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"Dejamos de temer aquello que hemos aprendido a entender" MARIE CURIE
La ansiedad es una emoción de los seres humanos y otros animales, que tiene por objeto un incremento de la activación fisiológica para ponernos en alerta ante posibles amenazas externas y movilizarnos hacia la acción para sortear dichas amenazas, y que sin duda ha sido fundamental para la supervivencia de nuestra especie. Desde este punto de vista la ansiedad es algo sano y positivo que nos ayuda en la vida cotidiana, siempre que sea una reacción frente a determinados peligros o problemas puntuales de la vida cotidiana. Sin embargo, en las sociedades avanzadas modernas, esta característica innata del hombre se ha desarrollado de forma patológica conformando, en algunos casos, cuadros sintomáticos que constituyen los Trastornos de Ansiedad, que tienen consecuencias negativas y muy desagradables para las personas que los padecen. Entre los Trastornos de Ansiedad se encuentran las fobias, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la agorafobia, el trastorno por estrés post-traumático, el trastorno de ansiedad generalizada, etc. (Organización Mundial de la Salud). En el caso del trastorno de ansiedad generalizada, por ejemplo, la ansiedad patológica se vive como una sensación difusa de angustia o miedo, y deseo de huir, sin que quien lo sufre pueda identificar claramente el peligro o la causa de este sentimiento. Esta ansiedad patológica es resultado de los problemas de diverso tipo a los que se enfrenta la persona en su vida cotidiana, y sobre todo de la forma en que interioriza y piensa acerca de sus problemas. Hay que matizar, como se decía más arriba, que la ansiedad en sí no es algo patológico, lo que genera problemas es la respuesta incorrecta de dicha emoción de manera cronificada, o ante determinadas situaciones o estímulos que resulta desadaptativa para el individuo. Síntomas Los síntomas de ansiedad son muy diversos, tal vez los más comunes consistan en hiperactividad vegetativa que se manifiesta con taquicardia, taquipnea, dilatación pupilar, sensación de ahogo, temblores en las extremidades, sensación de pérdida de control o del conocimiento, transpiración, rigidez muscular, debilidad muscular, insomnio, inquietud motora, dificultades para la comunicación, pensamientos negativos y obsesivos, etc. Cabe notar que algunos síntomas de la ansiedad suelen parecerse a los de padecimientos no mentales, tales como la arritmia cardíaca o la hipoglucemia. Se recomienda a los pacientes someterse a un examen médico completo para descartarlos. La ansiedad también puede convertirse en un trastorno de pánico, en el cual la persona cree que va a desmayarse, fallecer o sufrir algún otro percance fisiológico. Es común que las personas con este trastorno visiten la sala de urgencias con cierta frecuencia, y típicamente se sienten mejor después de ser atendidas.
Podemos definir las respuestas de ansiedad como reacciones defensivas e instantáneas ante el peligro. Estas respuestas, ante situaciones que comprometen la seguridad del sujeto, son adaptativas para la especie humana. Significa esto que ejercen una función protectora de los seres humanos. El ser humano durante miles de años se ha tenido que enfrentar a infinidad de peligros; cuando estos se presentaban, las respuestas más eficaces para preservar la integridad del sujeto eran dos: La Huida o la Lucha. Los mecanismos, psicofisiológicos humanos, que preparan para la huida o la lucha (respuestas de ansiedad) han cumplido un eficaz papel a lo largo de los tiempos. El problema es que el ser humano ya no tiene que enfrentarse con animales que corren detrás de él para convertirlo en su cena; en cambio otros muchos agentes estresantes le rodean y le acompañan a lo largo de su existencia, haciendo que el fantasma del peligro le aceche detrás de cualquier situación inofensiva.
"En el caso de los trastornos de ansiedad, la respuesta de miedo funciona como un dispositivo antirrobo defectuoso, que se activa y previene de un peligro inexistente. Precisamente el ser humano actual está abocado a abordar el fascinante problema de como controlar los aspectos perjudiciales de las respuestas de miedo (que se pueden manifestar psicopatológicamente en forma de trastornos fóbicos y de ansiedad) conservando, sin embargo sus beneficios protectores" (Ejemplo de E. Echeburua, Trastornos de la Ansiedad, Ed.Pirámide, 1996).
La ansiedad es la más común y universal de las emociones. Reacción de tensión sin causa aparente, más difusa y menos focalizada que los miedos y las fobias. La reacción emocional ante un peligro o amenaza se manifiesta mediante un conjunto de respuestas tanto fisiológicas, cognitivas y conductuales.
Tiene numerosos sinónimos: · NERVIOSISMO. · · INQUIETUD. · · TENSIÓN. Referencia a la experiencia de la ansiedad: · · ANGUSTIA. · · MIEDO. · · INSEGURIDAD.
CUALES SON LAS RESPUESTAS DE ANSIEDAD AGRUPADAS EN LOS TRES SISTEMAS DE RESPUESTA HUMANA
( PENSAMIENTOS, CONDUCTA Y SÍNTOMAS FISIOLÓGICOS).
1º SÍNTOMAS SUBJETIVOS, COGNITIVOS O DE PENSAMIENTO.- - PREOCUPACIÓN. · · INSEGURIDAD. · · MIEDO O TEMOR. · · APRENSIÓN. · · PENSAMIENTOS NEGATIVOS (INFERIORIDAD, INCAPACIDAD). · · ANTICIPACIÓN DE PELIGRO O AMENAZA. · · DIFICULTAD DE CONCENTRACIÓN. · · DIFICULTAD PARA LA TOMA DE DECISIONES. · · SENSACIÓN GENERAL DE DESORGANIZACIÓN O PÉRDIDA DE CONTROL SOBRE EL AMBIENTE. 2º SÍNTOMAS MOTORES U OBSERVABLES.- · · HIPERACTIVIDAD. · · PARALIZACIÓN MOTORA. · · MOVIMIENTOS TORPES Y DESORGANIZADOS. · · TARTAMUDEO Y OTRAS DIFICULTADES DE EXPRESIÓN VERBAL. · · CONDUCTAS DE EVITACIÓN. 3º SÍNTOMAS FISIOLÓGICOS O CORPORALES.- · · SÍNTOMAS CARDIOVASCULARES: Palpitaciones, pulso rápido, tensión arterial alta, accesos de calor. · · SÍNTOMAS RESPIRATORIOS: Sensación de sofoco, ahogo, respiración rápida y superficial, opresión torácica. · · SÍNTOMAS GASTROINTESTINALES: Náuseas, vómitos, diarrea, aeorofagia, molestias digestivas. · · SÍNTOMAS GENITOURINARIOS: Micciones frecuentes, enuresis, eyaculación precoz, frigidez, impotencia. · · SÍNTOMAS NEUROMUSCULARES: Tensión muscular, temblor, hormigueo, dolor de cabeza tensional, fatiga excesiva. · · SÍNTOMAS NEUROVEGETATIVOS: Sequedad de boca, sudoración excesiva, mareos.
CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD (D.S.M. IV).-
1.-TRASTORNO DE ANGUSTIA SIN AGORAFOBIA 2.-TRASTORNO DE ANGUSTIA CON AGORAFOBIA 3.-AGORAFOBIA 4.-FOBIA ESPECÍFICA 5.-FOBIA SOCIAL 6.-TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO 7.-TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO 8.-TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO 9.-TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADO 10.-TRASTORNO POR ANSIEDAD DEBIDO A ENFERMEDAD MÉDICA 11.-TRASTORNO POR ANSIEDAD INDUCIDO POR SUSTANCIAS 12.-TRASTORNO DE ANSIEDAD NO ESPECIFICADO
ACONTECIMIENTOS EN LA VIDA QUE PROVOCAN ANSIEDAD Y ESTRÉS: (Por orden de importancia)
01.- Muerte del cónyuge (100)
02.- Divorcio (73)
03.- Separación matrimonial (65)
04.- Encarcelación (63)
05.- Muerte de un familiar cercano (63)
06.- Lesión o enfermedad personal (53)
07.- Matrimonio (50)
08.- Despedido del trabajo (47)
09.- Reconciliación matrimonial (45)
10.- Jubilación. (45)
11.- Cambio notable en la salud o en la conducta de un familiar. (44)
12.- Embarazo. (44)
13.- Dificultades sexuales. (39)
14.- Existencia de un nuevo familiar (nacimiento, adopción, etc.). (39)
15.- Reajuste financiero importante (reorganización, quiebra, etc.). (38)
16.- Cambios importantes en el estado financiero (ganar o perder más de lo habitual. (37)
17.- Muerte de un amigo íntimo. (36)
18.- Cambio a una línea o tipo de trabajo distinto. (35)
19.- Incremento importante en las disputas conyugales. (31)
20.- Grandes desembolsos de dinero (compra de casa, negocios, etc.). (30)
Trastorno de Ansiedad Generalizada
La característica principal de este trastorno es la preocupación excesiva y permenente por los diferentes aspectos de la vida (Familia, Salud, Trabajo, etc.) A continuación se describen algunos problemas:
Ø Nunca dejo de preocuparme de cosas, ya sean grandes o pequeñas. Ø A veces siento Dolor de cabeza u otros dolores y malestares sin razón aparente. Ø A menudo siento tensión y es difícil relajarme Ø Me cuesta mantener mi mente enfocada en una cosa a la vez. Ø Me pongo de mal humor. Ø Me cuesta dormirme o mantenerme dormido. Ø Transpiro mucho y siento "sofocones". Ø A veces siento un nudo en la garganta o siento deseos de vomitar cuando me preocupo
Si Usted ha experimentado más de uno de estos síntomas por un período mayor a seis meses, puede ser que padezca de un Trastorno de Ansiedad Generalizada.
PREGUNTAS HABITUALES:
1. ¿QUÉ ES EL TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA?
El Trastorno de Ansiedad Generalizada es una enfermedad que se caracteriza por un estado de preocupación permanente que persiste por, al menos, seis meses.
Habitualmente, la ansiedad y la preocupación se acompañan de otros síntomas como los siguientes: inquietud, fatiga precoz, dificultades para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular y trastornos del sueño (en los niños basta con la presencia de uno de estos síntomas adicionales).
La intensidad, duración o frecuencia de aparición de la ansiedad y de las preocupaciones son claramente desproporcionadas con las posibles consecuencias que puedan derivarse de la situación o el acontecimiento temidos. A las personas que padecen un Trastorno de Ansiedad Generalizada les resulta difícil olvidar estas preocupaciones para poder dedicar la atención necesaria a las tareas que están realizando, y todavía les cuesta más eliminar las preocupaciones completamente.
Los adultos con trastorno de ansiedad generalizada acostumbran a preocuparse por las circunstancias normales de la vida diaria, como son las posibles responsabilidades laborales, temas económicos, la salud de su familia, los pequeños fracasos de sus hijos y los problemas de carácter menor (p. ej., las faenas domésticas, la reparación del automóvil o el llegar tarde a las reuniones). Los niños con trastorno de ansiedad generalizada tienden a preocuparse por su rendimiento o la calidad de sus actuaciones. Durante el tiempo que dura esta enfermedad el centro de las preocupaciones puede trasladarse de un objeto o una situación a otros.
2. ¿CUÁNDO COMIENZA Y CUÁNTO TIEMPO DURA?
Habitualmente, el Trastorno de Ansiedad Generalizada comienza en la niñez y en la adolescencia, aunque también puede iniciarse en la edad adulta. La prevalencia de la enfermedad depende de muchos factores, como son el género, el contexto regional, etc. Su duración está determinada, en primer lugar, por el tipo de asistencia que la persona reciba y el correcto diagnóstico de la enfermedad, ya que muchas personas consultan a su médico por los síntomas asociados (insomnio, dolores de cabeza, etc. ) sin que se determine la causa principal. En segundo lugar, la duración de la enfermedad puede estar determinada por los factores socioecológicos que afectan a las personas, como lo son la estabilidad económica, las crisis vitales, y las diversas circunstancias de la vida.
3. ¿QUÉ PUEDO HACER PARA AYUDARME?
En primer lugar, realizar una visita a un especialista o a un médico y decirle que se siente constantemente preocupado y tenso. Cúentele también sobre cualquier otro síntoma que perciba y en qué le están afectando estos síntomas para cumplir con sus responsabilidades diarias. En segundo lugar, pídale que lo examine para asegurarse de que no tiene otra enfermedad diferente.
Es importante que le pregunte a su terapeuta si ha ayudado a otras personas que sufran de Trastorno de Ansiedad Generalizada, y si no lo ha hecho, pídale que lo derive a un terapeuta que tenga la formación necesaria.
4. ¿QUÉ PUEDE HACER UN TERAPEUTA PARA AYUDARME?
En el caso de un Psiquiatra, puede recetarle medicamentos que tardan algunas semanas para tener el efecto deseado. En el caso de un Psicólogo, puede ayudarle mediante la "terapia", esto es, un tratamiento que se realiza conversando con un terapeuta que puede ayudarle a aprender cómo controlar sus preocupaciones y a entender la causa de éstas con el fin de modificarlas. Hay muchos Psiquiatras que también ofrecen Psicoterapia. La Psicoterapia puede tener diversos estilos y modos de ser efectuada, de acuerdo a la formación del profesional.
Estrategias para la ansiedad • Recuerde que aunque sus sensaciones y síntomas le producen gran temor, no son peligrosos ni dañinos. • Entienda que lo que está experimentando es una exageración de las reacciones normales de su cuerpo frente al estrés. • No luche contra las sensaciones o desee que desaparezcan. Cuanto más dispuesto esté a enfrentarse con ellas, menos intensas se harán. • No incremente la sensación de pánico preguntándose sobre lo que "podría" ocurrir. Si se sorprende preguntándose "¿y sí?” Contéstese a sí mismo "¡qué más da! • Permanezca en el presente. Perciba lo que le ocurre ahora en contraposición a lo que le "podría" ocurrir. • Puntúe su nivel de miedo del cero al diez y observe como sube y baja. Observará que permanece en los niveles más altos durante relativamente poco tiempo. • Cuando se sorprenda pensando sobre el miedo, cambie su pensamiento de "y si...?. Concéntrese en una tarea sencilla que pueda llevar a cabo con facilidad. • Verá que si deja de añadir pensamientos de temor a su miedo, comenzará a desaparecer. • Espere y acepte el miedo cuando éste llegue. Aguarde y de tiempo a que pase sin huir de él. • Siéntase orgulloso de los progresos conseguidos hasta el momento y piense en lo bien que se sentirá si tiene éxito esta vez.
Test de Ansiedad Generalizada A continuación vamos a tratar de identificar a modo de prueba orientativa en qué nivel de ansiedad se encuentra, teniendo en cuenta lo siguiente:
Este Test es sólo de carácter orientativo. No representa ningún diagnóstico. Únicamente un psicólogo puede realizarlo. Ante la menor duda, debe consultar con un profesional.
Este Test esta basado en los Criterios de Diagnóstico de Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-IV-TR). Son 6 (seis) los criterios diagnósticos: A, B, C, D, E y F. Los mismos se describen a continuación: A. ¿Sufre usted de ansiedad y preocupaciones excesivas sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que tienen una duración mayor a seis meses?. SI __ NO__ B. ¿Le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación? SI __ NO__ C. La ansiedad y preocupación se asocian a 3 o más de los siguientes síntomas: SI __ NO__ - Fatiga (cansancio) fácil: SI __ NO__ - Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco: SI__ NO__ - Irritabilidad: SI __ NO__ - Tensión muscular: SI __ NO__ - Alteraciones del sueño: dificultad para conciliar o mantener el sueño o sensación al despertarse de sueño no reparador: SI__ NO__ D. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan un malestar significativo o deterioro en las relaciones familiares, sociales, laborales o de otras áreas importantes de su actividad: SI __NO__
Si ha respondido que SI a los criterios A, B y D, y por lo menos a 3 de los ítems del criterio C, Usted cumple con algunos criterios de diagnóstico de Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG). Debe concurrir a un psicólogo para que le confirme el diagnóstico y los dos criterios que se detallan a continuación:E. El centro de la ansiedad y de la preocupación no se limita a los síntomas de un trastorno del Eje I; por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia a la posibilidad de presentar una Crisis de Pánico. F. Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (por ejemplo drogas de adicción o medicamentos) o a una enfermedad médica (por ejemplo, hipertiroidismo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo, un trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo.
Este Test es sólo de carácter orientativo. No representa ningún diagnóstico. Únicamente un médico psiquiatra o psicólogo puede realizarlo. Ante la menor duda, debe consultar con un profesional.
Cuentenos su experiencia con la ansiedad...expliquenos qué problemas ha tenido que le provocan ansiedad y como la ha resuelto. Escribanos y le ayudaremos y ayudará a los demás.
La envidia es una emoción experimentada por aquel que desea intensamente algo poseído por otr@. La base de la envidia es el afán de poseer y no el deseo de privar de algo al otro, aunque si el objeto en cuestión es el único disponible la privación del otro es una consecuencia necesaria.
La envidia es una sensación desagradable que ocasiona conductas desagradables para los demás. Tradicionalmente ha sido considerada uno de los siete pecados capitales.
La envidia ha sido frecuentemente tema literario y ha inspirado mitos como el de Caín y Abel que aparece en el Génesis de la Biblia. Este mito, en realidad, ejemplifica la rivalidad y conflictos históricos entre los sistemas de vida nómadas y sedentarios de pastores y agricultores que se han desarrollado siempre a lo largo de la historia, también entre los pueblos semíticos. El escritor de la generación del 98, Miguel de Unamuno afirmaba que era el rasgo de carácter más propio de los españoles y escribió para ejemplificarlo su novela Abel Sánchez, en que el verdadero protagonista, que significativamente no da título a la obra, ansioso de hacer el bien por la humanidad, sólo recibe desprecio y falta de afecto por ello, mientras que el falso protagonista, que sí da título a la obra, recibe todo tipo de recompensas y afecto por lo que no ha hecho, ya que es el tipo de persona que cae bien a todo el mundo porque no vale para nada y puede ser despreciado en secreto y no nos hace sentir mal a causa de nuestra inferioridad.
Decía el escritor argentino Jorge Luis Borges que..."El tema de la envidia es muy español. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: "Es envidiable"". Y la verdad es que no es sólo un mal español. Es un tema tan antiguo como el hombre. Decía, por ejemplo Epicteto de Frigia , un filósofo latino, hace ya muchos cientos deaños que "la envidia es el adversario de los afortunados"
Pero...¿Que es la envidia?Es, sin duda, uno de los problemas emocionales más frecuentes, la envidia suele definirse como la tristeza por el bien ajeno; un sentimiento desagradable que se produce al percibir en otro algo que se desea y que dificulta el desarrollo del que lo sufre y sus relaciones con los demás.
Se mezclan emociones de naturaleza contradictoria, como por ejemplo, el deseo de tener lo que otro tiene, la admiración por lo que otro ha conseguido, el dolor por no tenerlo, la indignación por considerar injusta la diferencia que se observa o la incertidumbre por no entender a qué se deben las diferencias que producen la envidia.
La envidia se produce como consecuencia de dos tendencias que llevan al individuo a desear lo que no tiene y a compararse con los demás.
La naturaleza destructiva de la envidia, que permite diferenciarla de la envidia sana, se refleja en que la primera origina malestar emocional; sentimiento que en lugar de ayudarle a conseguir lo que envidia, se lo dificulta.
El envidioso es incapaz de ponerse en el lugar del envidiado, para poder comprender su situación, o de sentir empatía hacia él. ¿Qué significa sentir empatía hacia alguien? Significa sentir lo que siente el otro. Y es la base de la comprensión y de la solidaridad.
La envidia origina una serie de reacciones negativas que pueden hacer que el envidioso se aísle de los demás o tenga serias dificultades para relacionarse adecuadamente con ellos.
La envidia se produce casi siempre hacia personas muy cercanas (familiares, amigos, vecinos y frecuentemente entre compañeros de trabajo y/o profesión).
Entre los valores más envidiados suelen encontrarse el prestigio, el reconocimiento, el estatus ocupacional, el dinero, el poder o los símbolos y las posesiones materiales.
Para que en lugar de producirse envidia surja admiración, es necesario que las cualidades que se observan en el otro no representen una amenaza para la propia valoración.
En los ambientes en los que existe una fuerte tendencia a evaluar el rendimiento de forma individualista y competitiva hay más riesgo de suscitar envidia.
Cuando estamos enfermos envidiamos a los que rebosan salud, cuando nuestra pareja hace aguas nos fijamos en las que funcionan como el primer día y cuando padecemos problemas económicos envidiamos los que nadan en la abundancia. Y cuando envejecemos a los jóvenes y cuando estamos tristes a los que llevan la sonrisa...todas estas reacciones son fruto de la envidia.
Tenenos tendencia a valorar en los demás aquello que a nosotros nos falta, pero casi nunca nos ponemos a pensar en todo lo que tenemos.
Ser realistas y confeccionar mentalmente un cuadro-diagnóstico certero de nuestra situación puede ayudarnos a no convertirnos en víctimas del catatrofismo o de la euforia. El bienestar emocional consiste en el equilibrio al que conduce conocer y asumir con serenidad y buen humor lo que somos (y tenemos) y lo que aspiramos a ser (y tener). La envidia más perniciosa es la que sentimos del hermano, del amigo, del compañero de estudios o de trabajo, y del vecino de al lado. Y ello porque sabemos que quien tenemos cerca no es forzosamente más listo ni mejor profesional que nosotros, simplemente ha aprovechado mejor sus oportunidades.No se trata de ser conformistas y abandonar cualquier planteamiento ambicioso -un grado de ambición siempre es aconsejable para superarse a si mismo-, sino de ser consecuentes y elaborar una valoración global sobre lo que somos y lo que aspiramos a ser. Y todo ello no se debe hacer sobre la base de comparaciones con los/as demás, sino partiendo de nuestras propias percepciones, sentimientos y perspectivas de futuro.
Lo peor de la envidia es que se acompaña de una frustrante impresión de que la vida pasa sin vivirla, inmersa en la monotonía o en un devenir insatisfactorio carente de retos atractivos. Vemos a otras personas felices y ello acentúa la negativa percepción de nuestra vida y de nosotros mismos. Esa es la base de la envidia en las personas que no se sienten así. Es frecuente que esta disposición de ánimo nos conduzca a evitar los contactos sociales, nos acerque al fracaso y produzca esa inseguridad tan característica de la persona envisiosa que disfrazamos de apatía, conformismo y negatividad.La inteligencia emocional es en este caso imprescindible para acertar en el diagnóstico de nuestra situación en la vida y para dar con el paquete de medidas que nos ayude a superar el estadio de la envidia y a articular las estrategias que nos acerquen a las metas previstas. Mirar al exterior y compararnos con quienes admiramos o envidiamos puede ser un buen estímulo ("¿por qué yo no puedo hacerlo?") siempre que lo hagamos positivamente (no con un espíritu de simple emulación y constructivo) extrayendo del éxito ajeno conclusiones adaptables a nuestra manera de ser, nuestras capacidades y nuestras circunstancias personales.
El discurso del envidioso es repetitivo, monocorde y compulsivo respecto de lo que envidia y de con quién compite.Pendiente de lo que tienen los demás, evita reconocer lo que tiene y nada o poco hace para sacarle partido. Su vida no gira sobre su realidad, sino sobre lo que desea conseguir y , en definitiva, sobre lo que echa en falta. La insatisfacción, la frustración y la rabia, le dominan y hacen que su vida le resulte poco grata.
De modo que en esta competencia abierta, en la que uno ambiciona ser y tener lo que es y tiene el otro, es casi natural que el envidioso busque por todos los medios la caída de su rival, impulsado por esa creencia innata de que nadie es tan capaz y perfecto como uno mismo.
En la envidia todo vale: la ley de la selva y el sálvese quien pueda. Los envidiosos, para procurar la caída de su rival: difaman, insultan, acusan y, lo que es peor, cuando ya no les queda más argumentos para hablar en contra, transforman la mentira en verdad y la verdad la convierten en basura, pues los envidiosos suelen ser como las serpientes venenosas y las navajas de doble filo.
Sacamos una serie de extratos de un libro de Mercedes Salisach ("La dimensión intermedia") que estereotipa a los envidiosos/as:
"La cuestión es desprestigiar(me), convencerse a sí mismo (..) que la razón está de su parte. Ni siquiera toma en consideración el daño que la mentira (...) está causando a (su) autoestima (..).
Pero (..) las heridas (...) le traen al freco. Lo único que le importa, de verdad, es desprestigiarme, cambiar la imagen siempre positiva que (los otros) ha(n) mantenido sobre mi forma de ser.
Es el único modo capacitado para ventilar (...) esos rencores secretos que de vez en cuando le atosigan.
Por eso (...) no cesa de airear falsedades que machacan mi imagen. Incluso procura ridiculizarme. (...) Y escupe su embuste como podía escupir una flema.(...)
Y cuánto más me difaman , más se agudiza la sensación de que mi modo de actuar lejos de haber servido para favorecer (...) sólo ha sido una trampa inmunda para conseguir apoderarme de todo lo que le pertenecía.(...)
Así fue creándose entre ellos el ambiente que me ha ido conviertiendo (falsamente) en un (ser) arrogante, despreciable y cargado de vanidad; mientras (ellos) se arrogaba(n) el victimismo de mis supuestos egoísmos.
A veces los celos son capaces de inmunizar los sentimientos más arraigados, y por supuesto convertir los posibles remordimientos en vindicaciones. Por eso ya no se siente culpable, al contrario.(...)
Y comprendo claramente hasta que punto el odio acumulado, cuando se ve acosado por el rencor y la impotencia, puede falsear el cariño y ser capaz de generar ENVIDIA.
Y hasta que punto la envidia puede admitir el odio como un hecho normal". ¿Tiene efectos secundarios la envidia?La envidia aguda puede crear ansiedad, trastornos del apetito y del sueño y diversas alteraciones. Incide también en la actitud hacia la vida, moldeando unas formas de estar en relación con los otros que van desde convertirse en eterna víctima hasta la adopción de una postura defensiva que se traduce en modos irónicos, altaneros, fríos y distantes e incluso de menosprecio hacia los demás.. Los afectados colocan al objeto de sus envidias en una posición de superioridad, a una distancia inalcanzable y sufren impotencia, desánimo y complejo de inferioridad, junto con sentimientos de rabia e ira, que le mantendrán dependiente de la persona con quien compiten. En ocasiones, la envidia no se manifiesta hacia personas de nuestro entorno ni siquiera hacia individuos concretos que conocemos por los medios de comunicación, sino hacia estereotipos creados por la publicidad, la moda, el cine, las series de TV... La estima social que merecen estos héroes de la ficción provoca la envidia de quienes no sienten poco valorados, que pierden su capacidad de análisis y de darse cuenta de que no envidian las virtudes o capacidades de ese modelo de persona sino el reconocimiento social y los honores que reciben.
Conocernos bien, potenciar y trabajar nuestras cualidades y ser conscientes de nuestras limitaciones es el mejor inicio para progresar. Una actuación exclusivamente competitiva genera una dependencia unidireccional hacia la persona envidiada. Se critica a la persona envidiada, pero se necesita..., es una dependencia perniciosa. El envidioso se guarda muy bien, incluso en su fuero interno, de reconocer que padece envidia. Pocas cosas hieren y descalifican más que decirle a alguien: "Tú lo que tienes es envidia". pero, ¿por qué niega siempre el envidioso su envidia?. Porque denota un sentimiento de inferioridad que no admite, porque se siente incapaz de reconocer unas limitaciones que interpreta como signos de debilidad, porque no puede aceptar que su infelicidad no se debe a todo aquello de lo que carece sino a que no sabe valorar lo que tiene, y porque, pendiente de la vida de los demás no deja un resquicio para asumir la suya propia, con la que no quiere comprometerse por no asumir sus responsabilidades. Pero no criminalicemos al envidioso "pata negra". En el fondo, casi todos sentimos envidia de algo o alguien en algún momento de nuestra vida. Es esa especie de sufrimiento (normalmente, secreto) que nos produce el éxito ajeno. Debemos aceptar la envidia como un sentimiento humano más, que sólo nos ha de preocupar cuando deriva en patología y perjudica nuestro equilibrio emocional. Pero esto último no es justificación para que no veamos en nosotros/as mismos/as los efectos perniciosos de la envidia. Reconozcamosla y comencemos a cambiarla. En casos extremos de sufrimiento, de celos patológicos, conviene acudir a un psicólogo.
Combatir la envidia leve
Lo mejor para hacer frente a la envidia es no vivir pendientes de lo que no tenemos. Practiquemos la contemplación en su sentido más profundo, el deleite por lo que se tiene, el redescubrimiento gozoso de lo que nos rodea: las personas que queremos, la fauna y la flora, los paisajes, los pequeños objetos entrañables o los que nos hacen más cómoda la vida, los pequeños logros que conseguimos en la vida.... También podemos convencernos de que, normalmente, nada perdemos cuando a otros les van magníficamente las cosas. O darnos cuenta de que compararse con los demás casi siempre resulta estéril. Nuestro mejor punto de referencia somos nosotros mismos. Establezcamos metas en función de nuestras posibilidades, no de lo que otros han conseguido. Podemos considerar que hemos superado la envidia cuando nos alegramos del éxito o la buena suerte de los demás, incluso de los que han sido anteriormente objeto de nuestra envidia.
Decálogo para prevenir la envidia:
1-Estimular la empatía, la capacidad de ponernos en lugar del otro.
2-Favorecer la confianza en uno mismo y en los demás, desarrollando expectativas y modelos positivos sobre las relaciones sociales.
3-Establecer en la infancia relaciones correctas y equilibradas con los demás niños .
4-Relativizar las diferencias sociales y adquirir habilidades para elegir adecuadamente con quién, cómo y cuándo compararse.
5-Valorar correctamente nuestra capacidad, sin infravalorarnos ni sobrevalorarnos (a veces esto es tambien un problema psicológico si persiste en el tiempo) .
6-Colaborar (tanto dar a los demás como solicitar ayuda), es un buen medio para dotarnos de la pericia que requiere resolver los conflictos que causan envidia.
7-Acostumbrarse a centrar la atención en los aspectos más positivos de la realidad, no siempre en los negativos.
8-Relativizar el éxito propio, no magnificarlo. Y, si es posible, tomarlo incluso un poco en broma.
9-Interpretar nuestro progreso personal mediante la comparación con nuestras competencias y habilidades, no con las de otros.
10-Mejorar la relación con los demás, siguiendo las siguientes pautas:
Aprender a colaborar, a dar y pedir ayuda, es un medio eficaz de adquirir habilidades para resolver los conflictos que suelen originar envidia.
La conducta de ayuda tiene consecuencias psicológicas muy positivas para la persona que la emite, y puede contribuir a prevenir la envidia.
Podemos aprender a plantearnos objetivos realistas de aprendizaje, a poner en marcha acciones adecuadas para alcanzarlos, y a esforzarnos por superar los obstáculos que encontremos, para, así, obtener el éxito y reconocimiento que necesitamos.
Una de las mejores protecciones contra la envidia es el optimismo aprendido, acostumbrarse a centrar la atención en los aspectos más positivos de la realidad, pero sin dejar de percibirla con precisión.
Una experiencia continua y absoluta de éxito también puede ser perjudicial, pues priva al individuo de defensas con las que poder afrontar el primer fracaso cuando éste se produzca. Para prevenir la envidia y favorecer la capacidad de adaptación a dichas situaciones hay que enseñar a relativizar también el éxito.
Para prevenir la envidia es preciso enseñar dos importantes habilidades: la comparación con uno mismo, que permite adquirir el sentido de progreso personal; y la comparación con múltiples grupos de referencia, pero especialmente con aquellos de rendimiento similar al propio, con los que es posible obtener cualquier resultado.
Envíanos tu experiencia con la envidia: ¿has sentido alguna vez envidia patológica? Envianos tu caso.¿Como lo resuelves? ¿Has sido víctima de envidia patologica? Cuentanosló en los comentarios...tu caso puede ayudar a los/as demás....
Son estados anímicos que manifiestan una gran actividad orgánica, que se refleja a veces como un torbellino de comportamientos externos e internos, y otras con estados anímicos permanentes. Estas se conciben como un comportamiento que puede ser originado por causas externas e internas; que puede persistir en el tiempo, incluso, una vez que ha desaparecido el estímulo y que acompaña necesariamente, en mayor o menor grado, toda conducta "motivada". Se puede decir, que las emociones no son entidades psicológicas simples, sino una combinación compleja de aspectos fisiológicos, sociales, y psicológicos dentro de una misma situación polifacética, como respuesta orgánica a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación. No es que la emoción sea exclusivamente corporal, ni tampoco sólo mental, más bien el aspecto cognitivo y las sensaciones físicas van completamente unidas como una forma integral de vivencia. El lenguaje ordinario puede separar algún aspecto de la emoción porque le interesa remarcarlo (mira como estoy temblando, lo que me dices me parece ofensivo son mensajes que apuntan al cuerpo y a la evaluación, respectivamente), aunque la vivencia interna integre el pensamiento y la imagen de cuerpo propio “Las emociones como los motivos pueden generar una cadena compleja de conducta que va más allá de la simple aproximación o evitación”. Las emociones son procesos neuroquímicos y cognitivos relacionados con la arquitectura de la mente —toma de decisiones, memoria, atención, percepción, imaginación, que han sido perfeccionadas por el proceso de selección natural como respuesta a las necesidades de supervivencia y reproducción. La interacción del organismo con el entorno constituye la matriz biológica de la experiencia subjetiva y social del ser humano, que identifica de este modo el carácter favorable o desfavorable del entorno hacia esta lucha. Si el hombre es capaz de oponer resistencia al proceso de selección natural, es precisamente por su capacidad de imaginar nuevos entornos capaces de suavizar las emociones que más le agotan. El hombre cuenta con la capacidad de razonar aquellas emociones que le inducen sentimientos, las que pasan desapercibidas marcan nuestras respuestas involuntarias (lenguaje no verbal, inteligencia emocional). Etimológicamente, el término emoción significa el impulso que induce la acción. En psicología se define como aquel sentimiento o percepción de los elementos y relaciones de la realidad o la imaginación, que se expresa físicamente mediante alguna función fisiológica como reacciones faciales o pulso cardíaco, e incluye reacciones de conducta como la agresividad, el llanto.
Aclarando conceptos: Aprendamos a diferenciar las emociones de sentimientos y de sentimentalismos, de la pasión, del shock emocional….
Las emociones son agitaciones del ánimo producidas por ideas, recuerdos, apetitos, deseos, sentimientos o pasiones y son estados afectivos de mayor o menor intensidad y de corta duración. Se manifiestan por una conmoción orgánica más o menos visible, por los síntomas físicos que les acompañan y por la conmoción afectiva de carácter intenso; es una agitación del animo acompañada de fuerte conmoción somática.
Los Sentimientos: Son tendencias o impulsos, estados anímicos(orgánicos), son estados afectivos de baja intensidad y larga duración; son impresiones que causan el ánimo las cosas espirituales, son también estados de ánimo y vienen de los sentidos.
La Pasión:Estado efectivo muy intenso y de larga duración.
El Schock Emocional: Estado afectivo de intenso de muy corta duración.
La Difusión: estado en el que hay un rompimiento con la realidad.
El sentimentalismo es el carácter o cualidad de lo que muestra demasiada sensibilidad o sensiblería.
La sensiblería es la sensibilidad exagerada.
La sensibilidad es la capacidad propia de los seres vivos de percibir sensaciones y de responder a muy pequeñas excitaciones, estímulos o causas; es la capacidad de responder a estímulos externos.
Tipos y clases de emociones
Aunque varian mucho entre las distintas personas podemos considerar distintas categorías básicas de emociones que motivan varias clases de conducta adaptativa y que ayudan a cada una de las personas a adaptarse a la situación nueva. Tratemos de identificarla en nosotros mismos: · Temor/Miedo: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad. Se produce como reacción ante la llegada rápida, intensa e inesperada de una situación que perturba nuestra costumbre. Con el miedo tendemos hacia la protección. En las emociones de miedo vivimos un aviso de un peligro que arruinaría un deseo que tenemos (de vivir, gozar de buena salud, tener una excelente imagen personal, caer bien a los demás, etc.). El aviso de peligro lo tenemos que entender como una evaluación. compleja del posible desarrollo de lo que tememos junto a las posibilidades correspondientes de contrarrestarlo con los recursos y medios que poseemos. Según a la distancia y velocidad que vemos a un coche que viene por la calle que estamos atravesando y según las posibilidades que tenemos de alcanzar la acera antes de ser atropellados tenemos un miedo más intenso, si nos vemos poco menos que arrollados, o más liviano si nuestros medios defensivos superan las circunstancias con creces. · Sorpresa: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva a los hechos que estamos viviendo para saber qué pasa. También ayuda a orientarnos frente a la nueva situación · Tristeza: Pena, soledad, pesimismo. Nos motiva hacia una nueva reintegración personal. · Aversión/ Disgusto: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión. Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante. · Ira: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad. Nos induce hacia la destrucción. · Esperanza: Nos crea expectativas positivas sobre una nueva situación. · Alegría: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad. Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien). · Aceptación. · Cólera: Se produce por la frustración de no obtener lo que necesitamos o deseamos. · Frustración: La frustración se produce cuando aparece una barrera o interferencia invencible en la consecución de una meta o motivación.La frustración y los conflictos son un quehacer ordinario de nuestras vidas.
Emociones positivas Me siento .... Siento ... Bien > Bienestar Feliz > Felicidad Sano > Salud Alegre > Alegría Fuerte > Fortaleza Acompañado > Compañía etc. > etc.
Emociones negativas Me siento ... Siento ... Mal > Malestar Desgraciado > Desgracia Enfermo > Enfermedad Triste > Tristeza Débil > Debilidad Solo > Soledad etc. > etc.
Parece claro que la combinación de varias pueden a su vez producir otras nuevas sensaciones emocionales : la esperanza y la alegria pueden producir optimismo, la alegria y la aceptación nos hacen sentir cariño, el desengaño es una mezcla entre sorpresa y tristeza…
A su vez las emociones tienes diferentes grados, varían en función de su intensidad: Enfado ------------------------>Ira----------------------------->Furia - Intensidad >>>>>>>>>> +Intensidad
Cuanto más intensa sea la emoción nuestra conducta estará más marcada, estará más “motivada”. Existe un rango muy amplio de emociones según la intensidad de las mismas. Las emociones primarias son automáticas y cumplen una función adaptativa y saludable dentro del organismo al ayudarnos a reaccionar inmediatamente frente a un estímulo. Cuando estas emociones no son procesadas adecuadamente sufren una "mutación" y no son superadas, quedando convertidas en emociones secundarias. Es así como cada emoción primaria se asocia a una emoción secundaria: · Ira > Rencor –violencia y odios patológicos–. · Miedo > Ansiedad –fobia y pánico–. · Amor > Dependencia. · Alegría > Manía. · Sorpresa > Ansiedad. · La Tristeza > Depresión. · Interés > Paranoia. Un video a modo de ejemplo.... Podemos ver algunos ejemplos de cómo desconectando emoción y cognición por un trauma en el cerebro se puede dar origen a enfermedades, el síndrome de capgras pinchando a continuación
Comunicar las emociones
Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a expresar lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras. Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un grupo social. Hemos de tener en cuenta que el hombre es el animal social por excelencia.
Las emociones tienen un fundamento fisiológico: neuronal y endocrino. Lo que ocurre es que en esa estructura básica se insertan conocimientos, creencias, expectativas. Las diferentes expresiones faciales son internacionales, dentro de diferentes culturas hay un lenguaje similar. Podemos observar como en los niños ciegos o sordos cuando experimentan las emociones lo demuestran de forma muy parecida a las demás personas, tienen la misma expresión facial. Posiblemente existan unas bases genéticas, hederitarias, ya que un niño que no ve no puede imitar las expresiones faciales de los demás. Aunque las expresiones también varían un poco en función de la cultura, el sexo, el país de origen etc. Las mujeres tienen más sensibilidad para captar mejor las expresiones faciales o las señales emotivas y esta sensibilidad aumenta con la edad. Otro ejemplo son los rostros de los orientales, especialmente los japoneses, son bastante inexpresivos, pero es de cara a los demás, porque a nivel íntimo expresan mejor sus emociones.
Las expresiones faciales también afectan a la persona que nos está mirando alterando su conducta. Si observamos a alguien que llora nosotros nos ponemos tristes o serio e incluso podemos llegar a llorar como esa persona. Por otro lado, se suelen identificar bastante bien la ira, la alegría y la tristeza de las personas que observamos. Pero se identifican peor el miedo, la sorpresa y la aversión. Las emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que son la manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida controlables, basados en el aprendizaje familiar y cultural de cada grupo: • Expresiones faciales. • Acciones y gestos. • Distancia entre personas.
Componentes no lingüísticos de la expresión verbal (comunicación no verbal).
Los otros componentes de las emociones son fisiológicos e involuntarios, iguales para todos: • Temblor. • Sonrojarse • Sudoración • Respiración agitada • Dilatación pupilar • Aumento del ritmo cardíaco
Componentes de las emociones Componente fisiológico El componente fisiológico de las emociones son los cambios que se desarrollan en el sistema nervioso central (SNC) y que están relacionados con la presencia de determinados estados emocionales. Son tres los subsistemas fisiológicos que según Davidoff están relacionados con las emociones, el Sistema Nervioso Central (SNC), el sistema límbico y el sistema nervioso autónomo.
Componentes subjetivos de las emociones El componente subjetivo de las emociones es el conjunto de procesos cognitivos relacionados con la respuesta emocional a determinados estados del entorno y cambios fisiológicos. Piaget explica en su Psicología de la Inteligencia que algunas reacciones emocionales son producto de los procesos mentales que tratan de estructurar el entorno del individuo. Los procesos de aprendizaje y comprensión de acuerdo a Piaget son procesos que intrínsecamente generan o requieren la existencia de estados emocionales. El componente subjetivo de la emoción es objeto de polémica. Hay varias aproximaciones, una neurosicológica, que explica las emociones de acuerdo con la conciencia individual y a la percepción humana de las mismas y al análisis de sus relaciones con la conducta y la fisiología. Otra aproximación que trata de explicar las emociones como consecuencia de los procesos necesarios para el funcionamiento de diferentes estructuras cognitivas de la mente. Una tercera y poco común trata de explicar las emociones como un conjunto de consecuencias fisiológicas y de conducta producto de la conformación de estructuras lógicas en los procesos mentales. Todas las aproximaciones que tratan de explicar el componente subjetivo de las emociones suelen ser unas casos especiales de las otras, esto es, las emociones se generan por niveles de abstracción los cuales definen su complejidad, desde emociones superficiales resultados de percepciones elementales y reacciones inmediatas, hasta emociones complejas producto del análisis de escenarios y entornos complejos que implican elementos de la memoria y consideraciones de estados pasados, actuales y futuros del individuo, de esta forma los mismos tipos genéricos de emoción, como por ejemplo, el enojo, pueden generarse de varias formas según el nivel de abstracción, por una reacción inmediata a un estímulo nerviosos directo, como una herida, o bien como resultado de una apreciación abstracta del entorno, como al escuchar un discurso ofensivo. Normalmente las reacciones emocionales fisiológicas observables son difíciles de diferenciar por su nivel de abstracción. La principal diferencia, la duración, depende del estado de aceptación o rechazo del individuo a las condiciones del entorno o bien a la duración de las condiciones que la provocaron. Sin embargo no queda duda que las reacciones emocionales también están relacionadas con la bioquímica del organismo. ¿Cambiará la bioquímica de los procesos mentales relacionados con las emociones dependiendo del nivel de abstracción mental que generó la emoción? ¿se requieren ciertas condiciones en la química de la sinapsis para generar determinado tipo de emociones? ¿estas condiciones varían de acuerdo al nivel de abstracción? Si es así, entonces la producción de ciertas enzimas en el cerebro determinaría la capacidad de ciertos individuos para lograr determinados estados emocionales y de ahí su habilidad o dificultad de permanecer en estos estados emocionales en los procesos de enseñanza, aprendizaje y comprensión. Si existiera una relación entre el genoma del individuo y su habilidad de comprender el mundo que le rodea, probablemente la relación se encontraría entre el componente subjetivo de la emoción y la bioquímica de las conexiones sinápticas.
Componente conductual Es el comportamiento perceptible de los individuos relacionados con estados mentales emocionales. Se considera que las reacciones de conducta a los estados emocionales no constituyen conductas relacionadas directa o lógicamente con el estado del entorno, es decir, las conductas características de diversos estados emocionales son en general conductas emergentes. Las conductas emergentes relacionadas con las emociones pueden tener la función de transmitir o comunicar el estado emocional a otro individuo, ya sea para prevenirlo o intimidarlo, pueden ser reacciones de defensa involuntarias ante un enemigo o agresor real o imaginario (como patear el automóvil si no arranca por la mañana) o pueden ser un proceso de búsqueda de conductas adecuadas para manejar determinadas situaciones desconocidas. El estado emocional parece ser determinante ante la disyuntiva atacar o huir de un individuo amenazado, normalmente este estado emocional se genera ante las señales emocionales representadas o transmitidas por el agresor o víctima. Muchas emociones tienen un comportamiento de relajación y posteriormente opuesto al estado emocional, después de un estado de enojo puede sobrevenir un estado de calma o incluso placer, después de un estado de tristeza puede sobrevenir cierto estado de calma o consuelo. En los niveles más elementales de abstracción la conducta emocional es más fácil de comparar entre individuos, especies o agentes (IA) al elevar el estado de abstracción, la conducta relacionada con los estados emocionales suele ser impredecible. Como curiosidad es adecuado señalar que en algunas experiencias en las aulas demuestran que los estados emocionales de un grupo de alumnos puede ser sorprendentemente variado conforme avanza el nivel de abstracción de un concepto. Bajo determinadas condiciones dependiendo de la complejidad del concepto algunos alumnos pueden tener reacciones casi eufóricas a determinadas actividades en clase. Aparentemente los estados emocionales permiten al individuo establecer determinados formas de apreciar el entorno y a preferir determinadas estructuras lógicas o formales para concebirlo respecto de otras, todo esto con el fin de ser capaz de obtener conclusiones rápidas y de cambiar sin necesidad de un proceso racional de un patrón de conducta o razonamiento a otro, quizás más adecuado al tipo de situaciones a las que se enfrenta, ya sea una situación práctica, social, analítica o creativa o de supervivencia.
El control de las emociones En la búsqueda de una mejor vida, es común mirar afuera deseando encontrar "algo" milagroso que cambie nuestras condiciones inmediatamente. No existe "lo milagroso", ni una "varita mágica" que cuan "hada madrina" nos saque de las emociones "negativas". Y es precisamente en ese proceso de centrarnos en lo exterior, que generalmente obviamos una herramienta poderosa para el cambio que llevamos dentro. Esta herramienta son nuestras Emociones.
Nuestras emociones son un agente poderoso para el cambio, usadas constructivamente pueden impulsarnos a crear cambios beneficiosos en nuestras vidas, que a su vez repercutan positivamente en nuestra calidad de vida, y en hacer realidad la vida que deseamos vivir. Podemos considerar a las emociones el combustible, y a la mente el piloto de nuestra personalidad, empleando ambas inteligentemente, podemos dirigir el vehículo que es nuestro cuerpo para conducirnos hacia el éxito.
Existen básicamente cuatro emocionesMIEDO, IRA, ALEGRIA, AUTOCOMPLACIENCIA...(que hemos reflejado al principio de este capítulo) que potencialmente pueden impulsarnos a la acción que resulte en cambios positivos para nuestra vida. Si permitimos que alguna, o la combinación de varias, de estas emociones nos guíen, podríamos estar a un paso de darle un vuelco a nuestras vidas. Es un error creer que el control de las emociones es como domesticar una bestia salvaje. Al hacerlo estoy bloqueando una energía que termina infectándose y yo termino prefiriendo no sentir. "es que me dominan" "son como bestias salvajes dentro de mí" "me llevan a donde no quiero ir" Entiendo, pero si lucho contra ellas, sólo haré más grande el problema. Quejarme de mis emociones es tan absurdo (aunque humanamente entendible) como maldecir la alarma de mi reloj despertador por sonar a la hora programada. Si yo quiero controlar la alarma, me ocupo en programar adecuadamente la hora a la que quiero que suene. Si quiero controlar mis emociones, elijo adecuadamente mis pensamientos ya que ellas son solo una respuesta a la dirección de mis pensamientos. Una vez que comprenda este punto, no vuelvo a quejarme de mis emociones a riesgo de caer en ridículo ante mí mismo por ladrarle a la alarma.
Escalera emocional Esta sucesión – escalera emocional – desde las emociones más positivas hasta las más negativas, tiene una única finalidad: Comprender por un lado, cuáles son las emociones de referencia. Por otro, darme cuenta que puedo mover mi energía desde una posición molesta a otra mejor, de manera gradual hasta llegar a conectarme con mi esencia. Muchas veces seguro que has querido salir de la tristeza y conectarme con la alegría, pero no lo has logrado. Ese paso es difícil pues implica un salto muy grande. Te resultará más fácil moverte de la tristeza al miedo, luego al enojo, de allí a la decepción. Si logras pasar a la esperanza, ya estaras fuera. Entonces te será más fácil conectarte con el coraje y todas las otras emociones grandiosas que te construyen y hacen de tu vida algo extraordinario. En ese momento ya estarás conectado/a a mi esencia, a la mejor parte de tí. Si comprendes cuáles son las emociones a las que puedes moverte con más facilidad, habrás dado un gran paso.
Las características de los niveles inferiores que se manifestarán en ti son: siento menos energía mi mente está más confusa me aferro más a la emoción me siento más aprisionado/a y mi nivel de frecuencia es más bajo. Detienes esa necedad de culparte por sentir emociones negativas y empieza a revisar los pensamientos que las generan. De ahora en adelante, sólo reformula tus pensamientos para generar otros tipos de emociones e ir subiendo gradualmente por la escalera emocional.
Causa y efecto
Sentirme bien o sentirme mal es algo que me hago yo mismo al permitir pensamientos que me construyen o que me disminuyen. El control de mis emociones empieza en el tipo de pensamientos que me permito pensar. Lo importante es que yo asuma la responsabilidad de los pensamientos que permito en mi mente. Reformular mi pensamientoes tan solo cambiarle la dirección. Si pienso: “no soy atractivo/a”, por supuesto que siento emociones desagradables. Si quiero controlar esas emociones, puedo reformular diciendo: “Me siento feo/a y más feo/a me verán si lo demuestro. Quiero cambiar esta perspectiva.” “He visto personas feas que se expresan con mucha gracia o que son muy alegres y simpáticas. Hay quienes bailan muy bien y otras que se visten muy bien. Eso compensa su apariencia y se convierte en su atractivo.” “Yo quiero desarrollar algún atractivo especial… Ya sé, yo puedo XXX y tengo facilidad de YYY. Se me ocurre que talvez yo...” Ya se ha movido un poco la energía, esos pensamientos se sienten mejor y estoy controlando las emociones. Puedo seguir reformulando y reformulando hasta llegar a proponerme cosas que en verdad me ilusionan y me provocan grandes expectativas. Eso es reformular: es cambiarle la dirección al pensamiento, sin cambiar el tema central. Así es como llego a controlar las emociones. Sin bloquearlas, sino provocando que surjan las que sí quiero. Controlo mis emociones cuando busco pensamientos que cada vez se sientan mejor. ¿Un pensamiento que se sienta mejor? Cuando un pensamiento me destruye o me disminuye, me siento mal y siento que pierdo el control de las emociones. Cuando un pensamiento me construye, entonces siento que me libera, me alivia, me hace sentir mi valor y mi derecho a vivir una vida digna. Me siento mejor. En ese momento siento que recupero el control de las emociones. Puedes ver como esto no es un asunto de luchar en contra de las emociones negativas, ni tampoco de taparlas o bloquearlas a pura fuerza de voluntad. Es un asunto de actitud Me apunto del lado de la actitud constructiva o del lado de la actitud destructiva. Es algo muy simple, pero muy eficaz si lo hacemos de forma automatizada, con el aprendizaje en la forma de realizarlo. Cuando muchas personas logran comprender y aplicar las técnicas que estamos describiendo dicen: “Ya entiendo que si me siento deprimida o enojada, es porque me he dejado llevar por una corriente de pensamientos que me empequeñecen. Incluso, ya entiendo por qué si me quejo de mi malestar, es como ladrarle a la alarma.” “Esa comparación es buena. La alarma sonará de acuerdo a cómo programo el reloj de la misma manera que mis emociones serán el resultado de cómo programe mis pensamientos.”
¿Cómo cambiar las emociones?
Aprender cómo cambiar las emociones es fácil si comprendo qué son las emociones. No necesito luchar contra ellas, sino asumir una actitud constructiva que me libera y fortalece. "mis fantasmas me persiguen sin descanso" "tengo miedo de ser asaltado/a en las calles" "mi pareja me dejó y me siento desolado/a" La fuente de bienestar, seguridad e integridad personal está al alcance de toda persona. Cuando preguntamos ¿cómo cambiar las emociones?, cuando siento esas emociones negativas, es porque me he desconectado de la fuente. Es verdad que cualquiera que no ha vivido el desgarre de la depresión, el pánico o la tristeza profunda, parece que habla muy a la ligera de este tema. Sólo el conocimiento profesional y científico de esta realidad nos permite avanzar en esta técnica. Es difícil que los demás le hablemos a las personas que le parece que se encuentran en el abismo con la naturalidad que precisan ya que los demás estamos a otro nivel de la cima de la montaña. (Valga la metáfora) Los passos para la mejora se darán de forma gradual, muy poco a poco se aprenderá a manejar las emociones. Rescatando la conexión Pongamos un ejemplo: Si le preguntaremos a un rescatador profesional qué haría para sacarte si estás perdido/a en las profundidades del bosque. Y en un proceso de varias semanas la persona comienza afrontar y a superar su situación: El Rescatador diría: “Lo primero es determinar adónde está y en qué condiciones. Lo segundo es adónde quiere llegar. Con esos datos, ya tendremos una ruta básica. No interesa cómo llegó allí.” Su estado es de profunda tristeza. Podremos apoyarlo/a y guiarlo/a de varias maneras, pero deberá salir por sus propios medios, pues nadie puede hacerlo por él/ella. Quiere llegar a la cumbre, pero desde donde está, esa cumbre no se distingue aún. Rescatador: “Comprendo. Al menos sabemos que deberá dirigirse en dirección Este sin perder más tiempo.” ¿Me puedo quejar? Ante este estado de cosas las personas que están en un estado emocional negativo quieren partir del porqué se encuentran así y con frecuencia dicen: “Pero creo que es importante que sepan por qué estoy aquí. Con esa explicación, al menos me darán la razón.” “ Tengo razones poderosas para sentirme así y deben entenderme” Es posible que tenga toda la razón, pero eso no será de ninguna ayuda para aprender cómo cambiar las emociones que siente esa persona. Mientras más se dediques a encontrar razones de por qué está así, más se hundirá en la espesura. El Rescatador le diría: "No interesa cómo llegaste al lugar donde te encuentras sino cómo salir. ¿Quieres salir de allí?" Y la persona con sus emociones encontradas dice la mayoría de las veces: “Pero es que si supieran lo que he vivido, comprenderían...” El Rescatador también saca sus propias conclusiones: “Ella no quiere salir de allí.” La persona en cuestión al fín reacciona para poder trabajar su salida de este estado de ánimo: “Bueno, bueno, está bien. La verdad es que sí quiero salir de este infierno. ¿Qué hago para aprender a cambiar las emociones?” Encontrar el camino que señala la brújula El Rescatador le dice: “Dirígete hacia donde sale el sol. Está amaneciendo y verás una parte que es más luminosa. Si de camino encuentras grandes obstáculos, esquívalos pero retoma el rumbo.” Lo que significa claramente: Que debes elegir desde ya que nada hay más importante que sentirte bien o al menos mejor que antes. Si te encuentras algún obstáculo, busca cualquier pensamiento que te haga sentir un poco mejor que antes, que te libere un tanto, que te construya un poquito. Siempre con la dirección clara de cambiar de emociones y llegar a un lugar que te haga sentir mejor. La persona con estos sentimientos dice: “Apenas empiezo a caminar siento miedo, pero eso se siente mejor que la tristeza de donde vengo.” Y eso ya significa que hemos conseguido un avance, que estamos subiendo por la llamada escalera emocional La persona en cuestión manifiesta su inseguridad en el nuevo proceso: “Me preocupa lo que va a pasar conmigo. ¿Qué va a ser de mí? Me molesta que la gente opine respecto a mi vida. No veo un futuro prometedor. No sé cómo cambiar las emociones” Eso ya es un paso…es un signo de que la persona se siente mejor… Y nos vuelve a decir: “Sí claro, pero no me quiero quedar aquí. Yo quisiera vivir una vida con un mínimo de tranquilidad. Quisiera llegar a sentir que tengo derecho a sentirme bien. Diablos, yo también tengo derecho.” Ya se ve como la persona ha cambiado sus emociones y quiere mantener ese cambio. Sustituir y reformular Primero se elije una dirección clara, y luego se van manejando tus pensamientos, siempre determinado/a a atravesar la maraña. Las personas que han recibido ayuda perciben su proceso de la siguiente forma : “Si, primero estuve muy pegada con la justificación.” En ese momento tuviste que sustituir: desapegarte de una línea de pensamiento para alinearte con otra. Después de eso, reformular tu pensamiento ya fue cada vez más fácil. Ver hacia atrás Dicen estas personas: “Fácil dices tú. Si supieras lo duros que fueron esos momentos de desesperación...” Estamos con la intención de aprender cómo cambiar las emociones ¿En qué dirección le lleva eso que acaba de decir? Y vuelven a decir: “Huy, horroroso. Iba a lamentarme de nuevo y sentir lástima de mí mismo/a. Corrijo: Acabo de completar una travesía dura, pero me siento tan bien de estar aquí, que me parece que todo ese esfuerzo ha sido válido.” Eso está mucho mejor. Acaba de reformular muy bien. Así es como aprendes cómo cambiar las emociones. Ahora, todavía le daba mucha importancia a “de dónde vienes”. Las personas a veces se estancan en etapas anteriores. En este momento, lo importante es preguntarte: ¿adónde quieres ir? Frecuentemente dicen: “Ahora que ya sé cómo cambiar las emociones, quiero mantenerme siempre de este lado constructivo. Quiero afianzarme en mi propio valor y sentir más fuerza para alcanzar una vida cada vez más satisfactoria.” Eso está ya en el buen camino. Enchufando Cuando haces tu elección de que lo más importante es sentirte un poco mejor con cada pensamiento que permites en tu mente... ...que la única opción en la que te vas a enfocar es la actitud de construirte con cada paso que das... ...sin ver hacia atrás, sino sólo hacia donde quieres ir... ...te estás conectando con “lo mejor de ti”... ...con todo lo que te lleve en la dirección de tu esencia... …con todas tus potencialidades como persona…
Como manejar las distintas emociones : Disgusto/Aversión Aunque generalmente no se relaciona el disgusto con acciones positivas, si lo canalizamos apropiadamente, el disgusto puede estimularnos a cambiar nuestras vidas. La persona que se siente disgustada ha alcanzado un punto en el que no hay vuelta atrás. Su tolerancia alcanzó el límite, y no se contenta con algo menos que un cambio, un cambio para mejor. Generalmente empleamos el disgusto de manera productiva cuando llegamos al punto en el que sentimos que "¡Ya es suficiente!", y entonces decidimos que queremos un estilo de vida más gratificante. Decisión Generalmente esperamos a que la vida nos empuje contra la pared para tomar decisiones. Y una vez que alcanzamos este punto, nos toca manejar las emociones contrastantes relacionadas con la toma de decisiones. Este punto equivale a encontrarse con un distribuidor en una autopista, podemos tener uno, dos tres o hasta cuatro o más diferentes caminos para escoger. De allí lo complejo del proceso de toma de decisiones, y la cantidad de emociones potencialmente conflictivas que nos toca manejar. Desde el punto de vista de las emociones, tomar decisiones que involucran cambios en nuestras vidas puede ser parecido a una lucha interior por la supremacía de nuestra mente. Y las decisiones resultantes, tímidas o arriesgadas, maduradas o impulsivas, pueden establecer el curso de acción, o cegarlo. En el proceso de toma de decisiones, lo importante es aventurarnos por algunas de las opciones que se nos presentan disponibles. Es mucho mejor tomar una mala decisión ahora que puede mejorarse o corregirse después, que quedarse paralizado en la intersección. A cada uno de nosotros nos toca, llegado el momento de decidir, confrontar nuestro torbellino de emociones, y sortear nuestros sentimientos para conectarnos con la motivación.
Motivación Con respecto de la motivación es importante recordar que es un poder interno que puede ser estimulado por factores externos. Otra persona, o cosa, no puede motivarle, lo más que puede hacer es estimularle, y desde ese estimulo, usted puede conectarse con su motivación interna. Comprendido esto, es fácil entender que casi cualquier cosa puede servirnos como estimulo para conectar con nuestra motivación si estamos preparados y dispuestos a recibirlo. Una canción que evoque recuerdos, una película que haga volar la imaginación, una conversación que nos rete, una confrontación en el tráfico que nos haga cuestionarnos, un artículo que nos inspire, un libro que nos haga reflexionar, cualquiera de estos puede ser un estimulo que nos conecte con el mecanismo interno que nos motive a decir "¡Lo quiero Ya! Y a actuar en consecuencia para lograrlo. Mientras encontramos ese botón interno que encienda la motivación pura, démosle la Bienvenida en nuestras vidas a cada experiencia positiva que podamos experimentar. Si erigimos una pared para protegernos, esa misma pared nos alejará de las experiencias enriquecedoras que la vida tiene para ofrecernos. Permita que la vida le toque, el próximo roce puede ser el que le estimule a cambiar su vida para mejor tomando una resolución. Resolución Cuando logramos una resolución, resolvemos de manera definitiva cualquier conflicto que pudiera existir antes, y sentimos el poder de lograr lo que nos proponemos. Lograr una resolución es el desenlace natural del proceso que plantea este articulo. Desde la resolución nos conectamos con nuestro poder interno, y entonces sentimos que podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos. Nos sentimos poderosos, sentimos que cualquier cosa está a nuestro alcance, y reconocemos nuestros recursos (principalmente internos) con que contamos para hacerlo realidad. Cuando alguien está realmente resulto de lograr lo que se propone, nada puede detenerlo. Y eso es debido a que una persona que ha logrado una resolución, paralelamente se ha prometido a si misma que nunca se rendirá hasta lograr lo que ha resuelto alcanzar. Ese es el poder de conectarnos con nuestro ser interno. Resultados Al canalizar apropiadamente nuestras energías, nos colocamos en la ventajosa posición de emplearlas para nuestro provecho, explotando su potencial a nuestro favor, mientras avanzamos hacia la vida que deseamos y merecemos vivir. A medida que avanzamos y surge la pregunta ¿Cuánto tiempo voy a dedicarme a hacer realidad mis sueños?, la mejor respuesta que podemos dar es "¡Tanto como sea necesario!"
Un ejemplo divertido de emociones.... el futbol como ejemplo de las emociones
Todas las personas tienen opinión sobre la adoslescencia porque todas hemos pasado por ella y directamente hemos conocido sus cambios o bien hemos sido testigos directos de la evolución de nuestros/as hijos/as o nos enfrentamos en poco tiempo a esa etapa con ellos/as. En la web http://es.wikipedia.org/wiki/Adolescencia encontramos la siguiente definición de la ADOSLECENCIA: "La adolescencia es la etapa que supone la transición entre la infancia y la edad adulta. Este periodo de la vida se identifica con cambios dramáticos en el cuerpo y la psicología. A diferencia de la pubertad, que comienza a una edad determinada (a los 9 años en las niñas y 11 en los niños aproximadamente) debido a cambios hormonales, la adolescencia puede variar mucho en edad y en duración en cada individuo pues ésta está más relacionada con la maduración de la psiquis del individuo y depende de factores psico-sociales más complejos. La adolescencia es un fenómeno cultural y social y por lo tanto sus límites no se asocian fácilmente a características físicas. La palabra deriva del significado latino del verbo adolescere "crecer"[1]. El tiempo se identifica con cambios dramáticos ocurridos en el cuerpo, junto con progresos en la psicología y la carrera académica de una persona. En el inicio de la adolescencia, los niños terminan la escuela primaria y se incorporan generalmente la educación secundaria, tal como la escuela media. La mayoría de las culturas consideran que la gente se convierte en adulto en variadas edades de los años adolescentes. Por ejemplo, la tradición judía considera que los varones son miembros de la comunidad adulta a la edad de 13 años y de las chicas a la edad de 12, y esta transición se celebra en el Bat Mitzvah para las muchachas, y el Bar Mitzvah para los muchachos. Generalmente, hay una edad formal de la mayoría en que los adolescentes se hacen formalmente adultos. Por ejemplo, la celebración de Japón de esto se llama seijin shiki (la "venida de la edad")." Esta introducción os sirve para adentrarnos en este difícil mundo de la adolescencia.
La adolescencia es esencialmente una época de cambios. Es la etapa que marca el proceso de transformación del niño en adulto, es un período de transición que tiene características peculiares. Se llama adolescencia, porque sus protagonistas son jóvenes de identidad y de una clara definición, que ya no son totalmente niños, pero tampoco son adultos, son una especie de híbrido, con rasgos de adulto y resabios de niño. La evolución que los muchachos viven en esa etapa, los hace entrar en crisis, pues se encuentran en la búsqueda de su propia identidad, en el proceso de configurar su personalidad.
Características de la adolescencia Época de cambios: En este período el muchacho o la muchacha comienzan a constatar cambios en su cuerpo, en su estado de ánimo, en su sensibilidad y no saben cómo manejarlos. Sienten nuevas tendencias instintivas y aún no tienen una capacidad de razonarlas, ni un equilibrio temperamental para afrontarlas con madurez. Época de búsqueda y autoafirmación de sí mismos: El adolescente rechaza todo lo que recibió en la niñez porque él quiere construirse un mundo por sí solo, hecho todo por él. Por eso rechaza hasta los valores que recibió en su familia. Busca nuevas amistades y adquiere una cierta actitud de rebeldía y de crítica ante todo, partiendo esto, de su deseo de autoafirmación. Época de formación de la personalidad: Es en esta etapa cuando, salvo alguna fuerte influencia posterior, queda ya formado el carácter y fijada la personalidad. El muchacho se hace colérico, flemático, sanguíneo, como temperamento dominante para siempre. Época de inseguridad personal: Los cambios de este período, su anhelo, convertido a veces en verdadera obsesión, por construirse su mundo, llevan al adolescente a experimentar una fuerte inseguridad e incertidumbre ante el futuro de la que quiere salir por sí solo. Sin embargo, es cuando más afecto necesita. Es el momento en que las adolescentes se pasan mucho tiempo solas llorando o huyen absolutamente de la soledad. Las reacciones pueden ser contradictorias, pero siempre son objetivamente exageradas. Igual sucede con los muchachos, que se hacen extrovertidos o introvertidos de forma exagerada, poco equilibrada. En los dos sexos aparece muy fuerte la búsqueda de afectos, de amistades íntimas y completas que compartan con ellos lo que no son capaces de decir a otros, precisamente por su inseguridad, porque se imaginan una reacción negativa. Época de formación de principios y convicciones: Según los expertos psicólogos, el niño de aproximadamente 11 a 13 años forma su gramática de valores en la que comienza a comprender el significado de lo que serán los grandes principios que regirán su vida. Después, en la adolescencia, fija definitivamente (salvo algún suceso grave que impacte en su vida) la jerarquía de valores, las convicciones que guiarán todo su comportamiento consciente y libre. Esto significa que estamos ante una época fundamental en la formación de la opción moral del futuro hombre o de la futura mujer. Consejos para padres de hijos adolescentes ¿Cómo educar adolescentes? - Comunicación Se han hecho estudios muy interesantes preguntando a los padres como es la comunicación con sus hiojos y casi todos han respondido que muy buena. Pero cuando se les pregunmta a los adolescentes la mayoría contestan que no es buena y otros decían que era buena, pero luego daban alguna explicación o aclaración que hacía ver que realmente no era tan buena. Dicen muchos adolescentes, por ejemplo: es buena, pero no me escuchan; es buena, pero no se interesan por mis cosas; es buena, pero no tienen tiempo para mí; es buena, pero no puedo hablar a solas con ellos; es buena, pero todo lo que les digo lo consideran sin importancia. Muy pocos responden en los distintos estudios que la comunicación con sus papás era buena, sin peros. Este es el punto fundamental, no se puede educar si no hay una correcta comunicación. Mis mensajes no llegan y los de mis hijos no me llegan a mí. Se acaba por no conocer al hijo y de ahí nace el problema de no saber cómo afrontar los problemas. Algunas cosas deben quedar claras: no se trata de ceder en todo, sino de dar razones de las decisiones de los padres/madres. Esa es la clave, escuchar al hijo y dar las orientaciones acompañadas de razones.
Nosotros tenemos que buscar una comunicación real, que no se quede sólo en el buenos días, ¿cómo te fue?, sino que nos ayude a conocernos a fondo. No se trata de interrogar al muchacho en forma inquisitoria violando su intimidad, pero sí de hacerme presente en su mundo aprovechando los momentos en que esté más accesible, buscando las ocasiones, yendo a fondo. Se trata de exponer mis orientaciones razonadas, con suavidad, con cariño, con interés, hacer que en cierta forma le necesite y me busque porque yo puedo ayudarle, porque puede confiar en mí. No hay que olvidar una cosa: en este campo competimos precisamente con los medios de comunicación, expertos en este arte. Decíamos al principio que muchas veces son verdaderos factores de distorsión en la educación de los hijos. Por eso tenemos que esmerarnos en la comunicación; estamos compitiendo con profesionales de las grandes ligas para vender, seguramente, un mensaje distinto. - Jerarquía de valores: Cuántas veces oímos a padres de familia que motivan a sus hijos para que estudien diciéndoles cosas como: estudia para que puedas ganar dinero o haz esto bien y te doy diez pesos. Uno pensaría que es un gran padre de familia porque da incentivos a su hijo, sin embargo, hay una deformación, estamos dándole una jerarquía de valores errónea. Le estamos diciendo que haga todas las cosas buenas para ganar dinero. Los valores y acciones buenas se vuelven medios útiles y no fines. Le colocamos el valor del dinero por encima de todo y esto, en la edad en que ellos forman su jerarquía de valores, es prepararlos para luchar en la vida teniendo al dinero sobre lo demás. Y sabemos que por ahí no encontrarán, precisamente, la felicidad, ni formaremos una sociedad donde reine la honradez. Es un ejemplo que, precisamente por ser ejemplo, resulta un poco exagerado, pero hay un fondo de verdad: en los adolescentes hay que ser muy cuidadosos para formar en ellos una jerarquía de valores (generosidad, lealtad, fidelidad, amor) y destacar su importancia y darles así profundos criterios que les van a servir para evaluar la realidad, para construir su vida y su familia con serenidad y felicidad, con honradez. - Con la cabeza, no con el hígadoUna vez vino a verme un matrimonio que estaba muy preocupado por la educación de su hijo. Los dos empezaron a descubrir echándose mutuamente la culpa de los problemas que padecía su hijo. Él decía: es que tú le consientes todo. Ella respondió: es que tú educas a tu hijo con el hígado. Lo que aquella señora quería decir es que su marido siempre trataba a su hijo con enfado, le corregía con malos modos y el único diálogo que mantenía con él era a través de los gritos. No se crean que es un caso raro, desgraciadamente hay muchos padres y madres de familia que educan a su hijo con el hígado porque han perdido ya la batalla y piensan que esta es la única forma de imponerse. Nada más lejos de la realidad. El corregir o reprender en momentos de enojo es contraproducente y sólo produce rebeldía y cerrazón en los adolescentes. Simplemente es el método más eficaz para que no te hagan caso y pierdas todo el ascendiente sobre él. Se dice con mucha sabiduría: el que se enoja, pierde. Estar enojado puede ser normal, pero afrontar en esos momentos a tu hijo y querer educarlo es inadecuado. En los momentos de enojo hay que saber esperar, pero siempre es más sano no enojarse. Este punto puede parecer superficial, pero es la mayor queja que presentan los adolescentes hacia sus padres.
Consejos para afrontar los problemas de la adolescencia A veces nos encontramos con situaciones con los adolescentes de las que no sabemos salir. es conveniente por tanto y es una buena ocasión para "reconvertir" la situación y aprovechar las crisis para crecer personalmente. Entonces, ¿Cómo pueden los padres ayudar a que sus hijos pasen por esa "transición", de tal manera que se renueven y crezcan, en vez de que salgan del proceso deteriorados, sin retos que enfrentar y desilusionados?
Orientarlos para que aprendan y saquen provecho de sus errores. En lugar de someterlos a interrogatorios policiacos que lo único que consiguen es hartarlos, conviene preguntarles ¿por qué crees que falló?, ¿qué crees que convendría haber hecho?.
En lugar de darles "recetas", dejarlos que asuman responsabilidadesy preguntarles ¿qué piensas hacer ahora para resolver esta situación?
Evitar forzarlos a que hagan las cosas "a la manera" de los padres, en vez de tratar de convencerlos, darles oportunidad para que juzguen y experimenten, como por ejemplo, en el caso del vestuario.
Ayudarlos a que descubran lo que es valioso en su persona. Que tomen conciencia de que valen por lo que son, no por lo que traen puesto o por lo que tienen.
Darles oportunidad de que vivan sus propias experiencias en situaciones que no implican mayor riesgo. Por ejemplo en el caso del dinero, se les puede asignar una cierta cantidad, para que la administren bajo su propio riesgo.
Hacer que en casa haya "claridad de reglas", que sepan el qué y el por qué, para ayudarlos y formarlos. Que haya límites claros pero razonados, no impuestos, pues eso les da seguridad.
Tener cuidado con lo que los hijos ven y leen, no a base de represión, sino de reflexión. Puede aprovecharse o provocar el ver con ellos un programa de televisión o una película y luego, discutir y evaluar, para ayudarles a formarse un criterio.
Problemas más frecuentes que plantean los adolescentes:
Es conveniente abordar con decisión algunops temas que pueden ser un problema con los adolescentes y no tenerlos como tabúes, tratando de resolver y prevenir los problemas que nos puedan plantear en temas como el sexo,
Sexo Los dramáticos cambios físicos de la adolescencia pueden llegar a ser muy preocupantes para algunos adolescentes, especialmente para aquellos que son tímidos y que no desean hacer preguntas al respecto. En el otro extremo, las preocupaciones pueden ponerse de manifiesto en forma de presunción excesiva tanto sobre su capacidad sexual como sobre sus experiencias. Más de la mitad de los adolescentes tendrán su primera experiencia sexual completa antes de los 16 años. Hay algunos estudios que hablan que actualmente las primeras relacionesa sexuales completas se tienen entre los 12 y 16 años. Aquellos que comienzan tempranamente con relaciones sexuales tienen un mayor riesgo de embarazos no deseados y de problemas de salud. Los nuevos riesgos para la salud que suponen la infección por HIV y el SIDA constituyen una preocupación adicional. Además, un adolescente puede no estar seguro de su orientación sexual, sobre si es homosexual o no. Esta preocupación puede ser compartida por sus padres. El apoyo sensible, una guía clara e información exacta acerca de estos diferentes aspectos de la sexualidad son muy apreciados por los adolescentes ya sean procedentes de sus padres, del colegio, del psicologo del Instituto o del colegio, o de una consulta, del médico de cabecera o de los centros de orientación familiar. La mayoría de los adolescentes son bastante cuidadosos a la hora de la elección de sus parejas. La promiscuidad sexual y la relaciones de riesgo repetitivas sin protección suelen ser signo de la presencia de problemas emocionales subyacentes, aunque también pueden reflejar un estilo de vida al límite , ya que los adolescentes que asumen riesgos en algunos aspectos de su vida tienden a asumirlos en otras facetas de la misma. Ya puesto asumen la filosofia de "de perdidos al rio" y se lanzan sin protección y sin precauciones en las relaciones. El acohol y el consumo de drogas también puede hacer más complejas sus relaciones con fracasos y trastornos ligados a ese abuso de sustancias tóxicas. Emocionales:La investigación ha puesto de manifiesto que cuatro de cada diez adolescentes en algún momento se han sentido tan tristes que han llorado y han deseado alejarse de todo y de todos. En el transcurso de su adolescencia uno de cada cinco adolescentes piensa que la vida no merece la pena vivirla. Estos frecuentes sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede no ser evidente para los demás. Las ingestas alimenticias excesivas, la somnolencia y las preocupaciones excesivas sobre su apariencia física pueden ser también signos de malestar o disconfort emocional. De forma más obvia, pueden aparecer fobias y ataques de pánico. Los estudios recientes han demostrado que los problemas emocionales del adolescente no suelen ser reconocidos ni siquiera por sus familiares o amigos.
Problemas conductuales Los adolescentes y sus padres suelen quejarse cada uno de la conducta del otro. Los padres con frecuencia sienten que han perdido cualquier tipo de control o influencia sobre sus hijos. Por su parte, los adolescentes, al mismo tiempo que desean que sus padres sean claros y les suministren una estructura y unos límites, sin embargo, se toman a mal cualquier restricción en sus libertades crecientes y en la capacidad para decidir sobre sí mismos. Los desacuerdos son frecuentes, ya que la persona joven lucha por forjar una identidad independiente. Aunque todo esto es bastante normal, lo cierto es que la situación puede alcanzar un punto en el que los padres realmente pierdan el control, no sabiendo dónde están sus hijos, quiénes son ellos o qué les está pasando. La experiencia sugiere que los adolescentes tienen una mayor probabilidad de tener problemas si sus padres no saben donde están. Por tanto, es importante que ellos permitan a sus padres conocer dónde van, aunque también es recomendable que sus padres se tomen la molestia de preguntar. Muchos menos frecuentes, los cambios conductuales y del estado de ánimo graduales pueden ser signo de un trastorno psiquiátrico más grave. Aunque son trastornos infrecuentes, la esquizofrenia y la depresión maníaca pueden comenzar en la adolescencia. El aislamiento extremo puede ser un signo de esquizofrenia, aunque pueden existir otras explicaciones para el mismo. Los padres preocupados con estas posibilidades deben ponerse en contacto con el psicologo/a o con su médico de cabecera.
Problemas de alimentación El sobrepeso es una causa frecuente de infelicidad en los adolescentes. Si son criticados o se ríen de su aspecto físico pueden disgustarse consigo mismos y llegar a deprimirse de forma significativa, estableciéndose un círculo vicioso, ellos hacen poco y comen para sentirse mejor, pero esto sólo hace que el problema del peso empeore.
El hacer dieta puede realmente agravar la situación. Es más importante que se sientan felices consigo mismos estén gordos o delgados. A pesar de que muchos adolescentes hacen dieta, especialmente las mujeres, afortunadamente son muy pocos los que desarrollarán un trastorno de la alimentación del tipo de la bulimia o la anorexia nerviosa. Sin embargo, estos trastornos ocurrirán con mayor probabilidad si los que se someten a una dieta estricta tienen una pobre opinión de sí mismos, se encuentran bajo tensión o han tenido un problema de sobrepeso en la infancia. Analizaremos en otro espacio el problema de la anorexia y la bulimia que necesiutan un capitulo aparte. Drogas, Pegamentos y Alcohol La mayoría de los adolescentes no usa drogas, ni inhala pegamento, y la mayoría de los que lo hace no irá más allá de experimentar ocasionalmente con ellos. A pesar de la publicidad sobre otras drogas, el alcohol es la droga que con mayor frecuencia causa problemas a los adolescentes. La posibilidad del uso de cualquier tipo de droga debería ser considerada cuando los padres observen cambios repentinos y graves en la conducta de sus hijos. El cambio cultural en el consumo de sustancias tóxicas que está genetrando el fonómeno llamado del "botellón" está alterando los patrones de condcuta de muchos adolescentes. dedicaremos un espacio especifico a ello. Abusos Los abusos sexuales, físicos y emocionales pueden tener lugar en la adolescencia y pueden dar lugar a muchos de los problemas mencionados con anterioridad. Las familias con estos problemas precisan de ayuda especializada de un/a psicologo/a, además de consejo legal ya que muchas de estas conductas constituyen un delito que debe ser denunciado. No es infrecuente que el desconocimiento sea cómplice de la permisividad y que la ayuda en este orden de cosas resulte tardía.