Puede ser adecuado también buscar momentos para estar separados: dejarle sólo en su habitación, dejarle salir a jugar con un amigo… Si es necesario, tranquilizarle diciéndole que estaremos ahí por si nos necesita.
El niño intuye enseguida que la muerte va a tener muchas consecuencias en la familia. Es bueno decirle que, aunque estamos muy tristes por lo ocurrido, vamos a seguir ocupándonos de él lo mejor posible.
El niño puede temer también ser abandonado por el familiar sobreviviente. Asegurarle que, aunque está muy afectado por la pérdida, se encuentra bien y no le va a pasar lo mismo.
Con frecuencia, lo que más ayuda a los niños frente a las pérdidas, es reencontrar el ritmo cotidiano de sus actividades: el colegio, sus amigos, sus juegos familiares, las personas que quiere. También es importante garantizarle el máximo de estabilidad posible. En este sentido no es un buen momento, por ejemplo, para cambiarlo de colegio o para imponerle nuevas exigencias.
Asegurarles que vamos a seguir queriendo a la persona fallecida y que nunca la olvidaremos
Estar atentos a la aparición de algunos signos de alerta
Llorar en exceso durante periodos prolongados
Rabietas frecuentes y prolongadas
Apatía e insensibilidad
Un periodo prolongado durante el cual el niño pierde interés por los amigos y por las actividades que solían gustarle. Frecuentes pesadillas y problemas de sueño.Pérdida de apetito y de peso.Miedo de quedarse solo.Comportamiento infantil (hacerse pis, hablar como un bebé, pedir comida a menudo…) durante tiempo prolongado.
Frecuentes dolores de cabeza solos o acompañados de otras dolencias físicas.Imitación excesiva de la persona fallecida, expresiones repetidas del deseo de reencontrarse con el fallecido.Cambios importantes en el rendimiento escolar o negativa de ir a la escuela.


¿CUANDO Y CÓMO PEDIR AYUDA?


No es fuerte el que no necesita ayuda, sino el que tiene el valor de pedirla cuando la necesita.
Aunque el dolor, la soledad y los trastornos que acompañan al duelo son algo normal y natural (ver la parte de reacciones habituales), debemos plantearnos seriamente hablar con alguien sobre nuestro duelo si tenemos alguno de las siguientes reacciones:
1.-Intensos sentimientos de culpa, provocados por cosas diferentes a las que hicimos o dejamos de hacer en el momento de la muerte de nuestro ser querido.
2.-Pensamientos de suicidio que van más allá del deseo pasivo de "estar muerto" o de poder reunirnos con nuestro ser querido.
3.-Desesperación extrema; la sensación mantenida de que por mucho que lo intentemos nunca vamos a volver a recuperar una vida que valga la pena (la vida se ha terminado para mí).
4.-Inquietud o depresión prolongadas, la sensación de estar "atrapado" o "ralentizado" mantenida a lo largo de periodos de varios meses; o, por el contrario, la sensación de estar bloqueada, incapaz de sentir nada.
5.-Síntomas físicos, como la sensación de tener un cuchillo clavado en el pecho o una pérdida importante de peso, que pueden representar una amenaza para nuestra salud física.
6.-Ira incontrolada, que hace que nuestros amigos y seres queridos se distancien o que nos lleva a "planear la venganza" de nuestra pérdida.
7.-Dificultades continuadas de funcionamiento que se ponen de manifiesto en nuestra incapacidad para conservar el trabajo o realizar las tareas necesarias para la vida cotidiana.
8.-Abuso de sustancias, confiando demasiado en las drogas o el alcohol para amortiguar el dolor por la pérdida.



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