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sábado, 2 de agosto de 2025

 

 

Guía Práctica para Reconectar con hij@s Adultos distanciados

Introducción: Rompiendo el Silencio: Un Camino Hacia la Reconciliación Familiar

La pérdida de contacto con un hijo o hija adulto es una de las experiencias más dolorosas y complejas que una familia puede enfrentar. A menudo, esta situación se vive en silencio, cargada de vergüenza y humillación, lo que lleva a muchos a sentirse solos en su sufrimiento.1 Sin embargo, es fundamental comprender que el distanciamiento familiar es una experiencia sorprendentemente común, afectando a una de cada cuatro personas, lo que sugiere que no es un fallo personal aislado, sino una dinámica que muchas familias atraviesan.

A pesar del profundo dolor y la dificultad que implica, es crucial mantener la esperanza: la sanación y la reconexión son genuinamente posibles. Este camino, aunque desafiante, puede conducir a una comprensión más profunda y a la construcción de vínculos familiares renovados y más saludables. Esta guía ha sido diseñada para ofrecer pasos claros, sencillos y prácticos, enfocándose en estrategias aplicables en la vida real para navegar este delicado proceso hacia la reconciliación.

1. Entendiendo el Distanciamiento: Más Allá de la Ausencia

El distanciamiento familiar es un fenómeno mucho más complejo de lo que a menudo se percibe. No se trata simplemente de una ausencia total de contacto físico, sino que existe en un amplio y matizado espectro.3 En muchos casos, la distancia emocional puede ser incluso más significativa que la separación física, lo que significa que, aunque pueda haber algún contacto ocasional, la conexión profunda y el apoyo emocional están ausentes. Esta situación puede manifestarse como una decisión formal de "no contactar más" o, más comúnmente, como un proceso silencioso y gradual donde una de las partes deja de buscar a la otra, y la otra puede incluso no notar la intención detrás de ese alejamiento.

Las razones que llevan a este tipo de distanciamiento son variadas y a menudo multifacéticas, proporcionando un contexto esencial para cualquier intento de reconexión. Entre las causas más comunes se encuentran:

  • Heridas y Patrones Disfuncionales del Pasado: Experiencias como el abuso (emocional, físico o sexual), la negligencia, la traición, la intimidación, la falta de apoyo o comportamientos destructivos pueden dejar cicatrices emocionales profundas y duraderas en los hijos, impactando su bienestar en la edad adulta.

  • Divergencia de Valores y Elecciones de Vida: Desacuerdos fundamentales sobre decisiones vitales, como la orientación sexual, la elección de pareja, la identidad de género, la religión o las opiniones políticas, pueden ser motores significativos de la distancia.

  • Expectativas No Cumplidas y Conflictos No Resueltos: Las expectativas desiguales dentro de la familia o los agravios de larga data que nunca fueron abordados o reparados contribuyen significativamente a la tensión y, eventualmente, a la separación.

  • Sobreprotección y Control Excesivo: La intromisión o los intentos de los padres de controlar las decisiones de un hijo adulto pueden llevar a que este busque su independencia a través del distanciamiento.

Es importante reconocer que la mayoría de los distanciamientos no son eventos explosivos y repentinos, sino procesos lentos y silenciosos que se desarrollan con el tiempo.Esta comprensión es fundamental, ya que implica que el camino hacia la reconciliación también será gradual y requerirá un esfuerzo sostenido y paciente.

La comprensión de que el distanciamiento familiar, aunque doloroso, puede ser una medida de autoprotección para el hijo adulto es un aspecto crucial. Cuando se examinan las razones subyacentes del distanciamiento, como el abuso, la negligencia o los patrones destructivos , se evidencia que estas situaciones generan un profundo impacto emocional y psicológico. En este contexto, el alejamiento no es necesariamente un acto de rechazo malintencionado, sino que a menudo surge de una necesidad profunda de protección, sanación o preservación de la propia identidad.Si la dinámica familiar original era perjudicial, distanciarse se convierte en un mecanismo de supervivencia necesario para el hijo adulto, permitiéndole establecer límites y comenzar un proceso de curación. Esta perspectiva implica que, al buscar la reconexión, los padres deben abordar la situación con empatía y humildad, reconociendo que la distancia pudo haber sido una respuesta legítima a un dolor o una disfunción, en lugar de interpretarla únicamente como una afrenta personal. Este enfoque facilita un terreno más fértil para el diálogo y la sanación mutua.

2. El Primer Paso: Iniciando el Acercamiento con Humildad y Conciencia

Iniciar el proceso de reconexión después de un largo período de distanciamiento es un acto de gran valentía y un paso fundamental. Para los padres que desean sanar la relación, es crucial tomar la iniciativa y hacerlo con una actitud de profunda humildad, dejando a un lado el ego y el orgullo.El objetivo principal debe ser la reconciliación y la restauración del vínculo, no determinar quién tuvo la razón o quién fue el culpable. Esta disposición a comprender la perspectiva del hijo adulto, incluso si difiere dolorosamente de la propia, es esencial.

Para el primer contacto, se recomiendan métodos de baja presión y no intrusivos que respeten el espacio y los posibles límites del hijo adulto:

  • La Carta o Mensaje Breve: Una carta escrita a mano, reflexiva y sincera, o un mensaje de voz corto y sin exigencias, puede ser muy efectivo, especialmente si las llamadas directas han sido bloqueadas. Este formato permite al hijo adulto procesar el mensaje a su propio ritmo, sin la presión de una respuesta inmediata.

  • Diversidad de Canales: Considere utilizar diferentes canales de comunicación, como mensajes de texto o correos electrónicos, si sabe que son medios preferidos o más accesibles para su hijo. Esto demuestra consideración por sus preferencias y límites actuales.

  • Privacidad y Respeto: Si el mensaje pudiera abordar temas sensibles, asegúrese de que el canal de comunicación elegido permita la privacidad y la comodidad del receptor.

El contenido del primer mensaje es vital. Debe expresar apoyo y cariño genuinos, haciendo saber al hijo que está allí para él. Crucialmente, es un momento para reconocer su propia contribución al problema y ofrecer una disculpa sincera, sin excusas ni demandas. Este acto de humildad es a menudo un paso necesario para sanar viejas heridas y comenzar a reconstruir la confianza. Declare su deseo de reconectar, pero siempre respetando el ritmo y la decisión del hijo, evitando cualquier lenguaje que pueda percibirse como una imposición. El mensaje debe enfocarse en sus propios sentimientos y esperanzas para la relación, en lugar de culpar, interrogar o exigir explicaciones.

Una estrategia poderosa para iniciar este proceso, una vez que se ha establecido una mínima apertura, es proponer una "auditoría de relación". Esto implica tener una conversación honesta y abierta sobre cómo cada uno percibe la relación. Para el padre, esto significa estar dispuesto a escuchar las percepciones del hijo, incluso si son dolorosas o difieren de las propias. Esta disposición a escuchar y a pedir retroalimentación sobre la relación es una señal contundente de humildad y de voluntad de cambio. Al preguntar "¿Cómo te parece nuestra relación?" o "¿Qué es lo que menos te gusta de nuestra relación?" , el padre demuestra que está dispuesto a discutir temas difíciles y a tomar responsabilidad. Esta acción, en sí misma, puede ser un catalizador para que el hijo adulto se sienta seguro de reengancharse, ya que aborda la posible sensación de no haber sido escuchado o apoyado en el pasado. Es un paso que transforma la dinámica, pasando de una jerarquía parental a un diálogo de adulto a adulto, crucial para la reconexión duradera.


 

















3. Pilares de la Reconexión: Comunicación, Empatía y Límites Saludables

Una vez que se ha logrado un primer contacto y se ha abierto una vía de comunicación, el siguiente paso crucial es construir sobre pilares sólidos que permitan una reconexión profunda y duradera. Estos pilares se centran en la calidad de la interacción, el respeto mutuo y la comprensión.

  • Escucha Activa: Este es un pilar fundamental para cualquier relación saludable. Implica estar plenamente presente durante las conversaciones, mostrando un interés genuino en lo que la otra persona dice y en sus emociones, sin interrumpir, juzgar o formular una respuesta prematura.Una técnica útil es repetir lo que se ha escuchado para asegurarse de haber comprendido correctamente. Esta práctica valida la experiencia del hijo adulto, haciéndole sentir valorado, comprendido y amado, lo cual es esencial para reconstruir la confianza.

  • Comunicación Abierta y Honesta (con "Mensajes Yo"): Fomente un espacio seguro donde ambas partes se sientan cómodas expresando sus pensamientos, sentimientos y necesidades sin temor al juicio.Es crucial utilizar "mensajes Yo" (por ejemplo, "Yo siento tristeza cuando...", en lugar de "Tú me haces sentir..."). Este enfoque evita la culpa y el ataque, promoviendo un diálogo más constructivo y transparente.La sinceridad es vital, pero también lo es la prudencia; no es necesario ser excesivamente explícito sobre detalles del pasado que puedan ser una carga para el hijo. En su lugar, concéntrese en mostrar interés genuino por su mundo actual y evitar los interrogatorios que pueden sentirse intrusivos.

  • Empatía Genuina: La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, comprender sus emociones y perspectivas, y responder con sensibilidad y compasión.Validar los sentimientos del hijo adulto, reconociendo su realidad sin juzgarla ni minimizarla, es fundamental. La empatía no significa estar de acuerdo con sus acciones o decisiones, sino comprender el "porqué" detrás de ellas. Preguntar con curiosidad y ofrecer apoyo incondicional fortalece la conexión emocional.

  • Establecimiento de Límites Claros y Respetuosos: Definir límites saludables es esencial para prevenir tensiones y fomentar el respeto mutuo. Esto implica comunicar claramente qué comportamientos son aceptables y cuáles no, y respetar la autonomía y el espacio personal del hijo adulto. Es importante recordar que decir "no" o expresar desacuerdo de manera asertiva es una parte saludable de cualquier relación, incluso en el proceso de reconciliación.

  • Tiempo de Calidad sin Distracciones: Dedicar momentos específicos para interactuar con atención plena, libres de la interferencia de teléfonos, tabletas o la televisión, es crucial.Estos momentos enfocados, por cortos que sean, fortalecen los lazos afectivos y permiten conversaciones más significativas, creando recuerdos positivos que nutren la relación.

El proceso de reconexión requiere una redefinición fundamental de la relación, pasando de un modelo de control parental a uno de respeto mutuo entre adultos. Las razones del distanciamiento a menudo incluyen la sobreprotección, la imposición de consejos y la falta de aceptación de las diferencias por parte de los padres. El deseo de controlar o "arreglar" la vida del hijo adulto es una barrera significativa. Por lo tanto, el éxito de la reconciliación depende de la capacidad del padre para "soltar el control" y fomentar la independencia del hijo.Esto implica aceptar que el hijo tiene su propio camino, incluso si difiere de las expectativas parentales. Las herramientas de comunicación como la escucha activa, la empatía y los "mensajes Yo" son los mecanismos a través de los cuales se produce este cambio, facilitando un diálogo de adulto a adulto donde ambas perspectivas son valoradas por igual, redefiniendo la relación de "mi hijo" a "este individuo adulto al que amo".

 
 

4.  Errores Comunes a Evitar

El camino hacia la reconexión está lleno de desafíos, y es fácil caer en patrones de comportamiento que, aunque a veces bien intencionados, pueden sabotear los esfuerzos de reconciliación. Reconocer y evitar estos errores comunes es tan importante como aplicar las estrategias positivas.

  • Forzar la Reconciliación o la Proximidad: Un error frecuente y perjudicial es presionar al hijo adulto para que se reconcilie o para que establezca una cercanía inmediata cuando no está listo. La reconciliación debe ser un proceso mutuo, voluntario y seguro para ambas partes.Intentar forzarla solo generará más resistencia y puede llevar a un mayor distanciamiento.

  • Criticar, Juzgar o Descalificar: Evite hablar negativamente de otros familiares (especialmente del otro progenitor, si aplica), criticar las decisiones de vida de su hijo/a, sus logros o sus esfuerzos. Este tipo de acciones erosiona la confianza, perpetúa el resentimiento y puede confirmar las percepciones negativas que el hijo/a ya pueda tener.

  • Sobre-involucrarse o Imponer Consejos: Respetar la independencia y autonomía de su hijo/a adulto es fundamental. Absténgase de dar consejos no solicitados, intentar "arreglarles la vida" o entrometerse en sus decisiones. Ofrezca apoyo solo cuando se lo pidan explícitamente y hágalo sin imponer su voluntad.

  • Infantilizar o Comparar: No trate a sus hijos adultos como si fueran menores de edad, ni los compare desfavorablemente con hermanos, primos o amigos. Reconozca y respete su individualidad, su camino único y su autonomía como adultos.

  • Minimizar el Problema o las Emociones: Es crucial validar los sentimientos y experiencias de su hijo/a, incluso si usted no los comprende completamente o no está de acuerdo con ellos. Minimizar su dolor o las razones del distanciamiento puede invalidar su experiencia y cerrar las vías de comunicación.

  • Usar a los Hijos como Mensajeros o Armas: Nunca involucre a sus hijos en conflictos entre adultos. No les pida que tomen partido, guarden secretos o transmitan mensajes entre usted y otro familiar. Los asuntos de adultos deben ser manejados directamente por los adultos involucrados para proteger al hijo de la triangulación y las cargas emocionales.

Existe un fenómeno común en las dinámicas familiares, a menudo denominado "punto ciego parental", que puede obstaculizar gravemente la reconciliación. Este punto ciego se refiere a la tendencia de los padres a, a menudo con buenas intenciones, incurrir en comportamientos que sus hijos adultos perciben como dañinos, irrespetuosos o controladores. Las causas del distanciamiento, como el abuso, la negligencia, la sensación de no ser escuchado o la sobreprotección , se correlacionan directamente con los errores comunes que los padres cometen al intentar la reconexión. Por ejemplo, un hijo que se distanció por sentirse juzgado se alejará aún más si el padre persiste en la crítica.De manera similar, un hijo que buscó distancia debido a la sobreprotección parental se sentirá invadido por intentos de "arreglar su vida". Esto sugiere que muchos de los errores que los padres cometen son, de hecho, la continuación de los mismos patrones que contribuyeron al distanciamiento inicial. El proceso de reconciliación, por lo tanto, exige que los padres no solo adopten nuevas conductas positivas, sino que también identifiquen y dejen de lado activamente estos patrones arraigados y perjudiciales. Esto requiere una introspección significativa, la voluntad de reflexionar sobre su propia contribución al distanciamiento y el coraje de cambiar profundamente su enfoque, lo cual puede ser un desafío considerable dada la vergüenza asociada al distanciamiento.

 



















5. Gestionando Emociones y Expectativas Realistas

El camino hacia la reconciliación es, por naturaleza, una montaña rusa emocional. Es completamente normal experimentar una gama de sentimientos intensos, como frustración, tristeza, enojo, decepción o incluso culpa, durante este proceso. La capacidad de reconocer y validar estas propias emociones, en lugar de reprimirlas, es el primer paso crucial para gestionarlas de manera constructiva.

La paciencia es una virtud y una estrategia indispensable en este viaje. La reconciliación es un proceso gradual, no un evento único. No es lineal; puede haber avances y retrocesos, intentos fallidos y momentos de estancamiento. Es fundamental no esperar resultados inmediatos o una solución perfecta.El distanciamiento puede haber durado años, y la sanación requerirá un tiempo comparable de esfuerzo sostenido y paciencia.

Manejar las expectativas de forma realista es vital para evitar el agotamiento y la decepción. Es importante aceptar que la relación puede no volver a ser exactamente como era antes, y que esto es una parte natural del proceso de crecimiento y cambio.El enfoque debe estar en lo que se puede controlar: las propias reacciones, respuestas y esfuerzos. No se puede esperar que la otra persona cambie; el cambio debe empezar por uno mismo.

En este contexto, el perdón juega un papel liberador. Es crucial entender que el perdón es, ante todo, un proceso personal de liberar el resentimiento y la amargura que se lleva dentro. Este acto beneficia profundamente la propia salud mental, emocional y física, independientemente de si la reconciliación con el hijo ocurre o no.Perdonar no significa olvidar el daño o justificar el comportamiento pasado, sino liberarse de su carga emocional. Si bien el perdón mutuo puede ser un paso transformador hacia la reconstrucción de la confianza y la sanación de heridas, la posibilidad de reconciliación no siempre depende de uno mismo. Hay situaciones donde la reconciliación puede ser imposible o inapropiada, por ejemplo, si el hijo no está dispuesto a comunicarse o si la relación sigue siendo perjudicial.En estos casos, el perdón personal sigue siendo una vía hacia la paz interior.

El bienestar emocional del padre es un factor determinante en el éxito del proceso de reconciliación. Las emociones intensas y la frustración son inevitables. La capacidad del padre para autorregular sus propias emociones y reacciones impacta directamente el progreso de la relación. Un padre que puede gestionar su frustración , aceptar lo que está fuera de su control  y mantener expectativas realistas  estará mucho mejor equipado para responder de manera constructiva y empática, en lugar de reaccionar destructivamente. Esto implica que el trabajo personal del padre (incluyendo terapia, auto-reflexión y autocuidado consistente) no es un extra opcional, sino un componente integral para preparar y sostener cualquier esfuerzo de reconciliación significativo. La habilidad de "responder en lugar de reaccionar impulsivamente" es una habilidad crítica que influye directamente en la dinámica familiar. Por ello, el autocuidado es fundamental: priorizar el bienestar físico y mental, tomar descansos, buscar apoyo en amigos o profesionales, y no guardar rencores, son prácticas esenciales.

6. Cuándo Buscar Apoyo Profesional: La Terapia Familiar

Reconocer que algunas situaciones de distanciamiento familiar son demasiado complejas, dolorosas o profundamente arraigadas para ser navegadas sin ayuda externa es un signo de fortaleza y sabiduría. En estos casos, buscar apoyo profesional, como la terapia familiar o individual con un psicólogo, puede ser invaluable.

Los beneficios de la orientación profesional son múltiples:

  • Espacio Seguro y Mediación: Un terapeuta familiar proporciona un entorno neutral y seguro donde las conversaciones difíciles pueden tener lugar sin escalada de conflicto. Actúan como mediadores, ayudando a ambas partes a expresarse y a entenderse mutuamente.

  • Identificación de Problemas Subyacentes: Los profesionales pueden ayudar a identificar las causas profundas del distanciamiento, incluyendo patrones de comunicación disfuncionales, traumas pasados o agravios no resueltos, que quizás las partes no logran ver por sí mismas.

  • Desarrollo de Habilidades: Ofrecen herramientas y estrategias concretas para mejorar la comunicación, establecer límites saludables y gestionar emociones intensas de manera más efectiva.

  • Procesamiento Emocional: La terapia brinda un espacio para procesar el dolor, la frustración, el resentimiento y otras emociones complejas asociadas con el distanciamiento, facilitando el perdón y la sanación.

  • Cambio de Perspectiva: Ayudan a los padres a comprender su propio papel en la dinámica familiar y a realizar los cambios necesarios en su comportamiento y mentalidad, fomentando una relación más respetuosa y adulta con sus hijos.

Es particularmente recomendable buscar ayuda profesional en las siguientes situaciones:

  • Cuando la comunicación está completamente bloqueada o es consistentemente hostil y destructiva.

  • Cuando existen patrones de comportamiento abusivos o negligentes que son difíciles de abordar de forma independiente.

  • Cuando las emociones de una o ambas partes son abrumadoras y dificultan cualquier progreso (por ejemplo, ira crónica, depresión, ansiedad).

  • Cuando hay una dificultad persistente para perdonar heridas pasadas o para dejar ir el resentimiento.

  • Cuando los intentos previos de reconciliación han fracasado o han empeorado la situación.

 

Conclusión: Construyendo un Nuevo Capítulo de Conexión


El camino para reestablecer la comunicación con hijos adultos distanciados es, sin duda, un viaje arduo que exige paciencia, humildad y un compromiso inquebrantable con el crecimiento personal y la sanación. No es un proceso lineal ni inmediato, y estará marcado por desafíos y momentos de incertidumbre.

Sin embargo, los frutos de este esfuerzo pueden ser profundamente gratificantes. Al embarcarse en este camino, no se busca simplemente regresar a una relación "antigua" que pudo haber sido disfuncional, sino construir un nuevo capítulo de conexión, basado en el respeto mutuo, la comprensión, la empatía y la aceptación de la individualidad de cada uno.Este proceso permite sanar heridas emocionales, reconstruir la confianza y establecer un vínculo familiar más sólido y auténtico.

Cada pequeño paso, cada intento de comunicación consciente, cada acto de humildad y cada momento de escucha genuina, contribuyen a tender esos "puentes de corazón" que pueden unir nuevamente a la familia. La meta es fomentar relaciones más sanas y significativas, donde la paz y el bienestar emocional sean prioritarios. Aunque el resultado final no siempre sea el esperado, el viaje en sí mismo de autoconocimiento y esfuerzo por conectar es una inversión valiosa en la propia paz y en el legado familiar.

martes, 5 de mayo de 2009

Ayuda Psicologica: Cómo afrontar la crisis económica

Llevamos ya casi año y medio hablando de la crisis económica y de sus efectos. Escribí un post en Noviembre de 2008 donde hablaba de la depresión yla ansiedad en la crisis y cómo combatirla. Llevamos ya casi dos años leyendo y hablando de ella. Se ha puesto mucha inteligencia individual y colectiva para explicarla. La más popular la de Leopoldo Abadía, la que denómino la crisis Ninja.
Tras ello, muy pocos se han atrevido a poner sobre la mesa una hoja de ruta para salir de ella, no sólo en términos socioeconómicos y políticos, sino también en términos psicologógicos.
Lo que sí es más que evidente es que comenzamos a utilizar en esta crisis términos psicológicos que intentan dar sentido a la profundidad de la misma y a las posibilidades de recuperación. Es importante tratar de explicar lo que opera en nuestras mentes para saber como podemos ayudar a paliar los daños que ella produce y en último extremo, tarde o temprano, a superarla.
El término confianza expresa bien a las claras cual es la visión que tiene el mundo sobre las finanzas y los operadores de las mismas. Nadie es capaz de apostar porque no haya inquietud sobre lo que que pueda pasar en el futuro. Se ha roto la confianza en el mercado. Como dice la RAE confianza “es la esperanza firme o seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o una cosa va a funcionar como se desea”. Las personas no podríamos vivir en armonía si faltara la confianza, es decir, la seguridad firme que se tiene de una persona, por la relación de amistad o la labor que desempeña. Igual pasa con la confianza en un sistema que está gobernada por hombres o mujeres.Tenemos seguridad en una persona porque sabemos que en sus palabras no existe el doble sentido o el rebuscamiento; jamás hace un juicio a la ligera sobre las actitudes de los demás; trabaja con intensidad, procurando terminar la tarea encomendada cuidando hasta el más mínimo detalle; llegará puntual si así se ha acordado o guardará el secreto que le hemos confiado.En el ámbito de un sistema u organización la confianza se rompe cuando se constata que hay una apariencia de seguridad de la organización, pero se demuestra su fragilidad. Es fácil perder la confianza en alguien cuando no actúa con justicia, algún comerciante, profesional o prestador de servicios que abusa de nuestra falta de conocimiento o buena voluntad, y pide a cambio una cantidad de dinero que no corresponde a lo convenido. Hemos perdido, entonces, la confianza en nuestro mercado más próximo. Las reglas funcionan igual en Wall Street o en Lehman Brothers, que en nuestro entorno más cercano, en nuestro supermercado, en la ferretería del barrio....
La ausencia de confianza ha aumentando nuestra vulnerabilidad, y además nos ha demostrado que no está bajo en control de nadie, ya que sobre el mercado nadie tiene el control total, nisiquiera parcial. La acción concertada de los gobiernos (el G-20, por ejemplo), y las declaraciones de que “estamos con una luz al final del tunel” intentan generar la sensación de confianza; algo muy importante para tranquilizar a la población que ha perdido dinero, que ha perdido el empleo o que teme perder las dos cosas, pero que en realidad no se sabe, ni se tiene la seguridad de que vaya a mejorar la situación, más que porque otra hipótesis seria catastrófica. La confianza tiene que ver con la predictibilidad y la controlabilidad. Y ninguna de estas dos variables están presentes en el mundo globalizado y en el mercado. Pero es verdad que los gobernantes tienen la obligación de generar alguna esperanza, quizás de reducir incertidumbre, y esto transcurre por una línea muy delgada que la separa de las falsas promesas.
La mentira tampoco tiene lugar en cualquier tipo de relación, pues confunde la verdad, destruye los sentimientos, provocando una ruptura que pocas veces, o nunca, se puede restablecer esa relación. Por eso está en juego la credibilidad de los agentes económicos que están gestionando la crisis, la mentira -o lo que sea interpretado como tal- por la ciudadanía automáticamente minará la relación de confianza elector-elegido y lo hará de una manera emocional, abrupta, con ruptura de esa afinidad en el voto. Asi es que deberían andarse con cuidado, mucho más los que gobiernan. Si no se dice la verdad de lo que pasa, por doloroso que sea, se corre el riesgo de caer en una desafección importante.
Una baja confianza agrava también la situación de la crisis, ya que está ampliamente demostrado que un nivel de confianza bajo de la economía genera automaticamente un descenso de la inversión y una contracción de los capitales. Algo que está ocurriendo a diario con las entidades financieras, que han perdido la confianza entre ellas mismas, no porque conozcan exactamente el valor que tiene la entidad que es su competencia o la prestataria, sino justamente porque desconocen y desconfían del riesgo que puedan estar asumiendo. La confianza en la economía entre los empresarios está bajando y por tanto la inversión también se está contrayendo.
Restablecer la confianza en el sistema pasa también por restablecer la confianza en uno mismo. Podemos confundir la "confianza en uno mismo" convirtiéndola en presunción, como una forma de hacernos notar mediante una actitud poco respetuosa a las personas, lugares y circunstancias, negando a los demás o tratando de aprovecharnos de alguna circunstancia concreta.
La generación de la sobreabundancia, la Generación “Y”
En cambio las generaciones más jóvenes, especialmente los que han sido educados en esta época anterior a la crisis, la llamada “la generación de la sobreabundancia” , o llamada por Enrique Dans la generación “Y”, está teniendo que afrontar una situación cuyo pilar básico de funcionamiento va a ser la incertidumbre, la inestabilidad y la desconfianza. Para ellos será muy importante que se unan los mensajes que les llegan de los que tienen responsabilidades en la sociedad y lo que suceda en realidad. Si van por caminos distintos los mensajes y la realidad se habrán roto muchos puentes intergeneracionales que serán difíciles de recuperar. El dialogo entre padres e hijos sobre las circunstancias y el cómo afrontarlas resultaría muy útil.
A modo de simplificación recojo algunas conclusiones con el ánimo también de que los lectores apunten alguna más, tras sus reflexiones y podamos compartirlas:
1.-Decir la verdad por cruda que sea. No engañarnos a nosotros mismos con mentiras, para eludir la realidad. Informar con rigor de la situación que se vive, en el entorno más próximo y en el más lejano. Aportar datos , con la mayor transparencia, y poner todos los recursos que sean necesario para hacer transparente la situación que hoy tiene bastante opacidad y ello reduce la confianza y aumenta la impredictibilidad. En los medios de comunicación son muchos ( y entre ellos Enric González) los que piensan que en este tiempo“sobran opiniones y faltan informaciones”.
2.- Afrontar las consecuencias de la verdad y de la información que disponemos. Una vez que hemos asimilado la situación que vivimos y que todos coincidimos en su diagnostico afrontar las soluciones, compartiendo el diagnostico y las mismas. No ser un mitómano e inventar una realidad irreal que generará “pan para hoy y hambre para mañana”
3.- Pactar las posibles salidas. Este elemento se torna también esencial. Un Pacto a todos los niveles: desde el ámbito familiar, de pareja, con las pautas económicas que desarrollaremos en esta situación, y las posibles variaciones que puedan ir produciéndose, hasta el nivel más cercano, como podremos apoyarnos entre los distintos miembros de la familia si se produce (si es que ya no lo ha hecho) una situación de dificultad económica. Este nivel de apoyo familiar es el primero y el que reduce incertidumbres y genera alguna seguridad. Además es necesario también que se favorezca el pacto en el ámbito laboral, en la empresa, en la organización que pertenecemos, que seamos participes de las dificultades y de las posibles alternativas existentes y que las apliquemos a todos los niveles. La solidaridad de las empresas e instituciones públicas también debería funcionar a este nivel. Quizás no pueda ser más de lo mismo. La situación parece que se debería huir de aquella máxima de que “que todo cambie para que nada se modifique” que ha parecido imperar en estos tiempos.
4.-Mejorar nuestra autoestima: Es necesario recordar todas las veces que hemos tenido graves dificultades y hemos conseguido salir de ellas. ¿Cuantas veces nos hemos visto en situaciones difíciles y hemos conseguido superarlas? Hacer un recorrido por nuestra historia y ver cómo hemos sido capaces de salir en situaciones difíciles también ayuda en esta situación. Los medios de comunicación tienen también aquí un papel pedagógico importante.
En resumen y como ya dije hemos de:
1. Conservar la calma. Hay que ser previsores, no adelantar acontecimientos que nos pueden llevar a sentimientos de desesperación excesivos y falta de autocontrol.
2. No crear alarma. La alarma nos lleva al descontrol y evita que seamos capaces de buscar soluciones.
3. Organizar los gastos y los ingresos. Como ser social el individuo necesita también desarrollar actividades de ocio que le ayuden a mantener su bienestar. Por ejemplo podemos salir a cenar a un sitio más barato, ir sólo una vez al cine al mes o buscar actividades de ocio al aire libre, más baratas, y que producen sensaciones de bienestar, ya que no tenemos el lastre de un alto gasto sobre nosotros. Hacer deporte puede ayudar tambien.

En toda crisis se producen cambios, pero debemos recordar que no sólo debemos vigilar nuestro bolsillo sino que también debemos estar en una predisposición psicológica y emocional adecuada para poder afrontarla correctamente. Ser positivos ante la adversidad.

Cuéntanos como estas afrontando la crisis, cómo la estás superando...que dificultades estás encontrando...tus comentarios ayudarán a otras personas.


martes, 27 de febrero de 2007

Evolución de la Pareja (IV y final): La ruptura....y su superación

Acabamos la serie que iniciamos de la pareja, de su evolución, de los modelos de pareja, de sus etapas, de los celos, del papel de la pasión, del enamoramiento, de los hijos....y ahora finalizamos esta serie tan comentada por muchos y muchas de vosotros sobre la pareja. Lo hacemos con un aspecto que muchas veces se torna en el más doloroso para la pareja: LA RUPTURA.
El 45% de las parejas termina en divorcio, y de ellas, una de cada tres lo hace en el período vacacional, donde se produce una convivencia intensiva.
El dolor emocional por la pérdida (sobre todo en uno de los cónyuges) se mezcla con muchos factores que vamos a tratar de analizar para ayudar a superarlos.
Generalmente, las rupturas de pareja conllevan una serie de características muy concretas que se pueden asemejar a la pérdida de un ser querido. Los sentimientos y emociones van a ser muy parecidos, al igual que las circunstancias que la rodearán. Muchas personas han vivido esta pérdida y saben el dolor que esto significa.
El grado de intensidad con el que se vive una ruptura va a depender del apego y de las circunstancias que la ocasionan. Probablemente, no se vivirá igual una ruptura inesperada, una de mutuo acuerdo o una prevista desde hace tiempo.Las personas implicadas en todas ellas se encontrarán en distintos momentos del duelo que deberán realizar para superar la pérdida.

FASES EN LA RUPTURA: Aprender a identificar el momento de nuestra ruptura para superarla

Primera fase: La pérdida
Una vez llevado a cabo la ruptura aparece el duelo por la pérdida de un ser querido. Cada persona lo valorará de diferente manera: unos rehacen su vida enseguida y otros mantienen un duelo durante meses, incluso años, sin llegar a solucionar el problema.
En los primeros momentos de la ruptura se vivirá en gran medida toda la parte emocional: llanto, pena, preocupación, preguntas sobre el porqué de la situación, rememoración de momentos pasados, culpabilidades, etc. Es una fase de rebeldía y de lucha por superar la situación, intentando rehacerla, generando rencor hacia la otra persona, imágenes de situaciones desagradables vividas...etc. Es una fase en la que se necesita hablar con los apoyos de cada uno, con la gente que a una/o la quiere, que necesita exteriorizar esa pérdida..., vivir la pena...exteriorizarla, saber que todo pasa y que el tiempo todo lo curará. es necesario tener paciencia y no negar los sentimientos de esta fase , para poder cerrar la herida que ahora está abierta y que no se cierre en falso. Si es necesario obtener la ayuda de un profesional de la psicología porque cuesta superar el momento, no se retraiga, hagaló y se sentirá mejor. Hay muy buenos especialistas que le podrán ayudar a superar esta delicada fase.
Aquellas parejas que no sean capaces de resolver sus problemas, que no duden en buscar ayuda. El porcentaje de éxito en las terapias de pareja de orientación cognitivo-conductual es alrededor del 75%. No siempre es posible solucionar los conflictos una vez que se ha entrado en un círculo vicioso negativo sin el adecuado asesoramiento y entrenamiento en determinadas habilidades de las que la pareja puede carecer. Aunque hay profesionales que venden su quehacer sin experiencia ni preparación adecuada (a pesar de que hagan psicología clínica no tienen porque ser especialistas en pareja) distingalos de aquellos que si que son especialistas acreditados con trabajos e investigaciones en terapia de pareja.
Ataques de culpabilidad
Las emociones más fáciles y comunes de sentir en esta situación son los ataques de culpabilidad o responsabilidad ante lo sucedido. Es muy común pasar noches enteras pensando qué es lo que hemos hecho mal, porqué nos salió mal, porqué hemos fracasado. Echarnos la culpa de lo sucedido no soluciona tu situación, así es que deja de hacerlo, sentirse culpable no sirve para nada, incluso cuando lo seamos. La culpabilidad es un sentimiento que paraliza a la persona y que no la deja evolucionar en su duelo y pasar página.Intenta centrarte en tus nuevos objetivos e ideales y deja de lado remordimientos y culpabilidades, será la única forma de estar bien contigo misma. Ten en cuenta que una pareja se rompe porque los dos se han equivocado en algo. A veces el rol de victima nos hace creer que es el otro el que nos abandona y el que se equivoca, así seguiremos llorando porque él no cambia eternamente. Echar la culpa a los demás tampoco nos ayudará. Tu función ahora es aceptar tu nueva situación y vivir con ella todo lo feliz que puedas.
Segunda fase: La más delicada para abordar el futuro
Una vez superada esta primera fase, la persona empieza a aceptar lo sucedido y, poco a poco, se va acondicionando a su nueva situación. La aceptación de la realidad se irá abriendo paso poco a poco (aunque a veces se vuelva temporalmente a la etapa anterior).
En esta fase de superación de la ruptura, aparecen muchos sentimientos conflictivos y contradictorios y es difícil decantarse por una actitud coherente.A veces nos apetece volver con la pareja y le echamos de menos y otras veces nos da rabia que nos trate mal o nos haya echo lo que sea. Aquí entrarán en escena nuevas preocupaciones, como las pérdidas económicas, materiales, de propiedades, etc.. Entrarán en escena la situación de la custodia de los/as hijos/as. Muchas parejas acaban haciendo de éste tema el conflicto clave posterior a su separación utilizando a los hijos en sus enfrentamientos. Aconsejados por "profesionales de la desesperanza" (que hacen del divorcio y del litigio su principal labor profesional) se embarcan en una batalla legal que genera también multitud de daños, en primer lugar, a los hijos/as y posteriormente a la pareja rota que va destruyendo puentes que serán muy dificiles de reconstruir. Por eso nuestro consejo es que huyan de estos profesionales que se aprovechan del mal momento de ambos para poner tierra y muros entre ambos en un momento que se necesita muchas dosis de diálogo y comprensión. Debemos confiar en un profesional que facilite el acuerdo y la mediación. Los servicios de mediación existentes ayudarán, sin duda, a mejorar estas situaciones asesorados por psicólogos/as, trabajadores/as sociales, y abogados/as especialistas en mediación. Busque estos profesionales si su situación es complicada en cuanto a un posible acuerdo. Saber distinguir a los profesionales que intentan sacar partido a una dolorosa situación de los que promueven un acuerdo y una solución satisfactoria para ambos (teniendo en cuenta las pérdidas es algo fundamental) . Por otro lado, toda la parte social que a menudo rodea a las parejas. Los dos miembros verán reducido su círculo de amistades, ya que gran parte de éste resultaba ideal para una pareja, pero no para una persona sola. Es la fase que algunos han dado en llamar la fase del "Reparto del desamor". La familia y los amigos son esta fase dos puntos de apoyo muy importantes. Aqui aparecen situaciones rocambolescas como amigos/as que toman partido sin pedirselo por uno de los conyuges, dejando al otro como "castigado" sin mantener relación con él o alejado de sus afectos. parece si como se comportaran como aficionados de un partido de futbol que toman partido por un equipo, aunque nadie se lo haya pedido y sepan que esto puede dilapidar muchas posibilidades futuras de comunicación de los ya exconyuges, como mediadores en situaciones de tensión. La gente que actúa así demuestra la falsedad sobre la que basaban sus relaciones, al no saber estar en su sitio en un momento muy delicado para los dos. A veces la mezquindad en esa actitud provoca mayor irritación y dificultades. Una postura equidistante de las posturas encontradas de los cónyuges ayudará enormemente en el futuro, para la reconstrucción de muchos aspectos que luego se tornarán necesarios ( hijos, trabajo, etc.) Sucede en muchas ocasiones en las dos partes.
La copmunicación de la ruptura y de los acuerdos que la pareja ha tomado para abordarlos debería hacerse de forma conjunta ante las personas queridas, sin buscar un culpable, sin resentimientos y con la franqueza que cada caso requiere. A los hijos es fundamental comunicarlo de forma conjunta y serena, haciendoles ver que minimizamos los riesgos de pérdidas en una situación dificil para todos. La filosofía debería ser la de minimizar los daños de la separación.

Tarde o temprano llega el divorcio legal y hay que firmar los papeles, es el momento de enfrentarse a una situación que en muchos casos se ha dejado aparcada y sin solución. Aparecerán muchas dudas al respecto y se sufrirá un duelo por la pérdida de esa relación o de esa pareja. Hasta que no se elabora este duelo no se superará la ruptura al 100 %. A pesar de que muchas parejas rehacen sus vidas en el tiempo en el que esperan el divorcio legal, el momento de la firma de papeles remueve muchas experiencias y recuerdos y resultará duro para ambas partes, más aún si es un divorcio sin acuerdo y uno de los miembros no desea la separación. Será el sufridor y ejercerá el papel de victima lo cual le aportará una negatividad y una actitud poco resolutiva a la hora de encauzar su nueva vida.
Hay personas que deciden volver a intentarlo a pesar de los pesares porque creen que les compensa y que realmente su vida es mucho más satisfactoria con su pareja. Puede que en los momentos malos, seamos tan extremistas que no seamos capaces de valorar los puntos buenos de nuestra relación y nos dejemos llevar por el negativismo, todo es malo y no vemos más allá. Cuando lo hemos perdido y lo vemos desde fuera , a veces nos damos cuenta de que no era tan malo, y de que esas cosas que nos resultaban insoportables o esos cambios que nos demandaban pueden ser viables y no nos suponen tanto costo. Sobre todo si tenemos una tendencia ansiosa y obsesiva, podemos caer en el error de centralizarnos en una idea negativa y a partir de ella exagerar una situación con la consiguiente ruptura de la relación.
Una vez superada la fase de duelo, estas preparada para decidir si tu meta es conseguir volver con tu pareja o seguir adelante sola. Si decides lo primero , tendrás que prepararte en algunos aspectos que probablemente se hayan visto mermados debido a la separación traumática que viviste. Necesitarás un tiempo de preparación antes de enfrentarte a tu pareja y proponerle un cambio.
  • En primer lugar, deberás reforzar la seguridad en ti misma/o, recuerda que puede que hayas sido tú el/la responsable de la ruptura, o la que te ha tocado asumir ese rol, con lo cual, los acercamientos hacia tu pareja estarán llenos de recriminaciones, acusaciones, críticas, etc. ¿Y estás preparada emocionalmente para ello? ¿Podrás defender tus intereses sin entrar en ese juego de victimismo y acusación? Emocionalmente tienes que estar muy fuerte, para poder transmitirlo a la otra persona y que confíe en ti. Si tú decidiste romper, el otro no creerá en tu nueva decisión, te acusará de “veleta” y su primer impulso será la negación. Necesitas estar preparada para ello, no puedes sufrir un bajón emocional cada vez que tengas un contacto con él. La fórmula será tener preparados algunos truquillos para cuando vayáis a veros:
  • Repite tu punto de vista una y otra vez.
  • Explícale tu propósito desde un principio pero solo una vez .
  • No te justifiques todo el tiempo, darás muestras de debilidad.
  • Defiende tu postura y ante los ataques elude la conversación, salte por la tangente , habla de otra cosa no le dés juego.
  • Préstale atención y cariño cuando te trate bien y habléis cordialmente, no lo hagas si te ataca.
  • Exprésale tus sentimientos en positivo y asume tus errores, se sentirá reconfortado/a.


¿Tienes miedo a estar sola/o? Otros de los puntos que debes tener en cuenta son tus necesidades . Tendrás que valorar cual es el motivo que te hace querer volver puede que la necesidad de protección o de cariño te lleve a hacer algo que realmente no tiene razón de ser. ¿Tienes miedo a estar sola/o? ¿Quieres cubrir un vacío? Si esto es así, recuerda todo lo malo de la relación y comprueba si te merece la pena intentarlo de nuevo solo por miedo. El miedo se supera y podrás aprender a vivir sola. Tu pareja necesitará un tiempo prudencial para que comience a reaccionar. En ese tiempo serás víctima de acusaciones , negativas, momentos buenos y malos. Si estás centrada en tu objetivo global podrás sobrellevarlo mejor.
  • Dale tiempo: No te focalices en la conversación de ayer que fue tan traumática y acusatoria y valora el progreso que estás realizando en su conjunto. Si te centras en los pequeños detalles tendrás momentos de euforia y de abatimiento. Céntrate en lo general y te mantendrás en un término medio. Tendrás que darle tiempo para que reaccione y es importante que te pongas en su lugar. Está muy bien defender tus intereses por encima de todo, pero el otro también necesita ser escuchado y valorado, también quiere cubrir sus intereses. Ten en cuenta que tú tomas la decisión de volver por ti misma/o y que el otro se encuentra con una decisión que no procede de él. Ponte en su lugar y dale tiempo, no le presiones. Las prisas son malas para todo. Si eres paciente podrás conseguir ser amiga de tu expareja; por supuesto no en los primeros días, cuando estáis más dolidos, pero sí más adelante. Cuando lo hayas conseguido esa amistad puede ser el trampolín para establecer una buena comunicación , hablar de vuestras cosas y poco a poco volver a involucraros el uno con el otro. Sabes que el resultado no depende solo de ti, así es que necesitarás un tiempo prudencial para cambiar de objetivo si fuera necesario. Si no lo consigues, cambia de rumbo. Puede ser que tu pareja no tenga tantas ganas de volver contigo, puede ser que su miedo no le deje estar bien a pesar de que os queráis; a veces el amor no es suficiente, puede ser que exista otra persona, etc... No luches contra viento y marea porque acabarás destrozada emocionalmente y enganchada a una dependencia que no te ayudará a progresar, empieza a reforzar tus puntos fuertes y tu autoestima para poder proponerte un cambio de rumbo. No puedes estar eternamente enganchada/o a una persona y a una situación complicada. Date un periodo de tiempo prudencial y si no consigues logros poco a poco tal vez estés equivocada/o y no haya posibilidad de marcha atrás. Es el momento de cambiar el rumbo y mirar para otro sitio. No siempre lo que tu quieres es viable y hay que aceptarlo y seguir viviendo. Otras opciones de vida también pueden ser válidas y gratificantes , no te cierres a nada y sé flexible.
Tercera fase: Emprender una nueva etapa. Ahora llega el momento de la reorganización, en el camino de la recuperación: es la fase del duelo, en la que la persona ya ha aceptado su nueva situación y necesita reorganizar toda su vida para poder seguir adelante.Aparecerán muchos cambios de actividades, de gastos, de tiempo libre, de amistades. Será un trabajo lento pero seguro y que aportará nuevas ilusiones y objetivos. Se puede comenzar a estudiar, retomar aquello que tanto nos gustaba; iniciar actividades de ocio que nos permitan conocer gente nueva; organizar la economía familiar, de cuánto disponemos y qué nos podemos permitir...
CONSEJOS A SEGUIR:
1.-Buscar apoyos externos
Es también el momento de retomar antigüas amistades sin miedo a ser criticados por "interesados”. Muchos de ellos nos agradecerán el nuevo contacto y nos apoyarán. No estará de más pedir perdón si procede.La familia será un punto de apoyo. No te aisles y acude a fiestas y compromisos familiares. Haz de tu ruptura algo natural y no intentes ocultarte (así, sólo facilitaras las críticas de los demás). Dando la cara, valorarán tu fortaleza. Elige quién merece la pena y quién no. No te dejes influenciar por comentarios de personas que, a pesar de ser familia, no saben nada de ti. No dejes que los comentarios te destrozen. Habla con la persona sin vehemencia, con tranquilidad y acalara con ella lo que creas que debes aclarar. Afronta los temas con honestidad, pero no te obsesiones por los dimes y diretes de gente que no merece la pena.


2.-No te hagas la víctimaEs muy fácil, en esta situación, intentar ir de víctima, ya que te sientes solo/a y el centro de todas las miradas. Crees que serás criticado y, probablemente, sea así para muchos, pero hacerte la víctima no solucionará tu problema. Al contrario, lo más probable es que se vuelva en tu contra cuando menos te lo esperes, pues los demás se cansarán de escucharte y de andar a tu alrededor. Lo que en un primer momento hacen para ayudarte, después será algo obligado y te lo reprocharán. Cuanto antes cambies de actitud, mucho mejor. Busca soluciones y sé concluyente: te sentirás mejor contigo mismo y no necesitarás el apoyo de otros.
3.- Cambio de rol
En toda esta dinámica será importante, desde el principio, que aprendas a cambiar el rol con el que has convivido durante el tiempo que has tenido pareja. Todos asumimos en nuestras vidas una serie de roles que desempeñamos y que nos hacen interactuar con el mundo. Sin embargo, estos roles no siempre son permanentes y, a menudo, tenemos que aprender a cambiarlos.Por ejemplo:
· “En un momento, puedo desempeñar el rol de profesor y al mes siguiente, cuando soy despedido, tendré que asumir un nuevo rol, el de obrero, por ejemplo, ya que me han contratado en una fábrica.”
· “Otro rol será el de hijo, aunque éste será inamovible a lo largo de toda la vida porque siempre seré el hijo de…”
Cuando nos enfrentamos a una ruptura, hay que cambiar el rol de esposo/a o novio/a por el de soltero, separado, etc. Si no lo hacemos desde un principio, nos resultará muy complicado reiniciar actividades nuevas que tengan que ver con nuestro nuevo rol. Recuerda que el inicio de dichas nuevas actividades es el camino para la recuperación, y que si no aceptas tu nueva situación, estarás anclado en el pasado y no podrás superar la ruptura. Esto es normal que te ocurra al principio, pero pasado un tiempo, tienes que cambiar de fase y reorganizarte de nuevo. Pierde el miedo, ya lo has hecho otras veces y fuiste capaz: ¿por qué ahora no vas a poder? Ten confianza en ti mismo/a. Una ruptura también es una nueva oportunidad para crecer y conocer cosas nuevas de ti mismo que casi seguro desconocias. te servirá también para comportarte sin ataduras, sin inhibiciones y a avces cuando la relación anterior ha sido muy cerrada para abrirte a otras posibilidades, no sólo de pareja, sino también para tu crecimiento personal.
4.- Iniciar nuevas relacionesUna vez que concluimos la fase de duelo, estaremos preparados para iniciar una vida nueva con todo lo que ello conlleva. ten en cuenta que no es aconsejable enganchar una relación con otra. La llamada relación "liana" (aquella que una persona se engancha de una relación en otra) peuede estar fomentando la dependencia siempre de otra persona para poder superar una determinada situación. Necesitas tu espacio de soledad y de independencia. desde este momento cabe la posibilidad de conocer a alguien nuevo que pueda ser una futura pareja. Aparecerán muchos miedos e inseguridades, son normales. Ten en cuenta que has vivido la experiencia una vez (o más veces, según el caso) y que en cada ocasión ha sido diferente porque las personas que interactuaban eran distintas. Esto es lo que te ayudará a convencerte: por muchas rupturas que hayas podido tener, ninguna ha sido igual, con lo que no sabes cómo va a funcionar esta posible nueva relación. Ve despacio y con prudencia, sin prisas. Acércate poco a poco y ve conociendo a la persona, no te dejes intimidar y ve a tu ritmo. Las aproximaciones cortas y tranquilas te ayudarán a controlar tu miedo y a hacerte a la idea de esta nueva situación. Comprueba en cada cita que todo lo que tú esperabas en negativo no ha ocurrido.Casi nunca ocurre porque eso que esperamos es fruto de nuestro miedo y, generalmente, suele estar muy exagerado, con lo que rara vez suele acontecer.
Lo mejor que puedes hacer antes de embarcarte en una nueva relación es afianzar tu autoestima y la confianza en ti misma/o.Valora tus puntos débiles y los errores cometidos anteriormente y ocúpate de trabajarlos para no volverlo a repetir. Así estarás preparada para iniciar una nueva relación desde cero y con positivismo. No dejes que tus emociones queden ancladas en el pasado y evita frases como “es lo mejor que he tenido”, “que haré ahora sin él/ella” “sola/o no saldré adelante”. Todas son frases negativas y denotan la dependencia que tenías de tu pareja. Pero ¿quien te dice a ti que no hay alguien mejor por ahí esperándote?, ¿ o que sola/o no estarás mejor, más liberada/o?
5.-Nueva pareja
Si ya tenías una nueva pareja, es el momento de plantearos nuevos objetivos en común, ya eres libre para hacer lo que te apetezca, date permiso para disfrutar y no dejes que los fantasmas del pasado te estropeen esta nueva oportunidad. Como hemos dicho antes, podemos comenzar a estudiar, retomar aquello que tanto nos gustaba, iniciar actividades de ocio que nos permitan conocer gente nueva, viajar, disfrutar, en una palabra de la nueva situación. También es el momento de retomar antiguas amistades sin miedo. La familia será un punto de apoyo , no te aísles y acude a fiestas y compromisos familiares, haz de tu ruptura algo natural y no intentes ocultarte, facilitaras así las críticas de los demás; dando la cara, valorarán tu fortaleza. Elige quien merece la pena y quien no, no te dejes influenciar por comentarios de personas que, a pesar de ser familia, no saben nada de ti.
6.- Reglas de oro para evitar conflictos en la convivencia:
Muchas parejas buscan en las vacaciones y en los ratos y espacios esporádicos y circustanciales la salida a su crisis y hemos de tener en cuanta que en la maleta también viajan los problemas que creemos aparcados. Por ello hemos de tyener en cuenta las siguientes reglas:
1. Ajustar vuestras expectativas a la realidad tratando de no idealizar el período vacacional, ni otras actividades y no al revés. Para ello debéis revisar las creencias sobre “una situación perfecta o unas vacaciones perfectas”, y criticarlas si es preciso.
2. Planificar de antemano los espacios y actividades comunes, tratando de llegar a acuerdos sobre la realización de actividades que sean gratificantes para ambos. El sacrificarse por el otro no funciona. Hacer “contratos” en los que cada miembro de la pareja sea capaz de buscar la satisfacción del otro sin renunciar a sus necesidades. Se trata de ser hábiles a la hora de negociar, buscando que no haya un vencedor y un perdedor, respetando las preferencias de cada uno.
3. Incluir a los hijos en la planificación de las actividades a realizar, teniendo en cuenta sus preferencias y necesidades, y haciéndoles partícipes de los acuerdos, si tienen edad de participar.
4. Cultivar un clima de tolerancia y comprensión. Para ello es necesario una dosis de flexibilidad. Si te comportas de forma desagradable, aumentará la motivación de tu pareja para comportarse de idéntica forma. Busca tener detalles con él, te lo agradecerá.
5. Buscar momentos para realizar actividades en solitario. No es necesario hacerlo todo juntos, lo importante es la calidad del tiempo compartido y no la cantidad.
6. Realizar un reparto de las tareas que se puedan dar en el tiempo libre (domésticas, cuidado de los hijos, etc.), tratando de buscar un equilibrio.
7. Aprovechar el espacio de estar juntos y las vacaciones para mejorar la comunicación. Recuerda los pilares básicos de la comunicación.
8. Utilizar el sentido del humor, la capacidad para desdramatizar es muy importante en la pareja. Facilita situaciones para reír juntos.
9. Interpretar los conflictos vacacionales o de otro tipo como una oportunidad para aprender.
10. Sobre todo, al final de las vacaciones hay que recordar los momentos agradables por encima de los problemáticos.

7.-Reglas básicas de la comunicación:
*Aprende a controlar tres elementos cuando hables con tu pareja: qué vas a decir, por qué vas a decirlo y cómo vas a decirlo; tratando de que los tres sean coherentes entre sí.
*No hables del pasado para recalcar aspectos negativos del otro. No entres en la espiral de reproches.
*Sé específico/a cuando hagas una petición a tu pareja, no utilices términos como “eres un egoísta” sustitúyelo por “me gustaría que te ocuparas más de los niños”. hay que hacer peticiones de cambio concreto de conducta del otro haciendole ver lo que él también ganará con ello.
  • Procura escuchar sin interrumpir. Conviene recordar que la naturaleza nos ha dotado de dos oidos y una boca: para escuchar más.

  • No emitas juicios de valor. Comprende al otro/a en vez de juzgar.

  • Sé flexible y tolerante con el otro. Olvida tu rigidez.

  • Reconoce cuándo te equivocas y pide disculpas. Eso facilitará la comunicación.

  • Vigila el lenguaje no verbal: gestos, tono de voz, postura, mirada.

    CINCO ACTITUDES QUE AYUDAN A SUPERAR UNA RUPTURA
  • 1. Piense en positivo La etapa que acaba de finalizar ha sido mala, pero no la vida al completo. Cuando la monotonía se rompe, puede ser un buen momento para emprender una serie de proyectos que siempre había deseado hacer. Estos no tienen por qué ser grandes cambios, al menos al principio. En un primer momento, pequeñas modificaciones cotidianas pueden ayudarle a coger gusto por su nueva vida.

  • 2. Renuévese Cambie de look y renueve todo aquello de su casa que le pueda traer malos recuerdos o vibraciones negativas. De lo contrario, pueden hacer que usted no pueda llegar alcanzar el estado mental necesario para dar un giro a su vida. Pero nunca debe intentar olvidar toda su relación anterior, la clave está en superar, no en olvidar. Tampoco es bueno idealizar la relación y conservar cada detalle u objeto que recuerde a la persona amada como reliquia. Córtese el pelo, vaya como siempre quiso ir y nunca lo hizo, pero no sea artificial. Intente verse de nuevo guapo/a o atractivo/a pero sin llegar a ser algo que no se es. No adopte un estilo adolescente para intentar disimular sus canas. La edad que tiene no se debe ocultar ya que el atractivo de una persona no está en su edad sino en su condición. Y sobre todo sepa que el cambio que ha dado es, en primer y último lugar, para usted y no para el sexo opuesto.

  • 3. Busque apoyos Busque ayuda. No trate de pasar el mal trago en soledad. Aunque tampoco es bueno depender de nadie, lo cierto es que para afrontar tanto cambio, es bueno aferrase a personas queridas. Conviene que busque a los amigos y amigas que ya tenía, cuidar sus relaciones y buscar nuevos apoyos. Si lo esta pasando muy mal anímicamente, busque ayuda profesional médica o psicológica. La comida de su madre, el apoyo de sus hermanos, o un café con una amiga pueden ser la solución.

  • 4. Manténgase activo/a Manténgase activo/a tanto físicamente, hacer ejercicio regularmente mejorará su estado anímico y social y siga saliendo con amigos y con la familia. No olvide al ámbito intelectual: mantener su trabajo, involucrarse en proyectos, leer sobre temas que le interesen. Apuntarse a una ONG o a una asociación lúdica de separados o divorciados puede ser una nueva manera de establecer relaciones, sentirse útil y estar activo.
  • 5. Dé tiempo al tiempo Deje pasar el tiempo: el proceso de duelo por una separación tarde entre 6 y 18 meses, no pretenda que su caso sea distinto. No haga cambios muy importantes en su vida de modo repentino. Todos deben ser pequeños pasos. Haga cosas que le resulten placenteras. Escriba una lista de cosas que le gustan y procure hacerlas regularmente.
Todos estos consejos esperamos que le ayude a superar su situación, le sirva para aconsejar a algún amigo/a, le haga ver que todo puede superarse y le ponga en manos de un buen profesional -si es que es necesario-. Le animamos a que nos cuente su caso, que nos envier sus comentarios y que comparta su experiencia de ruptura con nosotros. Le ayudará a más personas y a usted mismo/a compartir sus experiencias.

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