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"...Mala gente que camina y va apestando la tierra..." A. Machado
Existir existen. Ellos mismos no se reconocen, es muy duro hacerlo, es darse cuenta de una serie de sentimientos que son los que provocan estos comportamientos y que los describimos en este artículo. Pero lo que parece cierto es que existen conductas y comportamientos tóxicos, no tanto personas. Unas personas pueden comportarse así de manera sistemática o cambiar en un determinado momento. Incluso lo que algunos pueden considerar como comportamientos tóxicos para otros puede ser aceptable o puede parecerles normal. Es una percepción subjetiva.
Les llamaremos a esta clase de personas, las que tienen estos comportamientos, personas “tóxicas”. Este tipo de personas se encuentra en cualquier lugar. Puede ser tu jefe, tu amigo, hermano, o incluso tu pareja. Reconoces a una persona tóxica, porque es la que en forma continua habla de temas negativos, en vez de halagarte por algo, encuentra el punto negro, no acepta a la primera una opinión o sugerencia, son hirientes, agresivos, inflexibles y se exaltan fácilmente si se les contradice. Ellos tienen la razón siempre.
Este tipo de personas afectan de diferente manera a cada quien. Si después de estar con alguien te sientes: que pierdes energía, cansado, malhumorado por haber estado con ella, ignorado porque sólo habla de sí misma, aliviado cuando se va, que tensas tus facciones cuando está presente. Puedes incluso llegar a sentirte mal, muy mal, y al dejar a esta persona te llevas de regalo un dolor de cabeza o estómago quiere decir que estás con una persona tóxica.
Estas personas están reflejando lo que traen en su interior: mucha negatividad, resentimiento, envidia, celos, crítica, frustración, baja autoestima, necesidad de ser reconocidos, aprobados y ser importantes. Y lo que consiguen es justamente lo opuesto con su actitud hiriente y ruda hacia los demás. La gente tiende a alejarse de ellos y ser cautelosos e incluso sentir miedo porque la relación se torna difícil.
También hay personas tóxicas que muestran pasividad y se hacen pasar por mosquitas muertas, son los llorones, necesitan de tu ayuda constantemente, los de la vela perpetua, los solitarios, critican incansablemente a los demás y despiden con su actitud, lástima. Estas personas son desgastantes, porque te chupan la energía, tu tiempo, tu motivación y entusiasmo, que a ellos les falta. Les llamamos "chupopteros emocionales". Ellos están vacíos y buscan llenar este hueco con tu amistad, relación, o compañía. Este tipo de personas te cansan, te aburren, limitan la conversación y tienes que darles ánimo constantemente (pierdes tu energía) porque ellos la despilfarran con sus pensamientos derrotistas que no llevan a ningún lado.
Los especialistas nos ofrecen algunos de los síntomas para reconocer a las personas con comportamientos tóxicos: El que destila un odio visceral y se regodea con la humillación del otro, el que avasalla al semejante, el que busca manipular con mentiras, el que agrede innecesariamente y desvaloriza al otro para sentirse bien él, el que daña con intención sin jamás proponer una reparación, el que incomoda con sus imposturas, el envidioso de todo lo ajeno y el que urde los problemas para acercar luego sus soluciones. Sus conductas se traducen en patologías, y la coexistencia con ellos resulta muy difícil, a veces, imposible. Hay algunos rasgos de la personalidad que lo definen..."a las personas que generalmente usan monologos para comunicarse con los demás ( y escuchan más bien poco) y autorreferenciales , es decir que permanentemente siempre se ponen como referencia en todo lo que pasa ("eso ha salido gracias a que yo"....., "ya lo dije...", "seguro que yo soy el elegido/a" y... un largo etc... ) y a aquellos que nos aplastan, a los que acaban minusvalorando hasta la saciedad lo que hacen los otros/as". Como ya hemos dicho se dan en todos los campos de la vida: en la familia, en la política, en la empresa, entre los/as compañeros/as de trabajo, entre amigos/as. Realmente no valoran para nada las relaciones personales, para ellos/as en el fondo de sus valores, no tienen importancia.
Algunas de las constataciones de su existencia en boca de personas que han sufrido este comportamiento:
" A los «tóxicos» se les huele al primer contacto; son lastres que te hunden y restan siempre. Por eso, tratás de alejarte. Pero la vida te los impone demasiado a menudo" Frase de un empresario.
" Hay gente que nos intoxica con su mala actitud y absorbe nuestra energía. Ellos movilizan aspectos que nos resultan intolerables. Nos dañan y nos quitan libertad " Opinión de una psicóloga.
"Te cuentan siempre de sí mismos y no les interesa preguntarte nada. Intentan pasarte por arriba; nada ni nadie les viene bien" Dice una artista
" El «tóxico» nunca sabe que lo es, pero todos los demás, sí. Nunca está vibrando como su entorno. Además, interrumpe las vibraciones "Opina un Músico
"Son gente que conspira para que las cosas no fluyan amigablemente. Piensan: «¿Por qué ser feliz, si se puede no serlo?». Su problema es la actitud"Reflexión de un creativo publicitario .
CLAVES PARA VIVIR MEJOR "SIN COMPORTAMIENTOS TÓXICOS"
Las personas "tóxicas" influyen en la salud tanto física como psíquica del otro. Por eso es clave identificar los síntomas que una compañía nociva produce. Producen dolores de cabeza, insomnio, angustia, depresión....
A esas personas se las controla quitándoles su poder, evitando o escapando de ellas o no permitiéndoles acceso a nuestra intimidad. Si se debe convivir con ellas, en la familia o en el trabajo, hay que abstraerse mentalmente de su presencia y acciones.
Cuando surge un comentario o comportamiento "tóxico", simular que uno le presta atención cuando, en realidad, se esfuerza por desoírlo.Tambien se puede cambiar de tema rapidamente...
Al "tóxico" se lo neutraliza con amabilidad. Su afán por lastimar con comentarios o actos desagradables resulta estéril si él percibe que carece de efecto.
Focalizarse en las cosas positivas que uno tiene en la vida cuando se está cerca de una persona "tóxica". Es un ardid efectivo para superar los malos momentos.
Si no es posible evitarlos, porque usan el teléfono con asiduidad e insisten, adquiera un identificador de llamadas y reduzca al mínimo el contacto personal con ellos.
La actitud positiva es siempre una elección. Prepárese mentalmente para estar bien y contrarrestar así las actitudes "tóxicas".
Si una persona "tóxica" forma parte de su equipo de trabajo, establezca de antemano y claramente las reglas de convivencia. Si se trata de su jefe, hágale saber que usted y su equipo pierden eficiencia frente a comportamientos negativos. Y póngale ejemplos concretos. Es verdad que lleva tiempo y es una actitud delicada pero siempre, por poco que consiga, merecerá la pena.
Si el "tóxico" no es alertado sobre su toxicidad, la extenderá en el ambiente. No deje pasar por alto esas actitudes y convérselo inmediatamente con él. No lo haga primero con los demás.
Ejercite su propia autocrítica y revise con asiduidad qué tipo de actitudes y comportamientos tiene usted para con los demás. Usted también puede ser "tóxico" para otros. La regla es simple: no les haga a los demás lo que no desea que le hagan a usted.
A continuación cuéntanos tu experiencia con alguna persona de las llamadas tóxicas... o si tú lo has sido cuéntanos si te has dado cuenta y como te has sentido.... tu aportación ayuda mucho a los demás.
Decía Ghandi que "La verdad nunca daña una causa que es justa"
Hemos visto ya lo que significa la mentira en el ser humano. le hemos dedicado un capitulo de este blog a las mentiras que podéis consultar (pinchar aquí en mentiras) Ahora vamos a abordar la verdad, lo contratio que la mentira, su antítesis, su significado... Decíamos que "La mentira es una forma de eludir la realidad y por tanto la responsabilidad que tendría el afrontar la verdad de alguna cosa. Muchos trastornos psicológicos llevan asociada la mentira como forma de evitación de circunstancias". La expresión máxima de ella seria la mitomanía: aquellos que inventan una realidad totalmente ficticia, que representan a su propio personaje y mienten para mantenerlo.
Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto que parece tan sencillo, a veces es lo que más cuesta trabajo. Utilizamos las "mentiras piadosas" en circunstancias que calificamos como de baja importancia, donde no pasa nada: como el decir que estamos avanzados en el trabajo, cuando aún no hemos comenzado, por la suposición de que es fácil y en cualquier momento podemos estar al corriente. Obviamente, una pequeña mentira, llevará a otra más grande y así sucesivamente... hasta que nos sorprenden y corremos el riesgo de perder la credibilidad.
Al inventar defectos o hacerlos más grandes en una persona, ocultamos el enojo o la envidia que tenemos. Con aires de ser "franco" o "sincero", decimos con facilidad los errores que comenten los demás, mostrando lo ineptos o limitados que son. No todo esta en la palabra, también se puede ver la Sinceridad en nuestras actitudes. Cuando aparentamos lo que no somos, (normalmente es según el propósito que se persiga: trabajo, amistad, negocios, círculo social...), se tiene la tendencia a mostrar una personalidad ficticia: inteligentes, simpáticos, educados, de buenas costumbres... En este momento viene a nuestra mente el viejo refrán que dice: "dime de que presumes... y te diré de que careces"; gran desilusión causa el descubrir a la persona como era en la realidad, alguna vez hemos dicho o escuchado: "no era como yo pensaba", "creí que era diferente", "si fuese sincero, otra cosa sería"... Cabe enfatizar que "decir" la verdad es una parte de la Sinceridad, pero también "actuar" conforme a la verdad, es requisito indispensable. El mostrarnos "como somos en la realidad", nos hace congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos, esto se logra con el conocimiento y la aceptación de nuestras cualidades y limitaciones,
En ocasiones faltamos a la Sinceridad por descuido, utilizando las típicas frases "creo que quiso decir esto...", "me pareció que con su actitud lo que realmente pensaba era que ..." ; tal vez y con buena intención, opinamos sobre una persona o un acontecimiento sin conocer los hechos. Ser sincero, exige responsabilidad en lo que decimos, evitando dar rienda suelta a la imaginación o haciendo suposiciones.
Para ser sincero también se requiere "tacto", esto no significa encubrir la verdad o ser vagos al decir las cosas. Cuando debemos decirle a una persona algo que particularmente puede incomodarla (pensemos en cosas como: su modo de vestir, mejorar su lenguaje, el trato con los demás o la manera de hacer y terminar mejor su trabajo), primeramente debemos ser conscientes que el propósito es "ayudar" o lo que es lo mismo, no hacerlo por disgusto, enojo o porque "nos cae mal"; enseguida encontrar el momento y lugar oportunos, esto último garantiza que la persona nos escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar.
En algún momento la Sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. Si por ejemplo, es evidente que un amigo trata mal a su esposa o a sus empleados, tenemos la obligación de decírselo, señalando las faltas en las que incurre y el daño que provoca,no solamente a las personas, sino a la buena convivencia que debe haber.
La persona sincera dice la verdad siempre, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Vernos sorprendidos en la mentira es más vergonzoso.
Al ser sinceros aseguramos la amistad, somos honestos con los demás y con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la veracidad que hay en nuestra conducta y nuestras palabras. A medida que pasa el tiempo, esta norma se debe convertir en una forma de vida, una manera de ser confiables en todo lugar y circunstancia. La sinceridad es la virtud de la franqueza, es el amor y el respeto por lo veraz. La persona sincera actúa siempre de buena fe y mantiene una coherencia entre sus palabras y sus actos. Es contrario a la mentira, a la duplicidad y a la hipocresía. Hay ocasiones en las que no nos gusta lo que oímos del amigo sincero, pero si tienes la suerte de contar con una amistad así, cuídala, es una joya. Aunque a veces se equivoque, nos haga daño y parezca injusto, porque, obviamente, la sinceridad excluye la mentira no el error. Puedes cometer tambien un error no siendo sincero...luego pensarlo bien...y afrontarlo con honestidad y sinceridad, sacando las causas que te llevaron ano decir en primera instancia la verdad, a cometer el error.
La sinceridad en la pareja El mundo de la pareja y la sinceridad es otro ámbito donde también hay muchas teorías y preferencias. Casi siempre los estudios parecen coincidir en que la comunicación sincera en la pareja es fundamental. La sinceridad, la lealtad y la honestidad son valores que hombre y mujer reclaman en las relaciones de pareja como un pilar fundamental de las mismas. Incluso hasta la mayor fluidez en la comunicación de la pareja no servirá para nada si no hay sinceridad. Un principio irrenunciable para la pareja: la sinceridad. Cuando falta provoca negatividad, desconfianza, recelo, falta de comunicación y en muchos casos ruptura o problemas mayores de diversa índole. La falta de sinceridad es, de hecho, una falta de respeto a la persona. Y cuando en la pareja falla el respeto la evolución del problema puede adquirir dimensiones realmente preocupantes, hasta el punto de distorsionar el propio concepto de pareja. Una relación sin confianza mutua no va a ninguna parte. No una confianza ciega sino racional. Si no tenemos motivos reales o probados para desconfiar, agobiar a nuestra pareja con nuestros miedos o inseguridades la apartará de nosotros. La falta de confianza enrarece las relaciones y hace difícil la convivencia. El que es objeto de sospecha o acoso (ver capítulo de celos) suele acabar desenamorándose porque la actitud de su pareja le impide disfrutar de las cosas más simples; para no crear situaciones incómodas acaba renunciando a muchas cosas. Pero la persona que desconfía también sufre mucho y puede pasar fácilmente del amor a la obsesión. La solución a este problema pasa por la comunicación. Reproduzco a continuación la reflexión de una persona que me ha hecho llegar sus reflexiones al respecto a través del Blog: "...ha de existir en todo este ámbito de la pareja la vida privada de ella, la vida privada de él y la vida en común. Al principio, cuando esta en el climax la pasión y el enamoramiento, uno desea compartir todo con el otro, pero ésto no funciona a partir de un momento dado, y es necesario saber que debe existir una parcela privada que puede o bien ser compartida o no a la hora de hablar sobre ella de una manera profunda y sincera. Siempre y cuando se vaya a obtener comprensión absoluta, se puede compartir, pero ésto es bien difícil, ya que cada persona es un ser humano diferente y la comprensión absoluta dificilmente se obtiene. Desde muchos puntos de vista "es aquello que no hace sufrir al otro", que es lo que pasa cuando no se puede obtener comprensión. Otra cosa es abusar de ésto y convertir la vida en común en una omisión contínua de pensamientos, sentimientos y hechos. El término medio es difícil de obtener, pero con la mano en el corazón y teniendo en cuenta la personalidad y manera de ser del otro, se pueden llegar a muy bueno acuerdos sobre el respeto en las parcelas privadas del otro. Hablar sobre crudas realidades, pensando que la persona es sincera a veces puede ser producto de una agresividad de fondo contra el otro, hay verdades difíciles de asumir y que provocan mucho dolor, hablar sobre ellas despreocupadamente pensando que una es muy sincera a veces puede ser el desencadenante de un desencuentro que deja una herida y que puede marcar un antes y un después en la relación de pareja". Es una reflexión práctica y empírica sobre como mantener la sinceridad sin herir al otro. Esta regla que adopta una persona puede no ser la regla de la sinceridad en la pareja. Como se dice habitualmente cada pareja es un mundo. la regla de oro es el pacto de comunicación y de sinceridad que de forma explícita se ha de llegar entre los dos miembros. A veces temas como un gasto extra, el que un compañero/a de trabajo se haya insinuado, un problema con un hijo , se esconden de manera absurda ...ya que podrían ser compartidos perfectamente. El esconderlo refleja muchas veces un problema más serio de comunicación que habrá de tratarse por un profesional especializado. No obstante hay quien habla del término "sincericídio" como la persona que lleva hasta el extremo la sinceridad y su sinceridad le vale la muerte de su pareja.
Decir la verdad no significa que haya que decirlo todo. Hay que decir lo que se piensa pensando lo que se dice. La sinceridad no es salvajismo cruel que espeta la verdad, ni exhibicionismo impúdico, ni imprudencia. Todos tenemos derecho a callar, conviene no olvidar que cada persona es esclava de sus palabras y dueña de sus silencios. Hay ocasiones en las que se debe callar la verdad, así es cuando ésta lo único que puede acarrear es dolor y sufrimiento injusto o inútil a otra persona. Incluso pueden darse situaciones en las que uno no sólo tenga que callar y ocultar la verdad, sino mentir. A veces la mentira es el mal menor que hay que elegir. La sinceridad, la fidelidad a lo verdadero no es un absoluto. Ninguna virtud es absoluta. Por eso, ser fiel a lo verdadero no puede disculparnos de ser infiel a la compasión y al amor, a la amistad verdadera.
A veces se habla de las mentiras piadosas, y de los que piensan que decir la verdad no es una regla insalvable. Son los que piensan que a veces es mejor mentir. El problema es donde poner el límite. Y entrando por la puerta de la mentira piadosa se llega a la habitación de la desconfianza. Pero también tenemos el otro extremo, las personas que prefieren la tranquilidad de su conciencia antes que evitar el sufrimiento del prójimo. Hay personas tan amantes de la verdad que tienen seco el corazón, son fanáticos de la verdad y no la supeditan ni a la compasión ni a la solidaridad. Seguro que alguna vez hemos tenido ocasión de atender a algunas personas moribundas, que piden la verdad a la que tenían derecho y hay que dársela por obligación; pero también hemos conocido a personas ya moribundas incluso que no querían saberla y que con los ojos nos piden que callemos o mintamos y así hemos de hacerlo (a mi entender) por compasión.
Mentir o decir la verdad a un paciente ¿Qué es mejor?
La visión tradicional de la medicina occidental indica que los médicos, al comunicarse con sus enfermos, deben apegarse a la verdad. Se considera que decir la verdad es obligación moral y biomédica fundamental. En cambio, en China, donde la familia es un núcleo social fuerte que suele proteger al individuo, la ética médica sostiene que los doctores tienen el deber de esconder la verdad, e incluso de mentir cuando sea necesario con tal de beneficiar al paciente y a la familia encargada del afectado.
Esa visión presupone que la parentela tiene el deber de cuidar a sus miembros cuando enferman porque las cargas, los dolores y las responsabilidades deben compartirse. En nuestra sociedad, la sabiduría del médico radica en encontrar la fórmula adecuada para cada paciente, tarea, por cierto, harto compleja.
Ambas posturas, la occidental y la china, son contradictorias. El primero, el occidental, y que se lleva a cabo sólo en las sociedades donde los médicos respetan "el valor" del enfermo como persona, afirma que los individuos son seres autónomos que tienen derecho a saber todo lo que acontece con su cuerpo. Dicha autonomía permite al doliente, en conjunto con su doctor y allegados, decidir que es lo que más le conviene. En esa situación, mentir implica no respetar la autonomía del enfermo.
En el segundo panorama -el sustentado por la moral confucionista- los galenos tienen obligación de "dosificar" la información e incluso de mentir cuando determinados datos podrían acelerar la enfermedad del afectado y precipitar la muerte, el suicidio, el aislamiento o deteriorar las relaciones familiares. Aunque ambos escenarios son veraces, plantean esquemas de conducta antagónicos, no sólo porque cada familia y cada enfermo son diferentes, sino porque los médicos también difieren entre sí.
En el papel y en el complicado mundo de la lógica occidental, la idea de decir la verdad parecería ser la correcta: los médicos deben ser veraces porque son honestos y porque los enfermos tienen derecho a saber todo lo que les sucede. Sin embargo, en "el otro papel", el de la realidad modificada por la enfermedad, las cosas son distintas: no todos los pacientes quieren saber qué es lo que les sucede, no todos tienen la capacidad de manejar esa información y no todos los galenos la transmiten adecuadamente ni abren las puertas para disipar las dudas que surjan en el futuro. El dilema es inmenso e interesante. El arte radica en saber qué es lo que cada paciente quiere conocer.
En más de una ocasión se escucha en la Facultad de Medicina la siguiente analogía de Platón: "El engaño debe ser entendido como una especie de medicina peligrosa, pero, en ocasiones, útil". De hecho, el mismo Platón consideraba que las únicas personas que tenían derecho a mentir eran los galenos, ya que ese acto podría considerarse una forma de tratamiento.
La idea previa toma cuerpo en la visión confucionista de la medicina, donde el galeno discute con la familia el diagnóstico y el pronóstico del paciente antes de hablar con el afectado. Si los seres cercanos lo consideran pertinente el médico tiene obligación de mentir al afectado, siempre y cuando este acto no sea en deterioro del interesado y la familia asuma el papel protector que le corresponde.
En nuestro medio, la enseñanza china se reproduce parcialmente en las clases socialmente desprotegidas. Es frecuente que los familiares de los pacientes, sobre todo cuando el diagnóstico es cáncer o enfermedades "graves", soliciten que no se transmita la información al interesado, pues suelen estar convencidos que será en deterioro de su ser querido. En otras sociedades, como la estadounidense, el peso de la enfermedad lo lleva el enfermo y "un mínimo" de allegados.
¿Se debe decir la verdad a un niño adoptado?
Los padres de un niño adoptado se preguntan si deben decir al niño que él o ella es adoptado y cómo y cuándo deben de hacerlo. Ellos también desean saber si existen problemas especiales para su hijo. Los psiquiatras de niños y adolescentes recomiendan que sean los padres los que le informen al niño acerca de la adopción. Muchos expertos opinan que se le debe de informar al niño cuando es pequeño. Este enfoque le da al niño, a una edad temprana, la oportunidad de poder aceptar la idea e integrarse al concepto de haber sido "adoptado". Otros expertos creen que el hacerle esta revelación al niño a una edad muy temprana puede confundirlo, ya que éste no puede entender el evento. Estos expertos recomiendan que se espere hasta que el niño sea mayor.
La adopción no es mala ni tampoco vergonzosa
En ambos casos, los niños deben de enterarse de su adopción de boca de sus padres adoptivos. Esto ayuda a que el mensaje de la adopción sea positivo y permite que el niño confíe en sus padres. Si el niño se entera de la adopción, intencional o accidentalmente, de boca de otra persona que no sea uno de sus padres, el niño puede sentir ira y desconfianza hacia sus padres, y puede ver la adopción como mala o vergonzosa, ya que se mantuvo en secreto.
Los niños adoptados querrán hablar acerca de su adopción y los padres deben de estimular este proceso. En las librerías hay excelentes libros de cuentos que pueden ayudar a los padres a explicarle al niño acerca de su adopción.
Reacción del hijo adoptado delante de la verdad
Los niños reaccionan de manera diferente al enterarse de que son adoptados. Sus emociones y reacciones dependen de su edad y de su nivel de madurez. El niño puede negarse a aceptar que fue adoptado y puede crear fantasías acerca de la adopción. Frecuentemente, los niños adoptados se apegan a la creencia de que los dieron porque eran malos o pueden creer que fueron secuestrados. Si los padres hablan con franqueza acerca de la adopción y la presentan de manera positiva, es menos probable que se desarrollen estas preocupaciones.
Todos los adolescentes pasan por una etapa de lucha por su identidad, preguntándose a sí mismos cómo ellos encajan con su familia, con sus compañeros y con el resto del mundo. Es razonable que el adolescente adoptado tenga un marcado interés en sus padres naturales durante esta etapa. Esta curiosidad expresada es común y no quiere decir que él o ella esté rechazando a los padres adoptivos. Algunos adolescentes pueden desear conocer la identidad de sus padres naturales. Los padres adoptivos pueden responderle al adolescente dejándole saber que es correcto y natural tener ese deseo. A los adolescentes que preguntan generalmente se les debe dar, con tacto y mediante una conversación dándole apoyo, la información sobre su familia natural.
Como decir la verdad: Una leyenda que nos enseña...
Una sabia y conocida anécdota árabe dice que en una ocasión, un Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó a llamar a un Adivino para que interpretase su sueño.
Que desgracia Mi Señor! - exclamó el Adivino - Cada diente caído representa la pérdiida de un pariente de Vuestra Majestad.
- Que insolencia! - gritó el Sultán enfurecido - Como te atreves a decirme Semejante cosa? Fuera de aquí !!!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Mas tarde ordenó que le trajesen a otro Adivino y le contó lo que había soñado.
Éste, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes.
Iluminóse el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó le dieran cien monedas de oro
Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
- No es posible!, la interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Adivino. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Adivino - que todo depende de la forma en el decir, uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender el arte de comunicarse. De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma como debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura ciertamente será aceptada con agrado.
Cuanta sabiduría hay en este mensaje, espero nos ayude a ser mejores comunicadores y poder expresarnos sin comprometer nuestra integridad, pero cuidando que nuestras palabras no dañen a los demás
¿Como educar a un/a niño/a a decir la verdad?
Veamos el siguiente vídeo educativo para los padres y madres donde podemos ver una explicación bastante útil para los progenitores.
Iniciamos una serie de capitulos sobre la pareja en nuestro blog. El mundo de la pareja es un mundo apasionante y desarrollaremos una serie de capitulos reflejando aquello que creemos puede serte de utilidad: Escoger pareja, los celos, las relaciones sexuales, la pasión, el amor, incompatibilidades de la pareja, reaprender a vivir en pareja, separación y divorcio... son algunos de los temas que trataremos...nos gustaría contar también con tu experiencia en el correo electrónico...contestaremos una a una las cuestiones que nos planteeis.
Muchas personas viven en estos días las llamadas "comidas de empresa". Con la crisis se redujeron, pero vuelven con intensidad. Una oportunidad para confraternizar con los compañeros/as, pero que a veces se convierten en un autentico calvario, o bien tienen luego consecuencias difíciles de sobrellevar entre las personas que luego comparten un puesto en la organización con unos roles muy definidos.
Los preparativos
En primer lugar la elección de la fecha y el lugar son dos decisiones determinantes y selectivas. Ya la fecha, tras el puente de la Inmaculada casi siempre y antes del tradicional día de la loteria, se vuelve muy selectiva. El día de la semana es la clave. Si es viernes ya determina que se encuentra en medio de un solaz de diversión importante. Las preguntas más frecuentes de los asistentes cuando van a inscribirse en la misma son de que se hace con el resto de la familia (la pareja no asiste por lo general, salvo que trabaje en la empresa, y eso tiene un alto significado posterior), donde se colocan los niños, la hora de vuelta, la negociación con la pareja citada de las horas de ocio disponibles, etc. . Esa decisión va a acompañada cada vez más de la del atuendo que ese día servirá de ornamento a nuestras habilidades sociales. La imagen es clave para la comunicación y ese vestido/traje puede que ya no esté para una comida que puede ser importante este año. Allí aparecen los trajeados, los dandys que ese día pondran todas sus armas al servicio de nuevas aventuras o de asignaturas de seducción pendientes, los desvencijaos que han caido allí después de un dia duro, o la compañera que ese día, peinada, maquillada, arreglada, nos hace un reclamo de atención en toda regla.
El menú concertado este año no se ha estirado mucho porque el presupuesto no da para más..., el restaurante el mismo que el año pasado...
La comida
El desfile, tras la aventura de encontrar transporte o aparcamiento, comienza con averiguar donde es el mejor sitio para sentarse: Que no te den la coña, que tengas al lado a alguien que sea divertido, interesante, o lo que otros persiguen: estar al lado de alguien que tenga poder. O al lado de quien se pueda ligar. Esa ya es la cuarta decisión. Quizá la más clave para el desarrollo de la comida (aunque siempre- en los postres- podrás levantarte y cambiarte de sitio).
Una vez todo colocados, sentados en su lugar, las miradas, las sonrisas, las complicidades y guiños, las manifestaciones y reconocimientos de guapuras y elegancias, se comienza a beber y devorar con fervor y pasión todo aquello que pasa por la mesa. El alcohol comienza a hacer lentamente su efecto y la comunicación se va relajando como los nudos de corbata que ya van flojeando en los cuellos.
Perfiles de los/as comensales
En las comidas de empresa siempre adoptamos un determinado perfil. Distinguiremos varios perfiles en la comida para identificar (se):
1.- El lider : Ejerce de serio/a, está en el centro y da cohesión y sentido a la comida. Sin él/ella no seria lo mismo.
2.- Los/as pelotas: están continuamente haciendole llegar al jefe halagos y le rien la gracia permanentemente. Son necesarios para mantener la autoestima del jefe y para dejar que la comida -la divertida- siga sus cauces sin interferencias.
3.- Los/as intelectuales: La comida la aprovechan para reflexionar sobre la evoluxción de la empresa este año y los puntos fuertes y débiles de la misma. Hablan de estrategias del año que viene y de cambios. Aburridisimos y de relación cerrada.
4.- Los "fuera de juego":Se pasan la comida/cena mirando de un lado para otro y no logran mantener una conversación más que con alguien que les ha tocado al lado, sonrien a unos y a otros, pero están deseando acabar. Sus preocupaciones están fuera de la empresa.
5.- Los graciosillos: Son los que se pasan la comida haciendo chistes y metiendose con los/as más débiles de la empresa. Son generalmente los que ejercen de gracioso oficial.
6.-Los que hacen con la ironia y del humor una comida entretenida: Suelen hablar siempre de sexo, de política, de hombres/mujeres, de roles tradicionales, se rien del jefe, ponen las normas en duda y la empresa patas arriba, y juegan en la comida un rol que nada tiene que ver con su rol habitual. Se transforman. Lo viven como si fuera el Carnaval. El alcohol hace el resto.
7.-Los/as ligones/as:Las que ven en ese día una oportunidad y no cesan de intentarlo con aquella persona a la que ya le habían echado el ojo. Sin evaluar -o quizás evaluando de manera calculada- las consecuencias de una eventual relación.
¿Cual ha sido tu perfil principal en la comida de tu empresa de este año? ¿Y el de tu compañero/a más cercano?
El final
Al llegar los postres, los discursos -que generalmente no por obligados son más interesantes-, y las copas posteriores, el alcohol y las cosas que dias más tarde uno/a se arrepiente por lo que nunca hubo de haber dicho.
Luego el baile...el desenfreno, y las tantas de la madrugada. Y las retiradas: "Una retirada a tiempo es una victoria" decía Napoleón. "Los niños que los tengo con una canguro", o "mi marido está solo con los niños/as",o "me tengo que levantar muy temprano..." o "me voy que me quedan aún tres comidas más y ya estoy estirando la cuerda familiar demasiado"; son las excusas para la retirada más habituales. ¿Cual ha sido la tuya este año?
Las comidas: un mal necesario y una situación que conviene meditar para no hacer algo de lo que luego tengamos que arrepentirnos o para hacer muchas cosas que nos resulten divertidas. Esto último debería ser el objetivo. ¿Ha merecido la pena la tuya de este año?
Respondete tu mismo/a a estas preguntas seleccionando aquella con la que más te identifiquen (envia al post la respuesta, si quieres ):
El mejor invento desde el pan con mantequilla.
El instrumento de tortura más eficiente desde el látigo de 7 colas.
Bien, siempre que sean una vez al año
Bien, siempre que las pague la empresa
Tan guay, que deberían de organizarlas también si no tiene uno empresa que le ladre
Son como las parties de verano, pero todo lo contrario
Uf... todavía me dura la resaca, no me hables
No lo sé...
Es navidad...y son fechas entrañables para pasarlo bien. Este blog se ha querido sumar a estas fiestas con el análisis de las comidas /cenas de navidad con un tono de humor. Perdonenme...