
El 45% de las parejas termina en divorcio, y de ellas, una de cada tres lo hace en el período vacacional, donde se produce una convivencia intensiva.
El dolor emocional por la pérdida (sobre todo en uno de los cónyuges) se mezcla con muchos factores que vamos a tratar de analizar para ayudar a superarlos.
Generalmente, las rupturas de pareja conllevan una serie de características muy concretas que se pueden asemejar a la pérdida de un ser querido. Los sentimientos y emociones van a ser muy parecidos, al igual que las circunstancias que la rodearán. Muchas personas han vivido esta pérdida y saben el dolor que esto significa.
El grado de intensidad con el que se vive una ruptura va a depender del apego y de las circunstancias que la ocasionan. Probablemente, no se vivirá igual una ruptura inesperada, una de mutuo acuerdo o una prevista desde hace tiempo.Las personas implicadas en todas ellas se encontrarán en distintos momentos del duelo que deberán realizar para superar la pérdida.
FASES EN LA RUPTURA: Aprender a identificar el momento de nuestra ruptura para superarla
Una vez llevado a cabo la ruptura aparece el duelo por la pérdida de un ser querido. Cada persona lo valorará de diferente manera: unos rehacen su vida enseguida y otros mantienen un duelo durante meses, incluso años, sin llegar a solucionar el problema.
En los primeros momentos de la ruptura se vivirá en gran medida toda la parte emocional: llanto, pena, preocupación, preguntas sobre el porqué de la situación, rememoración de momentos pasados, culpabilidades, etc. Es una fase de rebeldía y de lucha por superar la situación, intentando rehacerla, generando rencor hacia la otra persona, imágenes de situaciones desagradables vividas...etc. Es una fase en la que se necesita hablar con los apoyos de cada uno, con la gente que a una/o la quiere, que necesita exteriorizar esa pérdida..., vivir la pena...exteriorizarla, saber que todo pasa y que el tiempo todo lo curará. es necesario tener paciencia y no negar los sentimientos de esta fase , para poder cerrar la herida que ahora está abierta y que no se cierre en falso. Si es necesario obtener la ayuda de un profesional de la psicología porque cuesta superar el momento, no se retraiga, hagaló y se sentirá mejor. Hay muy buenos especialistas que le podrán ayudar a superar esta delicada fase.
Aquellas parejas que no sean capaces de resolver sus problemas, que no duden en buscar ayuda. El porcentaje de éxito en las terapias de pareja de orientación cognitivo-conductual es alrededor del 75%. No siempre es posible solucionar los conflictos una vez que se ha entrado en un círculo vicioso negativo sin el adecuado asesoramiento y entrenamiento en determinadas habilidades de las que la pareja puede carecer. Aunque hay profesionales que venden su quehacer sin experiencia ni preparación adecuada (a pesar de que hagan psicología clínica no tienen porque ser especialistas en pareja) distingalos de aquellos que si que son especialistas acreditados con trabajos e investigaciones en terapia de pareja.

Las emociones más fáciles y comunes de sentir en esta situación son los ataques de culpabilidad o responsabilidad ante lo sucedido. Es muy común pasar noches enteras pensando qué es lo que hemos hecho mal, porqué nos salió mal, porqué hemos fracasado. Echarnos la culpa de lo sucedido no soluciona tu situación, así es que deja de hacerlo, sentirse culpable no sirve para nada, incluso cuando lo seamos. La culpabilidad es un sentimiento que paraliza a la persona y que no la deja evolucionar en su duelo y pasar página.Intenta centrarte en tus nuevos objetivos e ideales y deja de lado remordimientos y culpabilidades, será la única forma de estar bien contigo misma. Ten en cuenta que una pareja se rompe porque los dos se han equivocado en algo. A veces el rol de victima nos hace creer que es el otro el que nos abandona y el que se equivoca, así seguiremos llorando porque él no cambia eternamente. Echar la culpa a los demás tampoco nos ayudará. Tu función ahora es aceptar tu nueva situación y vivir con ella todo lo feliz que puedas.Segunda fase: La más delicada para abordar el futuro

Una vez superada esta primera fase, la persona empieza a aceptar lo sucedido y, poco a poco, se va acondicionando a su nueva situación. La aceptación de la realidad se irá abriendo paso poco a poco (aunque a veces se vuelva temporalmente a la etapa anterior).
En esta fase de superación de la ruptura, aparecen muchos sentimientos conflictivos y contradictorios y es difícil decantarse por una actitud coherente.A veces nos apetece volver con la pareja y le echamos de menos y otras veces nos da rabia que nos trate mal o nos haya echo lo que sea. Aquí entrarán en escena nuevas preocupaciones, como las pérdidas económicas, materiales, de propiedades, etc.. Entrarán en escena la situación de la custodia de los/as hijos/as. Muchas parejas acaban haciendo de éste tema el conflicto clave posterior a su separación utilizando a los hijos en sus enfrentamientos. Aconsejados por "profesionales de la desesperanza" (que hacen del divorcio y del litigio su principal labor profesional) se embarcan en una batalla legal que genera también multitud de daños, en primer lugar, a los hijos/as y posteriormente a la pareja rota que va destruyendo puentes que serán muy dificiles de reconstruir. Por eso nuestro consejo es que huyan de estos profesionales que se aprovechan del mal momento de ambos para poner tierra y muros entre ambos en un momento que se necesita muchas dosis de diálogo y comprensión. Debemos confiar en un profesional que facilite el acuerdo y la mediación. Los servicios de mediación existentes ayudarán, sin duda, a mejorar estas situaciones asesorados por psicólogos/as, trabajadores/as sociales, y abogados/as especialistas en mediación. Busque estos profesionales si su situación es complicada en cuanto a un posible acuerdo. Saber distinguir a los profesionales que intentan sacar partido a una dolorosa situación de los que promueven un acuerdo y una solución satisfactoria para ambos (teniendo en cuenta las pérdidas es algo fundamental) . Por otro lado, toda la parte social que a menudo rodea a las parejas. Los dos miembros verán reducido su círculo de amistades, ya que gran parte de éste resultaba ideal para una pareja, pero no para una persona sola. Es la fase que algunos han dado en llamar la fase del "Reparto del desamor". La familia y los amigos son esta fase dos puntos de apoyo muy importantes. Aqui aparecen situaciones rocambolescas como amigos/as que toman partido sin pedirselo por uno de los conyuges, dejando al otro como "castigado" sin mantener relación con él o alejado de sus afectos. parece si como se comportaran como aficionados de un partido de futbol que toman partido por un equipo, aunque nadie se lo haya pedido y sepan que esto puede dilapidar muchas posibilidades futuras de comunicación de los ya exconyuges, como mediadores en situaciones de tensión. La gente que actúa así demuestra la falsedad sobre la que basaban sus relaciones, al no saber estar en su sitio en un momento muy delicado para los dos. A veces la mezquindad en esa actitud provoca mayor irritación y dificultades. Una postura equidistante de las posturas encontradas de los cónyuges ayudará enormemente en el futuro, para la reconstrucción de muchos aspectos que luego se tornarán necesarios ( hijos, trabajo, etc.) Sucede en muchas ocasiones en las dos partes.
La copmunicación de la ruptura y de los acuerdos que la pareja ha tomado para abordarlos debería hacerse de forma conjunta ante las personas queridas, sin buscar un culpable, sin resentimientos y con la franqueza que cada caso requiere. A los hijos es fundamental comunicarlo de forma conjunta y serena, haciendoles ver que minimizamos los riesgos de pérdidas en una situación dificil para todos. La filosofía debería ser la de minimizar los daños de la separación.

Una vez superada la fase de duelo, estas preparada para decidir si tu meta es conseguir volver con tu pareja o seguir adelante sola. Si decides lo primero , tendrás que prepararte en algunos aspectos que probablemente se hayan visto mermados debido a la separación traumática que viviste. Necesitarás un tiempo de preparación antes de enfrentarte a tu pareja y proponerle un cambio.
- En primer lugar, deberás reforzar la seguridad en ti misma/o, recuerda que puede que hayas sido tú el/la responsable de la ruptura, o la que te ha tocado asumir ese rol, con lo cual, los acercamientos hacia tu pareja estarán llenos de recriminaciones, acusaciones, críticas, etc. ¿Y estás preparada emocionalmente para ello? ¿Podrás defender tus intereses sin entrar en ese juego de victimismo y acusación? Emocionalmente tienes que estar muy fuerte, para poder transmitirlo a la otra persona y que confíe en ti. Si tú decidiste romper, el otro no creerá en tu nueva decisión, te acusará de “veleta” y su primer impulso será la negación. Necesitas estar preparada para ello, no puedes sufrir un bajón emocional cada vez que tengas un contacto con él. La fórmula será tener preparados algunos truquillos para cuando vayáis a veros:
- Repite tu punto de vista una y otra vez.
- Explícale tu propósito desde un principio pero solo una vez .
- No te justifiques todo el tiempo, darás muestras de debilidad.
- Defiende tu postura y ante los ataques elude la conversación, salte por la tangente , habla de otra cosa no le dés juego.
- Préstale atención y cariño cuando te trate bien y habléis cordialmente, no lo hagas si te ataca.
- Exprésale tus sentimientos en positivo y asume tus errores, se sentirá reconfortado/a.

- Dale tiempo: No te focalices en la conversación de ayer que fue tan traumática y acusatoria y valora el progreso que estás realizando en su conjunto. Si te centras en los pequeños detalles tendrás momentos de euforia y de abatimiento. Céntrate en lo general y te mantendrás en un término medio. Tendrás que darle tiempo para que reaccione y es importante que te pongas en su lugar. Está muy bien defender tus intereses por encima de todo, pero el otro también necesita ser escuchado y valorado, también quiere cubrir sus intereses. Ten en cuenta que tú tomas la decisión de volver por ti misma/o y que el otro se encuentra con una decisión que no procede de él. Ponte en su lugar y dale tiempo, no le presiones. Las prisas son malas para todo. Si eres paciente podrás conseguir ser amiga de tu expareja; por supuesto no en los primeros días, cuando estáis más dolidos, pero sí más adelante. Cuando lo hayas conseguido esa amistad puede ser el trampolín para establecer una buena comunicación , hablar de vuestras cosas y poco a poco volver a involucraros el uno con el otro. Sabes que el resultado no depende solo de ti, así es que necesitarás un tiempo prudencial para cambiar de objetivo si fuera necesario. Si no lo consigues, cambia de rumbo. Puede ser que tu pareja no tenga tantas ganas de volver contigo, puede ser que su miedo no le deje estar bien a pesar de que os queráis; a veces el amor no es suficiente, puede ser que exista otra persona, etc... No luches contra viento y marea porque acabarás destrozada emocionalmente y enganchada a una dependencia que no te ayudará a progresar, empieza a reforzar tus puntos fuertes y tu autoestima para poder proponerte un cambio de rumbo. No puedes estar eternamente enganchada/o a una persona y a una situación complicada. Date un periodo de tiempo prudencial y si no consigues logros poco a poco tal vez estés equivocada/o y no haya posibilidad de marcha atrás. Es el momento de cambiar el rumbo y mirar para otro sitio. No siempre lo que tu quieres es viable y hay que aceptarlo y seguir viviendo. Otras opciones de vida también pueden ser válidas y gratificantes , no te cierres a nada y sé flexible.

Es también el momento de retomar antigüas amistades sin miedo a ser criticados por "interesados”. Muchos de ellos nos agradecerán el nuevo contacto y nos apoyarán. No estará de más pedir perdón si procede.La familia será un punto de apoyo. No te aisles y acude a fiestas y compromisos familiares. Haz de tu ruptura algo natural y no intentes ocultarte (así, sólo facilitaras las críticas de los demás). Dando la cara, valorarán tu fortaleza. Elige quién merece la pena y quién no. No te dejes influenciar por comentarios de personas que, a pesar de ser familia, no saben nada de ti. No dejes que los comentarios te destrozen. Habla con la persona sin vehemencia, con tranquilidad y acalara con ella lo que creas que debes aclarar. Afronta los temas con honestidad, pero no te obsesiones por los dimes y diretes de gente que no merece la pena.
En toda esta dinámica será importante, desde el principio, que aprendas a cambiar el rol con el que has convivido durante el tiempo que has tenido pareja. Todos asumimos en nuestras vidas una serie de roles que desempeñamos y que nos hacen interactuar con el mundo. Sin embargo, estos roles no siempre son permanentes y, a menudo, tenemos que aprender a cambiarlos.Por ejemplo:
· “En un momento, puedo desempeñar el rol de profesor y al mes siguiente, cuando soy despedido, tendré que asumir un nuevo rol, el de obrero, por ejemplo, ya que me han contratado en una fábrica.”
· “Otro rol será el de hijo, aunque éste será inamovible a lo largo de toda la vida porque siempre seré el hijo de…”
Cuando nos enfrentamos a una ruptura, hay que cambiar el rol de esposo/a o novio/a por el de soltero, separado, etc. Si no lo hacemos desde un principio, nos resultará muy complicado reiniciar actividades nuevas que tengan que ver con nuestro nuevo rol. Recuerda que el inicio de dichas nuevas actividades es el camino para la recuperación, y que si no aceptas tu nueva situación, estarás anclado en el pasado y no podrás superar la ruptura. Esto es normal que te ocurra al principio, pero pasado un tiempo, tienes que cambiar de fase y reorganizarte de nuevo. Pierde el miedo, ya lo has hecho otras veces y fuiste capaz: ¿por qué ahora no vas a poder? Ten confianza en ti mismo/a. Una ruptura también es una nueva oportunidad para crecer y conocer cosas nuevas de ti mismo que casi seguro desconocias. te servirá también para comportarte sin ataduras, sin inhibiciones y a avces cuando la relación anterior ha sido muy cerrada para abrirte a otras posibilidades, no sólo de pareja, sino también para tu crecimiento personal.
Lo mejor que puedes hacer antes de embarcarte en una nueva relación es afianzar tu autoestima y la confianza en ti misma/o.Valora tus puntos débiles y los errores cometidos anteriormente y ocúpate de trabajarlos para no volverlo a repetir. Así estarás preparada para iniciar una nueva relación desde cero y con positivismo. No dejes que tus emociones queden ancladas en el pasado y evita frases como “es lo mejor que he tenido”, “que haré ahora sin él/ella” “sola/o no saldré adelante”. Todas son frases negativas y denotan la dependencia que tenías de tu pareja. Pero ¿quien te dice a ti que no hay alguien mejor por ahí esperándote?, ¿ o que sola/o no estarás mejor, más liberada/o?
Si ya tenías una nueva pareja, es el momento de plantearos nuevos objetivos en común, ya eres libre para hacer lo que te apetezca, date permiso para disfrutar y no dejes que los fantasmas del pasado te estropeen esta nueva oportunidad. Como hemos dicho antes, podemos comenzar a estudiar, retomar aquello que tanto nos gustaba, iniciar actividades de ocio que nos permitan conocer gente nueva, viajar, disfrutar, en una palabra de la nueva situación. También es el momento de retomar antiguas amistades sin miedo. La familia será un punto de apoyo , no te aísles y acude a fiestas y compromisos familiares, haz de tu ruptura algo natural y no intentes ocultarte, facilitaras así las críticas de los demás; dando la cara, valorarán tu fortaleza. Elige quien merece la pena y quien no, no te dejes influenciar por comentarios de personas que, a pesar de ser familia, no saben nada de ti.
Muchas parejas buscan en las vacaciones y en los ratos y espacios esporádicos y circustanciales la salida a su crisis y hemos de tener en cuanta que en la maleta también viajan los problemas que creemos aparcados. Por ello hemos de tyener en cuenta las siguientes reglas:
1. Ajustar vuestras expectativas a la realidad tratando de no idealizar el período vacacional, ni otras actividades y no al revés. Para ello debéis revisar las creencias sobre “una situación perfecta o unas vacaciones perfectas”, y criticarlas si es preciso.
2. Planificar de antemano los espacios y actividades comunes, tratando de llegar a acuerdos sobre la realización de actividades que sean gratificantes para ambos. El sacrificarse por el otro no funciona. Hacer “contratos” en los que cada miembro de la pareja sea capaz de buscar la satisfacción del otro sin renunciar a sus necesidades. Se trata de ser hábiles a la hora de negociar, buscando que no haya un vencedor y un perdedor, respetando las preferencias de cada uno.
3. Incluir a los hijos en la planificación de las actividades a realizar, teniendo en cuenta sus preferencias y necesidades, y haciéndoles partícipes de los acuerdos, si tienen edad de participar.
4. Cultivar un clima de tolerancia y comprensión. Para ello es necesario una dosis de flexibilidad. Si te comportas de forma desagradable, aumentará la motivación de tu pareja para comportarse de idéntica forma. Busca tener detalles con él, te lo agradecerá.
5. Buscar momentos para realizar actividades en solitario. No es necesario hacerlo todo juntos, lo importante es la calidad del tiempo compartido y no la cantidad.
6. Realizar un reparto de las tareas que se puedan dar en el tiempo libre (domésticas, cuidado de los hijos, etc.), tratando de buscar un equilibrio.
7. Aprovechar el espacio de estar juntos y las vacaciones para mejorar la comunicación. Recuerda los pilares básicos de la comunicación.
8. Utilizar el sentido del humor, la capacidad para desdramatizar es muy importante en la pareja. Facilita situaciones para reír juntos.
9. Interpretar los conflictos vacacionales o de otro tipo como una oportunidad para aprender.
10. Sobre todo, al final de las vacaciones hay que recordar los momentos agradables por encima de los problemáticos.

*Sé específico/a cuando hagas una petición a tu pareja, no utilices términos como “eres un egoísta” sustitúyelo por “me gustaría que te ocuparas más de los niños”. hay que hacer peticiones de cambio concreto de conducta del otro haciendole ver lo que él también ganará con ello.
- Procura escuchar sin interrumpir. Conviene recordar que la naturaleza nos ha dotado de dos oidos y una boca: para escuchar más.
- No emitas juicios de valor. Comprende al otro/a en vez de juzgar.
- Sé flexible y tolerante con el otro. Olvida tu rigidez.
- Reconoce cuándo te equivocas y pide disculpas. Eso facilitará la comunicación.
- Vigila el lenguaje no verbal: gestos, tono de voz, postura, mirada.
CINCO ACTITUDES QUE AYUDAN A SUPERAR UNA RUPTURA - 1. Piense en positivo La etapa que acaba de finalizar ha sido mala, pero no la vida al completo. Cuando la monotonía se rompe, puede ser un buen momento para emprender una serie de proyectos que siempre había deseado hacer. Estos no tienen por qué ser grandes cambios, al menos al principio. En un primer momento, pequeñas modificaciones cotidianas pueden ayudarle a coger gusto por su nueva vida.
- 2. Renuévese Cambie de look y renueve todo aquello de su casa que le pueda traer malos recuerdos o vibraciones negativas. De lo contrario, pueden hacer que usted no pueda llegar alcanzar el estado mental necesario para dar un giro a su vida. Pero nunca debe intentar olvidar toda su relación anterior, la clave está en superar, no en olvidar. Tampoco es bueno idealizar la relación y conservar cada detalle u objeto que recuerde a la persona amada como reliquia. Córtese el pelo, vaya como siempre quiso ir y nunca lo hizo, pero no sea artificial. Intente verse de nuevo guapo/a o atractivo/a pero sin llegar a ser algo que no se es. No adopte un estilo adolescente para intentar disimular sus canas. La edad que tiene no se debe ocultar ya que el atractivo de una persona no está en su edad sino en su condición. Y sobre todo sepa que el cambio que ha dado es, en primer y último lugar, para usted y no para el sexo opuesto.
- 3. Busque apoyos Busque ayuda. No trate de pasar el mal trago en soledad. Aunque tampoco es bueno depender de nadie, lo cierto es que para afrontar tanto cambio, es bueno aferrase a personas queridas. Conviene que busque a los amigos y amigas que ya tenía, cuidar sus relaciones y buscar nuevos apoyos. Si lo esta pasando muy mal anímicamente, busque ayuda profesional médica o psicológica. La comida de su madre, el apoyo de sus hermanos, o un café con una amiga pueden ser la solución.
- 4. Manténgase activo/a Manténgase activo/a tanto físicamente, hacer ejercicio regularmente mejorará su estado anímico y social y siga saliendo con amigos y con la familia. No olvide al ámbito intelectual: mantener su trabajo, involucrarse en proyectos, leer sobre temas que le interesen. Apuntarse a una ONG o a una asociación lúdica de separados o divorciados puede ser una nueva manera de establecer relaciones, sentirse útil y estar activo.
- 5. Dé tiempo al tiempo Deje pasar el tiempo: el proceso de duelo por una separación tarde entre 6 y 18 meses, no pretenda que su caso sea distinto. No haga cambios muy importantes en su vida de modo repentino. Todos deben ser pequeños pasos. Haga cosas que le resulten placenteras. Escriba una lista de cosas que le gustan y procure hacerlas regularmente.