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sábado, 23 de junio de 2012
Emoción y comunicación: Como entender mejor nuestro comportamiento
domingo, 16 de noviembre de 2008
Depresión, Ansiedad y Crisis Económica

El derrumbe del sector de la construcción, durante años el principal motor del crecimiento económico, es una de las causas más importantes, pero también lo son la crisis financiera global, los altos precios del petróleo y la dependencia energética, la alta inflación, un consumo disparado durante años, el elevado endeudamiento de las familias, un déficit exterior creciente, la falta de previsión política o la poca competitividad y productividad de muchas de nuestas empresas.
Por crisis económica de 2008 se conoce a la percepción de crisis económica mundial que comenzó ese año, originada en los Estados Unidos. Entre los principales factores causantes de la crisis estarían los altos precios de las materias primas (que ultimamente han bajado tambien de una forma espectacular hasta los 50 dolares el barril del petróleo que hace menos de un año estaba en 140 $) , una crisis alimentaria mundial, una elevada inflación planetaria y la amenaza de una recesión en todo el mundo, así como una crisis crediticia, hipotecaria y de confianza en los mercados. Esta última también tiene una causa psicologica importante por la falta de transparencia de las operaciones financieras realizadas, que hace que unas entidades no se fien de otras. La globalización además ha multiplicado sus efectos.
Hay en economía un concepto más enérgico que el de recesión para explicar lo que está sucediendo: depresión. La depresión es más grave y duradera que la recesión, y se manifiesta en el frenazo en seco de la actividad, la debilidad de la demanda, la contracción del comercio internacional, el incremento del paro, la caída del poder adquisitivo, etcétera, todos ellos procesos muy dolorosos y contrarios al progreso. Pues bien, el profesor de Economía de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini, el gurú que se ha hecho famoso por haber anticipado la crisis financiera que se inició con el estallido de las hipotecas tóxicas, ya ha utilizado el concepto de depresión como síntoma de lo que ocurre en la economía a escala planetaria. Hace unos días escribía Roubini: "No podemos descartar un fracaso sistémico y una depresión global. (...) Se corre el riesgo de un desplome del mercado, una debacle financiera y una depresión mundial". El economista plantea que más que una coyuntura en forma de V (caída y pronta recuperación) estamos en otra en forma de U (caída en la que la economía se mantiene un tiempo, para luego ascender), o quizá en forma de L (caída y letargo a largo plazo).
La falta de dinero de los bancos hace que comiencen a dar menos préstamos a empresas y particulares. Por eso, hay muchos bancos y cajas que se niegan a darle el crédito a personas y empresas. Sin esos préstamos, las empresas se resienten y sufren parones en su actividad, lo que acaba por hacer que la economía crezca menos y el paro suba. «Yo pensaba contratar una persona, pero sin el préstamo no puedo hacerlo», piensan muchas personas que estaban trabajando para mejorar su empresa.

Esta situación provoca que haya menos dinero circulante y que la gente disponga de menos dinero. Lo cual a su vez tambien provoca que consumamos menos y que las empresas que nos venden sus productos y/o sus servicios (supermercados, bares, restaurantes, hoteles, etc.) tambien encuentren menos clientes que quieran gastarse su dinero. Con lo cual el panorama es preocupante: a la familia llega el paro, el crecimiento de deudas de dificil pago, llegar a fin de mes se hace más dificil, y las deudas nos comen.....
Salud mental y crisis
Es que al parecer esta crisis no solo afectará a nuestro bolsillo sino que también nuestra salud mental puede afectarse como causa de los fatales hechos monetarios.
Tal vez pienses ¿Qué relación hay entre una crisis económica y nuestra salud mental? Y esto se responde con una estrecha relación entre afecciones como estrés y depresión que surgen a partir de la incertidumbre de los mercados y ante la situación económica personal y de la sociedad en general.
Es más, la OMS ha asociado a la pobreza con cuadros de estrés que se vinculan al desempleo, exclusión social y contextos de violencia e inseguridad que generan una gran olla a presión a punto de estallar. La directora de este organismo, Margaret Chan, ha declarado que “No nos debería sorprender ni deberíamos subestimar las consecuencias de la actual crisis financiera, la crisis aumentará los desórdenes mentales ya existentes” lo que es preocupante. El consumo de antidepresivos y ansiolíticos está aumentando. El Prozac ha aumentado su consumo a cifras que duplican el mismo hace sólo un año. Las consultas de salud mental han visto incrementadas sus visitas en un 30 o 40% según los países, y a medida que la crisis se va haciendo más patente en la economía real estas cifras aumentarán de forma considerable. Ya comenzamos a ver noticias donde algún economistas que quedan en paro acaban suicidándose... . La depresión es ya hoy por hoy uno de los principales motivos de discapacidad en el mundo, el consumo excesivo de alcohol causa la muerte de dos millones de personas cada año y cada 40 segundos una persona se quita la vida en el mundo. En el año 2009 el primer motivo de la consulta del médico será el la depresión. (Pincha aqui para ver el capitulo de la Depresión)
Es que si tomamos en cuenta los altos índices de depresión y los casos de suicidio relacionados con problemas financieros vemos que el problema es mayor de lo que uno imagina. Es más, la OMS también ha sacado a relucir la poca preocupación que tienen los países para tratar las afecciones mentales, denunciando que se gasta menos del 2% del presupuesto nacional para tratar este tipo de enfermedad.
Las cifras no mienten y un estudio realizado por esta organización demuestra que en 14 países el 76% y el 85% de los casos graves de trastornos mentales no recibieron tratamiento en países con estabilidad económica e ingresos medios y esta actitud se repitió también en grandes países mostrando cifras que van desde el 35% hasta un 50% de personas que no obtienen beneficio alguno para su tratamiento mental, lo que es increíble.
A si que igual esto causa confusión ya que hay mercados inestables y hay que invertir también en enfermedades mentales para hacer más productivo un país se necesita gente capaz mentalmente, con esto se convierte la sanidad mental en un recurso económico que hay que tener en cuenta.
Como manejar esta situación: Como afrontar
La depresión aumenta tambien la posibilidad de que aparezcan también otras enfermedades. Tambien el aumento del Alcoholismo es otro dato preocupante. El 80% de las personas sufren depresión no lo saben. Se confunde con la tristeza. La OMS da un consejo para detectarla : más de 15 días en estado de tristeza significa que la persona pueda estar sufriendo una depresión y que necesite ayuda. Ponerse en manos de un especialista es lo más aconsejable. Ese es el primer consejo.
El segundo consejo es empezar a afrontar la crisis con algunas medidas:
Valorar lo que gastamos y cómo lo gastamos
Muchas veces la idea de si seremos capaces de sobrellevar esta crisis se convierte en el eje principal de nuestras vidas, provocando un estrés desmesurado debido al terror y el miedo inducido por la gran alarma social.
Si hacemos la valoración de ingresos y gastos de nuestra familia, una de las primeras cosas que tendemos a recortar son los gastos dirigidos al ocio, ya que consideramos que estos son secundarios.
Pero desde un punto de vista del bienestar y calidad de vida del individuo, carecer de tiempo de ocio provoca en nosotros un gran malestar, que junto al estrés provocado por la incertidumbre de nuestro futuro económico, afecta directamente a nuestra forma de vida y nuestro estado psicológico y emocional, llegando a veces a patologías más graves como la apatía, la ansiedad y la depresión producidas por el desbordamiento diario y la continua rutina en nuestras vidas.
Ante esta coyuntura, debemos:
1. Conservar la calma. Hay que ser previsores, no adelantar acontecimientos que nos pueden llevar a sentimientos de desesperación excesivos y falta de autocontrol.
2. No crear alarma. La alarma nos lleva al descontrol y evita que seamos capaces de buscar soluciones.
3. Organizar los gastos y los ingresos. Como ser social el individuo necesita también desarrollar actividades de ocio que le ayuden a mantener su bienestar. Por ejemplo podemos salir a cenar a un sitio más barato, ir sólo una vez al cine al mes o buscar actividades de ocio al aire libre, más baratas, y que producen sensaciones de bienestar, ya que no tenemos el lastre de un alto gasto sobre nosotros. Hacer deporte puede ayudar tambien.
En toda crisis se producen cambios, pero debemos recordar que no sólo debemos vigilar nuestro bolsillo sino que también debemos estar en una predisposición psicológica y emocional adecuada para poder afrontarla correctamente. Ser positivos ante la adversidad.
Conocer los síntomas psicologicos para prevenir y actuar
Ante situaciones de crisis pueden aparecer los siguientes síntomas:
En nuestros pensamientos; pensamientos continuos e incontrolables sobre la situación. Esto nos ocurre ante realidades vistas por la televisión, leídas en la prensa, contadas por terceros o vividas personalmente (los medios de comunicación tiene aqui un papel multiplicador del problema, por lo que quien tenga una buena noticia ¡que la dé!.) Estos pensamientos se caracterizan por ser intensos, sorprendiendo a la persona de un modo súbito y desagradable.
En nuestras emociones, ya que suele ser frecuente la presencia de sentimientos intensos y, en ocasiones, contradictorios. Las reacciones de ansiedad y tristeza son las más comunes. Tales sentimientos suelen verse acompañados por episodios súbitos de llanto, intenso malestar, rabia y desesperanza. Lo que caracteriza tales sentimientos es el hecho de presentarse asociados a la idea de que no podemos controlar la situación, no vamos a llegar a final de mes porque el dinero no nos llega, por ejemplo.
En las variaciones de nuestra conducta, que se manifiestan en diferentes comportamientos. Por un lado, se modifican las relaciones con el entorno, desarrollando la tendencia a evitar situaciones, personas y lugares relacionados con el acontecimiento que nos ha llevado a la crisis: evitamos encontrarnos con antiguos compañeros de trabajo, si ahora estamos en paro; encontrarnos con el casero, si no podemos hacer frente al alquiler; el encuentro con amigos a los que hemos pedido puntualmente dinero que no podemos devolver. De igual forma, en toda crisis la persona sufre cambios de conducta en los hábitos de su vida cotidiana: en el sueño, debido a las preocupaciones; en la alimentación, compramos más barato, comemos peor, nuestra salud se resiente.
Todo ello produce unas consecuencias físicas de malestar. En ocasiones, pueden presentarse alteraciones físicas como problemas digestivos, taquicardia, bajadas de tensión y otros síntomas de naturaleza somática producidos por la presencia de pensamientos recurrentes en relación a la crisis económica.
¿Cómo prevenirlo?
Es indispensable prepararse para las situaciones de tensión. (Ver el capitulo de la Ansiedad, para enterderla y superarla) Un elemento muy valioso para prevenir el efecto dañino de situaciones críticas es saber que vendrá una situación estresante. Esto se ve favorecido por la anticipación de la crisis económica producida por los medios de comunicación. Sabes que va a ocurrir, prepárate. Ponte en la situación más desfavorable, sin dramatismos y sin poner todo negro. estructura tu situación para afrontar con realismo las dificultades. No confies a la loteria tu bienestar.
Hay que evitar exagerar la amenaza. Las personas que mejor manejan las situaciones críticas son aquellas que logran mantener cierta racionalidad en medio de la tensión y el miedo. Evitar las exageraciones nos ayuda a plantear el problema tal y como es. Aún en las peores situaciones evitan la interpretación excesiva de las amenazas.
Debemos evaluar los pensamientos e imágenes. Es muy importante el sentido común. En ocasiones, la tensión psicológica es más una amenaza imaginaria que real.
Hay que crear un plan de acción. El estrés será siempre mayor si no existe un plan para solucionar el problema. Los planes más útiles son aquellos que cuentan al menos con dos características: son realistas y son progresivos ¡Haz la prueba!
No debemos postergar lo inevitable, es decir, estamos en crisis, es una realidad. Si existe una fuente clara de perturbación lo ideal es actuar para su solución. No dejar las cosas para mañana.
No tienes porqué afrontarlo y superarlo solo, busca ayuda y comprensión. La tensión se maneja mejor si existe la sensación subjetiva de apoyo y comprensión por parte de las personas significativas de tu entorno. Compartir las dificultades ayuda a superarlas mejor. No te escondas ante las dificultades, ya que las personas que te quieren estarán a tu lñado para ayudarte. No serás una decepción para ellos. dejar para más adelante hablar con ellos dificulta más la confianza y si la situación empeora te será más dificil. Trabjar tambien para ver con positividad nuestras dificultades nos ayudará. Para ello pincha aqui para ver nuestro capitulo de pensamientos positivos.
Recuerda siempre realizar actividades estimulantes. La monotonía es un factor que tiende a agravar la respuesta de estrés. ya lo hemos dicho usa adecuadamente tu tiempo libre.
Actuar, ya que los problemas no se resuelven en la imaginación. Actuar de un modo progresivo y sistemático será siempre la mejor manera de ayudarse a sí mismo.
Por último, haz ejercicios que conlleven bajo esfuerzo, ya que favorecen la reducción de la activación fisiológica característica del estrés.
La crisis económica es una situación que nos provoca un gran malestar, pero si somos conscientes y respetuosos con nosotros mismos, no debemos permitir que merme nuestra calidad de vida. Si mantenemos el tipo y la afrontamos de una manera racional (sabiendo que muchas veces es difícil), nos ayudará a encontrarnos mejor y estaremos más preparados ante esta situación.
haznos llegar tu experiencia ante la situación de crisis, como la estas afrontando, como te estas preparando para ella, cuéntanos casos que conozcas..., si estas desesperado, haznos llegar tus problemas, te intentaremos ayudar.
domingo, 14 de octubre de 2007
La soledad: ¿Es bueno o malo estar solo/a?

- es el resultado de relaciones sociales deficientes,
- constituye una experiencia subjetiva ya que uno puede estar solo sin sentirse solo o sentirse solo cuando se halla en grupo;
- y, por último, resulta desagradable y puede llegar a generar angustia.
La soledad también se considera como uno de los posibles factores que causan otros desórdenes. Entre ellos depresión, suicidio y graves problemas médicos, como las enfermedades cardiovasculares.
Adaptación de un relato de Chéjov titulado "La tristeza", publicado en 1885.
- una persona cariñosa de quien depender,
- alguien que lo atienda,
- oportunidad de expresar sentimientos íntimos a otra persona,
- un grupo de amigos del cual sentirse parte,
- alguien que necesite de su amor,
- alguien que lo desee físicamente,
- personas con quienes compartir valores e intereses,
- amigos para compartir actividades recreativas,
- relaciones en el trabajo,
- un sentido de confianza en los amigos íntimos,
- intimidad física en forma regular,
También existe la soledad temporal, que incluye un estado de ánimo breve y ocasional de soledad, por ejemplo después del trabajo, o durante los fines de semana.
Somos seres sociales que necesitamos de los demás para hacernos a nosotros mismos. Y no sólo para cubrir nuestras necesidades de afecto y desarrollo personal, sino también para afianzar y revalidar nuestra autoestima, ya que ésta se genera cada día en la interrelación con las personas que nos rodean.
La pérdida es irreemplazable pero no debe ser irreparable. Ese hueco o, mejor, su silueta, quedará ahí pero si nos permitimos sentir la tristeza y nos proponemos superarla a base de confianza en nosotros mismos, podremos reunir fuerzas para establecer nuevas relaciones que cubran al menos parcialmente ese déficit de amor que la ausencia del ser querido ha causado. Hemos de intentar que la carencia de esa persona no se convierta en una carencia general de relaciones. Esta soledad es dolorosa, pero puede convertirse en positiva si la interpretamos como oportunidad para aprender a vivir el dolor sin quedarnos bloqueados. Y para generar recursos y habilidades para continuar transitando satisfactoriamente por la vida. Debemos interiorizar y controlar el dolor, sabiéndolo parte inherente a la vida, aprendiendo a no temerlo y a no mantenernos al margen del sufrimiento como si de una debilidad o incapacidad se tratara. Quien sabe salir del dolor está preparado para disfrutarla la plenitud en momentos venideros.

Esa soledad no deseada puede convertirse en angustia, si bien algunos se acostumbran a vivir solos. Se revestirá esta actitud de una apariencia de fortaleza, autosuficiencia, agresividad o timidez. Y todo, para esconder la inseguridad y el miedo a que no se nos quiera o no se nos respete.
Hay también otras soledades indeseadas, como esas a las que se ven abocadas personas mayores, amas de casa, o quienes muestran una orientación sexual no convencional, o quienes sufren ciertas enfermedades, incapacidades físicas o psicológicas o imperfecciones estéticas.
Un estado transitorio, nada más
La soledad es una situación que hemos de aspirar a convertir en transitoria y que conviene percibir como no forzosamente traumática. Podemos mutarla en momento de reflexión, de conocernos a fondo y de encontrarnos sinceramente con nuestra propia identidad. Hay un tiempo para comunicarnos con los demás y otro (que necesita de la soledad) para establecer contacto con lo más profundo de nosotros mismos. Hemos de "hablar" con nuestros miedos, no podemos ignorarlos ni quedarnos bloqueados por ellos. Es conveniente que, en ocasiones, optemos por la soledad. En suma, equilibremos los momentos en que nos expresamos y atendemos a otros, y los que dedicamos a pensar, en soledad, en nuestras propias cosas.
1) Diagnóstico: qué tipo de soledad es la que estamos sufriendo y a qué circunstancias se debe.
2) Conocernos bien. Dejemos a un lado el miedo a mirar dentro de nosotros, y afrontemos la necesidad de saber cómo somos: nuestras ilusiones y ambiciones, limitaciones y miedos, quién quiero ser, cómo me ven, cómo me veo...
3) Fuera la timidez. Tomemos la iniciativa para conseguir nuevas relaciones. Establezcamos qué personas nos interesan, y elaboremos una estrategia para contactar con ellas.
4) No hay nada que perder. El miedo al rechazo es un freno para entablar nuevas amistades o amores. El objetivo es importante, no nos andemos con remilgos.
5) Sin victimismos. El mundo resulta en ocasiones cruel, vulgar y materialista, de acuerdo. Pero seguro que hay otras personas que pueden estar deseando conocer a alguien como nosotros.
6) Encerrarnos en nosotros mismos es reconocer la derrota. A la mayorìa la soledad nos hace daño, y nos sienta mejor tener con quién hablar, intimar y a quién querer.
7) No somos tan raros como a veces pensamos. No hay más que hablar en profundidad y confianza con cualquier persona para comprobarlo. Podemos "llenar" a más gente de la que creemos y nos pueden resultar atractivas muchas personas que tenemos muy cerca.
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