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jueves, 4 de marzo de 2010

Las vacaciones: ¿más largas, más cortas?

Hay en estos días una cierta polémica acerca de las vacaciones y de cómo hacerlas. Han aparecido diversas informaciones en medios de comunicación sobre la duración y el aprovechamiento de las vacaciones. Hay distintas opiniones, pero no hay demasiadas investigaciones concluyentes. Lo he comentado a los periodistas de Vocento que hacen el suplemento del Magazin V, que se publica todos los sábados con los periodicos del grupo.  
Avanzo aqui unas cuentas que pueden servir para estructurar nuestros merecidos descansos:
   
1º Parece que las vacaciones y fines de semana ciertamente reducen nuestros niveles de estrés y mejoran nuestra sensación de bienestar. Son muy necesarias...y útiles...pero ojo, los efectos positivos de las vacaciones desaparecen rápidamente, en unos días, por lo que el sistema europeo y español, de un mes seguido de vacaciones al año no parece una buena idea. Parece existir consenso que nos vendría mucho mejor tomar varias vacaciones cortas a lo largo del año.

2º Las vacaciones reducen considerablemente las quejas de salud y agotamiento que presentan los trabajadores de manera habitual, esto es algo ampliamente demostrado. Así, las personas parecen reponer las fuerzas que después reinvertirán en el trabajo. Es decir en el fondo las vacaiones redundan en el beneficio de los trabajadores, pero también de la propia empresa para mejorar el rendimiento. A pesar de ésto parece que existe el mismo nivel de rendimiento en el trabajo antes y después de las vacaciones, aunque si parece claro que supune menos esfuerzo llevar a cabo una tarea después de tomarse unos días libres.

3º Los pensamientos positivos y negativos juegan un papel determinante en el estado de ánimo y en la conducta. Se ha podido comprobar en distintos estudios que los pensamientos negativos acerca del trabajo durante las vacaciones afectan directamente al número de quejas de salud Es decir, que tener pensamientos negativos sobre el trabajo puede impedir que la persona recargue las pilas. Por el contrario, por paradojico que pueda parecer los pensamientos positivos sobre el trabajo durante las vacaciones no tienen mayor trascendencia. es decir que no mejoran la salud ni el rendimiento. Por eso, ojo con los pensamientos negativos del trabajo en vacaciones. Mejor no pensar en él. Desconectar es la clave.  Hacer otras actividades que no tengan que ver con su trabajo habitual ayuda a desconectar.

4º También parece evidente que la euforia de las vacaciones pasa pronto. Los primeros días nos pasamos contando lo que ha pasado y eso prolonga la sensación de bienestar postvacacional hasta que chocamos con la avanlancha del trabajo. Es necesario programar un aterrizaje sueva a la vuelta para no pro vocar un shock y caer en el llamado "sindrome postvacacional". Tras un aterrizaje suave la adpatación siempre es mejor. El sindrome postvacacional del que ya hemos hablado en este blog esta muy claramente definido y hemos aconsejado sobre como mejorarlo y prevenirlo.  

5º Parece que mientras que se han hallado efectos de desánimo importantes a las cuatro semanas, tras la vuelta de vacaciones, hay casos muy numerosos de que aparecen estos síntomas de desánimo pasadas sólo dos semanas. En concreto, las quejas de salud reaparecieron con más fuerza si cabe tras esas dos semanas. Es decir que entre 2 y 4 semanas se olvidan los efectos positivos de las vacaciones, por lo que hacer periodos cortos mejoran esa sensación y la prolongan en el tiempo.

Respecto a qué es lo que deberíamos hacer en nuestras vacaciones para optimizar nuestra sensación de bienestar, lo mejor es  "Relájarse". Las "experiencias de aprendizaje" -aprender nuevas destrezas, hacer un curso de idiomas o alpinismo- parecen reducir los niveles de agotamiento y mejorar el bienestar relacionado con el trabajo al volver de vacaciones.  Los últimos días para evitar el shock de la vuelta si conviene que vayamos visualizando y/o tomando contacto con la realidad que encontraremos. Evitará el síndrome postvacacional.   

Naturalmente, nada de esto funciona si a una persona le llueven problemas no relacionados con el trabajo durante sus vacaciones. Contratiempos como pinchazos en carretera, niños que no paran quietos o conflictos personales pueden impedir que repongamos fuerzas. Por otro lado, darse de bruces con una montaña de trabajo acumulado a la vuelta de las vacaciones arruina cualquier sensación de paz posvacacional.

Déjanos tu esperiencia vacacional: Como te sientan las vacaciones, cuanto tiempo es el ideal para tí, etc.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Sentirse Culpable: Mentiras hacia nosotros mismos


Volvemos de vacaciones y nos sentimos culpables. No hemos aprovechado todo el tiempo que podiamos haber aprovechado para hacer cosas que luego no podemos realizar el resto del año. Y asi comienzan lo que llamamos autoreproches por lo que pudo haber sido y no fué. Y así en nuestra vida cotidiana acerca de nuestro quehacer como pareja, como padres/madres, hijos, como trabajador/a, profesional, por no habernos quitado de fumar, por no haber adelgazado, por no haber hecho deporte.... y por tantas y tantas cosas....que creemos podiamos haber hecho mejor. Nos sentimos culpables. Es el momento de quitarnos peso de encima para afrontar este “curso” ligeros de equipaje y libres de culpa, un sentimiento inútil y devastador. Vamos a aprender a ejercer nuestra responsabilidad objetivamente; trataremos sobre ataduras invisibles y sobre libertad.
Cuando sucede algo negativo, tendemos a buscar culpables. Hasta tal punto se da esa tendencia que se puede reaccionar de dos formas ante las frustraciones: quienes sistemáticamente se autoinculpan de lo que sucede (soy el culpable), quienes piensan que la culpa siempre la tienen los demás y, por último, quienes no echan la culpa a nadie, bien porque no entran a juzgar o porque no le otorgan excesiva importancia a los contratiempos que la vida nos depara.

La culpabilidad es de lejos la emoción que despilfarra mayor cantidad de energía emocional. ¿Por qué?. Porque por definición, te estas sintiendo inmovilizado en el presente por algo que ya paso, Y no existe culpabilidad por grande que sea, que pueda cambiar la historia. El grado de inmovilización puede abarcar desde una pequeña incomodidad hasta una severa depresión. Si simplemente estas aprendiendo lecciones de tu pasado, y prometiéndote evitar la repetición de algún comportamiento especifico, eso no se llama culpa.

Las reacciones de autoinculpación provocan en el individuo un estado de ansiedad cuyo origen podemos encontrarlo en sistemas de educación rígidos. La familia, la escuela o el medio social han estado tradicionalmente cargados de leyes y normas de conducta regidas por el miedo al castigo. Así, hemos ido interiorizando paulatinamente este catálogo represivo hasta que terminan constituyendo parte de nuestra personalidad. Es como un juez o policía que llevamos dentro y que actúa imponiéndose a la espontaneidad de la acción y del pensamiento. Las personas con este sentimiento de culpa se llenan de obligaciones aunque éstas no les correspondan. Son extremadamente escrupulosos y exigentes a la hora de enjuiciarse y viven pendientes de que el castigo o la sanción pueda caer sobre ellos. Las pautas educativas más represivas o las que se derivan de comportamientos ligados a creencias religiosas hacen más frecuente la aparición de estas culpabilidades. Una autoinculpación puede ocasionar epsodios depresivos recurrentes y hasta graves.
Cada uno de nosotros tiene consciente e inconscientemente un conjunto de pautas que marcan su comportamiento. Este es nuestro propio código moral que puede o no coincidir completamente con el código social en que vivimos, el cual por supuesto a contribuido en gran medida determinar al nuestro.


Todos tenemos un código moral: El contenido del código moral personal es el conjunto de normas que organizan nuestro comportamiento. Esas normas pueden enunciarse, por ejemplo, como " no frustrarás a los otros ", " no dañaras a tus padres". Una vez que el contenido del código se estableció un proceso largo que se realiza a través de los años, empieza a funcionar un suerte de sistema que garantiza su cumplimiento.
Este sistema que se "llama el guardián del código" hace que cada vez que uno transgrede una norma o alguna de las pautas del código, se encienda una señal informando que el código se ha transgredido. Se trata de una suerte de avisador interno que cumple funciones de autoinculpación con el consiguiente malestar.
Una de las consecuencias mas comunes del sentimiento de culpa es el remordimiento. Clínicamente se define como el pesar interno que produce en forma de sentimiento cuando enjuiciamos nuestras acciones y pensamos que hemos realizado una mala acción. Es la inquietud que despierta la memoria de una culpa, que va creciendo imperceptible dentro de uno. La vivencia del remordimiento es como tener un objeto intragable atravesado en la garganta, que finalmente se volverá contra uno mismo. El problema principal del remordimiento es que muchas veces se desconoce su origen. Se experimenta como una sensación que esta continuamente presente pero no se sabe exactamente cual es la culpa que está escondida detrás originando este malestar.
En segundo lugar las reacciones que sistemáticamente inculpan a otros de todo lo negativo que sucede se deben a que el individuo no soporta la carga de la propia responsabilidad cuando surgen las frustraciones, y dirige a los demás la sensación de culpa. Reaccionan de forma que lo primero es buscar un culpable fuera de si mism@. Es una forma de liberación que los demás perciben como una conducta agresiva, pero que revela la incapacidad del individuo para autocriticarse de forma objetiva y serena. Aqui aparece también la mentira y/o la manipulación para intentar inculpar a otro. A veces las personas tóxicas emplean con frecuencia esta táctica. El origen de estas conductas está en estilos de educación permisivos en los que la persona no ha experimentado los límites de su conducta ni las consecuencias de sus errores. Sucede frecuentemente en familias en los que la autoridad de padres y adultos y el respeto a unas ciertas normas de convivencia han sido mal o insuficientemente trabajados con los niños y adolescentes. La educación en libertad y responsabilidad es una de las asignaturas pendientes de nuestra educación. De hecho gracias a los medios de comunicación podemos ver lo que con frecuencia sucede con muchos jóvenes: episodios de violencia de los más jóvenes, consumo de alcohol y drogas hasta la extenuación, conductas vandalicas que tienen como base la falta de responsabilidad y la la falta de profundizzación en responsabilidad y libertad.
Y, por otra parte, la actitud de reaccionar ante las malas noticias, o ante las adversidades o ante los errores y/o fracasos no echando la culpa a nadie se asocia a dos tipos de comportamiento: quienes mantienen actitudes frívolas y no le dan importancia a nada y, por otra parte, quienes mostrándose responsables y conscientes, optan por no teñir las relaciones interpersonales de sentimientos de culpa para evitar la negatividad que ello acarrea.
Es frecuente encontrar sentimientos de culpabilidad cuando se da un proceso de separación y/o divorcio, cuando perdemos a un ser querido, o cuando por ejemplo una mujer trabaja fuera de casa y se siente culpable por creer que no atiende a sus responsailidades como madre (cuando estas han de ser compartidas)   
El sentimiento de culpabilidad se da en muchos ámbitos de la vida, en las relaciones de pareja también. Veamos un video de la pelicula "Antes que termine el día" (If Only) en el que podemos ver cómo se da un modelo de culpabilidad sobre las relaciones de pareja, aunque la vida le da otra oportunidad...(no siempre es así...)


Y ¿Como comenzamos a superar y liberarnos de esos sentimientos de culpabilidad?
Muchas de las frustraciones que originan los sentimientos de culpa se producen porque se tiene una idea de nuestra capacidad o de la de los demás, que, por excesivamente optimista, no se atiene a lo real. Lo hemos dicho muchas veces, no hemos de sobrevalorarnos. Hay que huir de aquellas personas que continuamente fanfarronean o presumen de su control sobre todo lo que ocurren, estpos son serios candidatos a la ausencia de autocrítica.  Por tanto, la primera estrategia para combatir el sentimiento de culpa es cultivar el sentido de la realidad, lo que supone aceptar, aunque resulte doloroso, qué y quién es cada uno. Para ello, es necesario trabajar la autocrítica mediante la reflexión y tomando en consideración las observaciones que nos hacen las personas que nos manifiestan más afecto y confianza. Determinaremos así las causas de las situaciones conflictivas para aprender de los fracasos y no volver a cometer esos o similares errores.
El objetivo es doble: el esclarecimiento de la situación y la desactivación del proceso de adjudicación de culpas. Lo inteligente y provechoso es identificar los errores, reconocer la causa, asumir la responsabilidad cuando nos compete y, ya después, tomar medidas para rectificarlos y para no volver a caer en la misma piedra. Limitarnos a sentir culpa es como encadenarnos de por vida por lo que ocurrió en el pasado, lo que conduce a un estado de ansiedad que puede derivar en depresiones. Sentir culpa sólo resultará útil cuando esta sensación pueda convertirse en acción. Cuando se aceptan los errores sin sentir un fracaso definitivo y paralizante, el error puede percibirse como una oportunidad de aprendizaje, como una fuente de información de qué cosas van bien y cuáles no. Se trata de un proceso de autoaceptación y mejora que genera autoestima, de aprender a querernos a partir de un diagnóstico certero sobre nuestras acciones menos logradas y nuestras posibilidades de intervenir sobre ellas.
Pautas para comenzar a superar los sentimientos de culpa
Tendremos que comenzar a hacer un pequeño ejercicio de análisis de nosotr@s mismos, siguiendo, de forma ordenada, las siguientes pautas:

  1. Identificar cuales son los sentimientos de culpa.

  2. Analizar en qué situaciones sobrevienen. Donde aparecen con más frecuencia.   

  3. Aceptarlos como normales y pensar que son comprensibles. No darle una gran trascendencia y creer que sólo te pasa a ti. Le pasa a todo el mundo. Al reconocer y aceptar estos sentimientos de culpa, resulta más fácil expresarlos y combatirlos

  4. Expresar los sentimientos de culpa. Hablar con otras personas del tema (si es necesario, con profesionales de la psicología) puede ayudar a aliviar este pernicioso sentimiento.

  5. Analizar sus causas. Buscar las razones de estos sentimientos puede contribuir a hacerlos más comprensibles y aceptables.

  6. Reconocer nuestros propios límites. Es muy sano saberlo. reconocer nuestras debilidades y fortalezas. Las primeras para no abarcar cosas que no podemos hacer, y que, a lo mejor, podriamos pedir ayuda.  Trata también de enseñarles a las personas que tienen que ver con tu vida y que tratan de manipularte por medio de la culpa, de que tu eres muy capaz de enfrentarte con las desilusiones que les provoque tu comportamiento. El resultado tardará en llegar pero el comportamiento de aquella gente empezará a cambiar cuando vean que no te pueden forzar a sentirte culpable. Una vez que logres desconectar la culpa, la posibilidad de manipularte y de controlarte emocionalmente habrá desaparecido para siempre.

  7. Aprender a dejar vivir a los demás. Aprender a usar la libertad tuya y a respetar la de los demás. 
     

Finalmente, la culpabilidad es en nuestra cultura una herramientas útil para manipular a los demás y una inútil perdida de tiempo. Una vez desconectado el mecanismo de culpa, desaparece la posibilidad de ser controlado y manipulado emocionalmente.
Al final es necesario considerar que la culpa es una emoción auto-anulante, es una elección personal, es una reacción que podemos controlar si hemos entendido el mecanismo que la produce. Uno puede vivir culpable toda la vida, pero la emoción de sentirse libre de toda culpa es como haber recuperado la inocencia y la creatividad, como cuando después de un día nublado por fin sale el sol.
Cuéntanos tu experiencia con los sentimientos de culpabilidad. La tuya o la de la gente de tu entorno. En el trabajo es muy frecuente también. Haznios llegar tus vivencias... son muy útiles para tod@s. Déjanos tu comentario.

lunes, 30 de julio de 2007

Planificar las vacaciones, la mejor forma de ser más feliz en ellas

Todas las personas o se han ido o están a punto de irse unos días de vacaciones (los más afortunados desde luego) y por ello nos hemos atrevido a incluir algunos consejos al respecto.

Nos preparamos para disfrutar de nuestro descanso...

Lo primero que tenemos que tener conciencia es de algo fundamental y no siempre fácil de llevar a término, no hay que obligarse a disfrutar. El entorno, la compañía puede ayudar a que sea agradable el instante, pero de ahí a determinar nuestro bienestar sólo por ello… debemos de tener claro que nuestro bienestar no depende sólo de condiciones materiales (Hotel de lujo, pareja, descanso, depende tambien de otras cosas.
Es importante que no planifiquemos toda la actividad del día. Está muy bien tener un objetivo principal y algún otro secundario para cada jornada, pero hay que dejar lugar para la sorpresa, para los cambios de planes, y también para algo de aburrimiento. Si nos permitimos esto último notaremos que nuestra capacidad para disfrutar de las cosas aumenta. Nos será más sencillo estar relajados y finalmente desconectar mejor de las responsabilidades y preocupaciones cotidianas.
Si el objetivo fundamental de las vacaciones es descansar, no siempre estar tumbado al sol o en un sofá es la mejor manera de conseguirlo. Desde luego si nos sentimos físicamente cansados está bien que nos permitamos dormir más y que se disminuya en los primeros días la actividad puramente física. Pero pasados los tres primeros, es bueno que para ayudarnos a la desconexión psicológica realicemos tareas, deportes, quedemos con otras personas para realizar planes que durante el resto del año no nos da tiempo a realizar, etc. Cambiar nuestras metas nos ayudará a sentir desconexión. Realizar tareas que no requieran demasiada atención nos puede mantener la mente demasiado volcada en los conflictos y demás problemas que vivimos día a día.
Si las vacaciones son largas (un mes o más) es importante que favorezcamos poco a poco el retorno a la rutina. Puede hacerse intentando, la semana antes de la vuelta, ajustarse a los horarios que luego serán los habituales. También se puede ir retomando puntualmente algunas tareas no vacacionales, como preparar una reunión que está pendiente para la vuelta, releer unos apuntes sobre una asignatura que guste… Desconectar en exceso puede acabar generando un problema de adaptación posterior. Favoreciendo la aparición de síntomas depresivos y de ansiedad normalmente de carácter transitorio. El síndrome postvacacional puede estar relacionado con ello.
Ni que decir tiene, que además de los consejos para el mejor disfrute psicológico de las vacaciones no hay que olvidarse de los ya clásicos consejos relacionados con la prudencia en la carretera, con el uso de cremas protectoras del sol y el abuso de sustancias como el alcohol…

Vacaciones seguras, vacaciones felices

La receta para tener un feliz viaje de vacaciones es muy simple: basta con actuar en forma prudente y responsable.

Antes del viaje

Es bueno planificar todo con anticipación, compartiendo responsabilidades con los demás integrantes de la familia. De este modo nadie se sobrecargará de trabajo y se evitarán sorpresas desagradables.


· ANOTE las cosas que deberá llevar, en función del largo del trayecto y del tiempo de permanencia fuera del hogar. Agua (en la época de verano hace mucho calor y se necesita más líquido, aunque hay dispensarios de agua practicamente en todos los lugares. Si va a un país poco desarrollado prevea el agua mineral que van a beber)

· DEFINA el itinerario, tanto para la ida como para el regreso. Prevea los lugares de detención para descanso y alimentación. Para los niños es importante prever que deben estar no más de dos horas sin parar y descansar un poco.

· INFÓRMESE del estado de las carreteras y caminos y del clima en los lugares que va a visitar. En el caso de los aeropuertos asegurese del tiempo medio de espera y las medidas de seguridad. Confirme con la compañia aerea o con su agencia de viajes que el vuelo está en la hora y el día previsto antes de partir hacía el aeropuerto. No olvide las últimas medidas de seguridad de los aeropuertos que le obligan a desechar una serie de objetos.

· REVISE, en el caso de que vaya con su vehiculo, el nivel de agua y aceite, la presión de aire en los neumáticos, la rueda de repuesto y llene el estanque de bencina, el día antes de partir.

· CARGUE el coche la noche anterior, cuidando que elementos como bicicletas, coches u otros no tapen las luces traseras del vehículo ni quiten visibilidad al conductor. Dése tiempo para revisar su automóvil.

Controle especialmente: · frenos · dirección · luces · neumáticos · niveles

No olvide llevar: · botiquín · triángulos · caja de herramientas · bidón con agua · linterna · cuerda para remolque · agua destilada · líquido de frenos · correa de ventilador

¡Llegó la hora!¡Por fin está todo listo! Valió la pena organizarse con tiempo, ¿verdad? Pero, atención, que en este momento también es bueno tener en cuenta ciertos consejos.
· EVITE llegar del trabajo y partir de inmediato. Mejor descanse bien esa noche y salga a la mañana siguiente, cuando se encuentre en perfectas condiciones físicas y psíquicas.
· Nunca consuma bebidas alcohólicas ni medicamentos -sean estimulantes o tranquilizantes- si va a conducir. Tampoco coma demasiado antes ni durante el viaje.
· RESPETE las normas y señales del tránsito y esté siempre atento a las condiciones de éste, evitando distraerse con situaciones ajenas a la conducción. Tampoco se enfrasque en discusiones ni buscando la ruta con el mapa mientras conduce.

· MANTENGA una velocidad y distancia prudentes, de acuerdo a las características y condiciones de la vía. Recuerde que los imprevistos son precisamente eso: imprevistos.

· LLEVE juegos, revistas y/o golosinas para que los niños no se aburran (no olvide llevar una bolsa para la basura y tirar ésta en el lugar adecuado, no en la vía).

· MANTENGA una temperatura adecuada dentro del auto y la radio a un volumen moderado. · Los bebés y los niños pequeños deben ir en su silla de seguridad, siempre en asiento trasero. Nunca sueltos ni en brazos de algún pasajero.
· RECUERDE que en los caminos rurales, e incluso en las carreteras, pueden cruzarse animales, personas, carretas u otros vehículos.

· DETENGASE en un lugar seguro cada vez que se sienta cansado. No olvide que no se debe conducir durante más de tres horas seguidas.

· DISPONGASE a relajarse y pasarlo bien, manteniendo la calma y el control frente a la agresividad de otros conductores. Sea amable; los errores de otros pueden ser involuntarios. · USE siempre su cinturón de seguridad y pida a los pasajeros que también lo hagan. · En lo posible, evite circular en horas "punta" o en días en los cuales se sabe que habrá más tráfico que lo normal. Es preferible viajar un día antes o uno después, que correr riesgos en una carretera demasiado congestionada.

Y felices vacaciones.....
Cuentanos tu experiencia acerca de tus vacaciones....

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