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lunes, 2 de agosto de 2010

El síndrome del nido lleno: "Volver, con la frente marchita..."

   La crisis (que explica casi todo en España), y ello con los divorcios en aumento (unos 131,317 en 2008 y 123,450 en España en el 2009 según el CGPJ), han explosionado otro fenómeno del que ya hablamos muy por encima en el anterior post: El "síndrome del nido lleno" o los "jóvenes boomerang". A los hijos que no se terminan de marchar de casa se suman ahora aquéllos que, tras una situación economica complicada, en el paro, expulsados del mercado de trabajo y con dificultades para hacer frente a sus compromisos, o bien por su separación o divorcio, o por ambas cosas unidas regresan al hogar familiar. No hay datos concretos realizados por ningún estudio científico pero por las estimaciones y el cruce de datos de diversos estudios podemos estimar (hay que ser muy cautos en esta estimación realizada “a la baja”) que casi un 25% de las personas que se han divorciado han tenido que volver al domicilio familiar temporalmente para poder hacer frente a las dificultades de la nueva situación. Es decir que podíamos estar hablando que, en estos dos años, en España pueden haber vuelto al domicilio familiar unas 127,000 personas (entre hombres y mujeres), por lo que hay las mismas familias que pueden estar sumidas en este problema. Hay madres y padres que afirman haber superado ya los dos: el del nido vacio y el del nido lleno. En España de hecho es posible que haya una generación familiar que haya vivido las dos circustancias. Es el caso de Maria Elena “Yo superé los dos, es muy interesante el tema”, nos dice en el Facebook.
Si a los datos expuestos le sumamos el retraso en la edad de emancipación de los jóvenes, nos encontramos con muchos padres maduros, cuando no ancianos, que viven con sus hijos adultos. Este hecho se ha agravado con la crisis económica y con la imposibilidad de pagar las hipotecas o alquileres por parte de los hijos/as.

Al divorciarse, muchas personas rompen vínculos emocionales y sociales, y se refugian en la familia. También pueden necesitar a sus padres para que les apoyen, en el sentido amplio de la palabra, hasta que reestructuren su vida”.

¿Y cómo afecta todo esto a los padres?

o Frustración: La mayoría frustrados porque sus hijos, a los que creían ya asentados, vuelven. Eso sin contar el sentimiento de que se les ha ido el ansiado momento dorado que tanto han esperado de la jubilación. Toda su vida han estado trabajando para que sus hijos cumplieran el llamado “ciclo natural” y ahora, con su vuelta, ponen en evidencia el que no todo el esfuerzo ha tenido su recompensa.

o Cambios en el hogar: Y, en esta nueva situación se producen nuevos cambios: Hay que reajustar la economía (lo mismo para repartir entre más), los espacios (habitaciones, etc.) y los tiempos, que no suele ser sencillo. Los hábitos anteriores suelen cambiar de una forma colosal, aunque se crea que se vuelve a las épocas anteriores .
¿Cómo afecta a l@s hij@s?

o Todo ha cambiado: Aunque los padres suelen pensar que nada ha cambiado desde hace años, que todo es igual que hace tiempo. Y los hijos han cambiado enormemente. Yolanda que ha pasado por ahí nos cuenta que “Es un tema muy delicado que conozco bien, lo viví en primera persona. Para los padres el papel sigue siendo el mismo que años atrás, el hijo ha cambiado (en mi caso 10 años después) y no quiere el papel anterior y a veces como fué en mi caso estaba muy agradecida por poder contar con ese apoyo por tener a la vez un hijo muy pequeño al que no podía atender todo el tiempo que él requería por trabajo y sin posibilidad de ayuda por parte del otro progenitor. Solo tuve a ellos. Se lo agradeceré eternamente, pero los papeles a menudo se confunden y las vidas de todos se ven afectadas. “ ...

o Adaptación al medio: Pero no hemos de olvidar que uno de los grandes problemas que se ha de afrontar es la adaptación y los problemas que ello conlleva. Tanto el nuevo hogar de los padres (de lo que ya hemos hablado) como al dejar el hogar “conyugal” con todo lo que ello significa. . Y los padres y hermanos que continúen viviendo en la casa familiar deben asumir también una serie de cambios importantes con el regreso de una persona que, además, está en una situación de crisis personal tras un cambio traumático de su modo de vida. Se produce, en fin, un conflicto de relaciones que afecta a toda la familia. A su crisis personal (estrés por una relación sentimental fallida) hay que añadir el choque que se produce con el resto de miembros de la familia.

o Cambios a realizar: A la asunción de que su espacio propio en la casa paterna ha desaparecido (su habitación suele haberse reconvertido en salón, biblioteca o dormitorio para las visitas), hay que añadir la dificultad para adaptarse de nuevo a las normas de convivencia de la casa familiar (horarios de comidas, salidas, ayuda en las labores de casa…).

o A vivir que son dos días: Asimismo, aseguran desde la Unión de Padres y Madres Separados, muchos separados emprenden en esta etapa de la separación una búsqueda constante de "recuperación del tiempo perdido" y volver a llevar la vida de soltero sin asumir del todo su nueva situación y la responsabilidad que acarrea vivir en el hogar paterno, y abdican o delegan –como veremos más adelante- la responsabilidad en los abuelos.

Modelo familiar “Made in Spain”
Los hijos que regresan deben ser conscientes de que no pueden partir la vida de sus padres. No pueden perpetuarse roles infantiles o roles anteriores. El caso de Yolanda fue, como muchos, temporal. Cuando la situación vuelve a mejorar hay un punto de retorno. La situación no es igual a otros países. En los países mediterráneos el apoyo de la familia es trascendental, es básico en este y en otros casos. En España el número de personas mayores de 60 años que tiene un hijo en casa supera con creces el 40% según un estudio de La Caixa. Encontramos en el portal Gencat algunos datos y reflexiones sobre el tema muy interesantes.  En los países de cultura anglosajona y en los países nórdicos este caso no se da con tanta frecuencia, los hijos suelen tender a tener una independencia total y no tienen punto de retorno, salvo por enfermedad o dependencia grave. En países como Suecia se llega el 5,3% y en Dinamarca un 5,4%. Esto nos debe hacer pensar si el modelo educativo y de relación familiar en nuestro país es el más idóneo para el desarrollo de nuestros jóvenes. Muchas personas culpan a los propios jóvenes de esto, pero las circustancias indican que existe un sistema aceptado por todos, en el que todos tenemos que intentar cambiar: padres/madres, educadores, hijos…

También se ha podido ver como algunos hijos generan situaciones muy relacionadas con el modelo educativo que se ha generalizado en nuestra cultura de una sobreprotección hacia los hijos. La mejora de la situación social de las familias españolas y un modelo más relacionado con nuestra cultura latina. Al regresar a casa de los padres tras un divorcio se acomodan y comienzan a “disfrutar” de la nueva situación: Comienzan a desentenderse de las tareas del hogar (generalmente las hacen las madres) y comienzan también a delegar determinados cuidados de los hijos (en el caso de que los tengan) a favor de los abuelos. Este hecho se complica y genera un mayor estrés e indefensión en los padres/madres con una avanzada edad y algunos/as en situación de predependencia o dependencia/discapacidad agravada con el paso de los años ya que les resulta imposible poder llevar las tareas de la casa. Por ello es imp'rescindible la corresponsabilidad.    

Algunas soluciones

Hay tres ingredientes que hemos de tener en cuenta para ayudar a solucionar el problema: el tiempo, la paciencia y la libertad vs respeto.

Tiempo: Todo es pasajero, es una situación que tiene y debe tener retorno. La persona que acaba de separarse está atravesando una aguda crisis ya porque ha sufrido un revés sentimental muy importante. A ello hay que sumar, en muchas ocasiones, la pérdida de un estatus económico y/o social que tenía en la nueva vida que había desarrollado al margen de su núcleo familiar de origen. Superar el estrés económico y afectivo lleva un tiempo. Un período temporal que se encuentra dentro de un límite razonable si no supera los 6 meses/1 año. Tras este lapso, si la situación continúa estancada y no se supera de manera natural, lo mejor es recurrir a la ayuda de profesionales que ayuden a la persona a salir de su abatimiento. •

Libertad vs Respeto: Todos los protagonistas del conflicto son personas adultas, por lo que siempre hay que partir de esta premisa para solucionar cualquier roce que surja en la convivencia. Y consiguientemente hay que tener en cuenta que las personas en cuestión son libres para elegir los comportamientos que quieran, aunque teniendo en cuenta que conviven con los demás. La conciliación de intereses y el respeto a las normas es fundamental. redefinir un pacto de convivencia se torna fundamental. Para ello el dialogo es clave. Los padres no deben nunca hacer reproches a su hijo/a porque su situación personal haya desembocado en una relación fallida, ni recordarle que ya le advirtieron del peligro que corría si unía su destino afectivo a una persona que a ellos no les gustaba. Por su parte, los hijos deben adaptarse a la rutina del hogar familiar durante el tiempo que permanezcan en casa de sus progenitores y saber agradecer el apoyo que les brindan sus padres y hermanos. 

Paciencia: Entendida como un valor relacionado con no actuar impulsivamente sabiendo que la adpatación llegará, tarde o temprano. Aunque difícil en momentos de crisis, es la mejor arma para tratar de solventar los roces cotidianos y evitar que la convivencia se haga imposible. Hay que saber relativizar y dar la importancia real que tienen los problemas que van surgiendo a diario. Saber distinguir entre lo urgente y lo importante. Y, además, saber que el período de la vuelta del hijo a casa suele ser transitorio, mientras supera un bache afectivo y/o económico. La solución ideal es que la persona en cuestión rehaga su vida de una manera independiente de sus padres, ya que el divorciado es una persona adulta y siempre es menos traumático manejar su propio destino que tener que regresar a la casa paterna y abordar de nuevo una etapa ya superada.

Danos tu opinión del artículo, cuentanos tu caso...tu comentario ayudará a otras personas....

domingo, 16 de noviembre de 2008

Depresión, Ansiedad y Crisis Económica


La economía mundial está en crisis. Lo saben desde hace tiempo los consumidores y las empresas, lo llevan diciendo desde hace meses los expertos, y lo reconocen abiertamente los gobiernos. se organizan conferencias mundiales para atajarla y los medios de comunicación nos inundan con malas noticias económicas, que además se multiplican dia a dia. En nuestro entorno ya comenzamos tamnbién a notarlo. El paro está siendo la primera consecuencia. Los desordenes sociales la segunda.

El derrumbe del sector de la construcción, durante años el principal motor del crecimiento económico, es una de las causas más importantes, pero también lo son la crisis financiera global, los altos precios del petróleo y la dependencia energética, la alta inflación, un consumo disparado durante años, el elevado endeudamiento de las familias, un déficit exterior creciente, la falta de previsión política o la poca competitividad y productividad de muchas de nuestas empresas.

Por crisis económica de 2008 se conoce a la percepción de crisis económica mundial que comenzó ese año, originada en los Estados Unidos. Entre los principales factores causantes de la crisis estarían los altos precios de las materias primas (que ultimamente han bajado tambien de una forma espectacular hasta los 50 dolares el barril del petróleo que hace menos de un año estaba en 140 $) , una crisis alimentaria mundial, una elevada inflación planetaria y la amenaza de una recesión en todo el mundo, así como una crisis crediticia, hipotecaria y de confianza en los mercados. Esta última también tiene una causa psicologica importante por la falta de transparencia de las operaciones financieras realizadas, que hace que unas entidades no se fien de otras. La globalización además ha multiplicado sus efectos.

Muchos autores consideran que no se trata de una verdadera crisis, dado que el término crisis carece de definición técnica precisa pero está vinculado a una profunda recesión; ésta, a su vez, se define como dos trimestres consecutivos de decrecimiento económico. Por el momento, este fenómeno no se ha producido en la mayor parte de economías desarrolladas. Según algunas fuentes, la crisis podría finalizar en 2010.

Hay en economía un concepto más enérgico que el de recesión para explicar lo que está sucediendo: depresión. La depresión es más grave y duradera que la recesión, y se manifiesta en el frenazo en seco de la actividad, la debilidad de la demanda, la contracción del comercio internacional, el incremento del paro, la caída del poder adquisitivo, etcétera, todos ellos procesos muy dolorosos y contrarios al progreso. Pues bien, el profesor de Economía de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini, el gurú que se ha hecho famoso por haber anticipado la crisis financiera que se inició con el estallido de las hipotecas tóxicas, ya ha utilizado el concepto de depresión como síntoma de lo que ocurre en la economía a escala planetaria. Hace unos días escribía Roubini: "No podemos descartar un fracaso sistémico y una depresión global. (...) Se corre el riesgo de un desplome del mercado, una debacle financiera y una depresión mundial". El economista plantea que más que una coyuntura en forma de V (caída y pronta recuperación) estamos en otra en forma de U (caída en la que la economía se mantiene un tiempo, para luego ascender), o quizá en forma de L (caída y letargo a largo plazo).

La falta de dinero de los bancos hace que comiencen a dar menos préstamos a empresas y particulares. Por eso, hay muchos bancos y cajas que se niegan a darle el crédito a personas y empresas. Sin esos préstamos, las empresas se resienten y sufren parones en su actividad, lo que acaba por hacer que la economía crezca menos y el paro suba. «Yo pensaba contratar una persona, pero sin el préstamo no puedo hacerlo», piensan muchas personas que estaban trabajando para mejorar su empresa.

El panorama es 'negro'. Con la quiebra de varios bancos y el rescate de otros, los problemas se han agravado. Una de las particularidades de esta crisis es que cuanto más se alargue en el tiempo más afectará a la economía 'real', es decir, que se avecina, probablemente, una época de recesión. Esto se debe también a que la psicología juega un papel muy importante en la economía. La confianza de los ciudadanos cae cada vez más, lo que produce un mayor temor a consumir, algo que acaba por dañar aún más el crecimiento.

Esta situación provoca que haya menos dinero circulante y que la gente disponga de menos dinero. Lo cual a su vez tambien provoca que consumamos menos y que las empresas que nos venden sus productos y/o sus servicios (supermercados, bares, restaurantes, hoteles, etc.) tambien encuentren menos clientes que quieran gastarse su dinero. Con lo cual el panorama es preocupante: a la familia llega el paro, el crecimiento de deudas de dificil pago, llegar a fin de mes se hace más dificil, y las deudas nos comen.....

Salud mental y crisis

Es que al parecer esta crisis no solo afectará a nuestro bolsillo sino que también nuestra salud mental puede afectarse como causa de los fatales hechos monetarios.

Tal vez pienses ¿Qué relación hay entre una crisis económica y nuestra salud mental? Y esto se responde con una estrecha relación entre afecciones como estrés y depresión que surgen a partir de la incertidumbre de los mercados y ante la situación económica personal y de la sociedad en general.

Es más, la OMS ha asociado a la pobreza con cuadros de estrés que se vinculan al desempleo, exclusión social y contextos de violencia e inseguridad que generan una gran olla a presión a punto de estallar. La directora de este organismo, Margaret Chan, ha declarado que “No nos debería sorprender ni deberíamos subestimar las consecuencias de la actual crisis financiera, la crisis aumentará los desórdenes mentales ya existentes” lo que es preocupante. El consumo de antidepresivos y ansiolíticos está aumentando. El Prozac ha aumentado su consumo a cifras que duplican el mismo hace sólo un año. Las consultas de salud mental han visto incrementadas sus visitas en un 30 o 40% según los países, y a medida que la crisis se va haciendo más patente en la economía real estas cifras aumentarán de forma considerable. Ya comenzamos a ver noticias donde algún economistas que quedan en paro acaban suicidándose... . La depresión es ya hoy por hoy uno de los principales motivos de discapacidad en el mundo, el consumo excesivo de alcohol causa la muerte de dos millones de personas cada año y cada 40 segundos una persona se quita la vida en el mundo. En el año 2009 el primer motivo de la consulta del médico será el la depresión. (Pincha aqui para ver el capitulo de la Depresión)

Es que si tomamos en cuenta los altos índices de depresión y los casos de suicidio relacionados con problemas financieros vemos que el problema es mayor de lo que uno imagina. Es más, la OMS también ha sacado a relucir la poca preocupación que tienen los países para tratar las afecciones mentales, denunciando que se gasta menos del 2% del presupuesto nacional para tratar este tipo de enfermedad.

Las cifras no mienten y un estudio realizado por esta organización demuestra que en 14 países el 76% y el 85% de los casos graves de trastornos mentales no recibieron tratamiento en países con estabilidad económica e ingresos medios y esta actitud se repitió también en grandes países mostrando cifras que van desde el 35% hasta un 50% de personas que no obtienen beneficio alguno para su tratamiento mental, lo que es increíble.

A si que igual esto causa confusión ya que hay mercados inestables y hay que invertir también en enfermedades mentales para hacer más productivo un país se necesita gente capaz mentalmente, con esto se convierte la sanidad mental en un recurso económico que hay que tener en cuenta.

Como manejar esta situación: Como afrontar

La depresión aumenta tambien la posibilidad de que aparezcan también otras enfermedades. Tambien el aumento del Alcoholismo es otro dato preocupante. El 80% de las personas sufren depresión no lo saben. Se confunde con la tristeza. La OMS da un consejo para detectarla : más de 15 días en estado de tristeza significa que la persona pueda estar sufriendo una depresión y que necesite ayuda. Ponerse en manos de un especialista es lo más aconsejable. Ese es el primer consejo.

El segundo consejo es empezar a afrontar la crisis con algunas medidas:

Valorar lo que gastamos y cómo lo gastamos

Muchas veces la idea de si seremos capaces de sobrellevar esta crisis se convierte en el eje principal de nuestras vidas, provocando un estrés desmesurado debido al terror y el miedo inducido por la gran alarma social.

Si hacemos la valoración de ingresos y gastos de nuestra familia, una de las primeras cosas que tendemos a recortar son los gastos dirigidos al ocio, ya que consideramos que estos son secundarios.

Pero desde un punto de vista del bienestar y calidad de vida del individuo, carecer de tiempo de ocio provoca en nosotros un gran malestar, que junto al estrés provocado por la incertidumbre de nuestro futuro económico, afecta directamente a nuestra forma de vida y nuestro estado psicológico y emocional, llegando a veces a patologías más graves como la apatía, la ansiedad y la depresión producidas por el desbordamiento diario y la continua rutina en nuestras vidas.

Ante esta coyuntura, debemos:

1. Conservar la calma. Hay que ser previsores, no adelantar acontecimientos que nos pueden llevar a sentimientos de desesperación excesivos y falta de autocontrol.

2. No crear alarma. La alarma nos lleva al descontrol y evita que seamos capaces de buscar soluciones.

3. Organizar los gastos y los ingresos. Como ser social el individuo necesita también desarrollar actividades de ocio que le ayuden a mantener su bienestar. Por ejemplo podemos salir a cenar a un sitio más barato, ir sólo una vez al cine al mes o buscar actividades de ocio al aire libre, más baratas, y que producen sensaciones de bienestar, ya que no tenemos el lastre de un alto gasto sobre nosotros. Hacer deporte puede ayudar tambien.

En toda crisis se producen cambios, pero debemos recordar que no sólo debemos vigilar nuestro bolsillo sino que también debemos estar en una predisposición psicológica y emocional adecuada para poder afrontarla correctamente. Ser positivos ante la adversidad.

Conocer los síntomas psicologicos para prevenir y actuar

Ante situaciones de crisis pueden aparecer los siguientes síntomas:

En nuestros pensamientos; pensamientos continuos e incontrolables sobre la situación. Esto nos ocurre ante realidades vistas por la televisión, leídas en la prensa, contadas por terceros o vividas personalmente (los medios de comunicación tiene aqui un papel multiplicador del problema, por lo que quien tenga una buena noticia ¡que la dé!.) Estos pensamientos se caracterizan por ser intensos, sorprendiendo a la persona de un modo súbito y desagradable.

En nuestras emociones, ya que suele ser frecuente la presencia de sentimientos intensos y, en ocasiones, contradictorios. Las reacciones de ansiedad y tristeza son las más comunes. Tales sentimientos suelen verse acompañados por episodios súbitos de llanto, intenso malestar, rabia y desesperanza. Lo que caracteriza tales sentimientos es el hecho de presentarse asociados a la idea de que no podemos controlar la situación, no vamos a llegar a final de mes porque el dinero no nos llega, por ejemplo.

En las variaciones de nuestra conducta, que se manifiestan en diferentes comportamientos. Por un lado, se modifican las relaciones con el entorno, desarrollando la tendencia a evitar situaciones, personas y lugares relacionados con el acontecimiento que nos ha llevado a la crisis: evitamos encontrarnos con antiguos compañeros de trabajo, si ahora estamos en paro; encontrarnos con el casero, si no podemos hacer frente al alquiler; el encuentro con amigos a los que hemos pedido puntualmente dinero que no podemos devolver. De igual forma, en toda crisis la persona sufre cambios de conducta en los hábitos de su vida cotidiana: en el sueño, debido a las preocupaciones; en la alimentación, compramos más barato, comemos peor, nuestra salud se resiente.

Todo ello produce unas consecuencias físicas de malestar. En ocasiones, pueden presentarse alteraciones físicas como problemas digestivos, taquicardia, bajadas de tensión y otros síntomas de naturaleza somática producidos por la presencia de pensamientos recurrentes en relación a la crisis económica.

¿Cómo prevenirlo?

Es indispensable prepararse para las situaciones de tensión. (Ver el capitulo de la Ansiedad, para enterderla y superarla) Un elemento muy valioso para prevenir el efecto dañino de situaciones críticas es saber que vendrá una situación estresante. Esto se ve favorecido por la anticipación de la crisis económica producida por los medios de comunicación. Sabes que va a ocurrir, prepárate. Ponte en la situación más desfavorable, sin dramatismos y sin poner todo negro. estructura tu situación para afrontar con realismo las dificultades. No confies a la loteria tu bienestar.

Hay que evitar exagerar la amenaza. Las personas que mejor manejan las situaciones críticas son aquellas que logran mantener cierta racionalidad en medio de la tensión y el miedo. Evitar las exageraciones nos ayuda a plantear el problema tal y como es. Aún en las peores situaciones evitan la interpretación excesiva de las amenazas.

Debemos evaluar los pensamientos e imágenes. Es muy importante el sentido común. En ocasiones, la tensión psicológica es más una amenaza imaginaria que real.

Hay que crear un plan de acción. El estrés será siempre mayor si no existe un plan para solucionar el problema. Los planes más útiles son aquellos que cuentan al menos con dos características: son realistas y son progresivos ¡Haz la prueba!

No debemos postergar lo inevitable, es decir, estamos en crisis, es una realidad. Si existe una fuente clara de perturbación lo ideal es actuar para su solución. No dejar las cosas para mañana.

No tienes porqué afrontarlo y superarlo solo, busca ayuda y comprensión. La tensión se maneja mejor si existe la sensación subjetiva de apoyo y comprensión por parte de las personas significativas de tu entorno. Compartir las dificultades ayuda a superarlas mejor. No te escondas ante las dificultades, ya que las personas que te quieren estarán a tu lñado para ayudarte. No serás una decepción para ellos. dejar para más adelante hablar con ellos dificulta más la confianza y si la situación empeora te será más dificil. Trabjar tambien para ver con positividad nuestras dificultades nos ayudará. Para ello pincha aqui para ver nuestro capitulo de pensamientos positivos.

Recuerda siempre realizar actividades estimulantes. La monotonía es un factor que tiende a agravar la respuesta de estrés. ya lo hemos dicho usa adecuadamente tu tiempo libre.

Actuar, ya que los problemas no se resuelven en la imaginación. Actuar de un modo progresivo y sistemático será siempre la mejor manera de ayudarse a sí mismo.

Por último, haz ejercicios que conlleven bajo esfuerzo, ya que favorecen la reducción de la activación fisiológica característica del estrés.

La crisis económica es una situación que nos provoca un gran malestar, pero si somos conscientes y respetuosos con nosotros mismos, no debemos permitir que merme nuestra calidad de vida. Si mantenemos el tipo y la afrontamos de una manera racional (sabiendo que muchas veces es difícil), nos ayudará a encontrarnos mejor y estaremos más preparados ante esta situación.

haznos llegar tu experiencia ante la situación de crisis, como la estas afrontando, como te estas preparando para ella, cuéntanos casos que conozcas..., si estas desesperado, haznos llegar tus problemas, te intentaremos ayudar.



miércoles, 14 de mayo de 2008

¿Tomarse la vida en serio? ¿O tomarse a la ligera? El arte de no amargarse la vida



Hay personas que aparentemente alegres y despreocupadas, reaccionan con ligereza ante acontecimientos importantes de su vida. ¿es una falta de motivación? ¿O es un mecanismo de defensa o una conducta para evitar compromisos excesivos? ¿O es quizás una forma de afrontar la vida para no amargarsela?
"Me acaban de despedir del trabajo, pero no me importa demasiado. Esta tarde me iré al cine, y mañana cuando me levante empezaré a buscar uno nuevo. En días así, es cuando más me acuerdo de Alicia. Con ella sería más fácil superar esto, pero se llevó todos mis planes de futuro. Y ahora, realmente, lo que pueda pasar tampoco me quita el sueño", comenta una persona, quien, a sus 32 años, tiene pocas ilusiones tras la ruptura con la que fue su novia durante más de cinco años.

Como esta persona, son muchas las que reaccionan con cierta ligereza ante situaciones importantes de su vida cuando sufren reveses o algún golpe vital. Una actitud que especialistas asocian con una cierta falta de motivación. La falta de interés aparente puede entenderse como una falta de motivación, de deseos, de ilusiones, como una carencia de expectativas de éxito o exceso de expectativas de fracaso.

Para distanciarse del problema y no dejar que les afecte en exceso, algunos eligen no implicarse demasiado emocionalmente en él. Sucede muchas veces que el alejamiento o la falta de compromiso con el problema que se ha planteado es una forma de evadirse de él, porque se evalúa el hecho de que no se tiene fuerzas para abordarlo.
Un mecanismo de defensa
Pero es también un mecanismo de defensa, como cuenta Maika, de 41 años: "Cada vez que me salía algo mal, intentaba tomármelo con humor. Para mí era una manera de no dejarme arrastrar por la angustia, de protegerme. Todo pasaba por ahí: mis problemas en el trabajo, mi divorcio, la enfermedad de mi madre...". Puede ser una forma de relativizar las dificultades que van surgiendo a lo largo de la vida, pero también sirve de tapadera para no afrontar los fracasos. A menudo son personas con pocas habilidades para afrontar los fracasos y los contratiempos. Prefieren "no hacer nada" antes que aceptar "hacer algo" y que salga mal o que no salga como esperaban. Suelen ser personas que toleran poco la frustración.

¿Es un problema de educación, de algo que arrastramos desde la infancia? Muchos actuales estilos educativos no potencian en absoluto la tolerancia a la frustración, el aplazamiento de la gratificación inmediata, valores como la empatía y la perseverancia en la consecución de un objetivo a largo plazo. Eso sucede fundamentalmente en dos escenarios: bien por exceso de gratificación, que convierte a los niños en personas muy saciadas o bien por déficit de autoestima y estímulo, como es el caso de los que ven absolutamente inalcanzables sus sueños o que han sido severamente castigadas por un fracaso o una decepción parental. Por ello es necesario administrar bien el castigo y la recompensa en los niños/as.
Afrontar el estres que nos genera un acontecimiento vital estresante con las tecnicas adecuadas, es quizás una solución alternativa para no esconbder la cabeza debajo del ala. Manejar la ansiedad que nos provoca esta nueva situación es una de las cuestiones que podemos realizar.
Huir de la responsabilidad
El problema surge con respecto a los demás. Dar una imagen demasiado ligera de uno mismo nos hace perder credibilidad en el trabajo, puede llegar a hartar a nuestra pareja o nos desvaloriza ante nuestros hijos que pueden llegar a no reconocer nuestra autoridad. Nadie nos toma en serio. ¿Cómo el entorno puede ayudarnos a superarnos? La mejor forma de hacerlo es "evitar resolver 'la papeleta'. Podemos proponer, opinar, no discutir o enfrentarnos con ellos por su situación. Pero el pensar 'es su situación, ellos sabrán' hace que les responsabilicemos de si cambian o no".
Silvia. 39 años, azafata: "Utilizando el humor me siento más protegida, menos expuesta"
"En mi infancia pasé de no tener nada, después de que mi padre nos abandonase a mi madre y a mí, a vivir más desahogada con la nueva pareja de mi madre, rodeada de todo tipo de comodidades y con los mayores siempre dispuestos a satisfacer mis caprichos. Una vez superada la adolescencia, de nuevo todo se fue al traste cuando mi nuevo padre volvió a desaparecer de mi vida. Desde entonces siempre pienso que nada dura para siempre y que lo mejor es vivir el momento. Tomarse las cosas a la ligera: así te proteges, nada te duele. Utilizo mucho el humor para sentirme menos expuesta y que no me hagan más daño".

Es un ejemplo de como las personas se protegen y procuran que las circustancias duras de la vida no les hagan daño.
Pero quizás lo más útil sea afrontar la ansiedad que producen estos acontecimientos vitales estresantes, abordar una forma de saber enfrentarlos y buscar soluciones ante este nuevo reto que nos propone la vida.
¿QUÉ HACER ANTE UNA SITUACIÓN DE ESTE TIPO?
1. Cambiar el enfoque. La desmotivación tiene que ver con la percepción de que los deseos son inalcanzables. Uno de los cambios que debemos llevar a cabo es empezar por ponerse metas, deseos, objetivos de acuerdo a las posibilidades reales.
2. Permitirse la frustración. Los deseos no se pueden realizar así como así, por tanto una buena dosis de paciencia, ensayo y error son fundamentales para ir avanzando.
3. Comparte los objetivos con alguien que te ayude a darles forma y sentido. Es recomendable contrastar con alguien (que sea de tu absoluta confianza) la posibilidad real de llegar a cumplir los deseos marcados. Un observador puede aportar mucho desde una buena perspectiva.
4. Perseverar en el intento. No te desalientes. Las cosas no se consiguen en dos días, falta tiempo y tenacidad para que salgan adelante.
5. Asigna un valor a tus objetivos. Da importancia a lo que haces. Búscale un valor, un sentido: que valga la pena luchar por el beneficio que va a tener en ti: sentimiento de capacidad, autonomía, superación,reconocimiento, mejora de las relaciones... si tú no eres capaz de valorarlo, poca gente lo hará por ti.
6. Consulta con un especialista. Quizá llevas tiempo desmotivado, estés deprimido o algo no funcione del todo bien en ti y no lo sepas. Un/a psicólogo/a te ayudará a analizarlo correctamente.

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